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Accidentes en Pemex duplican su frecuencia y gravedad, mientras que presupuesto para mantenimiento se redujo
Accidentes en Pemex duplican su frecuencia y gravedad, mientras que presupuesto para mantenimiento se redujo
8 minutos de lectura

Accidentes en Pemex duplican su frecuencia y gravedad, mientras que presupuesto para mantenimiento se redujo

En dos años Pemex registró un aumento de 152% en la frecuencia de accidentes y en el último año un crecimiento de 126% en su indicador de gravedad, con respecto al 2018. En tanto que de 2020 a 2022 su presupuesto para mantenimiento se redujo un 49%.
13 de julio, 2023
Por: Frasua Esquerra
@ 

En los últimos dos años Pemex registró un aumento del 152% en la frecuencia de los accidentes y el indicador de gravedad reportó en el último año un aumento de 127%, respecto del promedio del 2018 al 2020.

En lo que va de esta administración se han registrado, al menos, 22 trabajadores fallecidos y 453 lesionados en accidentes en centros de trabajo de Pemex y tan solo de enero a marzo de este año se registraron 40 trabajadores lesionados y 10 fallecidos por accidentes de trabajo.

Oscar Ocampo, coordinador de Energía y Medio Ambiente del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), indicó en entrevista con Animal Político que “la explicación más lógica” del aumento de estos índices en Pemex “está en la parte de la inversión”. 

Ocampo señaló que en los últimos años se estaban invirtiendo en mantenimiento “unos 500 millones de dólares”, que “no es nada”, señala, “comparado con otras petroleras”, que invierten en el mantenimiento “mucho más del 5%” de su presupuesto total.

Asimismo, año con año Pemex se aleja cada vez más de las metas que ha establecido en sus Planes de Negocio. En el 2021 la brecha fue del 63% y en el 2022 ésta se elevó a 133%. 

Y mientras que la frecuencia y la gravedad de accidentes en Pemex aumentan, de 2020 a 2022 el presupuesto aprobado para el mantenimiento de la empresa se redujo un 49%.

Trabajadores lesionados y fallecidos

El pasado viernes 13 de julio, se registró un incendio en la plataforma Nohoch Alfa, uno de los yacimientos de petróleo que pertenece al complejo Cantarell, ubicado en la Sonda de Campeche.

A través de un comunicado Pemex informó que como consecuencia del accidente dos personas fallecieron, ocho resultaron lesionadas y una más se encuentra desaparecida. 

En su primer y más reciente reporte trimestral de este año Pemex informó que de enero a marzo de 2023 se registraron 40 trabajadores de Pemex lesionados y 10 fallecimientos por accidentes de trabajo.

Según indica el reporte, cinco fallecimientos ocurrieron en Pemex Exploración y Producción y otros cinco en Pemex Transformación Industrial. 

Pemex indica que tres de los trabajadores perdieron la vida el 23 de febrero de 2023 en un incendio que se presentó en la Planta Combinada Maya de la Refinería Minatitlán, en el que otras dos personas resultaron lesionadas.

Ese mismo día Pemex reportó “un accidente relacionado con un incendio en el equipo de perforación PM-119” en el que otros cinco trabajadores perdieron la vida.

Con base en datos obtenidos de la respuesta a una solicitud de información (1857200185721) y a los reportes trimestrales de la empresa de 2021 a la fecha, podemos conocer que en lo que va de esta administración se han registrado, al menos, 22 trabajadores fallecidos y 453 lesionados en accidentes en centros de trabajo de Pemex.

Frecuencia de accidentes aumentó 152% 

Cada trimestre Pemex reporta el índice de frecuencia y el índice de gravedad, dos indicadores que nos permiten conocer, tal y como sus nombres lo indican, la frecuencia y la gravedad de los accidentes que ocurren al interior de la empresa.

El índice de frecuencia es el número de accidentes con lesiones incapacitantes por millones de horas-hombre de exposición al riesgo en el periodo considerado. 

Un accidente incapacitante es, de acuerdo con Pemex, un suceso repentino e inesperado que produce una lesión orgánica, perturbación funcional o la muerte, inmediata o posterior, en ejercicio o con motivo de trabajo. 

