Cada 26 de julio conmemoramos el Día Internacional del Ecosistema de los manglares, bosques ricos y diversos de los cuales los seres humanos nos beneficiamos y debemos reconocer su fundamental aportación a la naturaleza y sobre todo, a la riqueza del océano.
Los manglares forman grandes reservas de carbono, que de lo contrario estaría en la atmósfera abonando a la crisis climática. Son el hogar de muchas especies de aves y peces, algunos de interés pesquero que viven en estos hábitats en sus fases más juveniles. Además, su reticulado sistema de raíces y follaje son barrera contra huracanes y tormentas, previniendo inundaciones. Sin embargo, este ecosistema hoy se encuentra en grave peligro.
En las últimas décadas se ha perdido casi el 25 % de los manglares a nivel mundial (5 millones de hectáreas). La deforestación de los manglares se ha incrementado a gran velocidad y actualmente es considerada más grave que la deforestación de las selvas tropicales. 1 El 50% de los manglares se ha perdido en 50 años debido a desarrollos turísticos y urbanos, ganadería, contaminación, agricultura, y por los efectos asociados al calentamiento global.
Los manglares son ecosistemas que se desarrollan en zonas costeras de clima tropical y subtropical, porque requieren de un clima cálido y húmedo para su desarrollo. 2 México es un país privilegiado de contar con manglares, que además pueden encontrarse en otros puntos del mundo, en particular de América Central, África Oriental, y los de las islas asiáticas del Pacífico. 3
No obstante, a pesar de este privilegio, México es líder en la pérdida de este ecosistema. Pertenece a los diez países con mayores problemas de deforestación, con una tasa promedio anual de 10,000 hectáreas, de acuerdo con cifras de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP, 2015).
Las tasas de deforestación no se detienen a causa de desarrollos turísticos y urbanos, el cambio del uso de suelo para la ganadería, contaminación, huracanes cada vez más fuertes y frecuentes que a su paso los destruyen y la agricultura intensiva, pese a existir un artículo en la Ley General de Vida Silvestre de la legislación mexicana (60TER) que protege a estos ecosistemas.
Hace un par de años (2021) en un análisis hecho al sistema de Áreas Naturales Protegidas (ANP) de México y su efectiva funcionalidad para proteger este vital ecosistema costero, Oceana encontró que de 19 Áreas Naturales Protegidas analizadas que presentaban este ecosistema en sus objetivos de protección, menos de la mitad de ellas lo hacía bien o muy bien, mientras que más de la mitad lo hacía de manera regular a mala. 4 Esto habla de que necesitamos fortalecer la protección y cuidado de todos de los manglares que nos dan un enorme beneficio.
Hay lugares donde las acciones que se emprenden para cuidar a los manglares están funcionando. Áreas Naturales Protegidas como las de Balandra, Isla Contoy, Espíritu Santo, por nombrar algunas de las más conocidas, no solo han conservado, algunas hasta han ganado más extensión de manglar en los últimos años gracias a sus programas estratégicos de conservación. Esto es lo que tenemos que replicar y de esta forma recuperar un ecosistema tan valioso que nos da tanto y por ello las Áreas Naturales Protegidas son fundamentales para la protección de este ecosistema. En este día de los manglares el desafío es mayúsculo: recuperar un ecosistema vital en la lucha contra la crisis climática y la pérdida de biodiversidad que sido dañado hasta sus entrañas, pero el cual sabemos que es posible recuperar. Esto es un claro de esperanza en medio de este bosque tan vital para la vida marina. El mar comienza aquí en los manglares del mundo.
* Miguel Rivas Soto (@migrivass) es doctor en ciencias (ecología) por el instituto de ecología de la UNAM y es director de la campaña de santuarios marinos en Oceana para México.
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1 Manglares de México: soluciones naturales al cambio climático. Gobierno de México. Disponible aquí.
2 Cinco datos que demuestran la importancia de los manglares. Disponible aquí.
3 Manglares: qué son y por qué conservarlos | National Geographic. Disponible aquí.
4 ÁREAS NATURALES PROTEGIDAS ¿Garantía de protección de los hábitats marinos?. Oceana 2021 disponible en ANP ¿Garantía de protección de los hábitats marinos? – Oceana México
Hay una ira creciente por la poca ayuda que llega a las ciudades y pueblos de las montañas del Atlas.
