Las poblaciones de los dos recién nombrados pueblos mágicos de Guerrero, Zihuatanejo e Ixcateopan, así como un barrio del municipio de Tixtla, viven una situación de violencia que las autoridades de los tres niveles de gobierno han dejado avanzar.
El lunes 22 de junio, el secretario de Turismo federal, Miguel Torruco Marqués, anunció el nombramiento de 45 nuevos pueblos mágicos a lo largo del país, entre ellos, Ixcateopan, en la zona norte de Guerrero, y Zihuatanejo, en la Costa Grande.
También incluyó en la lista al barrio de El Santuario, de Tixtla.
Pero estos tres lugares están rodeados de contextos violentos, que incluyen desde grupos de autodefensas ligados al crimen organizado que extorsiona a la población con cobro de piso, hasta incendios provocados a negocios, secuestros y desapariciones.
En Zihuatanejo, a inicio de 2023, pobladores y comerciantes denunciaron desabasto de gas LP, debido a que empresas gaseras cerraron por amenazas de un grupo criminal, concepto que es usado para hablar de la asociación entre grupos criminales, económicos y políticos.
Versiones de pobladores indican que son integrantes del grupo criminal La Familia Michoacana los que extorsionaban a empresarios gaseros.
El desabasto de gas duró seis días y después ocurrieron varios asesinatos de transportistas.
Por el número de asesinatos que contabiliza cada mes Amapola Periodismo, Zihuatanejo aparece todos los meses con víctimas. Desde enero, está en los primeros cinco lugares con mayor número de homicidios dolosos.
En Ixcateopan, en tanto, también opera un grupo criminal.
Ixcateopan es conocido porque alberga los restos del emperador Cuauhtémoc. Según la historia oficial, están depositados en la iglesia de Santa María de la Asunción, ubicada en la cabecera municipal.
Cada 26 de septiembre, la población festeja que fueron hallados los restos óseos del último emperador azteca de México.
Ixcateopan es vecino de Taxco, municipio que desde el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018) fue declarado pueblo mágico por su arquitectura, callejones laberínticos y casas de cantera.
En la actualidad Taxco, al igual que Ixcateopan, vive entre hechos violentos.
El programa Pueblos Mágicos pretende, a través del turismo nacional e internacional, aumentar la actividad económica de un pueblo que reúna ciertos requisitos históricos, culturales y arquitectónicos.
“Pueblos Mágicos contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros”, dice el sitio oficial.
Entre los requisitos para que un municipio o región sea designado está tener una población de un mínimo de 20 mil habitantes; estar a menos de 200 kilómetros de un destino turístico principal; mantener un programa de desarrollo turístico desde hace al menos tres años; garantizar salud y seguridad pública para los turistas, y tener atractivos simbólicos y culturales únicos.
El secretario de Turismo informó que hubo 123 postulaciones de 27 estados, de las que se eligieron 45.
En septiembre de 2022, Torruco presentó oficialmente el programa Barrios Mágicos de México; la finalidad de este concepto es extender la oferta turística de ciudades que, por las reglas de operación del programa Pueblos Mágicos, no pueden tener el nombramiento.
Hasta el momento, hay ocho barrios así, entre los que están el barrio del Santuario, en la ciudad de Tixtla, a 20 minutos de la capital guerrerense, Chilpancingo.
“Los Barrios Mágicos, en mancuerna con los Pueblos Mágicos, impulsarán, fortalecerán y motivarán el viaje por carretera, sobre todo hacia espacios abiertos, en contacto más íntimo con la naturaleza y las comunidades receptoras, acorde con las nuevas tendencias del turismo pospandemia”, anunció Torruco.
Pero en Tixtla, la violencia también está presente: el 17 de junio, un hombre y una mujer fueron reportados como desaparecidos, un día después sus cadáveres fueron hallados en la carretera federal Tixtla-Chilpancingo.
En Tixtla, autoridades han identificado la presencia del grupo criminal de Los Ardillos.
Por versiones de los lugareños, es conocido que El Santuario, además de un lugar inseguro, no cumple con los requisitos de infraestructura.
En las calles de El Santuario, no hay un drenaje que funcione de manera salubre, tampoco el alumbrado público.
Durante el día y la noche, en esta zona son constantes los patrullajes, pero no de la policía sino de los delincuentes.
Aun con este panorama de inseguridad, la gobernadora morenista Evelyn Salgado Pineda presumió estos tres nombramientos.