Mientras que las horas-hombre de exposición al riesgo son el número de horas laboradas por todo el personal en el interior de las instalaciones o fuera de éstas.

De acuerdo con datos de Pemex, la frecuencia de los accidentes ha venido presentando un aumento constante a partir del segundo trimestre del 2021. 

Mientras que al comenzar el 2021 Pemex reportó 0.23 accidentes incapacitantes por millón de horas hombre trabajadas, dos años después, para el primer trimestre del 2023 la empresa reportó 0.58 accidentes incapacitantes por millón de horas hombre trabajadas. Lo que representa un aumento de 152% en la frecuencia de los accidentes en tan solo dos años. 

Por arriba del estándar internacional

Mientras que durante el 2019 y el 2020 el índice de frecuencia de accidentes en Pemex mantuvo un índice acumulado de 0.24, para el 2021 éste se reportó en 0.36, lo que representó un aumento del 50% en un año.

Para poner estas cifras en perspectiva, el estándar internacional que reporta la Asociación Internacional de Productores de Petróleo y Gas (IOGP por sus siglas en inglés) en su reporte de Indicadores de rendimiento de seguridad 2022, es de 0.28.

En el 2022 este índice anual fue de 0.49, lo que representó un aumento del 36% con respecto al año inmediato anterior, un 104% con respecto al 2020 y un 75% con respecto al estándar internacional.

En sus dos últimos reportes trimestrales —cuarto trimestre del 2022 y primer trimestre del 2023— Pemex ha reportado un índice de frecuencia de 0.58. Esta cifra representa ya un aumento de 142% con respecto a lo registrado en el 2020.

En su Informe Anual 2022 Pemex indica que en el 2022 “Pemex Logística tuvo el incremento más importante tanto en el número de lesionados como en el índice de frecuencia”. El informe indica que las causas principales de las lesiones fueron la operación de maquinaria, la carga y manipulación de objetos y las caídas.

Índice de frecuencia de accidentes en Pemex del 2018 al 2023
FUENTE: Elaboración propia con base en datos de Pemex.

Indicador de gravedad aumenta un 126%

El segundo indicador es el correspondiente al índice de gravedad, el cual  refiere al total de días perdidos por millones de horas-hombre de exposición al riesgo en el periodo considerado. 

Los días perdidos son los días de incapacidad médica por lesiones a consecuencia de accidentes de trabajo, más los días de arrastre, más los días de indemnización por incapacidad parcial o total, permanente o muerte.

En los últimos dos años este indicador, que evalúa la gravedad de los accidentes, también ha aumentado considerablemente. 

Mientras que del 2018 al 2020 este índice mantuvo un promedio de 15 días perdidos por millón de horas-hombre, en 2021 el índice se elevó a 19 y para el 2022 la cifra aumentó casi al doble, llegando a los 29 días.

Si tomamos en consideración el último año de actividad —los últimos cuatro trimestres reportados por Pemex— encontramos un índice de gravedad promedio de 34 días. Esta cifra representa un aumento de 126% con respecto a los 15 días promedio que se reportaron del 2018 al 2020.

Índice de gravedad de accidentes en Pemex del 2018 al 2023
FUENTE: Elaboración propia con base en datos de Pemex.

Presupuesto para mantenimiento 

Y pese al aumento en la frecuencia y la gravedad de los accidentes en Pemex, del 2020 a 2022 el presupuesto aprobado para el mantenimiento de infraestructura se redujo un 49%, al pasar de los 16 mil 800 millones de pesos en 2020 a 8 mil 600 millones de pesos en 2022

Durante los últimos cuatro años de la administración de Peña Nieto (2015-2018) se destinaron, en promedio, 17 mil 850 millones de pesos reales a este rubro, mientras que en los primeros años de la actual administración (2019-2022) el presupuesto se redujo, en promedio, a 11 mil 150 millones de pesos reales. Esto representa una disminución de 38% entre ambos periodos.

Tan solo de un año a otro, del 2018 —último año de la pasada administración— al 2019 —primer año de la actual administración— la reducción del presupuesto fue del 56%, al pasar de los 19 mil 300 pesos reales en el 2018 a 8 mil 500 pesos reales en el 2019.

