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Espionaje e indignidad
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Jacobo Dayán es especialista en Derecho Penal Internacional, Justicia Transicional y Derechos Humanos. Se desarrolla... Continuar Leyendo
3 minutos de lectura

Espionaje e indignidad

Ante la desactivación de los resortes administrativos, políticos y jurídicos solo queda apelar a la moral, a la dignidad: Encinas tiene la obligación moral y política de dar explicaciones respecto al espionaje del que fue objeto por parte del ejército.
26 de mayo, 2023
Por: Jacobo Dayán

Se hizo público lo que se sospechaba e incluso se sabía. Alejandro Encinas también fue (o sigue siendo) espiado por el ejército. El subsecretario de derechos humanos, población y migración, al igual que parte de su equipo cercano, está en la mira de la Sedena por su trabajo en un par de mecanismos extraordinarios que tienen al centro crímenes perpetrados por las fuerzas armadas: Ayotzinapa y la Guerra Sucia.

A diferencia de otros casos de espionaje por parte de las fuerzas armadas, ahora no fue a periodistas o defensores de derechos humanos, sino a un miembro del mismo gabinete de gobierno. Este “espionaje amigo” además de ilegal, debería de ser políticamente aberrante al interior del gobierno.

En un país democrático este caso tendría respuestas administrativas, políticas y jurídicas. El presidente como responsable de ambas secretarías (Sedena y Segob) tendría que resolver el asunto al interior de su gabinete. Debería considerar que el espionaje es una traición por parte de la Sedena a su supuesta voluntad por esclarecer los crímenes, salir en defensa de Encinas, su amigo y colaborador, pero sobre todo en defensa de la legalidad y el respeto por su propio gobierno.

En lo político, un Congreso que se asuma como uno de los tres poderes tendría que llamar a cuentas al secretario de la Defensa y al subsecretario Encinas. A pesar de tener mayorías, Morena considera que es más importe su abyección al presidente y a las fuerzas armadas que a la integridad de su propio movimiento. La oposición en ambas Cámaras no alcanza la altura ética de una representación democrática ni testimonial.

De lo jurídico hay poco que decir. Es sabido que la FGR no realizará ninguna investigación sobre este caso como tampoco lo ha hecho con los espionajes en sexenios anteriores ni en el actual.

Ante la desactivación de los resortes administrativos, políticos y jurídicos solo queda apelar a la moral, a la dignidad. Encinas tiene la obligación moral y política de dar explicaciones al respecto. Su prioridad debe ser su mandato, las víctimas y la sociedad que esperan verdad y justicia. Mantenerse en silencio deja en claro que antepone su cargo y su lealtad. Él encabeza dos mecanismos extraordinarios de verdad y justicia. Los estándares internacionales establecen que este tipo de mecanismos, propios de la justicia transicional, deben ser independientes del poder. Este caso deja en claro que la falta de autonomía va en detrimento de la verdad y la justicia.

Es inevitable recordar la frase de Winston Churchill después de la Conferencia de Múnich de 1938, en la que Francia y Gran Bretaña consintieron las ansias anexionistas de Alemania al entregarle parte de Checoslovaquia: “Os dieron a elegir entre el deshonor o la guerra, elegisteis el deshonor y tendréis la guerra”. En este caso el presidente, el subsecretario Encinas, el Congreso y la FGR tuvieron que elegir entre la indignidad y llamar a cuentas a las fuerzas armadas. Eligieron una vez más la indignidad y el país tendrá la supremacía de las fuerzas armadas.

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Imagen BBC
El mar no para de devolver cuerpos: la angustia de sobrevivientes y familiares de víctimas de las inundaciones en Libia
4 minutos de lectura

Desgarradores testimonios de sobrevivientes y testigos directos de una tragedia que ha dejado miles de muertos y desaparecidos. “Es como si hubiera caído una bomba nuclear”.

14 de septiembre, 2023
Por: BBC News Mundo
0

Las imágenes son desoladoras. Cadáveres abandonados en las calles, personas sacando cuerpos debajo de los escombros con sus propias manos.

Testigos directos del horror le dijeron a la BBC que barrios y edificios enteros fueron arrastrados al mar mientras la gente dormía.

Y ahora “el mar está devolviendo decenas de cadáveres”, relató Hichem Abu Chkiouat, ministro de Aviación Civil y miembro del Comité de Emergencia en el este de Libia.

Esa es la situación que se vive en la ciudad portuaria de Derna tras las inundaciones causadas por la tormenta Daniel que arrasaron el este del país dejando una estela de destrucción con miles de muertos y desaparecidos.

Familiares buscan desesperados a sus seres queridos con la esperanza de encontrarlos vivos o al menos identificar sus cuerpos para darles sepultura.

