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Nadie es responsable de la violencia
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Jacobo Dayán es especialista en Derecho Penal Internacional, Justicia Transicional y Derechos Humanos. Se desarrolla... Continuar Leyendo
2 minutos de lectura

Nadie es responsable de la violencia

Cientos de miles de investigaciones por desaparición, decenas de miles de casos de tortura, ejecuciones y desapariciones por parte de agentes de Estado apenas han dejado 78 sentencias e impunidad. La violencia es generalizada y sistemática, pero al parecer nadie es responsable de ello.
19 de septiembre, 2023
Por: Jacobo Dayán

En México las violencias se encuentran desatadas, pero al parecer nadie es responsable de ello. Cientos de miles de investigaciones por desaparición y tan solo 35 sentencias; decenas de miles de casos de tortura han producido 43 sentencias; ejecuciones y desapariciones por parte de agentes de Estado casi en absoluta impunidad. La lista continúa: trata con fines de explotación sexual, trata con fines de esclavitud, reclutamiento forzado de menores de edad, tráfico de personas/migrantes, desplazamiento forzado, despojo de tierra y territorio, extorsión/cobro de piso, secuestro y un largo etcétera.

A pesar de tratarse de violencia generalizada y sistemática como parte de una política de grupos criminales y corporaciones del Estado (crímenes de lesa humanidad), las fiscalías del país continúan abordándolo (simulando) bajo la lógica perversa del caso por caso. De esta manera pretender ocultar la masividad y garantizando impunidad a los máximos responsables.

En los muy pocos casos en los que se detiene a superiores jerárquicos -García Luna, Javier Duarte, Chapo Guzmán, exgobernadores de Tamaulipas y Coahuila, Édgar Veytia, Ovidio Guzmán y tantos otros-, las acusaciones son por crimen organizado, narcotráfico, lavado de dinero o enriquecimiento ilícito. Las violencias nunca se investigan y menos desde una óptica sistémica.

Esto no es casual y tampoco se debe a falta de capacidad de las fiscalías. Investigar por fenómeno llevaría a esclarecer los vínculos entre autoridades y criminales, el encubrimiento político que garantiza la operación de estas empresas criminales, lo generalizado y sistemático de las violencias. Este tipo de investigaciones llevaría a condenas sobre los superiores jerárquicos -del Estado y del crimen organizado- por crímenes de lesa humanidad.

No es imposible llegar a ello, se requiere de voluntad política. Evidentemente en México no la ha habido por ningún partido político. Hay experiencias internacionales en los que mecanismos extraordinarios de justicia logran romper ese círculo vicioso. En Colombia la Jurisdicción Especial para la Paz ha emitido sentencias por crímenes de guerra y de lesa humanidad sobre miles de casos agrupados en macro casos.

No hay más que dos alternativas. Una que incluye a fiscalías verdaderamente independientes, un mecanismo internacional contra la impunidad y una gran comisión de la verdad independiente y otro camino que es el de seguir leyendo ad nauseam casos como el de Ovidio Guzmán y no hacer nada. Hoy fue este caso, mañana seguro será otro.

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Imagen BBC
La bebé que nació unos minutos antes del terremoto en Marruecos (y espera por ayuda en una carpa con su familia)
3 minutos de lectura

Hay una ira creciente por la poca ayuda que llega a las ciudades y pueblos de las montañas del Atlas.

11 de septiembre, 2023
Por: BBC News Mundo
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El bebé de Khadija aún no tiene nombre y su primer hogar es una tienda de campaña junto a la carretera.

Nació minutos antes de que se produjera el mortífero terremoto del viernes por la noche en Marruecos.

Aunque Khadija y su hija salieron ilesas, el hospital de Marrakech donde se encontraban fue evacuado. Tras una rápida revisión, les pidieron que se marcharan apenas tres horas después del nacimiento.

“Nos dijeron que teníamos que irnos por miedo a las réplicas”, explicó.

