Dos imágenes que circulan en redes sociales aseguran que tiendas en Praga, República Checa, colocaron en sus escaparates un letrero donde prohíben la entrada a refugiados ucranianos por “robos constantes y espantoso comportamiento”. Pero se trata de desinformación.
Las fotografías fueron manipuladas, según un análisis forense de imágenes. Además, las tiendas señaladas de prohibir el acceso desmintieron tal cosa.
“Está ocurriendo en algunas tiendas de Praga. Los dueños, hartos del comportamiento de ‘refugiados’ ucranianos, han puesto carteles diciendo que no son bienvenidos en esos locales”, dice el texto que acompaña las imágenes, y que ha sido compartido en más de 500 ocasiones.
Este texto ocasiona que usuarios ofendan a los refugiados ucranianos o que incluso justififquen un acto de discriminación. “Menuda calaña les tiene que estar llegando para poner esos carteles”, dice uno de los usuarios.
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Con la herramienta 29a.ch, de análisis forense de imágenes, se encontró que ambas imágenes fueron editadas a la altura de los escaparates donde está el letrero que prohíbe el acceso a los refugiados ucranianos.
En ambos casos sus metadatos fueron eliminados. Esto quiere decir que la persona que subió las imágenes buscaba que no se supiera información sobre la fecha de su creación, si fue editada y con cuál software se editó.
Además, los dueños de ambas tiendas fueron cuestionados por medios locales y desmintieron tal cosa.
Los periodistas de iDNES.cz y Pražský Deník realizaron una visita al sitio y entrevistaron a los dueños de las tiendas, que negaron haber prohibido el acceso. Tampoco se encontraron engomados en los escaparates que prohibieran el acceso a refugiados ucranianos.
El origen de esta desinformación surgió cuando ambas imágenes fueron enviadas al diario Praga Morning por un lector. La empresa periodística decidió tuitear sobre el hecho, pero más tarde se percataron de que se trataba de desinformación.
A través de otro tuit, se disculparon con su audiencia y reconocieron su error.
“Lo sentimos. Recibimos las fotos esta mañana en Facebook de uno de nuestros lectores, diciendo que las tomó ayer por la tarde y confiamos en él”, describe el tuit.
Hele, @PragueMorning Že jste to smazali je fajn, ale že byste tedy uveřejnili upozornění, že jste zveřejnili podvrh?
Když jsem to sdílel, tak mi váš web přišel jako důvěryhodný, s historií, s minimálním důvodem nedůvěřovat.
Takže mazat fajn, ale něco tomu chybí pic.twitter.com/OtvdwwvLtE
— Daniel Dočekal (@Medvidekpu) May 26, 2022
Esta información también fue verificada por el equipo español de Newtral.es, y llegaron a las mismas conclusiones que este equipo.
Esta no es la primera verificación que El Sabueso realiza sobre supuestos daños y comportamientos agresivos de refugiados ucranianos en otros países. Lo que busca este tipo de desinformación es promover un discurso de odio hacia los refugiados.
En conclusión, es falso que tiendas en Praga colocaran en sus escaparates letreros para prohibir el acceso a sus tiendas a refugiados ucranianos. Se trata de imágenes manipuladas.
Mamadou Safayou Barry, un guineano de 25 años, emprendió un viaje en bicicleta de más de 4.000 kilómetros para estudiar en la universidad de sus sueños.
La Universidad de sus sueños estaba a más de 4 mil kilómetros de su hogar y aún así Mamadou Safayou Barry decidió montarse en su bicicleta y atravesar 6 países para llegar hasta ella.
En mayo, partió de Guinea hacia el prestigioso centro Al-Azhar, situado en Egipto con la esperanza de ser aceptado.
En el camino de esta aventura, el joven de 25 años y padre de un niño, soportó un calor abrasador durante 4 meses y hasta fue detenido en uno de los países repletos de militantes islamistas o golpes de estado.
Pero valió la pena.
Cuando finalmente llegó a El Cairo recibió una beca por parte de la institución.
Estoy “muy, muy” feliz, le dijo a la BBC.
Agregó que pese a no poder pagar el curso de Estudios Islámicos en Al-Azhar, ni los vuelos a Egipto, la reputación de la universidad lo impulsó a arriesgarse en un viaje a través de Mali, Burkina Faso, Togo, Benin, Níger y Chad.
Al-Azhar es uno de los centros de aprendizaje islámico sunita más influyentes del mundo.
También es uno de los más antiguos. Fue fundado en el año 670 d.C.
Barry salió de su casa “en busca de conocimientos islámicos”, pero en Malí, Burkina Faso o Níger, los ataques de militantes islamistas contra civiles son frecuentes y los recientes golpes de estado han provocado inestabilidad política.
“Viajar por estos países es muy difícil porque no tienen seguridad en este momento”, dijo.
“Tienen muchos problemas y la gente está muy asustada. En Mali y Burkina Faso la gente me miraba como si fuera una amenaza. Veía a los militares por todas partes portando armas grandes y coches“, dijo Barry.
Dijo que fue arrestado y detenido tres veces sin una buena razón: dos en Burkina Faso y una en Togo.
Sin embargo, la suerte de Barry cambió cuando llegó a Chad.
Un periodista lo entrevistó y publicó su historia en internet, lo que llevó a algunos buenos samaritanos a financiarle un vuelo a Egipto.
Esto le evitó andar en bicicleta por Sudán, dónde algunas áreas son actualmente zonas de guerra.
El 5 de septiembre llegó finalmente a El Cairo.
Su determinación le valió una reunión con la decana de estudios islámicos, Nahla Elseidy.
Después de hablar con él, Elseidy le ofreció una plaza en el curso de Estudios Islámicos de Al-Azhar, con una beca completa.
La decana dijo en las redes sociales que la universidad estaba dispuesta a ofrecer sus conocimientos a estudiantes de todo el mundo
Y que esta filosofía “no sólo cubre a los estudiantes internacionales en Egipto sino que también se extiende más allá. Al-Azhar recibe estudiantes de todos los países, los cuida y les ofrece ayudas”.
Barry dijo que estaba “muy, muy feliz” de haber recibido la beca.
“No puedo expresar lo feliz que estoy. Le di gracias a Dios“, dijo.
Barry añadió que los problemas que se encontró durante su expedición quedaron olvidadas hace mucho tiempo y borrados por la alegría de poder convertirse en un becario de Al-Azhar.
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