Tres días antes de anunciar su intención de postularse a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada hizo una visita al Palacio Nacional. Al salir, subió a sus redes sociales una fotografía caminando sonriente en el Zócalo, junto con mensaje en el que decía: “hoy tuve la oportunidad de platicar con el presidente, y me siento muy contenta de luchar a su lado por continuar la transformación de la Ciudad de México y del país”.

Ya con la bendición presidencial, el sábado se fotografió en la Marcha del Orgullo, a lado del vocero presidencial, Jesús Ramírez Cuevas; el director del Sistema Público de Radiodifusión, Jenaro Villamil; la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, y otros funcionarios del gobierno federal.

Bajo la consigna de “la ruta es clara”, a Brugada se le ha despejado el camino: Rosa Icela Rodríguez anunció que continuará en la Secretaría de Seguridad hasta el final de sexenio; Martí Batres asumió la Jefatura de Gobierno para concluir el mandato de Claudia Sheinbaum, y Ariadna Montiel, secretaria del Bienestar, no ha contado con los apoyos que comienzan a concentrarse alrededor de la alcaldesa de Iztapalapa.

Clara Marina Brugada Molina nació en la colonia Nativitas en 1963. Es licenciada en economía por la UAM-Iztapalapa y actualmente gobierna por tercer periodo ―uno como delegada y dos como alcaldesa, al ser reelecta en la elección de 2021― la demarcación más poblada de la capital: Iztapalapa, con 1.8 millones de habitantes.

Desde los años 80, y después de regresar a la CDMX tras vivir algunos años en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, a donde se mudó con su madre y sus dos hermanos tras la muerte de su padre, Brugada inició su trabajo en distintas organizaciones sociales. La primera de ellas fue la Unión de Colonos de San Miguel Teotongo, en Iztapalapa, cuyos dirigentes se acercaron a ella y a algunos compañeros de la UAM solicitando que fueran a su colonia a dar clases a los niños de forma gratuita. 

Más adelante formó parte de la Coordinadora Nacional del Movimiento Urbano Popular y la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata, organizaciones de las que fue fundadora y dirigente.

Clara Brugada conoció a Andrés Manuel López Obrador en 1991, en el primer el “éxodo por la democracia”, una caminata que encabezó el tabasqueño desde Villahermosa hasta la Ciudad de México, que hizo una parada en Iztapalapa. En ese entonces, López Obrador era el presidente del PRD en Tabasco y Brugada, activista de la UPREZ y militante del recién fundado PRD.

El primer cargo público que tuvo Clara Brugada fue en 1997, al convertirse en diputada federal por el PRD y encabezar la Comisión de Desarrollo Social de la Cámara de Diputados, en la primera legislatura sin mayoría absoluta del PRI.

Al término de ese encargo, en el 2000, ocupó una curul en la extinta Asamblea Legislativa, mientras Andrés Manuel López Obrador asumía la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal.

En 2003, Brugada volvió a la Cámara de Diputados y, en 2006, participó en las manifestaciones en contra del “fraude electoral”, incluido el plantón en Paso de la Reforma. A finales de ese año, el jefe de Gobierno electo, Marcelo Ebrard, la invitó a hacerse cargo de la Procuraduría Social (Prosoc).

Juanito y la alcaldía

Sin lugar a dudas, un episodio que marcó un antes y un después en la política de la Ciudad de México lo protagonizaron Clara Brugada y Rafael Acosta Ángeles, mejor conocido como “Juanito”, durante el proceso electoral de 2009.

Ese año, Brugada renunció a la Procuraduría Social para contender en la elección interna del PRD por la candidatura para la jefatura delegacional en Iztapalapa. Al término del proceso, se declaró ganadora a Clara Brugada sobre su contendiente Silvia Oliva Fragoso; sin embargo, la corriente de ‘Los Chuchos’ impugnó el procedimiento y, cuando faltaban sólo 23 días para los comicios, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) anuló la candidatura de Brugada y se la otorgó a Oliva Fragoso, quien se registró ante las autoridades electorales.

Ya con las boletas impresas con el nombre de Clara Brugada, sus votos contarían para la candidata Silvia Oliva, su principal rival dentro del PRD.

Ante ello, López Obrador ―quien se ostentaba como “presidente legítimo de México”― ideó una estrategia que rompía la lógica electoral: llamó a sus simpatizantes, militantes del PRD, a no votar por la candidata perredista, sino por Rafael Acosta alias “Juanito”, quien era candidato del Partido de Trabajo en Iztapalapa. A su vez, le hizo prometer públicamente que, una vez ganada la elección y cuando asumiera el cargo, renunciaría para que Brugada fuera quien gobernara.

Así, en sólo tres semanas, López Obrador, Brugada y decenas de simpatizantes hicieron campaña en Iztapalapa pidiendo a los vecinos que, aunque estuviera impreso el nombre de Clara Brugada en la boleta no votaran por ella, sino por “Juanito”. Una estrategia que les dio la victoria con el 31.18% de los votos frente al 22.10% que obtuvo el PRD. 

El 1 de octubre de 2009, “Juanito” asumió el cargo e inmediatamente solicitó licencia, tal como lo había prometido; pero el 28 de noviembre, un día antes de que venciera su solicitud de licencia, volvió a la delegación y retomó su puesto, por lo que Brugada se lanzó contra él llamándolo “ladrón”.