El sismo de magnitud 6,8 sacudió el centro del país, con epicentro a 71 kilómetros de la turística Marrakech. Por ahora se cuentan más de 2.100 personas fallecidas en una decena de provincias y el número de heridos ha ascendido a más de 2.420. Unos 20 minutos después hubo una réplica de magnitud 4,9.

Con su recién nacida en brazos, Khadija y su marido intentaron tomar un taxi a primera hora del sábado para ir a su casa de Taddart, en la cordillera del Atlas, a unos 65 kilómetros de Marrakech.

Pero de camino se encontraron con que las carreteras estaban bloqueadas por corrimientos de tierra y sólo llegaron hasta el pueblo de Asni, a unos 15 kilómetros de su destino final.

Desde entonces, la familia vive en una tienda de campaña básica que han logrado construir junto a la carretera principal.

Multitudes enojadas que esperaban ayuda rodearon a un periodista local en Asni.
BBC
Multitudes enojadas que esperaban ayuda rodearon a un periodista local en Asni.

“No he recibido ninguna ayuda ni asistencia de las autoridades”, nos dijo, sosteniendo a su bebé mientras se protegía del sol bajo un endeble trozo de lona.

“Pedimos mantas a algunas personas de este pueblo para tener algo con lo que taparnos. Sólo tenemos a Dios”.

Khadija nos contó que sólo tiene un conjunto de ropa para el bebé.

Amigos de su ciudad natal les han contado que su casa está muy dañada y no saben cuándo podrán tener un lugar adecuado donde alojarse.

Enfado creciente

Cerca del lugar donde Khadija acampa, la frustración crece a medida que pasan los días y apenas llega ayuda a los pueblos y aldeas de las zonas montañosas al sur de Marrakech.

En Asni, a solo 50 kilómetros de Marrakech, la gente dice que necesita ayuda urgente.

Un grupo de gente enfadada rodeó a un reportero local y le arrojaron sus frustraciones: “No tenemos comida, no tenemos pan ni verduras. No tenemos nada”.

El reportero, en el centro de la multitud, tuvo que ser escoltado y llevado lejos por la policía, mientras la gente aún lo seguía, desesperada e intentando desahogar su ira.

“Nadie ha venido a nosotros, no tenemos nada. Sólo tenemos a Dios y al rey”, dijo un hombre de la multitud que no quiso dar su nombre.

Desde el terremoto vive al margen de la carretera principal del pueblo con sus cuatro hijos. Su casa sigue en pie, pero todas las paredes están muy agrietadas y tienen demasiado miedo para quedarse allí.

Una mujer se para frente a una casa destruida.
BBC
La casa de Mbarka quedó destruida por el terremoto.

Han conseguido volver y coger algunas mantas, lo único que ahora tienen para dormir.

En un momento, un camión pasó entre la multitud. Algunas personas intentaron hacerle señas, esperando desesperadamente que les dejara suministros. Pero el camión siguió su camino, seguido de abucheos.

Algunos dicen que han recibido tiendas de campaña de las autoridades, pero no hay suficientes para todos.

Cerca de allí está Mbarka, otra persona que vive en una tienda de campaña. Nos guió por las calles laterales hasta su casa, en la que ya no puede vivir.

“No tengo medios para reconstruir la casa. De momento, sólo nos ayuda la gente de la zona”, nos contó.

Vivía allí con sus dos hijas, su yerno y tres nietos.

Cuando su casa empezó a temblar, salieron corriendo y casi fueron alcanzados por el derrumbe de una casa mucho más grande que empezó a deslizarse colina abajo.

“Creemos que el gobierno ayudará, pero hay 120 pueblos en la zona”, dijo su yerno Abdelhadi.

Con tanta gente necesitada de ayuda, un gran número de personas tendrá que esperar más tiempo para recibir asistencia.

Línea gris
BBC
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