Por: Reyes Rodríguez Mondragón (@TEPJF_informa @TEPJF_EJE)
En este texto se presenta un resumen de las contribuciones que han realizado las Salas Regionales y la Sala Especializada del Tribunal Electoral a la integridad de las elecciones, y con ello a la calidad de la democracia en el país.
La transición democrática dio respuesta a la demanda ciudadana de incluir a las diversas expresiones políticas dentro de los cauces institucionales. Permitió transitar de un sistema político cerrado a uno abierto y plural. Con ese fin, en México se establecieron instituciones electorales autónomas, independientes y apegadas a estándares democráticos internacionales.
En este proceso, el Poder Judicial ha sido un actor clave con la creación de un tribunal especializado, el Tribunal Electoral (TEPJF), para garantizar el Estado de derecho y la resolución pacífica de los conflictos político-electorales.
En las democracias, los conflictos encuentran en las elecciones legítimas el medio pacificador y sus resultados son reconocidos por la sociedad. Este ha sido el papel del Tribunal Electoral que, con sus decisiones, ha procurado establecer un piso parejo en la competencia electoral y ha asegurado los derechos de la ciudadanía.
Como un compromiso democrático, el Tribunal Electoral –compuesto por seis Salas Regionales y una Sala Superior– rinde periódicamente cuentas ante la Comisión de Administración y ante la sociedad. El turno de la Sala Superior fue en octubre pasado; el resto de las Salas lo hicieron por escrito a fines de 2022 y presencialmente entre enero y febrero de este año.
La presentación de los informes de labores pone al escrutinio público la labor del conjunto de Salas que conforman el Tribunal Electoral. En estos ejercicios de rendición de cuentas, ha sido clave la responsabilidad con la que se ejercen los recursos de la sociedad mexicana y se afianzan los valores democráticos.
En esta labor, tanto las cinco Salas Regionales como la Sala Especializada tienen un papel clave, ya que son el primer punto de encuentro de la ciudadanía con nuestra institución. El alto estándar de impartición de justicia de las Salas se refleja en el hecho de que –en promedio– el 87 % de los asuntos resueltos fueron definitivos en estas instancias. Además, se han adoptado diversas tecnologías de la información y comunicación como un medio adecuado para optimizar los procedimientos, hacer notificaciones de forma electrónica, e impulsar los juicios en línea.
En las distintas resoluciones, las Salas Regionales reafirmaron su compromiso con el Estado de derecho, la democracia y la protección de los derechos político-electorales de la ciudadanía, al juzgar con una perspectiva de integridad electoral y con una visión intercultural. Estas resoluciones han servido para fortalecer el diálogo entre las magistraturas, logrando consensos y ofreciendo a los justiciables predictibilidad y certeza.
Se puede decir que, en estos espacios institucionales, la ciudadanía encuentra respuestas satisfactorias cuando el ejercicio de sus derechos político-electorales se ve afectado.
En conjunto, las Salas Regionales y la Sala Especializada han impulsado acciones en sus respectivas circunscripciones, logrando:
En los casos abordados por las distintas Salas Regionales del Tribunal Electoral se ha dado cuenta de que la justicia electoral no solo castiga las malas prácticas, sino que desincentiva cualquier práctica fraudulenta, así como su repetición. También se han pronunciado sobre la violencia política en razón de género; por la garantía de un trato equitativo para quienes son aspirantes a candidaturas independientes; y por el resguardo de los derechos de representación de los pueblos y las comunidades indígenas, entre otras resoluciones.
En estos informes de rendición de cuentas institucionales destacan, en particular, los casos en los que las diversas Salas han juzgado con perspectiva de integridad electoral. Bajo esta postura, ha sido posible resolver desde la comprensión integral de los valores democráticos que rigen a todo el proceso electoral.
Al juzgar con perspectiva de integridad, el Tribunal Electoral dota de legitimidad a los resultados electorales e indirectamente legitima, también, a los gobiernos y representantes emanados de las urnas. Con ello, se procura garantizar los más altos estándares que deben cumplir las elecciones democráticas y los mecanismos de participación ciudadana.
Con la presentación y publicación de los informes de labores, las Salas Regionales y la Sala Especializada dieron cuenta del estado que guarda la justicia electoral y del trabajo de fortalecimiento institucional que se requiere de un Tribunal profesional, íntegro y eficiente.
Como lo señala John Keane, 2 la democracia necesita ser protegida y fortalecida constantemente, por lo que la responsabilidad con la democracia requiere de estrechar la colaboración en una agenda compartida, para garantizar procesos electorales efectuados con apego a los más altos estándares democráticos.
