Un juez de Estados Unidos ordenó al gobierno de Texas retirar las boyas que evitan el paso de migrantes por el Río Bravo, decisión que fue reconocida por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
El 6 de septiembre, David Ezra, juez federal de Estados Unidos, determinó que Texas debe retirar el muro flotante de boyas con púas que el gobernador Greg Abbott mandó a colocar en el Río Bravo, frontera natural con México.
El juez dio hasta el 15 de septiembre al gobierno de Texas de plazo para quitar las boyas, aunque Abbott ya declaró que apelará la decisión.
El tribunal federal también prohibió a las autoridades estatales y a cualquier entidad que trabaje a su servicio “construir o agregar cualquier boya, barrera o estructura de cualquier tipo en el río Bravo”, en espera de una decisión de un tribunal superior sobre el fondo de la cuestión.
La determinación del juez David Ezra ocurrió por una demanda que presentó el gobierno de Joe Biden contra Texas por la colocación de las boyas en el Río Bravo, medida que consideraron “poco humanitaria y un riesgo al ecosistema”.
Además, se da a meses de protestas de colectivos de derechos humanos y voces que desde Washington y México calificaban de inhumana la barrera de boyas.
El juez justificó su decisión por los “daños causados por la barrera flotante”, citando “las enormes tensiones que ha provocado en las relaciones entre Estados Unidos y México“, así como “amenazas a la vida humana y obstrucción de la navegación libre y segura”.
Además, la corte considera “probable” que la sentencia de fondo sea favorable al gobierno federal estadounidense.
La instalación de las boyas ocasionó que el presidente López Obrador dijera que viola la soberanía de México y un mes después, un levantamiento topográfico realizado por una comisión oficial binacional desveló que, en su mayoría, la barrera estaba del lado mexicano del Río Bravo.
El Departamento de Justicia de Washington advirtió entonces que estas boyas representan un problema humanitario y diplomático, porque van en contra de los tratados fronterizos celebrados con México.
Tras conocerse la decisión del juez que ordena retirar las boyas del Río Bravo a Texas, el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció la determinación.
“Quiero aprovechar informar que ayer un Tribunal de Justicia de Estados Unidos ordenó que se quiten las boyas del Río Bravo que de manera arbitraria, violatoria de nuestra soberanía, mandó a poner el gobernador de Texas”, dijo.
En la intervención, López Obrador agradeció a las autoridades de Estados Unidos y que aunque el gobernador Greg Abbott apele la decisión, “como no les asiste la razón y es un acto prepotente, de arrogancia, no van a poder imponerse”.
.@lopezobrador_ informó que un tribunal de Estados Unidos ordenó que -a más tardar el 15 de septiembre- se retiren las boyas del Río Bravo y agradeció al presidente Biden por la iniciativa.
Fue "un acto prepotente y de arrogancia" del gobernador de Texas, dijo AMLO. pic.twitter.com/HKW8WciIdT
— Animal Político (@Pajaropolitico) September 7, 2023
“Es una buena noticia para el pueblo de México”, terminó.
Desgarradores testimonios de sobrevivientes y testigos directos de una tragedia que ha dejado miles de muertos y desaparecidos. “Es como si hubiera caído una bomba nuclear”.
Las imágenes son desoladoras. Cadáveres abandonados en las calles, personas sacando cuerpos debajo de los escombros con sus propias manos.
Testigos directos del horror le dijeron a la BBC que barrios y edificios enteros fueron arrastrados al mar mientras la gente dormía.
Y ahora “el mar está devolviendo decenas de cadáveres”, relató Hichem Abu Chkiouat, ministro de Aviación Civil y miembro del Comité de Emergencia en el este de Libia.
Esa es la situación que se vive en la ciudad portuaria de Derna tras las inundaciones causadas por la tormenta Daniel que arrasaron el este del país dejando una estela de destrucción con miles de muertos y desaparecidos.
Familiares buscan desesperados a sus seres queridos con la esperanza de encontrarlos vivos o al menos identificar sus cuerpos para darles sepultura.
