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El expresidente López Obrador: ¿maximato, autoexilio o “liderazgo moral”?
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El expresidente López Obrador: ¿maximato, autoexilio o “liderazgo moral”?

En unos meses, López Obrador tendrá la oportunidad de rediseñar los límites de lo políticamente permisible para un expresidente de México. No obstante, si elige intentar influir en el mandato de su sucesora —si es de su partido—, y ella le da pie para hacerlo en alguna medida, el precedente será marcadamente negativo.
21 de septiembre, 2023
Por: Alonso B. Tamez

¿Qué tipo de expresidente será Andrés Manuel López Obrador? La respuesta depende de dos supuestos: si la presidencia es ganada por Xóchitl Gálvez, la futura candidata del Frente Amplio por México (FAM), o si Claudia Sheinbaum, de MORENA-PT-Verde, reafirma la victoria del obradorismo —al momento de este texto, Movimiento Ciudadano se perfila como la opción menos competitiva—.

Si ganara Xóchitl —contra grandes retos operativos, lo que la fortalecería al inicio de su gobierno de coalición—, es probable que López Obrador establecería una sana distancia con la opinión pública y la nueva administración. La siempre presente posibilidad de que el nuevo jefe de Estado empuje a la FGR a abrir una investigación contra algún allegado, hijo o familiar tuyo, suele ser incentivo suficiente para guardar silencio. Además, la derrota debilitaría a López Obrador, al revelar que buena parte de su fortaleza era más endeble de lo percibido, o al menos, no transmisible a Sheinbaum.

Ahora bien, tampoco es descabellado pensar que si la justicia emprendiera algún proceso contra un allegado —sobre todo un familiar— de López Obrador, el expresidente podría recurrir a los medios, o incluso a la plaza pública, para presionar al gobierno de Xóchitl para desistir. El problema para López Obrador de llevar a cabo un gesto quijotesco de esa magnitud —que se le dan bastante bien en términos histriónicos— es que ello significaría una guerra total con el gobierno, desde el débil y muy expuesto cargo de expresidente de México.

Por otro lado, si ganara Sheinbaum, se abren tres vertientes: 1) el Maximato, 2) el autoexilio o 3) una faceta a la que llamo liderazgo moral” de la izquierda. La primera va directo al punto: que, con el triunfo de Sheinbaum, el tabasqueño se sienta con la libertad de incidir, recomendar y corregir las políticas y la estructura del claudismo. Para que esta faceta se cumpliera tendría que existir una clara anuencia de Sheinbaum, lo cual veo poco probable ya que desde 1936 —año en el que Cárdenas destierra a Calles— el presidencialismo mexicano siempre ha requerido “matar al padre” para que el mandatario entrante pueda gobernar sin sombras palaciegas.

La segunda opción, un autoexilio prácticamente total, se ve poco probable debido al histrionismo y genuino liderazgo político del aún presidente. No obstante, puede ser factible si su salud se complica o si comienzan a salir escándalos de corrupción de su gobierno o familia desde el periodismo de investigación.

La tercera opción, ejercer el “liderazgo moral” de la izquierda, es, a mi juicio, la más probable. Si su salud lo permite, pienso que el expresidente entraría en un autoexilio respetuoso de Sheinbaum, y ella se lo pagaría con privilegios para él y los suyos, y loas a su legado. En esta faceta, López Obrador sí saldría a la opinión —o la plaza— pública en ocasiones, pero por dos razones fundamentalmente: 1) para defender a Sheinbaum y su programa de críticas opositoras o de los medios, y 2) para “sugerir” un cambio de narrativa o contenido con respecto a una decisión de Sheinbaum, o bien, matizarla a su favor en caso de que sea irreversible. Por ejemplo, si la morenista toma una decisión difícil como subir impuestos —prohibido en el guión obradorista—, López Obrador es capaz de comunicar un disgusto sutil para proteger su legado y recordarle a la gente que él “no subió impuestos. Esto sería incómodo para el claudismo, pero soportable, siempre y cuando no sea recurrente. De lo contrario, se daría el extraño escenario de una presidenta Sheinbaum enfrentada con el expresidente López Obrador.

Hasta hace poco, los expresidentes se movían mayormente en silencio. Esto cambió durante este sexenio; los ataques de López Obrador a Vicente Fox y Felipe Calderón orillaron a ambos a volver a opinar públicamente sobre política y a criticar al tabasqueño sobre todo en las redes sociales, algo muy poco frecuente en el régimen pre-Transición.

