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Construyamos paz: ¿qué necesitas? ¿En qué te ayudamos? El caso Tamaulipas
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Construyamos paz: ¿qué necesitas? ¿En qué te ayudamos? El caso Tamaulipas

El caso Tamaulipas cuestiona la relación tradicional ciudadanía-gobierno, basado en el intercambio de favores para beneficiar intereses personales, y muestra la urgente necesidad de construir una nueva relación basada en la corresponsabilidad para llevar a cabo las verdaderas transformaciones que México necesita.
08 de septiembre, 2023
Por: Jorge Atilano González Candia, S. J.

Llevamos 38 de 46 foros de justicia y seguridad. El foro más reciente se llevó a cabo en Tampico, Tamaulipas. Estos foros se están realizando en todo el país para recuperar buenas prácticas de seguridad ciudadana, sistema de justicia y tejido social y llevarlas al Diálogo Nacional por la Paz a realizarse en Puebla. El día 5 de septiembre tocó el caso al Estado de Tamaulipas, teniendo como sede el Instituto Cultural Tampico y como invitado especial a la Mesa Ciudadana.

Este foro se realizó en un lugar que destaca por la reducción de sus delitos y el incremento de la percepción de seguridad. El estado de Tamaulipas subió del 27 lugar más seguro al 12. ¿Qué pasó? ¿Cuáles fueron las buenas prácticas que permitieron reducir los índices delictivos? Aquí encontramos que la sociedad civil logró que los gobiernos le tuvieran confianza para iniciar un proceso de colaboración a través de las Mesas Ciudadanas de Seguridad y Justicia.

En la narrativa de los integrantes de la mesa se identifica que el punto de quiebre que permitió construir la confianza e iniciar la colaboración fue cuando le dijeron al gobierno, ¿qué necesitas? ¿En qué te ayudamos? Estas fueron las palabras que hicieron posible la confianza para construir una nueva relación e ir a las causas de la violencia para transformar una cultura de complicidades y estructuras de poder que favorecían a la delincuencia organizada.

Un primer paso fue aceptar la realidad de la violencia y los altos índices de delitos, que el gobierno negaba una y otra vez. Un segundo paso fue recuperar la confianza entre las propias instituciones de seguridad con un tercero imparcial: la sociedad civil organizada. La desvinculación de las fuerzas armadas favorece la actuación de los grupos delictivos. Un tercer paso fue instalar la cultura de la denuncia en la población, base de la generación de estrategias de seguridad. Y, finalmente, el cuarto paso fue iniciar una colaboración cercana, con reuniones constantes y permanentes, que trasciende los periodos de gobiernos municipales y estatales.

Mostrar los datos verdaderos sobre realidad por medio de un Observatorio Ciudadano permitió aceptar los altos índices delictivos y la necesidad de emprender un proceso de colaboración ciudadanía-gobierno. Poner en el centro el interés común de construir un territorio en paz ayudó a salir de una relación de uso mutuo y pasar a una relación madura de transformación institucional para no repetir los daños del pasado. Verdad y justicia fueron dos claves importantes que se mencionaron en este foro.

La mesa está integrada por “ciudadanos sin cargo” y “ciudadanos con cargo”, es decir, sociedad civil y autoridades locales, estatales y federales. Y ahí se han desarrollado tres líneas estratégicas: fortalecimiento institucional, transformación legislativa y activación ciudadana. Estos ciudadanos y estas autoridades han encontrado salidas al laberinto de la inseguridad, la impunidad y la corrupción. Se dieron a la tarea de identificar los vacíos legales e instituciones en el sistema de justicia para impulsar los cambios legislativos necesarios para atender el delito; fortalecieron las policías por medio de un mando único estatal y generaron un reconocimiento social por medio de incentivos para el policía y su familia; y transformaron la información en inteligencia de actuación en instancias permanentes de análisis delictivo como son las mesas ciudadanas.

Hay tres circuitos que muchas veces no permiten avanzar en la seguridad: a) lucrar con la inseguridad, es decir, sacar ganancia de la inseguridad favoreciendo empresas privadas de tecnología, b) politizar la seguridad, es decir, incluir perfiles por compromisos políticos electorales más que por capacidades técnicas, y c) la cultura del compadrazgo, es decir, seguir más las relaciones de poder que las vías institucionales. Ante estos problemas, la mesa ciudadana plantea tres criterios éticos: 1) no recibir dinero de gobiernos, 2) no incluir personas con intereses partidistas y 3) reconocerse todos como ciudadanos.

“Nadie va a arreglar nuestros problemas si no somos nosotros mismos. Funcionarios vienen y funcionarios van. Si no intervenimos como sociedad nos quedaremos con los mismos problemas”. Estas fueron las palabras de los integrantes de la mesa ciudadana, quienes han gestionado la creación de una universidad para fortalecer a las policías y las fiscalías del estado. ¿Qué te hace falta? ha sido la base de la colaboración entre ciudadanía y autoridades para trabajar por el bien del país.