Mientras los equipos de emergencia continúan trabajando, en algunas zonas de la ciudad cuerpos envueltos en sábanas están siendo arrojados en fosas comunes.
El número de muertos que dejaron las inundaciones en el este de Libia sigue aumentando. Las autoridades dicen que se han encontrado más de 5.000 cadáveres solo en la ciudad de Derna, mientras que en los alrededores y en el resto del país ya se contabilizan decenas de miles desplazados.
Voluntarios han llegado a la zona para socorrer a los sobrevivientes
“Es un completo desastre. Estoy realmente en shock”, dijo un médico que viajó a Derna para tratar a los heridos.
El medio de comunicación local Derna Zoom publicó en la red social X (anteriormente Twitter) que una cuarta parte de la ciudad quedó “completamente aniquilada”.
“Es como si hubiera caído una bomba nuclear”, decía el mensaje.
Quienes han logrado comunicarse con familiares y amigos en la zona afectada están desconsolados.
La gente está viviendo el “día del juicio final”, le dijo a la BBC el periodista libio Johr Ali.
Un amigo encontró a su sobrino “muerto en la calle, arrojado por el agua desde su tejado”, relató el reportero.
Ali, que vive exiliado en Estambul debido a los ataques a periodistas en Libia, comentó que otro de sus amigos perdió a toda su familia en el desastre.
“Su madre, su padre, sus dos hermanos, su hermana Maryam, su esposa (…) y su pequeño hijo de 8 meses… Todos ellos murieron, toda su familia está muerta y él me pregunta qué debe hacer”.
En otro caso, Ali dijo que un sobreviviente le contó que había visto a “una mujer colgada de las farolas, porque las inundaciones se la llevaron”.
“Murió allí”, añadió Ali.
Las calles de Derna están cubiertas de barro y escombros y llenas de vehículos volcados.
“La gente escucha los llantos de los bebés bajo tierra y no saben cómo llegar hasta ellos”, relató el periodista.
El rescatista Kasim al Qatani le dijo a la BBC que no hay agua potable en Derna y que escasean los suministros médicos.
Agregó que el único hospital de Derna ya no podía recibir pacientes porque “hay más de 700 cadáveres esperando en el hospital y no es tan grande”.
Aunque la tragedia comenzó con las intensas lluvias causadas por la tormenta Daniel, testigos dijeron que la situación se salió de control cuando oyeron la explosión de una gran presa que terminó expulsando un gigantesco torrente de agua que “parecía un tsunami”.
La información disponible hasta ahora señala que las lluvias provocaron el colapso de dos represas en el río Derna, “que arrastraron barriadas enteras con sus residentes hasta el mar”, según explicó Ahmed Mismari, portavoz del Ejército Nacional Libio, que controla el este del país.
Además de Derna, también se han visto afectadas las ciudades de Bengasi, Susa y Al Marj, todas ellas en el este, así como Misrata, en el oeste, en medio de las peores inundaciones en las últimas cuatro décadas en el país.
El médico libio Najib Tarhoni, que trabaja en un hospital cerca de Derna, pidió ayuda con urgencia.
“Tengo amigos aquí en el hospital que han perdido a la mayoría de sus familias… han perdido a todos”, le dijo a la BBC.
“Sólo necesitamos gente que entienda la situación: ayuda logística, perros que realmente puedan oler a la gente y sacarla de debajo de la tierra. Sólo necesitamos ayuda humanitaria, gente que realmente sepa lo que está haciendo”.
También existe una necesidad urgente de equipos forenses y de rescate especializados y otros dedicados a la recuperación de cadáveres, les dijo a los medios turcos el jefe del Sindicato de Médicos Libios, Mohammed al Ghoush.
Los esfuerzos de rescate se han visto complicados por el hecho de que Libia está dividida entre gobiernos rivales y el país lleva más de una década de conflicto.
La lucha entre facciones ha llevado al abandono de la infraestructura y ha dado lugar a una pobreza generalizada en un país con pocos recursos y experiencia para enfrentar este tipo de catástrofes.
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