En la antesala del cierre del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, más allá del balance sobre la conducción de la política fiscal en los últimos años, que tiene sus claros y sus obscuros, también resulta de interés analizar los riesgos que enfrentarán las finanzas públicas en el proceso de transición entre un sexenio y otro. Son conocidos los retos de carácter estructural, como la necesidad de una nueva reforma fiscal que permita incrementar la recaudación del país en términos del PIB, así como los coyunturales a esta administración, entre ellos el gasto en los programas sociales de transferencias y en los proyectos de infraestructura emblemáticos.
A la complejidad de fenómenos que enfrentan las finanzas públicas, que las someterán a cierto nivel de estrés en el proceso de transición, necesitamos añadir la evolución reciente del costo financiero de la deuda del sector público, que en los primeros cinco meses de 2023 ha crecido en casi un 50% con respecto al año pasado y está por encima de lo programado por la Secretaría de Hacienda para 2023.
Para entender a qué se refiere el costo financiero de la deuda pública es importante recordar que la deuda de mercado del sector público se puede clasificar, al menos, en tres dimensiones: 1) la entidad responsable de pagar la deuda (gobierno federal, Pemex, CFE, etc.); 2) el tipo de moneda en que fue emitida (pesos, dólares, etc.); y 3) la estructura de sus vencimientos (aunque existe una porción de deuda a tasa variable, es mucho más relevante el periodo promedio en que se tienen que pagar las amortizaciones de los créditos que van venciendo).
En función de estos aspectos, las dos variables centrales para entender la presión que puede ejercer el costo financiero de la deuda pública son la tasa de interés (en diferentes plazos) y el tipo de cambio (peso mexicano frente al dólar estadounidense). Ambas son presentadas por el gobierno federal dentro del marco macroeconómico que acompaña la presentación del paquete económico frente al Congreso cada año. Sin embargo, la naturaleza del gasto en el costo financiero es no programable, por lo que, si existen sorpresas con respecto a los supuestos empleados por la Secretaría de Hacienda en sus proyecciones macroeconómicas, también habrá sorpresas en el monto erogado en este rubro.
Después del inicio de la pandemia de Covid, el proceso de recuperación económica global ha ocasionado diferentes retos de política macroeconómica, uno de ellos relacionado con el control de la inflación. La respuesta, ampliamente conocida, ha sido un proceso generalizado de alzas de tasas de corto plazo por parte de los bancos centrales, que poco a poco se ha extendido a otros nodos de la curva de vencimientos, por lo que el costo financiero para diferentes vencimientos se ha incrementado de forma extendida. Asimismo, la respuesta relativa de los bancos centrales en mercados emergentes como México frente a las decisiones de política monetaria en economías avanzadas, como es el caso de la Reserva Federal en Estados Unidos, ha propiciado impactos adicionales sobre los tipos de cambio, que afectan directamente la porción de deuda pública externa.
Como vemos en la Figura 1, el costo financiero ha crecido consistentemente desde 2021 para todo el sector público, esencialmente porque ha dominado el crecimiento de las tasas de interés a la volatilidad observada en el tipo de cambio. Lo anterior es consecuencia de diferentes fortalezas (proporción menor de exposición cambiaria) y debilidades (exposición de riesgo cambiario concentrada en Pemex) de la deuda pública, por lo que el marco fiscal debe prever estas presiones.
Una aproximación útil para entender estos efectos consiste en dividir el costo financiero del sector público en tres partes para 2023: 1) gobierno federal (77% del total); 2) Pemex (13% del total); y 3) CFE (10% del total). El panel de la izquierda de la Figura 2 muestra que el impacto que vemos a nivel del sector público, esto es, el resultado neto de los cambios en tasas y tipo de cambio que presionó al alza el costo financiero, es extensivo al del gobierno federal. En este caso, la estructura de endeudamiento por tipo de moneda (que en sí misma es una fortaleza) explica buena parte del efecto, 78% en deuda interna y 22% en externa.
Dentro de la propia Figura 2, pero en el panel central, podemos ver el mismo análisis para el costo financiero de Pemex. De acuerdo con su último informe trimestral, poco más del 80% de la deuda de Pemex está en moneda extranjera, por lo que la apreciación reciente observada en el tipo de cambio, que favorece al peso frente al dólar, ha reducido drásticamente su costo financiero pese al aumento en tasas (recordemos que no solo las tasas en pesos han subido sino también las que resultan del endeudamiento externo).