Para el 2023 se aprobó un presupuesto para el mantenimiento de infraestructura de Pemex Transformación Industrial de 23 mil 481 millones de pesos —20 mil 600 mdp de 2021—. Esta es la cifra más alta que se ha destinado al mantenimiento en Pemex al menos desde el 2011. 

Sin embargo, esta inversión aún no es suficiente, indica Oscar Ocampo, ya que actualmente se encuentra por debajo del “10% y en años anteriores rondaba el 5%”, del total del presupuesto destinado a Pemex. “Este número tendría qué ser —como mínimo— quizás el 10%” indicó el especialista.

Esto “para tener un mantenimiento adecuado” refirió Ocampo, “Ya no estamos hablando para modernizar la infraestructura o para meter tecnología de punta, sino para que sea un mantenimiento adecuado”.

Presupuesto real

Pemex no alcanza sus metas

En su Plan de Negocios 2019-2023 Pemex estableció como meta que para el 2021 el índice de frecuencia de accidentes sería de 0.22, pero ese año fue de 0.36, la diferencia fue del 63%.

Para el 2022 el Índice de frecuencia de accidentes sería de 0.21, sin embargo ese año la cifra fue de 0.49. Una diferencia de 133%, cifra que corresponde a más del doble de la que se presentó en el 2021.

La meta estimada en aquel plan de negocios para el 2023 era de 0.20, sin embargo, en el primer trimestre del 2023 el dato se ubicó en 0.58. Lo que muestra una diferencia del 190% con respecto a la meta de seguridad establecida por Pemex.

En su Plan de Negocios 2021-2025 Pemex ajustó sus metas del 2021 al 2023 en un 0.01%. Indicó un índice de frecuencia de accidentes de 0.23 para 2021, 0.22 para 2022 y 0.21 para 2023. 

Sin embargo, las metas para 2021 y 2022 tuvieron una diferencia del 56% y 122%, respectivamente.

En su Plan de Negocios 2023-2027 la empresa reconoció que “en 2021 enfrentó incidentes que rompieron la tendencia positiva e incrementaron el índice de frecuencia”. Sin embargo, mantiene una meta de 0.22 del 2023 al 2025 y un 0.21 para el 2026 y 2027.

Metas del Plan de Negocios de Pemex para el Índice de Frecuencia
FUENTE: Elaboración propia con base en datos del Plan de Negocios de Pemex 2019-2023 y los Reportes Trimestrales de Pemex.

Sin sanciones no hay incentivos

En el 2021 una investigación periodística publicó que “a pesar de los diversos accidentes en sus instalaciones, la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), encargada de supervisar y regular la seguridad de las instalaciones petroleras, ha evitado sancionar a Pemex en los últimos años”. 

De acuerdo con información que obtuvieron vía Transparencia, Pemex “sumó multas por 4.54 millones de pesos entre 2015 y 2017 por incumplimiento de la legislación en temas de seguridad industrial”. Sin embargo, a partir de 2018 —y al menos hasta septiembre del 2021—, Pemex no registró otra sanción por parte de la ASEA. 

La ausencia de sanciones a Pemex, indicó el coordinador de Energía y Medio Ambiente del IMCO, provoca que no se tengan incentivos para modernizarse o para ser más eficiente. “Si tú tienes un regulador que no muerde, no tienes los incentivos para cumplir con tus objetivos y con tus condiciones regulatorias” indicó Ocampo. 

“Eso responde más bien no tanto a que Pemex sea una empresa altamente eficiente… tiene qué ver más con la preferencia de esta administración por las empresas productivas del Estado”. “Al final todo es congruente con la instrucción de darle un trato preferencial y diferenciado a Petróleos Mexicanos sobre el resto de los operadores privados” indicó Ocampo.

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Imagen BBC
La extraordinaria historia de Tony Osornio, la primera mujer paracaidista de México
12 minutos de lectura

Mi pasión por el paracaidismo me llevó al límite, pero un accidente que me alejó de él para siempre me reveló mi verdadera misión en la vida.

