El Frente Amplio (PRI, PAN, PRD y algunas ONG) así como Morena y sus aliados están en abierta precampaña. López Obrador lanzó a sus llamadas “corchalatas” a la precampaña para darse a conocer y así ganar una encuesta que determinará al candidato. Ante este proselitismo adelantado el Frente Amplio tomó la decisión de no perder por “default” y lanzó su propio proceso de precampaña.
Hacer este proceso no debería tener nada de malo porque en ejercicio de la libertad los ciudadanos y los partidos manifiestan sus aspiraciones, someten al escrutinio público sus personas y de vez en cuando sus propuestas con el fin de que los escojan para ser presidenta o presidente de México.
El único problema es que desde la inefable reforma electoral de 2007 la Constitución señala que hacer este proselitismo un año antes de las elecciones es ilegal. Con base en la fracción IV del artículo 41 constitucional precisa que la duración de las campañas para Presidente de la República será de noventa días y que las precampañas no excederán las dos terceras partes del tiempo previsto para las campañas electorales, es decir 60 días.
La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales señala en su artículo 226 que las precampañas darán inicio en la tercera semana de noviembre del año previo a la elección y más adelante precisa: “Los precandidatos a candidaturas a cargos de elección popular que participen en los procesos de selección interna convocados por cada partido no podrán realizar actividades de proselitismo o difusión de propaganda, por ningún medio, antes de la fecha de inicio de las precampañas; la violación a esta disposición se sancionará con la negativa de registro como precandidato. (las negrillas son mías).
Con base en esta disposición, ambas partes ya inventaron eufemismos como “coordinador del Frente Amplio” o “coordinador de la defensa de la Transformación”; lo cierto es que están en precampaña para elegir su candidato presidencial y le están dando la vuelta a la ley.
El único partido que ha sido honesto y claro ha sido Movimiento Ciudadano al señalar sin ambigüedades que se está violando la ley.
El problema de fondo es que las leyes cuando se hacen por capricho nacen para ser violadas y deslegitimar el Estado de Derecho. En México hay muchísimas leyes declarativas en todas las materias que complacen a un público deseoso de justicia, pero que no tienen la menor oportunidad de aplicarse y mucho menos de generar el resultado deseado.
Las enormes penas que se asignan a delitos o la prisión preventiva oficiosa no mejoran la seguridad ni generan mayor justicia; muchos de los derechos declarados en la Constitución ni de cerca los garantizan y eso deslegitima a la ley como vehículo de justicia.
El clásico “obedézcase, pero no se cumpla” es una forma de legislar en nuestro país: hacemos leyes fuera de la realidad que sabemos que no se van a cumplir para complacer el deseo de alguien, acto seguido vendrá la frustración.
Toribio Esquivel Obregón escribió en la página 267 del primer tomo de su libro “Apuntes para la Historia del derecho en México”, que la frase “Obedézcase, pero no se cumpla” se refería al hecho de que por encima del poder de los reyes estaba el imperio del derecho natural, de tal manera que si un rey expedía una ley que contradijera el derecho natural debía obedecerse, pero no cumplirse.
En su libro Esquivel Obregón abunda explicando que la etimología de la palabra obedecer significa literal “escuchar con atención y respeto”, pero no subordinarse a la instrucción de otra persona. “Obedecer, pero no cumplir”, significa “escuchar en actitud reverente, atender y juzgar con propio criterio, oyendo a la vez la voz del que manda, la voz superior de la razón y de la ley natural que pide hacer el bien y evitar el mal y si hay un conflicto entre aquella y esta, no cumplir”.
Don Toribio sugiere que este concepto “sólo” aparentemente contradictorio es el origen del juicio de amparo y en particular de la suspensión del acto reclamado.
Si Morena se adelantó (con la complacencia del INE), ¿la oposición debe dejarla jugar sola? ¿Y empezar la carrera con seria desventaja?
Más bien es hora de que se legisle con racionalidad para evitar el “obedézcase, pero no se cumpla”, no solo en materia electoral, sino en todas las materias.
Las muestras del asteroide Bennu que recolectó la sonda Osiris-Rex podrían dar indicios sobre cómo se inició la vida en la Tierra.
Este domingo, la cápsula Osiris-Rex de la Nasa atravesó la atmósfera de la Tierra a unas 15 veces la velocidad de la bala de un rifle.
A esas velocidades, se convirtió en una bola de fuego en el cielo, pero un escudo contra el calor y un paracaídas frenaron el descenso, convirtiéndolo en un suave aterrizaje en el desierto de Utah, en EE.UU.
La cápsula trae un cargamento precioso: un puñado de polvo recolectado del asteroide Bennu, una roca espacial del tamaño de una montaña que puede darnos información clave para responder a una de las preguntas más profundas para los humanos: ¿de dónde venimos?
“Cuando tengamos los 250 g del asteroide Bennu, estaremos viendo material que existía antes que existiera nuestro planeta, incluso algunos granos podrían ser más viejos que nuestro sistema solar”, dice el profesor Dante Lauretta, investigador principal de la misión.
