En las últimas semanas hemos hablado sobre cómo los partidos han adelantado el reloj electoral con sus procesos internos para definir sus liderazgos de cara a 2024. Por un lado, se elige lo que han llamado coordinador de la defensa de la cuarta transformación, y por el otro se elige a la persona que encabezará el Frente Amplio por México integrado por el PAN, PRI y PRD.
Estamos ante ejercicios novedosos en cuanto a que es la primera vez que se hacen este tipo de procesos de cara a una elección federal. Esto ha resultado en una amplia polémica en torno a su legalidad, lo cual ha obligado a que tanto el INE como el TEPJF emitieran diferentes pronunciamientos en los que han ido definiendo lo que se puede y lo que no se puede hacer.
En principio se ha reconocido que son procedimientos políticos de los partidos políticos que por sí solos no son ilegales, aunque ya los actos y acciones particulares que se lleven a cabo en cada ejercicio sí podrían ser contrarios a la legislación electoral. Asimismo, el gasto que implique la relación de estos ejercicios y las actividades de quienes participan en ellos sí fue llamado a ser objeto de fiscalización por la autoridad electoral debido a posibles irregularidades.
Es por esto que se ha advertido la necesidad de emitir unos lineamientos mínimos para definir qué se puede hacer y qué no. Los lineamientos emitidos por el INE atienden a temas de fiscalización, propaganda, prerrogativas de acceso a radio y televisión, y, uso de recursos públicos. La intención de esta normativa es regular las actividades de los partidos políticos respecto en estos procesos, al tiempo que garantiza el respeto al principio democrático y un ecosistema equitativo, equilibrado y justo para las y los contendientes a las candidaturas.
En los lineamientos se ha establecido un monto máximo de gasto para las actividades de las y los aspirantes el cual es de 34 millones de pesos. Se contempla la participación de servidoras y servidores públicos sin necesidad de que se separen del cargo, pero observando las limitaciones en cuanto a no hacer uso de recursos públicos.
En cuanto al gasto de los recursos, lo inédito de los ejercicios ha obligado a una amalgama interesante en cuanto a la regulación estipulada por la autoridad electoral. Por ejemplo, por un lado se definió que los recursos a usarse por parte de los partidos políticos provendrán del financiamiento ordinario, pero para la fiscalización se establecieron reglas similares a las que se siguen en los procesos electorales, incluso se establecieron fechas para la presentación de informes y emisión final del dictamen de fiscalización.
Aunque los tiempos electorales se adelantaron porque el contexto así lo ha marcado, lo cierto es que estamos en presencia de ejercicios inéditos, novedosos que han puesto a prueba a las autoridades electorales. Sin embargo, como ha ocurrido en muchos otros casos, la dinamicidad del derecho electoral ha permitido que las autoridades ajusten la normativa a fin de vigilar el cumplimiento de los principios rectores de la función electoral. Veremos si los partidos se ajustan también.
El documento fechado en diciembre de 1942 se refiere específicamente a tres campos de concentración y contradice la versión que ha mantenido la Santa Sede.
Una carta recientemente descubierta sugiere que el papa Pío XII, durante la Segunda Guerra Mundial, recibió información detallada por parte de un jesuita alemán de confianza, según la cual hasta 6.000 judíos y polacos eran asesinados en cámaras de gas cada día en la Polonia ocupada por los alemanes.
Eso es significativo porque entra en conflicto con la posición oficial que ha mantenido la Santa Sede de que en ese momento la información con la que contaba la Iglesia sobre las atrocidades que estaban cometiendo los nazis era vaga y no estaba verificada.
La carta fue descubierta por el archivista del Vaticano Giovanni Coco y fue publicada el domingo en en el periódico italiano Corriere della Sera con la aprobación de funcionarios de la Santa Sede y con el título “Pío XII lo sabía”.
Fechada el 14 de diciembre de 1942, la epístola fue escrita por el padre Lother Koenig, un jesuita que formaba parte de la resistencia antinazi en Alemania, y estaba dirigida al secretario personal del Papa en el Vaticano, el padre Robert Leiber.
La carta hace referencia a tres campos nazis —Belzec, Auschwitz y Dachau— y sugiere que hay otras cartas entre Koenig y Leiber que o bien han desaparecido o aún no se han encontrado.
Para Coco, “la novedad e importancia de este documento deriva de que ahora tenemos la certeza de que la Iglesia católica en Alemania envió a Pío XII noticias exactas y detalladas sobre los crímenes que se estaban perpetrando contra los judíos”. Y por tanto el Vaticano “tenía información de que los campos de trabajo eran realmente fábricas de muerte”.
El historiador David Kertzer, autor de varios libros sobre el papa Pío XII y su papel en la guerra, le dijo a la BBC que lo novedoso de la carta es que “habla específicamente de los crematorios, de miles de judíos que eran arrojados a los hornos cada día”.
Y por otro lado, que fue presentada por un archivista del Vaticano.
“Me parece que muestra un esfuerzo en el Vaticano o al menos en partes del Vaticano por comenzar a aceptar esta historia”, agregó.
La carta se encontraba entre los documentos que hasta hace poco se guardaban de forma desordenada en la Secretaría de Estado del Vaticano, según Coco.
Para Suzanne Brown-Fleming, directora de Programas Académicos Internacionales en el Museo Conmemorativo del Holocausto de Estados Unidos en Washington, que estos archivos se den a conocer muestra que el Vaticano se estaba tomando en serio la declaración del papa Francisco de que “la Iglesia no tiene miedo de la historia”.
Francisco ordenó que los archivos de guerra se abrieran en 2019.
“Hay tanto un deseo como un apoyo a que se evalúen cuidadosamente los documentos desde una perspectiva científica, ya sea favorable o desfavorable (para el Vaticano) lo que los documentos revelan”, añadió Brown-Fleming.
“Con la apertura de los archivos vaticanos de este periodo hace tres años, hemos desenterrado una variedad de documentos que muestran lo bien informado que estaba el Papa sobre los intentos nazis de exterminar a los judíos de Europa desde el momento en que se pusieron en marcha”, le dijo Kertzer a la BBC.
“Esta es sólo una pieza más”, concluye.
Kertzer añade que, más que lo que han revelado esos documentos, “lo que ha dañado la reputación del Vaticano es su negativa a enfrentar esta historia con ojos claros”.
El documento que se acaba de conocer probablemente alimentará el debate sobre el legado de Pío XII y su controversial campaña de beatificación, que actualmente se encuentra estancada.
Sus partidarios siempre han insistido en que el pontífice trabajó de maneras concretas detrás de escena para ayudar a los judíos y que no habló para evitar que empeorara la situación de los católicos en la Europa ocupada por los nazis.
Sus detractores afirman que por lo menos le faltó valor para dar a conocer la información que tenía a pesar de las peticiones directas de las potencias aliadas que luchaban contra Alemania.
Uno de los libros de Kertzer, además, reveló una larga y secreta negociación entre Hitler y Pío XII para alcanzar un acuerdo de no agresión.
Al final, la evidencia indica que el papel de Pío XII en la Segunda Guerra Mundial es ambiguo. Aunque consideraba que el nazismo era un movimiento político pagano que maltrataba a los católicos, no fue un Papa particularmente incómodo para el Tercer Reich.
Y tampoco denunció con claridad el exterminio judío, aunque quizás tenía conocimiento de la barbarie que estaba ocurriendo.
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