El bebé de Khadija aún no tiene nombre y su primer hogar es una tienda de campaña junto a la carretera.
Nació minutos antes de que se produjera el mortífero terremoto del viernes por la noche en Marruecos.
Aunque Khadija y su hija salieron ilesas, el hospital de Marrakech donde se encontraban fue evacuado. Tras una rápida revisión, les pidieron que se marcharan apenas tres horas después del nacimiento.
“Nos dijeron que teníamos que irnos por miedo a las réplicas”, explicó.
El sismo de magnitud 6,8 sacudió el centro del país, con epicentro a 71 kilómetros de la turística Marrakech. Por ahora se cuentan más de 2.100 personas fallecidas en una decena de provincias y el número de heridos ha ascendido a más de 2.420. Unos 20 minutos después hubo una réplica de magnitud 4,9.
Con su recién nacida en brazos, Khadija y su marido intentaron tomar un taxi a primera hora del sábado para ir a su casa de Taddart, en la cordillera del Atlas, a unos 65 kilómetros de Marrakech.
Pero de camino se encontraron con que las carreteras estaban bloqueadas por corrimientos de tierra y sólo llegaron hasta el pueblo de Asni, a unos 15 kilómetros de su destino final.
Desde entonces, la familia vive en una tienda de campaña básica que han logrado construir junto a la carretera principal.
“No he recibido ninguna ayuda ni asistencia de las autoridades”, nos dijo, sosteniendo a su bebé mientras se protegía del sol bajo un endeble trozo de lona.
“Pedimos mantas a algunas personas de este pueblo para tener algo con lo que taparnos. Sólo tenemos a Dios”.
Khadija nos contó que sólo tiene un conjunto de ropa para el bebé.
Amigos de su ciudad natal les han contado que su casa está muy dañada y no saben cuándo podrán tener un lugar adecuado donde alojarse.
Cerca del lugar donde Khadija acampa, la frustración crece a medida que pasan los días y apenas llega ayuda a los pueblos y aldeas de las zonas montañosas al sur de Marrakech.
En Asni, a solo 50 kilómetros de Marrakech, la gente dice que necesita ayuda urgente.
Un grupo de gente enfadada rodeó a un reportero local y le arrojaron sus frustraciones: “No tenemos comida, no tenemos pan ni verduras. No tenemos nada”.
El reportero, en el centro de la multitud, tuvo que ser escoltado y llevado lejos por la policía, mientras la gente aún lo seguía, desesperada e intentando desahogar su ira.
“Nadie ha venido a nosotros, no tenemos nada. Sólo tenemos a Dios y al rey”, dijo un hombre de la multitud que no quiso dar su nombre.
Desde el terremoto vive al margen de la carretera principal del pueblo con sus cuatro hijos. Su casa sigue en pie, pero todas las paredes están muy agrietadas y tienen demasiado miedo para quedarse allí.
Han conseguido volver y coger algunas mantas, lo único que ahora tienen para dormir.
En un momento, un camión pasó entre la multitud. Algunas personas intentaron hacerle señas, esperando desesperadamente que les dejara suministros. Pero el camión siguió su camino, seguido de abucheos.
Algunos dicen que han recibido tiendas de campaña de las autoridades, pero no hay suficientes para todos.
Cerca de allí está Mbarka, otra persona que vive en una tienda de campaña. Nos guió por las calles laterales hasta su casa, en la que ya no puede vivir.
“No tengo medios para reconstruir la casa. De momento, sólo nos ayuda la gente de la zona”, nos contó.
Vivía allí con sus dos hijas, su yerno y tres nietos.
Cuando su casa empezó a temblar, salieron corriendo y casi fueron alcanzados por el derrumbe de una casa mucho más grande que empezó a deslizarse colina abajo.
“Creemos que el gobierno ayudará, pero hay 120 pueblos en la zona”, dijo su yerno Abdelhadi.
Con tanta gente necesitada de ayuda, un gran número de personas tendrá que esperar más tiempo para recibir asistencia.