México ha sido testigo de una transición democrática en las últimas décadas, con alternancias en el poder y consecuentemente cambios en las estrategias para abordar los temas que más lastiman al país. Uno de estos temas críticos ha sido la preservación del orden público, el combate a la delincuencia y la protección de los derechos de los ciudadanos, lo que incluye el desarrollo de las instituciones policiacas para consolidar un sistema nacional de seguridad pública efectivo y que dé resultados.
En el marco legal, México cuenta con la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública (LGSNSP), la cual establece las bases para el funcionamiento y la coordinación de las instituciones de seguridad en los tres niveles de gobierno. Además, los estados y los municipios complementan la ley al establecer los lineamientos y protocolos para el desarrollo de sus policías dentro de la entidad. Sin embargo, a pesar de este entramado legal sólido, nuestro país sufre de carencias importantes en el desarrollo de nuestras policías. La falta de profesionalización y capacitación es un tema recurrente en las corporaciones de seguridad que limita la eficacia en su actuar y lastima la confianza que tienen los ciudadanos en sus instituciones.
Sobre este tema Causa en Común presentó recientemente el Índice de Transparencia Policial (INTRAPOL), un trabajo que revela la disparidad que existe actualmente en términos de capacidades operativas y profesionales entre las policías municipales, estatales y la federal. Una situación que ha empeorado ante la política del actual gobierno que ha ampliado el radio de acción de las fuerzas armadas para participar en ámbitos que corresponden a la esfera civil. Esto se ha traducido en más funciones, responsabilidades, recursos y mayor poder político para el ejército, todo en detrimento de las corporaciones policiacas.
El trabajo de la organización busca conocer si las corporaciones estatales de policía en el país cuentan con instrumentos normativos o institucionales para cumplir con los requisitos mínimos que establece la LGSNSP sobre los cuatro ejes del desarrollo policial: carrera policial, profesionalización, régimen disciplinario y certificación, así como seguridad social. El estudio se realizó a través de la información publicada en medios oficiales por las instituciones de seguridad y por medio de preguntas realizadas directamente a las autoridades vía la Plataforma Nacional de Transparencia, por lo que también refleja los niveles de transparencia de las corporaciones.
Una de las conclusiones a las que lleva la investigación es que ningún estado cumple con los estándares establecidos en la LGSNSP. La calificación más baja se encuentra en el eje de certificación, lo cual indica que las corporaciones no cumplen con los requisitos mínimos de calidad y eficiencia. Además, revela una falta de transparencia gubernamental al no publicar ni proporcionar, en muchos casos, información oportuna y accesible para que la ciudadanía se encuentre informada sobre las actividades y los instrumentos normativos que rigen el funcionamiento de sus policías.
Investigaciones como la que presenta Causa en Común no deben tomarse como una ofensa o un señalamiento a las instituciones policiacas. Todo lo contrario, estos indicadores nos permiten sentar las bases y el panorama actual con el único objetivo de motivar a las autoridades y a la ciudadanía a buscar impulsar un desarrollo policial que nos brinde instituciones más sólidas y justas. Los movimientos sociales y la sociedad civil han demostrado su capacidad para generar cambios y presionar para lograr acciones importantes. La ciudadanía debe ser consciente de sus derechos y exigir transparencia, rendición de cuentas y justicia. Es fundamental que las instituciones y los líderes políticos escuchen y respondan a estas demandas legítimas con la única intención de lograr la consolidación de un sistema de seguridad que proteja a todos.
El fuerte terremoto, ocurrido este viernes, dejó escombros en las calles y la población está huyendo alarmada, por temor a posibles réplicas.
La noche del viernes, a las 11:11, se registró un terremoto en Marruecos con consecuencias devastadoras.
Un terremoto de magnitud 6,8 sacudió el centro del país y por ahora se cuentan alrededor de 2.500 personas fallecidas en una decena de provincias, y el número de heridos ha ascendido a más de 2.420.
El epicentro se situó 71 kilómetros al sur de Marrakech, una ciudad muy turística y uno de los centros económicos de Marruecos, a una profundidad de 18,5 kilómetros, según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
Unos 20 minutos después hubo una réplica de magnitud 4,9.
Se trata de uno de los mayores terremotos de la historia de Marruecos, al menos desde 1.900, según registra el USGS. El anterior con dimensiones similares fue el 24 de febrero de 2004, de magnitud 6,4.
El más mortífero se registró el 29 de febrero de 1960 en la ciduad de Agadir y aunque su magnitud fue de 5,8, dejó más de 12.000 víctimas.
El epicentro del terremoto estuvo en las montañas del Atlas, una zona escasamente poblada. Pueblos enteros de la zona quedaron arrasados y familias enteras atrapadas bajo los escombros.
Podrían pasar muchos días antes de que sepamos exactamente la magnitud de esta gran catástrofe.
