Luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador y la Secretaría de la Defensa Nacional negaron que realicen espionaje contra periodistas y activistas, a pesar de las pruebas, la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D) afirmó que la Sedena no ha desmentido la investigación sobre “Ejército espía”, que se publicó este fin de semana.
Señaló que la dependencia federal no ha refutado dos hechos comprobados con diversos documentos. El primero, la existencia del contrato entre la Sedena y Comercializadora Antsua DN-10 SAIT-1075/P/2019 -celebrado en abril de 2019- para la prestación del “Servicio de Monitoreo Remoto de Información”, como lo revela el Oficio SGE-3335 dirigido al secretario de la Defensa Nacional.
El segundo, el ocultamiento de la existencia de esa contratación en al menos tres momentos distintos: al responder la solicitud de acceso a la información 0000700340519; al contestar el requerimiento realizado por la Auditoría Superior de la Federación en la solicitud AECF/1095/2021 y en el requerimiento de la FGR relacionado a la carpeta de investigación FED/SDHPDSC/UNAI-CDMX/0000430/2017.
En un comunicado, la Red indicó que tampoco se desvirtúa la infección a través del malware Pegasus en contra de Raymundo Ramos, Ricardo Raphael y un periodista de Animal Político, tal como ha sido comprobado por Citizen Lab.
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Ante ello, exigió al gobierno y a la Sedena probar sus descalificaciones a la investigación “Ejército espía”.
Pidieron publicar en su totalidad el contrato DN-10 SAIT-1075/P/2019, incluyendo sus anexos técnicos y cualquier información relacionada a su contratación y a la prestación del “Servicio de Monitoreo Remoto de Información” y responder si los documentos que demuestran la contratación con Comercializadora Antsua y el ocultamiento de la misma ante la ASF, la FGR y R3D son falsos o auténticos.
Además, clarificar si las “acciones de inteligencia” incluyen la intervención de comunicaciones privadas; en su caso, publicar versión pública de cualquier autorización judicial federal otorgada a la Sedena para la intervención de comunicaciones privadas.
Organizaciones exigimos al gobierno y a la SEDENA probar sus descalificaciones a la investigación #EjércitoEspía https://t.co/2AuUf6IB51
— R3D (@R3Dmx) October 5, 2022
También exigieron solicitar pública y formalmente a la empresa NSO Group y al Ministerio de Defensa de Israel que revelen su lista de clientes en México y las licencias de exportación aprobadas, respectivamente, así como mostrar evidencia que desvirtúe el análisis forense elaborado por Citizen Lab de la Universidad de Toronto.
Por su parte, al menos 176 organizaciones exigieron que se realicen investigaciones “diligentes, independientes y exhaustivas” para esclarecer las intervenciones de comunicaciones ilegales contra las víctimas.
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En un pronunciamiento, pidieron a las autoridades, principalmente a las Fuerzas Armadas, el cese inmediato de cualquier acto de hostigamiento o amenaza que obstaculice el ejercicio de los derechos a la privacidad, libertad de expresión y defensa de los derechos humanos, particularmente de las organizaciones y víctimas que ha revelado la investigación “Ejército Espía”.
“Exigimos se adopten todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad tanto para las organizaciones, como para las víctimas”, señalaron.
Este domingo, se publicó una investigación en donde se informa que el Ejército mexicano compró, en 2019, un programa para el “servicio de monitoreo remoto de información” que se usa para intervenir los teléfonos celulares, a pesar de las declaraciones presidenciales en sentido contrario. Documentos oficiales confirman que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) hizo esa contratación con la empresa Comercializadora Antsua, SA de CV, representante en México de la empresa NSO Group, dueña del software de espionaje Pegasus.
Ese mismo año, los teléfonos de al menos tres personas fueron intervenidos con Pegasus para monitorear llamadas y mensajes: un periodista de Animal Político; Raymundo Ramos, defensor de derechos humanos en Tamaulipas, y el periodista y escritor Ricardo Raphael, como pudo comprobar Citizen Lab, de la Universidad de Toronto, luego de hacer un análisis forense a sus equipos.
En los tres casos, la intervención ilegal a los teléfonos ocurrió cuando los afectados investigaban temas relacionados con presuntas violaciones a derechos humanos cometidas por las Fuerzas Armadas.
¿Qué es #Pegasus?
Se trata de un software desarrollado por la empresa israelí NSO Group.
🆘El sistema se infiltra en los celulares a través de un SMS y puede llegar a apropiarse del aparato, con el objetivo de vigilar a la víctima.
🎥Video: @R3Dmx pic.twitter.com/GSq1Wb8u3v
— Animal Político (@Pajaropolitico) October 3, 2022
Desgarradores testimonios de sobrevivientes y testigos directos de una tragedia que ha dejado miles de muertos y desaparecidos. “Es como si hubiera caído una bomba nuclear”.