17 de septiembre, 2023
Por: BBC News Mundo
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La mexicana Tony Osornio ha sido una apasionada del paracaidismo. Su amor por este deporte de riesgo la llevó a ganar varios campeonatos e, incluso, a alcanzar el grado de subteniente en el ejército de su país, cuando no había mujeres soldados.

Pero en 1984, sufrió un accidente que cambió su vida para siempre.

Esta nota es una adaptación de la entrevista que le dio Tony al programa de radio BBC Outlook sobre su increíble historia.

Nací y crecí en un hogar muy tradicional en San Juan del Río, Querétaro, a unas dos horas de Ciudad de México.

Soy la más joven y la única mujer de cuatro hermanos. Siempre fui tan inquieta que mi papá decía que tenía la energía de mis tres hermanos juntos.

Con mi mamá tuve problemas porque ella decía que las mujeres pertenecíamos a la casa y que los hombres eran los que tenían que salir a la calle. Nunca me dejó ir a estudiar en la ciudad de Querétaro.

Yo sentía que, en vez de acercarme, me alejaba con tantas exigencias. Incluso me golpeaba por desobedecer. Pero, aun así, yo me escondía de ella para hacer el trabajo de mis hermanos, jugar futbol con ellos y mojarme en la lluvia, todo lo que se suponía que no debía hacer.

Me sentía como en una prisión. Llegó un punto en el que no podía soportarlo más. Si mi mamá no me dejaba salir, entonces tendría que encontrar la forma de escapar.

Resolví que me iría con el primer hombre que se quisiera casar conmigo.

Antes de que cumpliera 17, mi primer y único novio me propuso matrimonio. Yo le dije que sí, si me permitía estudiar y salir y tener más libertad.

Mi papá intentó convencerme de que no lo hiciera. Incluso me dijo que me compraría un carro si me quedaba hasta terminar la secundaria.

Pero yo estaba decidida. Quería casarme para salir de allí.

Me casé realmente emocionada de tener esa libertad, de tener una aventura.

Mi marido estaba en el ejército, así que sentía que estaba entrando en un mundo nuevo. Le encantaban los pasatiempos llenos de adrenalina, como conducir carros rápidos y motos y también el paracaidismo.

La verdad es que al principio mi matrimonio fue muy divertido. Nos gustaban las mismas cosas y aprendí mucho de él porque era 11 años mayor que yo. El día que me casé no estaba enamorada, pero con el tiempo me enamoré y los dos nos queríamos mucho.

Luego llegó mi primera hija, Mariela. Fue algo hermoso y maravilloso, pero también muy difícil para mí. Mi marido seguía en el ejército y viajaba mucho, a veces por meses.

Fue abrumador sentir que yo tenía que estar ahí con ella y cuidarla. Sentí que esa bebé se interponía en mi camino.

El día que encontré mi pasión

Tony Osornio
(Foto: Tony Osornio) Tony escribió su historia en el libro Salto de amor por la vida, que fue adaptado al cine.

Mi marido dirigía una escuela de paracaidismo.

Yo sentía que era mi obligación ayudarlo. Pero en realidad estaba harta de viajar todos los fines de semana para acompañarlo.

Hasta que un día un amigo de mi marido le dijo: “Deberías involucrarla más para que no se aburra y se canse tanto de venir aquí. Déjala dar un salto con nosotros”.

Entonces mi marido me preguntó: “¿Quieres saltar?”.

“Por supuesto que no. No voy a hacer eso”, le respondí.

“Tienes miedo”, me retó. Él sabía que yo era orgullosa.

Entonces dije: “No, no, no. Apúntame para el próximo salto”.

No era un salto cualquiera. Era parte de una competencia de paracaidismo.

Y llegó el día. Me subí al avión, fui viendo cómo uno por uno los demás saltaban y llegó mi turno. Me acerqué sigilosamente a la puerta abierta. Y salté.

Sentí el aire en la cara y sentí que flotaba. Fue una maravilla sentirme conectada con el cielo, con el aire, con una libertad que no puedo describir con palabras. Una sensación tan profunda como la de ser uno con el todo.

Y supe que ese era el lugar al que pertenecía.

Fue un shock total para mí. Fue un placer que no puedo describir completamente. Fue maravilloso, maravilloso, maravilloso. Y lo único que vino a mi cabeza fue que tenía que hacerlo de nuevo.

