Las consecuencias de la manifestación de respaldo al INE y repudio al Plan B del pasado 26 de febrero aún no concluyen. El presidente López Obrador ya opinó sobre ella; el Plan B se publicó, y falta todavía tiempo para que las deliberaciones decisivas sucedan en la Suprema Corte. Para añadir más amplitud y contexto a esta discusión, realicé un análisis sobre la confianza de la población en el INE y la comparé con la confianza que tienen en el presidente López Obrador. Los datos analizados son de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental realizada por el INEGI.
En un primer análisis, la confianza que genera el INE en las personas a nivel nacional es de 54 %. Hay que decir que el término confianza se refiere a las personas que respondieron “mucha confianza” o “algo de confianza” en la encuesta. En lo que toca a los estados, la confianza oscila entre 46 % y 68 %. Las entidades con mayor confianza para el INE son Nayarit con 68 % y Nuevo León con 63 %, respectivamente.
Por otro lado, la confianza que sienten las personas frente al presidente se ubica en un promedio nacional de 57%. En los estados, el promedio oscila más que el INE: va de 43% a 71%. Los dos estados con mayor porcentaje de confianza reportada para el mandatario son Campeche y Coahuila con 71% y 69% respectivamente.
Al observar estas dos gráficas, es posible percibir que la confianza en el INE se muestra con mayor fuerza en el centro y en el norte del país. Por otro lado, la confianza ante el presidente es más notoria en la zona sur y en algunos estados del norte.
En el caso de la desconfianza hacia el INE promedia 41.3% y oscila entre el 30% al 51%; con Tabasco e Hidalgo como las entidades con mayor desconfianza –la primera 51% y la segunda 48%.
En cuanto a la desconfianza con el presidente, el promedio nacional se ubica en 39,5%, y oscila de 28% a 52%. Los estados donde se concentra la mayor desconfianza hacia él son Zacatecas con 52% y Baja California Sur con 50%.
Los porcentajes de desconfianza muestran patrones más marcados. Los estados donde el INE recibe mayor desconfianza se ubican en el sur del país. La zona donde más desconfianza hay hacia el presidente son los estados del centro.
Al generar un cruce de información: evaluamos la confianza en el INE y en el presidente, al tiempo que nos enfocamos en los partidos que gobiernan los estados. Encontramos que San Luis Potosí, un estado gobernado por el Partido Verde, es el estado de mayor confianza al INE. Y es interesante que los estados gobernados por MORENA son los estados donde el promedio de desconfianza al INE es más alto.
Por otro lado, también el estado donde gobierna el Partido Verde es donde más se muestra confianza hacia el presidente, mientras que, en promedio, los estados donde gobierna el PAN son los que menos confianza tienen hacia el mandatario, seguidos de los estados en donde gobierna el PRI. También es interesante al observar la confianza al presidente que en los estados gobernados por MORENA ocupa el tercer lugar en promedio.
Si se analiza la desconfianza para ambas figuras, los estados gobernados por el PRI son donde, en promedio, se desconfía más tanto del INE como del presidente.
Al hacer una revisión aún más detallada de la relación entre el partido que gobierna cada entidad con la confianza entre ambas figuras, obtenemos el siguiente resultado.
En los estados que son gobernados por Movimiento Ciudadano, Nuevo León es quien tiene mayor porcentaje de confianza hacia el INE con el 63%. En los estados gobernados por el PAN, Yucatán es el que muestra mayor confianza con el 58%. Entre los gobernados por el PRI, Durango muestra la mayor confianza con 61%. Finalmente, entre los estados gobernados por MORENA, es Nayarit quien tiene mayor confianza con el 68%.
En cuanto a la confianza hacia el presidente, entre los estados gobernados por Movimiento Ciudadano sobresale Nuevo León con 60% –tres puntos por encima del promedio nacional de confianza (57%). También sobresale Coahuila entre los estados gobernados por el PRI. Aunque el promedio entre estos estados se encuentra en 53% de confianza, Coahuila ocupa la segunda posición a nivel nacional con un 69%, muy por encima del promedio entre los estados gobernados por su partido y aun del promedio nacional. Entre los estados gobernados por el PAN es Yucatán quien sobresale con una confianza del 59%, –nueve puntos más que el promedio de los estados de su partido y ubicándose también por encima del promedio nacional.
Por otra parte, la desconfianza hacia el INE está protagonizada por el Estado de México gobernado por el PRI con el 48%. Por parte de Movimiento Ciudadano es Jalisco con el 44%. En el caso de los estados gobernados por el PAN, Chihuahua con el 42% es el que más desconfía. Por parte de MORENA es Zacatecas con el 48.4%.
En cuanto a la desconfianza en el presidente, por parte de MC es Jalisco quien cuenta con el mayor porcentaje (46%), entre las entidades del PAN es Chihuahua con el 50%, entre las del PRI es el Estado del México con el 49% y entre las de MORENA es Zacatecas con el 52%.
Por último, si analizamos el cruce entre la confianza del INE y la del presidente obtenemos los siguientes resultados.
La mayoría de las personas confía en ambas figuras (36%); sin embargo, el segundo porcentaje más alto corresponde a la desconfianza de ambas (25.6%). Así mismo, los extremos intercambiables entre la confianza a cada figura son muy similares, ambos tienen alrededor del 16%.
Para contar con un poco más de detalle sobre la conformación de cada porcentaje anterior, la siguiente gráfica muestra a los 5 estados con el mayor porcentaje de este cruce, las barras corresponden al color de partido que gobierna actualmente en cada estado.
