Frente a la oportunidad de atraer inversiones crecientes, producto de la condición conocida como nearshoring, una de las inquietudes manifestadas en foros y medios de comunicación por industriales, académicos y consultores es si el suministro energético será suficiente para abastecer el deseado crecimiento en la demanda, sobre todo a la luz de la política energética vigente, que busca alcanzar una concepción de soberanía por medio del empoderamiento de las empresas estatales y la limitación del desarrollo del sector privado.
Las implicaciones de tal política en el sector eléctrico han sido ampliamente difundidas, a la vista de la parálisis en el otorgamiento de permisos para las inversiones y la judicialización que vive ese sector, como hemos documentado desde México Evalúa. No tan sonoras, quizás, son las alarmas emitidas desde el sector hidrocarburos. Recientemente, tras una charla con diversos representantes de gremios y expertos organizada por Oil & Gas Magazine, llamó mi atención la preocupación generalizada por el letargo en el que se encuentra el sector, producto de una falta de certeza jurídica de dos vías: el ya mencionado freno a la actividad privada y la sobrerregulación a la que se enfrentan los empresarios a nivel local. Las anomalías pueden analizarse desde tres perspectivas: 1) las dificultades en la obtención de permisos, 2) la parálisis en la promoción de políticas de mejora regulatoria, que faciliten las inversiones y 3) ciertas irregularidades en los procesos de verificación que terminan encareciendo la actividad de los permisionarios y complicando su vida. Revisemos cada una.
La Comisión Reguladora de Energía es la encargada de salvaguardar los intereses y derechos de los usuarios, dentro de los requisitos que marca la ley. En este sentido, la CRE tiene un mandato claro: promover la competencia en los mercados sobre los que tiene atribuciones –en hidrocarburos: transporte, almacenamiento y comercialización de petrolíferos, y cadena de suministro del gas natural–, fomentar el desarrollo eficiente de la industria para alcanzar una adecuada cobertura nacional y atender la confiabilidad, estabilidad y seguridad en el suministro y la prestación de los servicios. Por ley, la CRE debe alcanzar dichos objetivos a través de la gestión del otorgamiento de permisos y las actividades de supervisión, verificación y sanción.
La primera facultad se refiere primordialmente a la prestación de un servicio público. Como recordó Alfredo Orellana en su interesante ponencia durante el encuentro de Oil & Gas Magazine, todo servicio público es el instrumento a través del cual la autoridad, en este caso la CRE, habilita y ordena el acceso a derechos ciudadanos, dígase el derecho a emprender una actividad económica. Veámoslo así: si un ciudadano necesita manejar un automóvil, debe acudir a la autoridad competente para obtener su licencia de manejo, la cual será suya si presenta los documentos requeridos y acredita las capacidades necesarias. De la misma forma, las empresas que acrediten el cumplimiento de los requisitos solicitados para realizar actividades empresariales en los mercados de hidrocarburos deben recibir de parte de la CRE la información completa, el trato adecuado y los permisos solicitados.
Sin embargo, según el testimonio de empresarios y asociaciones gremiales, hoy esto no se cumple oportunamente y, si ocurre, los permisos obtenidos no satisfacen las necesidades, incluso técnicas, del mercado. Isaías Romero Escalona, empresario y expresidente de la Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicio, A.C. (Ampes), relata que el sector se enfrenta a arbitrariedades en forma de cancelación y negación de tal servicio, o en demoras en el otorgamiento de permisos de comercialización, almacenamiento, distribución, así como en cesiones y actualizaciones de permisos. La Ampes lleva registro de empresas, tanto nacionales como extranjeras, que llevan esperando más de cuatro años en este tipo de trámites.
¿Con qué podemos contrastar estos testimonios? Según el Informe de Labores de la CRE para 2022, en ese año, en materia de petrolíferos, petroquímicos y bioenergéticos, se aprobaron 626 permisos, principalmente para expendio (516) y transporte (108), y se revocaron 131 permisos, de los cuales el 54 % fueron para expendio y 45 % para comercialización. Para almacenamiento otorgó un permiso; para distribución por medios distintos a ducto otorgó otro permiso, mientras que para transporte por ducto y comercialización no otorgó permisos. No obstante, para analizar más a fondo es necesario abrir el foco. Con información pública de la CRE, desde México Evalúa construimos una base de datos para observar la tendencia en el otorgamiento de permisos a partir de 2016. Lo que observamos es un declive importante entre 2016 y 2017, equivalente al 42.8 %; un repunte entre 2017 y 2018 del 21.7 %, y otro declive entre 2018 y 2022, equivalente al 29 %. En total, entre 2016 y 2022 se registra una caída del 54 % en el otorgamiento de permisos relacionados con hidrocarburos. En cuanto a petrolíferos y petroquímicos –la CRE suma ambas categorías en las actas públicas disponibles–, la caída en el otorgamiento de permisos entre 2016 y 2017 fue de 53.8 %, el repunte entre 2017 y 2018 de 18.4 % y la caída entre 2018 y 2022 de 54 %, como mostramos en la siguiente gráfica.
