Los problemas de acceso al agua en México son más graves en zonas rurales y aumentarán por las consecuencias del cambio climático, advirtió este lunes la organización Hábitat para la Humanidad, que desarrolla proyectos de gestión de recursos en comunidades.
Edder Roseiner Monzón de la Cruz, gerente de Proyectos de Agua, Saneamiento e Higiene en Hábitat para la Humanidad, estimó que el porcentaje de población con acceso al líquido en zonas rurales del país ronda el 50%, cuando en zonas urbanas es de entre 80% y 90%.
La desigualdad se debe a factores como que las comunidades en zonas rurales están más dispersas y por lo general tienen poca inversión en infraestructura, lo que se traduce en falta de acceso y mala calidad.
“Súmale ahora los fenómenos meteorológicos por cambio climático que se van a agravar en unas décadas”, dijo en entrevista.
“Hay muchas necesidades de inversión en temas de infraestructura. No hay procesos de mantenimiento, rehabilitación. Ese es un grave riesgo porque está condicionando el acceso al agua por parte de las comunidades y, cuando hay una situación disruptora, se pueden quedar sin acceso al agua”, expuso.
Lacmi Rodríguez, directora ejecutiva de la organización en México, presentó este lunes los resultados del proyecto que desarrolló durante los últimos cuatro años en la costa de Chiapas. Ahí, con financiamiento de la empresa JTI y en coordinación con autoridades de municipios como Arriaga, desarrolló acciones para intervenir casas, concientizar a la ciudadanía y mejorar la infraestructura de agua y saneamiento.
De acuerdo con Hábitat para la Humanidad, la inversión total fue de 1 millón 822 mil 549 dólares —1 millón 750 mil aportados por JTI y 72 mil 549 de la propia agrupación— y fueron beneficiadas 82 mil personas de forma directa e indirecta.
El proyecto partió de la base de que Chiapas es el ejemplo de un estado con abundantes recursos naturales en general e hídricos en particular, pero donde la infraestructura y las capacidades de las autoridades son insuficientes para que agua de calidad llegue a toda la población.
Al término de la presentación, Rodríguez señaló en entrevista que la organización suele encontrar más interés y ánimo de colaborar con autoridades locales —que son las que reciben los reclamos de la ciudadanía por fallas en los servicios públicos—, aunque argumentó que tareas como la promoción del cuidado del agua deben alcanzar todo el territorio.
“A nivel de sensibilización y concientización, creo que tiene que ser a nivel nacional”, dijo.
Los daños hasta el momento son incalculables.
Las imágenes satelitales muestran la escala de la destrucción en la ciudad portuaria de Derna, en Libia, después de que aguas torrenciales arrasaran puentes, calles y comunidades enteras, dejando miles de fallecidos y desaparecidos en el camino.
Las fuertes lluvias que trajo consigo la tormenta Daniel durante el fin de semana ocasionaron el colapso de dos represas sobre el río Wadi Derna, que recorre la ciudad y que, por lo general, tiene un caudal muy reducido. Los torrentes de agua y escombros dejaron una estela de devastación.
Una serie de puentes cruzaban el Wadi, conectando un área del puerto con la parte occidental de la ciudad.
Las aguas – descritas por un oficial como “un tsunami”- arrasaron los puentes al igual que bloques de edificios residenciales enteros (incluyendo complejos de varios pisos), edificios gubernamentales y una mezquita de gran tamaño.
En el barrio de Al-Eilwa, se reportaron inundaciones en el 96% de las casas.
Muchas de las propiedades construidas en las cercanías al río desaparecieron, solamente dejando visibles los cimientos de las construcciones.
Una carretera costera cercana al puerto cayó al mar.
La población de Derna contaba con una población de 200.000 personas antes de la tormenta.
El alcalde de la ciudad dijo que dado el número de barrios que resultaron completamente destruidos, pudieron haber muerto entre 18.000 y 20.000 personas.
Miles más están heridas o desaparecidas, mientras muchas quedaron sin dónde vivir.
Un análisis de Naciones Unidas muestra que más de 2.200 estructuras fueron expuestas a las aguas y que al menos seis puentes y el área del puerto habían sufrido graves daños.
Barrios afectados severamente como Al-Bilad y Al-Maghar a ambos lados del río, también albergaban los centros de salud que la gente de la ciudad usaba, según los analistas de desastres de Reach.
Los hogares que fueron construidos sobre el lecho seco del río en el lado de la represa que daba hacia el mar fueron los que recibieron la mayor fuerza del impacto del agua.
Hamad Shalawi, miembro del comité de desastres local, dijo que la ciudad había sido destruida en segundos y que familias enteras habían muerto.
“La geografía de la ciudad cambió completamente con la mitad de la ciudad barrida hacia el mar”, le dijo al servicio árabe de la BBC.
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