Por un lado, es interesante que entre los estados que más confían tanto en el INE como en el presidente se encuentren algunos que no son gobernados por MORENA, como el caso de Coahuila, Nuevo León y San Luis Potosí. Otro dato interesante es que entre los que no confían ni en el INE ni en el presidente, la mayoría son estados gobernados por MORENA, y uno por el PAN.
Los estados que no confían en el INE, pero sí confían en el presidente se encuentran principalmente en el sur del país y todos son gobernador por MORENA. Así mismo se puede ver que Michoacán, Jalisco, Estado de México y Ciudad de México son entidades que confían en el INE más no en el presidente.
Es interesante pensar que uno de los estados que en este año tendrá elecciones para renovar la gubernatura, Coahuila, es uno de los estados que tiene mayor confianza en el presidente, no obstante ser un estado gobernado por el PRI. El Estado de México, por su parte, tiene altas tanto la desconfianza al INE como la desconfianza al presidente, 48% y 49%, respectivamente.
La manifestación en favor del INE de febrero de 2023, e incluso la anterior que tuvo lugar a finales de 2022, encuentran una correlación en los niveles de confianza que las personas manifiestan tener en el INE. Lo mismo pasa con la confianza reportada y la marcha que convocó el presidente López Obrador a finales de noviembre de 2022. La confianza en estas dos instituciones aparentemente enfrentadas será cada vez más importante conforme avance el año y se acerquen las contiendas electorales de 2023 y la decisión de la Suprema Corte sobre la constitucionalidad de los cambios introducidos por el Plan B al INE.
Fue concebida como parte de un programa del gobierno para construir nuevas prisiones entre 1968 y 1978.
Ovidio Guzmán, uno de los hijos del narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán, fue extraditado el 18 de septiembre a Estados Unidos y desde entonces está arrestado en una cárcel de Chicago.
Apodado el “Triángulo de Hierro”, el Centro Correccional Metropolitano es un rascacielos de 28 pisos ubicado en el centro de la ciudad estadounidense, un imponente edificio triangular de hormigón diseñado por el arquitecto Harry Weese e inaugurado en 1975.
El edificio tiene pequeñas rendijas verticales de 13 de ancho por 2,30 metros de alto que funcionan como ventanas irregulares hacia el exterior y que conforman una especie de monolito perforado.
Las ventanas, así diseñadas para evitar fugas, no tienen rejas, como es habitual en las cárceles.
En su momento costó US$10,2 millones, según el periódico local Chicago Tribune, cifra que hoy equivaldría a casi US$60 millones.
Esta cárcel fue concebida como parte de un programa del gobierno para construir nuevas prisiones entre 1968 y 1978, y suponía un modelo de centro de detención diferente para aquellos que están aguardando su juicio o que han recibido una condena breve.
Cuando se inauguró, William Nelson, su primer director, dijo: “Este edificio es completamente seguro, pero fue construido de manera eficiente y teniendo en cuenta la dignidad humana“.
El entonces juez James B. Parsons del Tribunal de Distrito de Estados Unidos lo describió como “lujoso”.
“No hay rejas”, dijo. “Las puertas se abren y cierran libremente. Los pisos están alfombrados. La comida es muy buena y las instalaciones recreativas son excelentes”, afirmó, según recogió el Chicago Tribune en un artículo publicado en 1995.
Al menos en aquel momento, los presos podían ir al patio -ubicado en la azotea- solo dos veces a la semana porque permitían estar 20 personas al mismo tiempo como máximo.
El patio está totalmente cubierto por un alambrado, para evitar que lleguen helicópteros a llevarse a alguno de los presos.
Allí se puede jugar al baloncesto, vóleibol o hacer ejercicio.
También podían visitar la biblioteca, la videoteca y la capilla tres veces por semana.
Algunas medidas de seguridad se han añadido después de su inauguración, ya que hubo episodios de fuga.
Por ejemplo, en diciembre de 2012 dos presos se escaparon desde el piso 17 haciendo un boquete en la pared y arrojando una cuerda tejida a partir de sábanas e hilo dental y sujetada de las literas de la celda.
De acuerdo al registro público de la Oficina Federal de Prisiones, que administra este centro, Ovidio Guzmán López, de 33 años, es uno de los 486 hombres y mujeres allí recluidos.
Originalmente había sido construido para albergar a 400 presos.
Desde el arresto de “El Chapo” Guzmán en 2016 y su posterior extradición a Estados Unidos, cuatro de sus hijos, conocidos como Los Chapitos, supuestamente asumieron roles protagónicos en el cartel.
Los agentes de la Agencia Antidrogas de EE.UU. (DEA) dicen que el cártel de Sinaloa es la fuente de gran parte del fentanilo ilícito que se introduce de contrabando en Estados Unidos.
Según la jefa de la DEA, Anne Milgram, “Los Chapitos fueron pioneros en la fabricación y el tráfico de la droga más mortífera que nuestro país haya enfrentado jamás”.
Después de que su padre fuera condenado en EE.UU. a cadena perpetua en 2019, Ovidio Guzmán, alias el Ratón, era considerado uno de los líderes del cartel de Sinaloa y fue acusado por Washington de conspiración para distribuir drogas para ser importadas a EE.UU.
En su primera comparecencia ante un juez en Chicago el 5 de septiembre, Guzmán se declaró no culpable de los cargos que enfrenta por narcotráfico.
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