El caso Tamaulipas cuestiona la relación tradicional ciudadanía-gobierno, basado en el intercambio de favores para beneficiar intereses personales, y muestra la urgente necesidad de construir una nueva relación basada en la corresponsabilidad para llevar a cabo las verdaderas transformaciones que México necesita. “La confrontación destruye, la colaboración construye” fue la frase que hizo concluir este foro.

* Jorge Atilano González Candia, S. J. es Director del Diálogo Nacional por la Paz.

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Imagen BBC
La bebé que nació unos minutos antes del terremoto en Marruecos (y espera por ayuda en una carpa con su familia)
3 minutos de lectura

Hay una ira creciente por la poca ayuda que llega a las ciudades y pueblos de las montañas del Atlas.

11 de septiembre, 2023
Por: BBC News Mundo
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El bebé de Khadija aún no tiene nombre y su primer hogar es una tienda de campaña junto a la carretera.

Nació minutos antes de que se produjera el mortífero terremoto del viernes por la noche en Marruecos.

Aunque Khadija y su hija salieron ilesas, el hospital de Marrakech donde se encontraban fue evacuado. Tras una rápida revisión, les pidieron que se marcharan apenas tres horas después del nacimiento.

“Nos dijeron que teníamos que irnos por miedo a las réplicas”, explicó.

El sismo de magnitud 6,8 sacudió el centro del país, con epicentro a 71 kilómetros de la turística Marrakech. Por ahora se cuentan más de 2.100 personas fallecidas en una decena de provincias y el número de heridos ha ascendido a más de 2.420. Unos 20 minutos después hubo una réplica de magnitud 4,9.

Con su recién nacida en brazos, Khadija y su marido intentaron tomar un taxi a primera hora del sábado para ir a su casa de Taddart, en la cordillera del Atlas, a unos 65 kilómetros de Marrakech.

Pero de camino se encontraron con que las carreteras estaban bloqueadas por corrimientos de tierra y sólo llegaron hasta el pueblo de Asni, a unos 15 kilómetros de su destino final.

Desde entonces, la familia vive en una tienda de campaña básica que han logrado construir junto a la carretera principal.

Multitudes enojadas que esperaban ayuda rodearon a un periodista local en Asni.
BBC
Multitudes enojadas que esperaban ayuda rodearon a un periodista local en Asni.

“No he recibido ninguna ayuda ni asistencia de las autoridades”, nos dijo, sosteniendo a su bebé mientras se protegía del sol bajo un endeble trozo de lona.

“Pedimos mantas a algunas personas de este pueblo para tener algo con lo que taparnos. Sólo tenemos a Dios”.

Khadija nos contó que sólo tiene un conjunto de ropa para el bebé.

Amigos de su ciudad natal les han contado que su casa está muy dañada y no saben cuándo podrán tener un lugar adecuado donde alojarse.

Enfado creciente

Cerca del lugar donde Khadija acampa, la frustración crece a medida que pasan los días y apenas llega ayuda a los pueblos y aldeas de las zonas montañosas al sur de Marrakech.

En Asni, a solo 50 kilómetros de Marrakech, la gente dice que necesita ayuda urgente.

Un grupo de gente enfadada rodeó a un reportero local y le arrojaron sus frustraciones: “No tenemos comida, no tenemos pan ni verduras. No tenemos nada”.

El reportero, en el centro de la multitud, tuvo que ser escoltado y llevado lejos por la policía, mientras la gente aún lo seguía, desesperada e intentando desahogar su ira.

“Nadie ha venido a nosotros, no tenemos nada. Sólo tenemos a Dios y al rey”, dijo un hombre de la multitud que no quiso dar su nombre.

Desde el terremoto vive al margen de la carretera principal del pueblo con sus cuatro hijos. Su casa sigue en pie, pero todas las paredes están muy agrietadas y tienen demasiado miedo para quedarse allí.

Una mujer se para frente a una casa destruida.
BBC
La casa de Mbarka quedó destruida por el terremoto.

Han conseguido volver y coger algunas mantas, lo único que ahora tienen para dormir.

En un momento, un camión pasó entre la multitud. Algunas personas intentaron hacerle señas, esperando desesperadamente que les dejara suministros. Pero el camión siguió su camino, seguido de abucheos.

Algunos dicen que han recibido tiendas de campaña de las autoridades, pero no hay suficientes para todos.

Cerca de allí está Mbarka, otra persona que vive en una tienda de campaña. Nos guió por las calles laterales hasta su casa, en la que ya no puede vivir.

“No tengo medios para reconstruir la casa. De momento, sólo nos ayuda la gente de la zona”, nos contó.

Vivía allí con sus dos hijas, su yerno y tres nietos.

Cuando su casa empezó a temblar, salieron corriendo y casi fueron alcanzados por el derrumbe de una casa mucho más grande que empezó a deslizarse colina abajo.

“Creemos que el gobierno ayudará, pero hay 120 pueblos en la zona”, dijo su yerno Abdelhadi.

Con tanta gente necesitada de ayuda, un gran número de personas tendrá que esperar más tiempo para recibir asistencia.

Línea gris
BBC
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