Alejandro Encinas, subsecretario de derechos humanos, población y migración, fue espiado con el software Pegasus, mientras investigaba abusos del ejército nacional, de acuerdo con un reportaje de The New York Times.
El medio estadounidense señala que la información fue dada a conocer por cuatro personas que hablaron con él sobre el ataque y un análisis forense independiente confirmó el hackeo
Este sería el primer caso de que un funcionario tan cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador y de alto rango en el gobierno es vigilado por Pegasus.
La publicación periodística señala que el celular de Encinas ha sido infectado varias veces, una el año pasado mientras lideraba la Comisión de la Verdad sobre el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, “lo que le dio a los piratas informáticos acceso ilimitado a toda su vida digital, de acuerdo con las cuatro personas que hablaron con él del tema”.
Las personas que hablaron con el funcionario sobre el hackeo dijeron que éste se enteró de los detalles después de que fueron confirmados por Citizen Lab, un grupo de vigilancia con sede en la Universidad de Toronto.
Este grupo realizó un análisis forense de su teléfono que no se ha dado a conocer.
The New York Times destaca que la licencia de Pegasus está permitida solo a agencias del gobierno, y “aunque no hay pruebas definitivas sobre cuál es la que realizó el hackeo al celular de Encinas, el Ejército es la única entidad que tiene acceso al programa espía”.
Añade que ni Alejandro Encinas ni el presidente ni la Secretaría de la Defensa respondieron a solicitudes de comentarios.
En México, personas defensoras de derechos humanos y periodistas han sido espiadas con el software de espionaje o spyware Pegasus, un sistema tan intrusivo que es capaz de tener acceso a toda la información contenida en un teléfono celular, activar el micrófono y cámaras del dispositivo, así como extraer archivos, historial web, contraseñas, contactos, etcétera, y grabar conversaciones a través de llamadas de voz y mensajes de chat.
Las evidencias demuestran la compra de este software desde el gobierno de Felipe Calderón, en 2012, y su uso durante la administración de Enrique Peña Nieto y en la actual, de Andrés Manuel López Obrador, y pese a la existencia de denuncias penales desde 2017, nadie ha sido sentenciado. El espionaje en este país sigue impune, publicó Animal Político el 4 de mayo.
Los daños hasta el momento son incalculables.
Las imágenes satelitales muestran la escala de la destrucción en la ciudad portuaria de Derna, en Libia, después de que aguas torrenciales arrasaran puentes, calles y comunidades enteras, dejando miles de fallecidos y desaparecidos en el camino.
Las fuertes lluvias que trajo consigo la tormenta Daniel durante el fin de semana ocasionaron el colapso de dos represas sobre el río Wadi Derna, que recorre la ciudad y que, por lo general, tiene un caudal muy reducido. Los torrentes de agua y escombros dejaron una estela de devastación.
Una serie de puentes cruzaban el Wadi, conectando un área del puerto con la parte occidental de la ciudad.
Las aguas – descritas por un oficial como “un tsunami”- arrasaron los puentes al igual que bloques de edificios residenciales enteros (incluyendo complejos de varios pisos), edificios gubernamentales y una mezquita de gran tamaño.
En el barrio de Al-Eilwa, se reportaron inundaciones en el 96% de las casas.
Muchas de las propiedades construidas en las cercanías al río desaparecieron, solamente dejando visibles los cimientos de las construcciones.
Una carretera costera cercana al puerto cayó al mar.
La población de Derna contaba con una población de 200.000 personas antes de la tormenta.
El alcalde de la ciudad dijo que dado el número de barrios que resultaron completamente destruidos, pudieron haber muerto entre 18.000 y 20.000 personas.
Miles más están heridas o desaparecidas, mientras muchas quedaron sin dónde vivir.
Un análisis de Naciones Unidas muestra que más de 2.200 estructuras fueron expuestas a las aguas y que al menos seis puentes y el área del puerto habían sufrido graves daños.
Barrios afectados severamente como Al-Bilad y Al-Maghar a ambos lados del río, también albergaban los centros de salud que la gente de la ciudad usaba, según los analistas de desastres de Reach.
Los hogares que fueron construidos sobre el lecho seco del río en el lado de la represa que daba hacia el mar fueron los que recibieron la mayor fuerza del impacto del agua.
Hamad Shalawi, miembro del comité de desastres local, dijo que la ciudad había sido destruida en segundos y que familias enteras habían muerto.
“La geografía de la ciudad cambió completamente con la mitad de la ciudad barrida hacia el mar”, le dijo al servicio árabe de la BBC.
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