Gané el segundo puesto en ese concurso. Fue toda una sorpresa porque descubrí que tenía esas habilidades.

Me resultaba muy fácil enfrentar la altura, mantener el equilibrio y encontrar la distancia exacta al punto de aterrizaje. Se me daba bien.

El trofeo fue lo de menos en comparación con las sensaciones que sentí y que me acompañaron durante toda la semana. Mientras lavaba los platos o conducía o cocinaba, revivía lo que había experimentado.

Una mujer en el Ejército

Tony Osornio
(Foto: Tony Osornio) Como paracaidista militar, Tony logró el grado de subteniente.

Seguir saltando no fue fácil porque no es un deporte barato.

Pero mi marido era comandante de la brigada paracaidista, así que solía hacer saltos militares con el ejército.

Le pregunté si podía saltar con él del avión militar cada vez que él saltara. Podría ponerme un uniforme. Nadie se daría cuenta y no costaría nada.

Me dijo que estaba loca. Luego de un mes de insistencia, cedió.

Yo escondía mi cara debajo del casco y no miraba a nadie. Hasta que un día hubo una exhibición ante el Secretario General y el Presidente del Ejército.

Pensamos que como estábamos lejos nadie se daría cuenta, así que salté y todo fue perfecto. Fui la primera en aterrizar, quitarme el overol y ponerme en formación saludando a la bandera.

¿Por qué hay una mujer aquí? No hay ninguna mujer en el ejército”, preguntó el Secretario General.

Fue una situación rara. Mi marido podía terminar fusilado por haber roto las reglas.

Así que aproveché la oportunidad y pedí enlistarme en el ejército. Todo el mundo me miraba como si estuviera loca.

“Con tu apoyo, te prometo que seremos un grupo de paracaidistas que llevará en alto el nombre de México”, le dije al Secretario.

Para convertirme en soldado y recibir el mismo trato que los demás, iba a tener que superar unas duras pruebas físicas. Una de ellas consistía en correr 20 kilómetros, llevando una gran mochila.

La primera vez que lo intenté, solo logré correr cinco y me vomité. Los demás reclutas me ridiculizaron y me enfurecí.

Pero no me rendí. Entonces, antes de llevar a mi hija al colegio, corría por todo el barrio. Pasaron meses antes de que pudiera demostrar que las mujeres también podíamos hacerlo.

Empecé a ver la belleza de estar en el ejército y defender a tu país. Por otro lado, era doloroso porque muchos hombres se burlaban de mí y hablaban de mí a mis espaldas.

Había noches en las que llegaba a casa y me pasaba la noche llorando y pensando que no iba a poder con todos esos hombres.

Un día me enfadé muchísimo y les grité: “Cuando puedan hacer los saltos que yo hago y tengan todos los trofeos que tengo, entonces aceptaré su juicio, pero no antes”. Me gané su respeto.

El salto que cambió mi vida

Recuerdo que mi papá me decía: “Chiquita, ya viviste campeonatos, saltos militares, saltos libres. Por favor, cuídate. No puedo dormir de la preocupación”.

Pero yo le decía que sin el paracaidismo me moriría.

Incluso cuando estaba embarazada de mi hijo Paco, seguí saltando. Iba a competir en un campeonato en París, así que no quería divulgarlo.

Pero luego casi lo pierdo en un salto. Esta pasión me llevó al límite de ser irresponsable. Lo fui. Lo único que quería era tener un avión en frente y poder saltar y saltar y sentir esa sensación, esa adrenalina.

Ahora que han pasado los años, me cuestiono cómo me atreví a todo eso.

En ese momento, sentía que estaba en la mejor faceta de mi vida, más enamorada de mi marido que nunca, con dos hijos preciosos, un buen sueldo y haciendo el deporte que me apasionaba.

Un día, en febrero de 1984, todo cambió.

Llegó la oportunidad de hacer un salto frente al entonces Presidente de México, Miguel de la Madrid.

La noche antes de ese salto, sentí algo que nunca había sentido antes. Me sentí rara, como si no quisiera saltar.