“Estamos tratando de rastrear nuestros inicios. ¿Cómo se formó la Tierra y por qué es un lugar habitable? ¿De dónde viene toda el agua de nuestros océanos? ¿de dónde viene todo el aire que existe en nuestra atmósfera? Y de manera más importante, ¿cuál es la fuente de todas las moléculas orgánicas que componen la vida en la Tierra?”.
La creencia que prevalece es que muchos de los componentes clave para la vida llegaron a nuestro planeta durante una época muy temprana de la historia de la Tierra en una lluvia de meteoritos, muchos de ellos a lo mejor parecidos a Bennu.
La travesía para conseguir los fragmentos de Bennu comenzó en 2016, cuando la NASA lanzó la nave Osiris Rex hacia el objeto de 500 metros de diámetro.
Le tomaría dos años en llegar al cuerpo rocoso y otros dos años más se dedicaron a cartografiarlo, antes de que el equipo de la misión pudiera identificar con confianza un lugar en la superficie de la piedra espacial en el que recoger una muestra de “tierra”.
Alguien clave a la hora de tomar esa decisión fue la leyenda británica del rock y astrofísico Brian May. El guitarrista de Queen es un experto en mapeo de imágenes estéreo.
Tiene la habilidad de alinear dos imágenes con diferentes ángulos de un mismo objeto para dar un sentido de perspectiva, formando una escena 3D. Él y su colaboradora Claudia Manzoni hicieron esto para elaborar la lista final de lugares en Bennu en los que recoger muestras. Ellos definieron los lugares más seguros para el acercamiento.
El momento de la captura de la muestra, el 20 de octubre de 2020, fue increíble.
Osiris Rex descendió hasta el asteroide, sosteniendo su mecanismo de agarre al final de un palo de 3 metros de longitud.
La idea era darle un golpe a la superficie de la roca y, al mismo tiempo, soltar un soplido de gas de nitrógeno para levantar polvo. Pero lo que ocurrió después fue un shock.
Cuando el mecanismo hizo contacto, la superficie se partió como un fluido. Para cuando el gas se disparó, el disco ya estaba 10 cm por debajo. La presión del nitrógeno abrió un agujero de 8 mts de diámetro. El material voló por todos lados, pero lo importante es que parte cayó en la cámara de recolección.
Así que aquí estamos. Osiris-Rex entregó la muestra del asteroide Bennu al final de lo que ha sido un viaje de ida y vuelta de siete años y de 7 mil millones de kilómetros.
La cámara será llevada al Centro Espacial Johnson, en Texas, donde se ha construido un cuarto especial dedicado al análisis de las muestras.
El doctor Ashley King del Museo de Historia Natural (NHM) de Londres, será uno de los primeros en poner sus guantes sobre el material. Forma parte del equipo “mirada rápida”, que será el que haga el análisis inicial.
“Traer muestras de un asteroide no es algo que hagamos muy a menudo. Así que quieres hacer esas mediciones iniciales y quieres hacerlas muy bien”, dice. “Es muy emocionante”.
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La Nasa ve al asteroide Bennu como la roca más peligrosa del sistema solar. Su trayectoria en el espacio hace que sea el asteroide con mayores probabilidades de impactar a la Tierra del que se tenga conocimiento.
Pero no hay que asustarse, las probabilidades son muy bajas, parecidas a que lances una moneda al aire y te salga cara once veces seguidas. Y un impacto no ocurriría el próximo siglo.
Bennu seguramente tenga agua, y bastante: al menos el 10% de su peso, y toda en sus minerales. Los científicos intentarán ver si las proporciones de los distintos tipos de átomos de hidrógeno en esta agua es parecida a la de los océanos de la Tierra.
Si, como creen algunos expertos, la Tierra temprana estaba tan caliente que perdió gran parte de su agua, el encontrar una coincidencia de H2O en Bennu podría impulsar la idea de que un bombardeo posterior de asteroides tuvo gran relevancia en darles volumen a nuestros océanos.
También es posible que Bennu contenga entre 5% y 10% de su peso en carbono. Aquí radica gran parte del interés. Como sabemos, nuestro planeta se basa en la química orgánica. Al igual que el agua, ¿habrán llegado las moléculas desde el espacio para que empezara la biología en la joven Tierra?
“Uno de los primeros análisis que se les harán a las muestras incluirá hacer un inventario de todas las moléculas basadas en carbono que contenga”, dice la profesora Sara Russell.
“Sabemos, a través de estudiar meteoritos, que los asteroides probablemente contienen distintas moléculas orgánicas. Pero en los meteoritos, muchas veces están bastante contaminadas, así que estas muestras nos dan una oportunidad de descubrir realmente cuáles son los componentes orgánicos prístinos de Bennu”.
El profesor Lauretta agrega: “De hecho, nunca hemos buscado en los meteoritos los aminoácidos de las proteínas por este problema de la contaminación. Así que creemos que realmente vamos a avanzar en nuestro entendimiento de lo que llamamos la ‘hipótesis de entrega exógena’, la idea que estos asteroides fueron la fuente de los bloques fundacionales de la vida”.
Reportería adicional de Rebecca Morelle, Alison Francis y Kevin Church
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