La expresidencia mexicana moderna es una institución viva y en evolución, y en unos meses López Obrador tendrá la oportunidad de rediseñar los límites de lo políticamente permisible para un expresidente de México. No obstante, si elige intentar influir en el mandato de su sucesora —si es de su partido—, y ella le da pie para hacerlo en alguna medida, el precedente será marcadamente negativo.

La democracia es un sistema en el que el poder —todo— se entrega voluntariamente. Si esto no ocurre, la voluntad popular se distorsiona, surgen tensiones entre el poder formal y el real, y se crean áreas grises de poder público que no están sujetas a controles constitucionales, por su condición de legalmente inexistentes. Un poder no visible es, por definición, antidemocrático.

* Alonso B. Tamez es maestro en Comunicación Política por la Universidad de Glasgow y maestro en Política y Comunicación por la London School of Economics.

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Imagen BBC
Mamadou Safayou Barry, el ciclista que pedaleó 4 mil km entre zonas de guerra para ir a la universidad
3 minutos de lectura

Mamadou Safayou Barry, un guineano de 25 años, emprendió un viaje en bicicleta de más de 4.000 kilómetros para estudiar en la universidad de sus sueños.

23 de septiembre, 2023
Por: BBC News Mundo
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La Universidad de sus sueños estaba a más de 4 mil kilómetros de su hogar y aún así Mamadou Safayou Barry decidió montarse en su bicicleta y atravesar 6 países para llegar hasta ella.

En mayo, partió de Guinea hacia el prestigioso centro Al-Azhar, situado en Egipto con la esperanza de ser aceptado.

En el camino de esta aventura, el joven de 25 años y padre de un niño, soportó un calor abrasador durante 4 meses y hasta fue detenido en uno de los países repletos de militantes islamistas o golpes de estado.

Pero valió la pena.

Cuando finalmente llegó a El Cairo recibió una beca por parte de la institución.

Estoy “muy, muy” feliz, le dijo a la BBC.

Agregó que pese a no poder pagar el curso de Estudios Islámicos en Al-Azhar, ni los vuelos a Egipto, la reputación de la universidad lo impulsó a arriesgarse en un viaje a través de Mali, Burkina Faso, Togo, Benin, Níger y Chad.

Al-Azhar es uno de los centros de aprendizaje islámico sunita más influyentes del mundo.

También es uno de los más antiguos. Fue fundado en el año 670 d.C.

Barry salió de su casa “en busca de conocimientos islámicos”, pero en Malí, Burkina Faso o Níger, los ataques de militantes islamistas contra civiles son frecuentes y los recientes golpes de estado han provocado inestabilidad política.

“Viajar por estos países es muy difícil porque no tienen seguridad en este momento”, dijo.

Mamadou Safayou Barry
Mamadou Safayou Barry
Nahla Elseidy, decana de estudios islámicos en la Universidad Al-Azhar, con Mamadou Safayou Barry.

“Tienen muchos problemas y la gente está muy asustada. En Mali y Burkina Faso la gente me miraba como si fuera una amenaza. Veía a los militares por todas partes portando armas grandes y coches“, dijo Barry.

Dijo que fue arrestado y detenido tres veces sin una buena razón: dos en Burkina Faso y una en Togo.

Un golpe de suerte

Sin embargo, la suerte de Barry cambió cuando llegó a Chad.

Un periodista lo entrevistó y publicó su historia en internet, lo que llevó a algunos buenos samaritanos a financiarle un vuelo a Egipto.

Esto le evitó andar en bicicleta por Sudán, dónde algunas áreas son actualmente zonas de guerra.

El 5 de septiembre llegó finalmente a El Cairo.

Su determinación le valió una reunión con la decana de estudios islámicos, Nahla Elseidy.

Después de hablar con él, Elseidy le ofreció una plaza en el curso de Estudios Islámicos de Al-Azhar, con una beca completa.

Mamadou Safayou Barry
Getty Images
La mezquita de al-Azhar, la más antigua de El Cairo, es la sede de una escuela de teología considerada una de las universidad más antiguas del mundo oriental.

La decana dijo en las redes sociales que la universidad estaba dispuesta a ofrecer sus conocimientos a estudiantes de todo el mundo

Y que esta filosofía “no sólo cubre a los estudiantes internacionales en Egipto sino que también se extiende más allá. Al-Azhar recibe estudiantes de todos los países, los cuida y les ofrece ayudas”.

Barry dijo que estaba “muy, muy feliz” de haber recibido la beca.

“No puedo expresar lo feliz que estoy. Le di gracias a Dios“, dijo.

Barry añadió que los problemas que se encontró durante su expedición quedaron olvidadas hace mucho tiempo y borrados por la alegría de poder convertirse en un becario de Al-Azhar.

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