Finalmente, el panel derecho de la Figura 2, que corresponde a la evolución del costo financiero de CFE denota que, aunque el costo financiero se redujo notablemente entre 2021 y 2022, este año ha mostrado un crecimiento exponencial. Al grado que el valor acumulado del costo financiero de CFE al mes de mayo equivale a poco más de 34 mil millones de pesos, cercano a los 47 mil millones de pesos para Pemex en el mismo periodo. Como referencia, en el acumulado a mayo de 2022, CFE registraba un costo financiero de cerca de 5 mil millones de pesos, mientras que Pemex acumulada más de 59 mil millones de pesos.
Como hemos comentado, las dos variables que tienden a explicar la mayor parte de la dinámica del costo financiero son las tasas de interés y el tipo de cambio; sin embargo, la clave está en determinar de qué forma opera este traspaso. Como referencia, se comparó la variación en el flujo acumulado del costo financiero del gobierno federal (únicamente en intereses y comisiones) contra los cambios en las tasas del gobierno federal de corto y largo plazo (28 días y 10 años) y la variación en el tipo de cambio.
El panel de la izquierda en la Figura 3 muestra el crecimiento exponencial que ha tenido el costo financiero del gobierno federal en el pago de intereses y comisiones (excluye el apoyo a ahorradores), el cual pasó de un crecimiento real acumulado entre enero y diciembre de 2022 de 13.9% con respecto a 2021, a una expansión de 44% para el acumulado de enero a mayo de 2023 contra el mismo periodo de 2022. Como podemos ver, las tasas de interés de corto y largo plazo se venían incrementado desde 2 años antes, pero el impacto tardó en reflejarse en el costo financiero. Esto seguramente es consecuencia de la estructura de vencimientos del gobierno federal y la composición de su portafolio de deuda entre instrumentos de corto, mediano y largo plazo, por lo que el crecimiento en las tasas de interés se materializa en un mayor costo financiero a medida que se ejecutan los refinanciamientos.
Dentro de la misma Figura 3, el panel de la derecha presenta la cara complementaria. La variación en el tipo de cambio es relevante para la porción de intereses de la deuda que está en moneda externa, que en el caso del gobierno federal ha sido del 27% durante 2023. Al igual que en el caso anterior, el efecto de un mayor o menor tipo de cambio se refleja en el costo financiero una vez que se ejecutan los refinanciamientos, pero este efecto varía en función de la estructura de la deuda externa. Un ejercicio de correlación lineal simple arrojó que dicha relación es mayor en magnitud cuando se rezaga la variación del tipo de cambio ocho meses. Este hallazgo sugiere que la apreciación reciente en el tipo de cambio tardará algunos meses en reflejarse plenamente en el costo financiero del gobierno federal y también de Pemex.
En conclusión, es notorio que las variaciones en el costo financiero del sector público están ligadas a los movimientos en las tasas de interés y el tipo de cambio. En cuanto a las primeras, las de corto plazo están ligadas a la postura de la política monetaria, pero las de largo plazo obedecen a las expectativas del mercado sobre el crecimiento de largo plazo y también sobre los riesgos fiscales. Por otra parte, el tipo de cambio ha mostrado una apreciación continua en los últimos meses, sobre la cual existe una discusión amplia relacionada con los diferenciales de tasas y los flujos de la balanza de pagos.
Lo que es crítico señalar en este caso es que ninguna de estas variables dependen directamente de las acciones de política económica que pueda tomar el gobierno federal, por lo cual sus movimientos son exógenos, de ahí que la naturaleza del costo financiero sea no programable y el gobierno y sus empresas deban hacerle frente con una combinación de dos cosas: una programación prudente de gastos desde la negociación del Presupuesto de Egresos de la Federación y un ajuste al flujo de gasto, quizás mediante su contención en otros rubros, para evitar que esta presión propicie un endeudamiento adicional y potencialmente desordenado.
* Víctor Gómez Ayala (@Victor_Ayala) es director de Inteligencia de Datos en la Fundación Rafael Dondé y Experto México, ¿cómo vamos?. Economista y politólogo por el ITAM, se especializa en ciencia de datos, análisis de política fiscal y energética. Desde hace nueve años es profesor de macroeconomía en el ITAM.