“¡Felicidades a Zihuatanejo e Ixcateopan de Cuauhtémoc! Hoy recibieron su nombramiento por parte de Sectur México. Con estos municipios Guerrero brilla y ahora cuenta con 3 Pueblos Mágicos; además de un Barrio Mágico: El Santuario en Tixtla”, escribió.
Hay una ira creciente por la poca ayuda que llega a las ciudades y pueblos de las montañas del Atlas.
El bebé de Khadija aún no tiene nombre y su primer hogar es una tienda de campaña junto a la carretera.
Nació minutos antes de que se produjera el mortífero terremoto del viernes por la noche en Marruecos.
Aunque Khadija y su hija salieron ilesas, el hospital de Marrakech donde se encontraban fue evacuado. Tras una rápida revisión, les pidieron que se marcharan apenas tres horas después del nacimiento.
“Nos dijeron que teníamos que irnos por miedo a las réplicas”, explicó.
El sismo de magnitud 6,8 sacudió el centro del país, con epicentro a 71 kilómetros de la turística Marrakech. Por ahora se cuentan más de 2.100 personas fallecidas en una decena de provincias y el número de heridos ha ascendido a más de 2.420. Unos 20 minutos después hubo una réplica de magnitud 4,9.
Con su recién nacida en brazos, Khadija y su marido intentaron tomar un taxi a primera hora del sábado para ir a su casa de Taddart, en la cordillera del Atlas, a unos 65 kilómetros de Marrakech.
Pero de camino se encontraron con que las carreteras estaban bloqueadas por corrimientos de tierra y sólo llegaron hasta el pueblo de Asni, a unos 15 kilómetros de su destino final.
Desde entonces, la familia vive en una tienda de campaña básica que han logrado construir junto a la carretera principal.
“No he recibido ninguna ayuda ni asistencia de las autoridades”, nos dijo, sosteniendo a su bebé mientras se protegía del sol bajo un endeble trozo de lona.
“Pedimos mantas a algunas personas de este pueblo para tener algo con lo que taparnos. Sólo tenemos a Dios”.
Khadija nos contó que sólo tiene un conjunto de ropa para el bebé.
Amigos de su ciudad natal les han contado que su casa está muy dañada y no saben cuándo podrán tener un lugar adecuado donde alojarse.
Cerca del lugar donde Khadija acampa, la frustración crece a medida que pasan los días y apenas llega ayuda a los pueblos y aldeas de las zonas montañosas al sur de Marrakech.
En Asni, a solo 50 kilómetros de Marrakech, la gente dice que necesita ayuda urgente.
Un grupo de gente enfadada rodeó a un reportero local y le arrojaron sus frustraciones: “No tenemos comida, no tenemos pan ni verduras. No tenemos nada”.
El reportero, en el centro de la multitud, tuvo que ser escoltado y llevado lejos por la policía, mientras la gente aún lo seguía, desesperada e intentando desahogar su ira.
“Nadie ha venido a nosotros, no tenemos nada. Sólo tenemos a Dios y al rey”, dijo un hombre de la multitud que no quiso dar su nombre.
Desde el terremoto vive al margen de la carretera principal del pueblo con sus cuatro hijos. Su casa sigue en pie, pero todas las paredes están muy agrietadas y tienen demasiado miedo para quedarse allí.
Han conseguido volver y coger algunas mantas, lo único que ahora tienen para dormir.
En un momento, un camión pasó entre la multitud. Algunas personas intentaron hacerle señas, esperando desesperadamente que les dejara suministros. Pero el camión siguió su camino, seguido de abucheos.
Algunos dicen que han recibido tiendas de campaña de las autoridades, pero no hay suficientes para todos.
Cerca de allí está Mbarka, otra persona que vive en una tienda de campaña. Nos guió por las calles laterales hasta su casa, en la que ya no puede vivir.
“No tengo medios para reconstruir la casa. De momento, sólo nos ayuda la gente de la zona”, nos contó.
Vivía allí con sus dos hijas, su yerno y tres nietos.
Cuando su casa empezó a temblar, salieron corriendo y casi fueron alcanzados por el derrumbe de una casa mucho más grande que empezó a deslizarse colina abajo.
“Creemos que el gobierno ayudará, pero hay 120 pueblos en la zona”, dijo su yerno Abdelhadi.
Con tanta gente necesitada de ayuda, un gran número de personas tendrá que esperar más tiempo para recibir asistencia.