Se han reportado grandes dificultades para llegar a esas aldeas remotas de las montañas del Atlas, señala Mohamed Taha, periodista del servicio árabe de la BBC.
“Podrían pasar días antes de que los rescatistas puedan acceder a esas comunidades, compuestas principalmente de edificaciones antiguas”.
A lo largo del fin de semana el ejército marroquí ha despejado una de las carreteras principales que conducen a las zonas más afectadas, lo que permite que llegue ayuda vital a la población.
Los hospitales de Marrakech han visto una afluencia de heridos y las autoridades han pedido a los residentes que donen sangre.
El rey de Marruecos Mohamed VI suspendió sus vacaciones en Francia y regresó a Rabat para presidir una reunión de emergencia del Gobierno y las fuerzas de seguridad.
El monarca fue informado de las medidas extraordinarias que se tomaron para hacer frente la emergencia, como “el reforzamiento de los medios y los equipos para acelerar las operaciones de salvamento y de evacuación de heridos”, el “aprovisionamiento en agua potable” y la distribución de “kits alimentarios, tiendas y mantas” a los siniestrados”.
Se decretaron 3 días de luto nacional.
Muchas de las víctimas se encontraban en las provincias y municipios de Al Haouz, Marrakech, Ouarzazate, Azilal, Chichaoua y Taroudant, en el centro y sur del país, dijeron previamente las autoridades.
Pero el terremoto no solo se ha sentido en Marruecos.
Tanto en el país vecino, Argelia, en la frontera este, como en las Islas Canarias, al frente de la costa de Marruecos, sintieron el temblor. También en algunas partes de Andalucía, concretamente en la zona occidental de la región del sur de España.
“Sentimos un violento temblor y me di cuenta de que era un terremoto. Vi los edificios moverse”, contó Abdelhak El Amranim, de 33 años y que vive en Marrakech, a la agencia AFP.
“Luego salí y había mucha gente allí. La gente estaba en estado de shock y pánico. Los niños lloraban y los padres estaban angustiados”.
Michael Bizet , un ciudadano francés con varias propiedades en el casco antiguo de Marrakech, le dijo a la agencia de noticias: “Pensé que mi cama se iba a volar. Salí a la calle medio desnudo e inmediatamente fui a ver mis riads (casas tradicionales marroquíes)”.
“Fue un caos total, una verdadera catástrofe, una locura”.
La periodista marroquí Aida Alami, quien creció en Marrakech y ha estado en contacto con sus padres, que se encuentran en esa ciudad, dice que el terremoto fue totalmente inesperado.
“No es un país donde la gente sabe qué hacer en caso de terremotos y simplemente salieron. Estaban realmente preocupados por las réplicas y no sabían qué hacer y nadie les decía qué hacer”, dijo a la BBC.
“Algunas de las imágenes impactantes que vimos esta mañana (son de) las antiguas murallas que rodean la ciudad vieja por las que han caminado todos los que han estado en Marrakech”.
“Y estamos viendo escombros y mucha destrucción en el interior. Estos son edificios muy antiguos, probablemente no estén construidos con la solidez suficiente”.
También hay informes de familias atrapadas bajo los escombros de sus casas y daños en partes de la Medina de Marrakech, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Los hospitales de la ciudad están atendiendo a los heridos y las autoridades han pedido a los residentes que donen sangre.
Los videos que llegan desde las zonas afectadas por el sismo muestran edificios colapsados y calles cubiertas de escombros.
Tras el terremoto los lugareños decidieron quedarse fuera de sus casas en la noche del sábado por si había réplicas.
El gobierno de la vecina Argelia, que rompió lazos con Marruecos hace dos años, informó que abriría su espacio aéreo para vuelos humanitarios a Marruecos,
España, por su parte, se ha ofrecido a enviar rescatistas, según dijo el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en delcaraciones a periodistas durante la cumbre del G20 en India.
“España ha ofrecido a Marruecos, si lo considera necesario, tanto sus capacidades de rescate, que en estos momentos son las más importantes, como su capacidad de reconstrucción una vez pasado este momento. Lo importante ahora mismo es salvar el mayor número de vidas posibles”, apuntó.
El presidente estadounidense, Joe Biden, expresó su solidaridad con las víctimas del terremoto y afirmó que Estados Unidos estaba “dispuesto a proporcionar toda la ayuda necesaria”.
Por su parte, el primer ministro Rishi Sunak dijo que “el Reino Unido está dispuesto a apoyar a nuestros amigos marroquíes”, según escribió en la red social X.
“Mis pensamientos están con todos los afectados por el terrible terremoto que azotó anoche Marruecos”, añadió.
Y en China, el presidente Xi Jinping envió un “mensaje de condolencia” a Marruecos, según dicen los medios estatales.
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