Mientras los equipos de emergencia continúan trabajando, en algunas zonas de la ciudad cuerpos envueltos en sábanas están siendo arrojados en fosas comunes.

El número de muertos que dejaron las inundaciones en el este de Libia sigue aumentando. Las autoridades dicen que se han encontrado más de 5.000 cadáveres solo en la ciudad de Derna, mientras que en los alrededores y en el resto del país ya se contabilizan decenas de miles desplazados.

Voluntarios han llegado a la zona para socorrer a los sobrevivientes

“Es un completo desastre. Estoy realmente en shock”, dijo un médico que viajó a Derna para tratar a los heridos.

“Como si hubiera caído una bomba nuclear”

Equipos de rescate en el mar.
Getty Images
Edificios y barrios completos fueron arrastrados hacia el mar.

El medio de comunicación local Derna Zoom publicó en la red social X (anteriormente Twitter) que una cuarta parte de la ciudad quedó “completamente aniquilada”.

“Es como si hubiera caído una bomba nuclear”, decía el mensaje.

Quienes han logrado comunicarse con familiares y amigos en la zona afectada están desconsolados.

La gente está viviendo el “día del juicio final”, le dijo a la BBC el periodista libio Johr Ali.

Un amigo encontró a su sobrino “muerto en la calle, arrojado por el agua desde su tejado”, relató el reportero.

Ali, que vive exiliado en Estambul debido a los ataques a periodistas en Libia, comentó que otro de sus amigos perdió a toda su familia en el desastre.

“Su madre, su padre, sus dos hermanos, su hermana Maryam, su esposa (…) y su pequeño hijo de 8 meses… Todos ellos murieron, toda su familia está muerta y él me pregunta qué debe hacer”.

En otro caso, Ali dijo que un sobreviviente le contó que había visto a “una mujer colgada de las farolas, porque las inundaciones se la llevaron”.

“Murió allí”, añadió Ali.

Las calles de Derna están cubiertas de barro y escombros y llenas de vehículos volcados.

“La gente escucha los llantos de los bebés bajo tierra y no saben cómo llegar hasta ellos”, relató el periodista.

“Parecía un tsunami”

Rescatistas en Libia
EPA
Las lluvias “arrastraron barriadas enteras con sus residentes hasta el mar”.

El rescatista Kasim al Qatani le dijo a la BBC que no hay agua potable en Derna y que escasean los suministros médicos.

Agregó que el único hospital de Derna ya no podía recibir pacientes porque “hay más de 700 cadáveres esperando en el hospital y no es tan grande”.

Aunque la tragedia comenzó con las intensas lluvias causadas por la tormenta Daniel, testigos dijeron que la situación se salió de control cuando oyeron la explosión de una gran presa que terminó expulsando un gigantesco torrente de agua que “parecía un tsunami”.

La información disponible hasta ahora señala que las lluvias provocaron el colapso de dos represas en el río Derna, “que arrastraron barriadas enteras con sus residentes hasta el mar”, según explicó Ahmed Mismari, portavoz del Ejército Nacional Libio, que controla el este del país.

Además de Derna, también se han visto afectadas las ciudades de Bengasi, Susa y Al Marj, todas ellas en el este, así como Misrata, en el oeste, en medio de las peores inundaciones en las últimas cuatro décadas en el país.

Un país partido en dos

Rescatista en Libia
Getty Images
Equipos de rescate trabajan intensamente en las zonas devastadas por las inundaciones.

El médico libio Najib Tarhoni, que trabaja en un hospital cerca de Derna, pidió ayuda con urgencia.

“Tengo amigos aquí en el hospital que han perdido a la mayoría de sus familias… han perdido a todos”, le dijo a la BBC.

“Sólo necesitamos gente que entienda la situación: ayuda logística, perros que realmente puedan oler a la gente y sacarla de debajo de la tierra. Sólo necesitamos ayuda humanitaria, gente que realmente sepa lo que está haciendo”.

También existe una necesidad urgente de equipos forenses y de rescate especializados y otros dedicados a la recuperación de cadáveres, les dijo a los medios turcos el jefe del Sindicato de Médicos Libios, Mohammed al Ghoush.

Los esfuerzos de rescate se han visto complicados por el hecho de que Libia está dividida entre gobiernos rivales y el país lleva más de una década de conflicto.

La lucha entre facciones ha llevado al abandono de la infraestructura y ha dado lugar a una pobreza generalizada en un país con pocos recursos y experiencia para enfrentar este tipo de catástrofes.

Auto bajo escombros en Libia.
Getty Images
Las víctimas y los rescatistas piden ayuda humanitaria.
línea gris
BBC

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