Una investigación en Reino Unido reveló niveles alarmantes de acoso y agresión sexual en el ámbito quirúrgico, en medio de una cultura de silencio que ha permitido que se perpetúe este patrón de conducta.
Cirujanas en Reino Unido dicen que están siendo acosadas y agredidas sexualmente, y en algunos casos violadas por sus colegas, según reveló un análisis sobre el personal del Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés).
La BBC conversó con mujeres que fueron agredidas sexualmente en el quirófano durante una cirugía.
Los autores del estudio señalan que hay un patrón de comportamiento en el que mujeres que están haciendo prácticas son abusadas por cirujanos de más experiencia, y esto está ocurriendo actualmente en hospitales del NHS.
El Colegio Real de Cirujanos dijo que los hallazgos de la investigación son “realmente impactantes”.
El acoso sexual, la agresión sexual y la violación son considerados un secreto a voces dentro del ámbito quirúrgico británico.
Existe una historia no contada de mujeres a las que toquetean bajo sus batas, cirujanos que secan el sudor de su frente en el pecho de mujeres y hombres con una erección que se frotan contra el personal femenino.
A algunas cirujanas les han ofrecido oportunidades laborales a cambio de sexo.
El análisis -de la Universidad de Exeter, la Universidad de Surrey y el Grupo de Trabajo sobre Conducta Sexual Inapropiada en el marco de la Cirugía- fue compartido en exclusiva con la BBC.
Cerca de dos tercios de las cirujanas que proporcionaron información a los investigadores dijeron que fueron blanco de acoso sexual, y un tercio reveló que fueron agredidas sexualmente por colegas en los últimos cinco años.
Las mujeres dicen que temen reportar estos incidentes por el impacto negativo que esto pueda tener en su carrera y no confían en que el NHS tome medidas.
Hay nerviosismo al hablar abiertamente sobre esto. Judith nos pidió que no incluyéramos su apellido. Ahora, ella es una cirujana talentosa y experimentada.
Judith fue agredida sexualmente al comienzo de su carrera cuando era la persona con menos poder en el quirófano y el cirujano más experimentado estaba transpirando.
“Él simplemente se dio vuelta y hundió su cabeza en mis senos, y yo me di cuenta de que se estaba secando la frente sobre mí”, explica.
“Te quedas helada, ¿sabes?, ‘¿qué hace su cara en mi escote?’”.
Cuando lo volvió a hacer, Judith le ofreció una toalla. “No, esto es mucho más divertido”, le respondió con una “expresión burlona”, dice Judith, que recuerda haberse sentido “sucia y humillada”.
Peor aún para ella fue el silencio total de sus compañeros.
“Incluso él no era la persona de más rango en el quirófano, pero sabía que ese comportamiento estaba bien y eso es simplemente terrible”.
Esto le sucedió a Judith en medio del quirófano, pero el acoso y abuso sexual ocurre también más allá del hospital.
Anne –no podemos revelar su nombre real por razones legales- quiso hablar con la BBC porque cree que solo se producirá un cambio cuando la gente empiece a hablar.
Ella elige no llamar violación a lo que le pasó, pero está claro que las relaciones sexuales que tuvieron lugar no fueron consentidas.
El incidente ocurrió durante un evento social vinculado a una conferencia médica (un encuentro de médicos de la misma especialidad).
En un patrón que ya es familiar, ella era una pasante y él un cirujano experimentado.
“Yo confiaba en él, lo admiraba”, dice.
Él aprovechó esa confianza y le dijo que ella no conocía a la otra gente que estaba allí y que podía confiar en él.
“Así que caminó conmigo hacia el lugar donde me estaba quedando. Yo pensé que quería conversar y luego, de repente, se giró hacia mí y tuvo sexo conmigo”.
Anne dice que en ese momento su cuerpo se congeló y “no podía frenarlo”.
“Eso no era lo que yo quería, nunca fue lo que quise, fue totalmente inesperado”.
Cuando Anne lo vio al día siguiente, dice que “apenas podía mantener la compostura”.
“Sentí que no podía armar un escándalo, sentí que había una cultura muy fuerte de simplemente aguantar lo que te hicieran”.