El caso escaló y llegó hasta la Asamblea Legislativa, en donde se buscaba la forma de destituirlo, mientras Brugada y sus simpatizantes formaron un cerco pacífico alrededor de las oficinas delegacionales. 

Finalmente, y luego de que el entonces jefe de gobierno, Marcelo Ebrard interviniera directamente, Brugada asumió la jefatura delegacional, en diciembre de 2009.

Morena, las utopías y los resultados

En 2012, tras concluir su gestión como delegada en Iztapalapa y después de la segunda derrota de López Obrador en las elecciones presidenciales, Brugada se unió a los trabajos para la fundación del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que en 2014 obtuvo su registro como partido político nacional. 

En 2016, en el marco de la reforma política de la Ciudad de México, Clara Brugada fue electa diputada de la Asamblea Constituyente ―conformada por 100 diputados―, quienes redactaron la Constitución de la Ciudad de México, que se promulgó en enero de 2017.

Arropada por Morena y el PT, en 2018 fue electa alcaldesa de Iztapalapa y, en 2021, fue una de las siete morenistas que logró mantener su delegación. Con 393 mil 578 votos (57.7 por ciento del total) fue la morenista más votada en la ciudad, en una jornada electoral en la que el partido del presidente sufrió un notable descalabro.

Con Brugada, Iztapalapa se ha convertido en uno de los territorios consentidos del presidente López Obrador, quien no suele inaugurar obras ni encabezar entrega de programas sociales en la capital del país, salvo en esta demarcación.

La línea del Cablebús más larga del mundo, trolebús elevado, 13 albercas semiolímpicas, una alberca olímpica, una pista de hielo permanente, miles de murales en las fachadas de las colonias y cientos de kilómetros en caminos iluminados para que las mujeres se sientan libres y seguras son algunas de las acciones que han hecho que el rostro de Iztapalapa sea otro.

Además, se han construido 12 utopías (Unidades de Transformación y Organización Para la Inclusión y la Armonía Social), con una inversión de 100 millones de pesos en cada una, incluida la de Meyehualco en donde se habilitó un parque temático llamado Iztapasauria.

Las utopías son el proyecto más ambicioso de la alcaldía, que busca la transformación social con impactos sociales y urbanos. En estos espacios se ha puesto a disposición de la población equipamiento cultural, recreativo, social y deportivo, de manera gratuita. Al término de su administración, se espera que haya cinco utopías más en operación.

En tanto, en materia de seguridad, Brugada afirma que la incidencia delictiva ha bajado en un 50%, resultado que se ha logrado por el trabajo coordinado con la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), pero también por la inversión que se ha hecho para reforzar la presencia de elementos de la policía auxiliar en la alcaldía.

De acuerdo con lo que ha informado Brugada, en 2018, cuando se convierte en alcaldesa de Iztapalapa, había 13 patrullas de policía auxiliar para dar servicio en toda la demarcación. Actualmente se tiene en operación en todo el territorio 272 vehículos.

El Gobierno de CDMX, el objetivo de Brugada

El pasado jueves 22 de junio, cuando Brugada visitó Palacio Nacional, no fue la única que se reunió con el presidente López Obrador. Ese día, Ariadna Montiel, actual secretaria de Bienestar a nivel federal y también aspirante a gobernar la CDMX, también acudió a un encuentro con el presidente.

Montiel salió sin dar declaraciones y evitó presumir su reunión con AMLO en redes sociales. Por su parte, Brugada comenzó ese día una serie de publicaciones que apuntaban hacia su destape.

Ese mismo día se reunió con el jefe de Gobierno, Martí Batres.

“Siempre es un gusto coincidir con el jefe de Gobierno, @martibatres. Continuamos con el trabajo coordinado para transformar #Iztapalapa y la #CiudadDeMéxico”, escribió en la red social.

Tres días después, el domingo 24 de junio, en un evento público en emblemática puerta de los Leones en Chapultepec, al que convocó a distintos cuadros de Morena locales y nacionales, anunció que buscará ser la candidata de Morena a la jefatura de Gobierno y que recorrerá la Ciudad para recoger las peticiones e inquietudes de la población.

“Somos ciudad de las utopías, que significan movimiento, realización de cada sueño y búsqueda de nuevos horizontes: renovación constante. Las utopías son un movimiento que apuesta por la igualdad social y territorial. Por el ejercicio pleno de los derechos de todas las personas sin importar el lugar donde habitan”, subrayó.

Mario Delgado, presidente de Morena y también aspirante a la jefatura de gobierno, no ha dado a conocer los detalles del proceso interno para que su partido designe la candidatura local. Sin embargo, el lunes anunció que éste comenzará después del 7 de septiembre, una vez que concluya la selección de la Coordinación de Defensa de la Transformación.

Después de esa fecha, también se conocerá el destino ―y aspiración― de Ricardo Monreal, en caso de que no resulte favorecido en la encuesta. 

Hasta entonces se sabrá si la alcaldesa de Iztapalapa tendrá un contendiente dentro de Morena, o si continúa su camino sola hacia la candidatura a la Jefatura de Gobierno.