Las decisiones razonadas y apegadas al marco constitucional reflejan la independencia de los jueces, y detienen las posibles presiones provenientes de los actores involucrados o de los poderes fácticos. Así, el Tribunal Electoral ha establecido que existen límites constitucionales y éticos que no deben rebasarse.
* Reyes Rodríguez Mondragón es Magistrado presidente de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (@TEPJF_EJE).
1 Información con base en los informes de cada Sala Regional:
Sala Especializada – 672
Sala Guadalajara – 529
Sala Monterrey – 361
Sala Xalapa – 7,568
Sala Ciudad de México – 753
Sala Toluca – 400
2 Keane, John, (2018). Vida y muerte de la democracia, México, Fondo de Cultura Económica.
Fue concebida como parte de un programa del gobierno para construir nuevas prisiones entre 1968 y 1978.
Ovidio Guzmán, uno de los hijos del narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán, fue extraditado el 18 de septiembre a Estados Unidos y desde entonces está arrestado en una cárcel de Chicago.
Apodado el “Triángulo de Hierro”, el Centro Correccional Metropolitano es un rascacielos de 28 pisos ubicado en el centro de la ciudad estadounidense, un imponente edificio triangular de hormigón diseñado por el arquitecto Harry Weese e inaugurado en 1975.
El edificio tiene pequeñas rendijas verticales de 13 de ancho por 2,30 metros de alto que funcionan como ventanas irregulares hacia el exterior y que conforman una especie de monolito perforado.
Las ventanas, así diseñadas para evitar fugas, no tienen rejas, como es habitual en las cárceles.
En su momento costó US$10,2 millones, según el periódico local Chicago Tribune, cifra que hoy equivaldría a casi US$60 millones.
Esta cárcel fue concebida como parte de un programa del gobierno para construir nuevas prisiones entre 1968 y 1978, y suponía un modelo de centro de detención diferente para aquellos que están aguardando su juicio o que han recibido una condena breve.
Cuando se inauguró, William Nelson, su primer director, dijo: “Este edificio es completamente seguro, pero fue construido de manera eficiente y teniendo en cuenta la dignidad humana“.
El entonces juez James B. Parsons del Tribunal de Distrito de Estados Unidos lo describió como “lujoso”.
“No hay rejas”, dijo. “Las puertas se abren y cierran libremente. Los pisos están alfombrados. La comida es muy buena y las instalaciones recreativas son excelentes”, afirmó, según recogió el Chicago Tribune en un artículo publicado en 1995.
Al menos en aquel momento, los presos podían ir al patio -ubicado en la azotea- solo dos veces a la semana porque permitían estar 20 personas al mismo tiempo como máximo.
El patio está totalmente cubierto por un alambrado, para evitar que lleguen helicópteros a llevarse a alguno de los presos.
Allí se puede jugar al baloncesto, vóleibol o hacer ejercicio.
También podían visitar la biblioteca, la videoteca y la capilla tres veces por semana.
Algunas medidas de seguridad se han añadido después de su inauguración, ya que hubo episodios de fuga.
Por ejemplo, en diciembre de 2012 dos presos se escaparon desde el piso 17 haciendo un boquete en la pared y arrojando una cuerda tejida a partir de sábanas e hilo dental y sujetada de las literas de la celda.
De acuerdo al registro público de la Oficina Federal de Prisiones, que administra este centro, Ovidio Guzmán López, de 33 años, es uno de los 486 hombres y mujeres allí recluidos.
Originalmente había sido construido para albergar a 400 presos.
Desde el arresto de “El Chapo” Guzmán en 2016 y su posterior extradición a Estados Unidos, cuatro de sus hijos, conocidos como Los Chapitos, supuestamente asumieron roles protagónicos en el cartel.
Los agentes de la Agencia Antidrogas de EE.UU. (DEA) dicen que el cártel de Sinaloa es la fuente de gran parte del fentanilo ilícito que se introduce de contrabando en Estados Unidos.
Según la jefa de la DEA, Anne Milgram, “Los Chapitos fueron pioneros en la fabricación y el tráfico de la droga más mortífera que nuestro país haya enfrentado jamás”.
Después de que su padre fuera condenado en EE.UU. a cadena perpetua en 2019, Ovidio Guzmán, alias el Ratón, era considerado uno de los líderes del cartel de Sinaloa y fue acusado por Washington de conspiración para distribuir drogas para ser importadas a EE.UU.
En su primera comparecencia ante un juez en Chicago el 5 de septiembre, Guzmán se declaró no culpable de los cargos que enfrenta por narcotráfico.
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