Las imágenes son desoladoras. Cadáveres abandonados en las calles, personas sacando cuerpos debajo de los escombros con sus propias manos.
Testigos directos del horror le dijeron a la BBC que barrios y edificios enteros fueron arrastrados al mar mientras la gente dormía.
Y ahora “el mar está devolviendo decenas de cadáveres”, relató Hichem Abu Chkiouat, ministro de Aviación Civil y miembro del Comité de Emergencia en el este de Libia.
Esa es la situación que se vive en la ciudad portuaria de Derna tras las inundaciones causadas por la tormenta Daniel que arrasaron el este del país dejando una estela de destrucción con miles de muertos y desaparecidos.
Familiares buscan desesperados a sus seres queridos con la esperanza de encontrarlos vivos o al menos identificar sus cuerpos para darles sepultura.
Mientras los equipos de emergencia continúan trabajando, en algunas zonas de la ciudad cuerpos envueltos en sábanas están siendo arrojados en fosas comunes.
El número de muertos que dejaron las inundaciones en el este de Libia sigue aumentando. Las autoridades dicen que se han encontrado más de 5.000 cadáveres solo en la ciudad de Derna, mientras que en los alrededores y en el resto del país ya se contabilizan decenas de miles desplazados.
Voluntarios han llegado a la zona para socorrer a los sobrevivientes
“Es un completo desastre. Estoy realmente en shock”, dijo un médico que viajó a Derna para tratar a los heridos.
El medio de comunicación local Derna Zoom publicó en la red social X (anteriormente Twitter) que una cuarta parte de la ciudad quedó “completamente aniquilada”.
“Es como si hubiera caído una bomba nuclear”, decía el mensaje.
Quienes han logrado comunicarse con familiares y amigos en la zona afectada están desconsolados.
La gente está viviendo el “día del juicio final”, le dijo a la BBC el periodista libio Johr Ali.
Un amigo encontró a su sobrino “muerto en la calle, arrojado por el agua desde su tejado”, relató el reportero.
Ali, que vive exiliado en Estambul debido a los ataques a periodistas en Libia, comentó que otro de sus amigos perdió a toda su familia en el desastre.
“Su madre, su padre, sus dos hermanos, su hermana Maryam, su esposa (…) y su pequeño hijo de 8 meses… Todos ellos murieron, toda su familia está muerta y él me pregunta qué debe hacer”.
En otro caso, Ali dijo que un sobreviviente le contó que había visto a “una mujer colgada de las farolas, porque las inundaciones se la llevaron”.
“Murió allí”, añadió Ali.
Las calles de Derna están cubiertas de barro y escombros y llenas de vehículos volcados.
“La gente escucha los llantos de los bebés bajo tierra y no saben cómo llegar hasta ellos”, relató el periodista.
El rescatista Kasim al Qatani le dijo a la BBC que no hay agua potable en Derna y que escasean los suministros médicos.
Agregó que el único hospital de Derna ya no podía recibir pacientes porque “hay más de 700 cadáveres esperando en el hospital y no es tan grande”.
Aunque la tragedia comenzó con las intensas lluvias causadas por la tormenta Daniel, testigos dijeron que la situación se salió de control cuando oyeron la explosión de una gran presa que terminó expulsando un gigantesco torrente de agua que “parecía un tsunami”.
La información disponible hasta ahora señala que las lluvias provocaron el colapso de dos represas en el río Derna, “que arrastraron barriadas enteras con sus residentes hasta el mar”, según explicó Ahmed Mismari, portavoz del Ejército Nacional Libio, que controla el este del país.
Además de Derna, también se han visto afectadas las ciudades de Bengasi, Susa y Al Marj, todas ellas en el este, así como Misrata, en el oeste, en medio de las peores inundaciones en las últimas cuatro décadas en el país.
El médico libio Najib Tarhoni, que trabaja en un hospital cerca de Derna, pidió ayuda con urgencia.
“Tengo amigos aquí en el hospital que han perdido a la mayoría de sus familias… han perdido a todos”, le dijo a la BBC.
“Sólo necesitamos gente que entienda la situación: ayuda logística, perros que realmente puedan oler a la gente y sacarla de debajo de la tierra. Sólo necesitamos ayuda humanitaria, gente que realmente sepa lo que está haciendo”.
También existe una necesidad urgente de equipos forenses y de rescate especializados y otros dedicados a la recuperación de cadáveres, les dijo a los medios turcos el jefe del Sindicato de Médicos Libios, Mohammed al Ghoush.
Los esfuerzos de rescate se han visto complicados por el hecho de que Libia está dividida entre gobiernos rivales y el país lleva más de una década de conflicto.
La lucha entre facciones ha llevado al abandono de la infraestructura y ha dado lugar a una pobreza generalizada en un país con pocos recursos y experiencia para enfrentar este tipo de catástrofes.
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