El incidente tuvo un impacto duradero en Anne.
Primero la dejó emocionalmente paralizada, y años más tarde “el recuerdo volvía a inundar mi mente como un horror, una pesadilla”, incluso cuando se estaba preparando para operar a un paciente.
Es ampliamente aceptado que hay una cultura de silencio en torno a este tipo de comportamientos.
La formación quirúrgica se basa en el aprendizaje de colegas de mayor nivel en el quirófano, y las mujeres nos han dicho que es riesgoso hablar sobre aquellos que tienen poder e influencia sobre el futuro de sus carreras.
La investigación, publicada por la Revista Británica de Cirugía, es el primer intento para tener una idea de la escala del problema.
Los cirujanos registrados –hombres y mujeres- fueron invitados a participar y responder de forma anónima, y 1.434 respondieron. La mitad fueron mujeres:
Si bien el informe muestra que los hombres también son víctimas de algunos de estos comportamientos (un 24% fue acosado sexualmente), concluye que cirujanos y cirujanas “viven realidades diferentes”.
“Es probable que nuestros hallazgos tengan un impacto en la confianza del público en la profesión”, señaló el doctor Christopher Begeny, de la Universidad de Exeter.
Entre tanto, un segundo reporte –llamado “Rompiendo el silencio: abordaje de la conducta sexual inapropiada en la atención médica”- hace recomendaciones sobre lo que tiene que cambiar.
Ambos informes indican que la proporción relativamente más baja de mujeres cirujanas (cerca del 28%), combinada con el hecho de que el ámbito de la cirugía es profundamente jerárquico, les da a algunos hombres un poder significativo, y esto se combina mal con el ambiente de gran presión que se vive en el quirófano.
“Esto hace que la gente puede comportarse con impunidad y no se controla mucho lo que pasa”, dice la profesora Carrie Newlands, cirujana de la Universidad de Surrey.
Newlands decidió abordar este comportamiento después de escuchar las experiencias de sus colegas con menos experiencia.
“El escenario más común es que una aprendiz de menos experiencia sea abusada por un perpetrador hombre de más experiencia, que por lo general es su supervisor”, le dijo a la BBC.
“Y esto da como resultado una cultura de silencio en donde las personas tienen miedo por su futuro y su carrera si deciden hablar”.
Otro tema que surgió del análisis fue la falta de confianza en organismos como el NHS Trust, el Consejo Médico General (que gestiona el registro de médicos en Reino Unido autorizados a ejercer) y los Colegios Reales (que representan a las especialidades en medicina) para tratar el problema.
“Necesitamos un cambio profundo en los procesos de investigación para que sean externos, independientes y confiables para que la atención sanitaria se convierta en un lugar seguro para trabajar”, señala Newlands.
Tim Mitchell, presidente del Colegio Real de Cirujanos de Inglaterra, le dijo a la BBC que los hallazgos de la investigación son “profundamente impactantes y serán una fuente de mucha vergüenza para la profesión de cirujano”.
En conversación con el programa Today de BBC Radio 4, reconoció que “queda claro que se trata de un problema común” que no ha sido abordado.
“Necesitamos implementar una cultura de tolerancia cero para garantizar que existen mecanismos que permitan a las personas afectadas sentirse seguras de que pueden acercarse, denunciar estos incidentes, y que serán tomadas en serio”, dijo.
La doctora Binta Sultan, de NHS Inglaterra, dijo que el informe es “increíblemente difícil de leer” y presenta “evidencia clara” de la necesidad de tomar más medidas para hacer que los hospitales sean “seguros para todos”.
“Ya estamos tomando medidas importantes para hacer esto, incluso a través de compromisos para brindar más apoyo y mecanismos claros de denuncia para aquellos que han sufrido acoso o han sido víctimas de comportamientos inapropiados”.
El Consejo Médico General actualizó el mes pasado sus estándares profesionales para los médicos.
Su direcctor ejecutivo, Charlie Massey, dice que “actuar de forma sexual con los pacientes o colegas es inaceptable” y que la “conducta inapropiada grave es incompatible” con seguir ejerciendo la medicina en el país.
¿Pero es el ámbito quirúrgico un lugar de trabajo seguro para las mujeres hoy día?
“No siempre. Y es terrible tener que admitirlo”, dice Judith.
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