Había mucho viento. Y el viento para los paracaidistas es lo más peligroso, así que pidieron que participáramos solo los más experimentados.

Una vez abordé el helicóptero, le dije a mi esposo: “No quiero hacerlo”.

Él me respondió: “¿Tú? ¿Que siempre quieres saltar y hoy no? ¿Hoy, cuando el presidente está mirando? No podemos fallarle. Ya estamos en el aire. Es demasiado tarde”.

Le pedí un beso, y saltamos.

Teníamos que engancharnos para crear una bandera mexicana en el aire, y luego desengancharnos.

Creamos la bandera perfectamente, pero el viento empezó a halarnos. Sentí que iba a estrellarme encima del Presidente y que me iba a llevar a todo el público por delante.

Como era la más liviana, el viento me halaba con más fuerza. Halé el freno con toda la fuerza que pude.

Pero en ese entonces, si frenabas así de fuerte, se rompía el paracaídas. Y así fue.

Aterricé tras una caída libre de 25 metros. No tuve tiempo para abrir el paracaídas de emergencia.

Tony Osornio
(Foto: Tony Osornio) El paracaidismo deportivo tuvo un gran apogeo en la década de 1970 gracias a la invención de un sistema de liberación rápida del paracaídas.

Un dolor de otro mundo

Sentí el crujido de todos mis huesos. Luego, una sensación muy extraña: no sentía mi cuerpo en absoluto, solo mi cabeza.

Durante unos instantes, vi todo en cámara lenta e iluminado por una luz blanca brillante, algo muy bello.

Pero de repente un intenso dolor en mi cuello me trajo de nuevo a mi realidad. Estaba tendida en el suelo y todo mi cuerpo, flácido como un trapo. No podía mover aboslutamente nada.

La primera reacción de la gente a mi alrededor fue sacarme del lugar, porque la ceremonia debía continuar. Pero el presidente, a cuyos pies caí, dijo: “no, no, no, llévenla en mi helicóptero directamente al hospital militar”.

Fue la primera vez que reconocí la importancia de la respiración, porque sentía que no podía respirar. Trataba de tomar aire, pero no lo sentía.

Paco, mi hijo, tenía cuatro años y me vio saltar esa vez. Recuerdo que lo vi y pensé: “Tienes que aguantar porque él está aquí”. Verlo me dio las fuerzas para continuar. Estaba al borde de la muerte. Mientras me llevaban, logré hacerle un guiño.

Ese fue el momento exacto en el que mi vida dio un drástico giro de tenerlo todo a no tener nada.

Pasé tres años mirando al techo. Me taladraron tres clavos en el cráneo para sujetarme a algo llamado halo ortopédico. Tuve que soportar un peso de más de 18 kilos en la cabeza para tratar de alinear mi cuello con la columna vertebral.

Reconstruyeron mi cuello con un trozo de hueso de mi cadera porque se había desmoronado totalmente. Tuve que soportar mucho dolor, mucha desesperación, hasta el punto de la locura.

Durante las primeras semanas, estuve casi inconsciente. Los médicos no creían que fuera a sobrevivir.

Mi diagnóstico fue cuadraplejia. Dijeron que nunca más iba a poder mover del cuello para abajo.

Tampoco controlaba mis funciones corporales. Tenía que usar un catéter y pañales.

Mentalmente, me fui a un lugar muy oscuro. Estaba atrapada sin poderme mover ni sentir. Tenía llagas en todo el cuerpo por tanto estar quieta que se infectaban y apestaban. Me sentía como un trapo inútil.

Y entonces mi marido me dejó por una enfermera.

Tony Osornio
(Foto: Tony Osornio) Tony sufrió su accidente a los 29 años. Hoy tiene 69.

El infierno

Yo digo que, si existe el infierno, yo lo viví y mis hijos lo vivieron conmigo. Pero también eso nos fortaleció. Mis hijos fueron el motor que me impulsó a seguir. Eso, y la rabia que le tenía a mi ex.

Estaba devastada. Sentía que estaba en lo más profundo de la oscuridad y que me estaba perdiendo en mis pensamientos de que sería más fácil si estuviera muerta.

Cuando volví a casa, mis hijos saltaban de alegría, pero yo estaba destrozada por la depresión.

Fue tan triste para mis hijos descubrir que tenían una mamá tan enojada y demandante; estaba fuera de mí. A veces hay tanto dolor interno que no sabes dónde ponerlo. Me desquité con ellos.

Mariela dejó de hablar. Sus profesores me dijeron que se quedaba en un rincón durante el recreo completamente muda.

Paco se metía en peleas con otros niños siempre que tenía el chance. Lo expulsaron de siete colegios. Así que sí, nuestras vidas cambiaron mucho cuando salí del hospital.

Yo realmente creía que iba a salir caminando del hospital, así que no poder hacerlo me enfadó y me deprimió muchísimo.

Pensaba: “¿De qué les sirvo a mis hijos si al volver del colegio se encuentran con una madre tumbada sin control de esfínteres y sin comida en la mesa para ellos?”

Yo no quería limosnas de nadie. Era demasiado orgullosa para recibir ayuda.

Empecé a vender cosas por teléfono. Luché por mi pensión y por encontrar la manera de sobrevivir. Pero seguía hundiéndome en la oscuridad y la depresión.

Llegué a un punto en el que pensé que era mejor dejar a mis hijos sin madre que tener que soportar esto. Ya ni quería abrir los ojos. Había decidido suicidarme. Llevaba varios días sin comer. Me estaba desvaneciendo.

El milagro

Tony Osornio
(Foto: Tony Osornio) Contra los pronósticos de sus doctores, Tony pudo volver a ponerse de pie.

Fue ahí cuando conocí a Martha, mi terapeuta. Cuando hablé con ella, sentí algo muy especial en sus ojos, sentí que me hablaba desde el corazón. Y recuerdo perfectamente que me dijo: “He visto personas que mueven su cuerpo, pero no se mueven interiormente. Tú tienes un volcán dentro”.

Creo que, tan pronto como empiezas a sanar tu alma internamente y empiezas realmente a creer que es posible, entonces puede mejorar tu salud.

Mi cuerpo era lo de menos para mi curación real.

No fue sino hasta que enfrenté con toda esa desesperación, esos celos, esa intolerancia, que mi cuerpo empezó a moverse. Muy poquito al principio. Pero luego más y más.

Fue un milagro. Los doctores que vieron mis radiografías no podían creer lo que estaban viendo. Con mi diagnóstico, se suponía que solo podía mover los ojos y nada más. Pero he ido recuperando más y más movimientos.

Lo que más me cuesta es mover las manos. Pero puedo sentir mi cuerpo. Lo siento incluso más intensamente que cuando caminaba.

En ese camino, llegó un día que estaba meditando en mi jardín y sentí una iluminación, una sensación de dicha que nunca había sentido en mi vida, ni siquiera durante mis mejores saltos. Me sentí abrumada por tanta energía y tanto placer. Incluso pensé que la silla de ruedas, que tanto odiaba usar todos los días, había sido mi mejor maestra.

Entonces fui a buscar a Martha, mi terapeuta, y le dije que quería compartir lo que había aprendido en mi proceso con otras personas en condición de discapacidad. Y así fue como encontré la misión de mi vida.

Con su ayuda, creé la Fundación Humanista de Ayuda a Discapacitados, o Fhadi, para ayudar a otros mexicanos con discapacidad motriz.

En estos más de 25 años, hemos encontrado personas en estado de abandono muy graves: No tenían una silla de ruedas. Los dejaban en el suelo, indefensos, con solo 23 o 28 años. Fue muy triste descubrir que todo esto existe.

Pero ahora uno de los mayores tesoros de mi vida es ver a estas personas crecer y prosperar, como yo lo hice. Me da mucho placer y satisfacción.

Ahora soy más libre que nunca. Y lo logré estando presente en mi propia vida, en cada momento de la manera más sencilla y natural.

Aún necesito fisioterapia y ayuda porque no puedo mover las manos. Pero saboreo la vida más profundamente y me siento incluso mejor que cuando caminaba. Me siento feliz.

Tony Osornio
(Foto: Tony Osornio) Desde 1997, Tony ayuda a personas en condición de discapacidad en su fundación Fhadi.
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