Los dos declives observados se deben posiblemente a una de dos razones. Recordemos que en 2017 se verificó la liberación de los mercados de gasolinas. En ese periodo, la política pública impulsó el establecimiento de condiciones para atraer la inversión y promover la competencia; sin embargo, el cambio conllevó incertidumbre en el sector y ajustes por los cambios regulatorios asociados con la transición hacia un mercado más abierto. Es muy probable que el repunte en el otorgamiento de permisos entre 2017 y 2018 haya sido reflejo de una mayor estabilización y de la política pública que promovía la entrada de nuevos inversionistas. Se puede observar también que en ese periodo la negativa de otorgamiento de permisos era prácticamente nula. Por su parte, el declive observado entre 2018 y 2022 obedece más bien al cambio de política emanado del cambio de administración federal, cuyos efectos se observan actualmente en el mercado.
Exploremos todavía un poco más. Los representantes de la industria expresan preocupaciones relevantes respecto de los trámites y las características de los permisos. En 2016 y 2017, refieren, los tiempos de espera para conseguir uno rondaban los tres meses; hoy se han convertido en 36 meses en promedio. Ante la falta de transparencia de la CRE para revelar en su Informe Anual y en sus estadísticas el número de permisos pendientes de resolución, los industriales, como los agrupados en la Ampes, han calculado que tan sólo para petrolíferos cerca de 1,600 permisos se encuentran en esta situación, lo que implica que la inversión acumulada en espera de que la autoridad resuelva ronda los 48 mil millones de pesos. La Coparmex, recientemente, también ha hecho pública su preocupación por los rezagos y obstáculos que las empresas enfrentan en materia de trámites.
Además, por lo que concierne a los permisos que la CRE reporta como liberados, la industria señala que se tratan de regularizaciones de instalaciones que ya existían, esto es, un tipo de gestión que no redundará en un mayor crecimiento de la industria. Y, por si fuera poco lo anterior, expertas como Beatriz Marcelino, presidenta de la Asociación de Distribuidores y Expendedores de Energía (ADEE), afirmaron que la industria ha detectado que desde noviembre de 2022 la CRE ha liberado permisos para gasolineras con un tercio de la vigencia que se otorgaba antes. Por ejemplo, aquellos de 30 años ahora contemplan solamente 10 años, denuncia que ya se ha difundido en diversos foros y medios de comunicación.
Los industriales refieren que esta política restrictiva para el otorgamiento de permisos busca privilegiar la participación de las franquicias Pemex. Por ello, las empresas que operaban bajo otras marcas actualmente buscan migrar a la franquicia Pemex en busca de seguridad jurídica. Así lo confirmó la misma empresa: al 31 de marzo del 2023 operaban en el país 7 mil 030 estaciones de servicio bajo la Franquicia Pemex, este número es un 2 % mayor a las registradas al inicio del 2022. En su Reporte Anual 2022, Pemex afirma en la página 95 que “para ganar presencia en el mercado, los competidores a menudo migran estaciones de servicio de Pemex bien establecidas a sus marcas. Como resultado, Pemex trabaja para contrarrestar esto abriendo nuevas estaciones de servicio bajo el modelo de franquicia y fortalece la marca Pemex entre las estaciones de servicio existentes de Pemex. A pesar del agresivo entorno competitivo y la limitada inversión en publicidad, Pemex mantuvo el 59.1 % de la cuota de mercado con las estaciones de servicio de Pemex franquiciadas y sublicenciadas a finales de diciembre de 2022”.
Asimismo, se registró un aumento de un trimestre a otro al pasar de 6,987 estaciones de servicio al 31 de diciembre de 2022 a 7,030 al finalizar marzo.
Y hablando de seguridad jurídica, este sector presenta un algo grado de judicialización. Según el Informe de Labores 2022 de la CRE, al 31 de diciembre 2022 se reportaron 1,117 juicios de amparo interpuestos en contra de las resoluciones de este órgano. De hecho, la CRE toma esto como un riesgo importante, ya que reporta que su Unidad de Asuntos Jurídicos no cuenta con personal suficiente para atender el gran volumen de procedimientos, lo que podría redundar en desatención de las instrucciones del Poder Judicial.
Otro problema que aqueja a la industria es la sobrerregulación que enfrentan los emprendedores para abrir y operar nuevas estaciones de servicio. De acuerdo con la Comisión Federal de Competencia Económica, abrir una nueva gasolinera en México es más complicado y costoso que adquirir una ya existente. Si bien durante el sexenio pasado construir una nueva gasolinera ya era una inversión onerosa –que oscilaba entre 15 y 20 millones de pesos–, hoy, según los datos proporcionados por el presidente de la Ampes, la inversión llega a 70 millones de pesos. La razón: el pago de sobornos para agilizar los trámites en los tres niveles de gobierno, y en general el número de trámites que un emprendedor debe cumplir.
Para dimensionar el problema, según la exposición del expresidente de la Ampes, respaldada por la propia asociación y reseñada por Energía a Debate, hoy un emprendedor debe cumplir con 92 disposiciones, lo que supone un erogamiento sustantivo de recursos para el acompañamiento jurídico. Esta sobrerregulación implica el cumplimiento con disposiciones locales que muchas veces duplican las obligaciones federales. Se destacan las regulaciones ambientales, el uso de suelo y las distancias mínimas entre estaciones de servicio. Sobre los requisitos básicos, como el cumplimiento con la conexión de la estación de servicio con el drenaje y el suministro de agua potable, Isaías Romero Escalona afirmó que “estos permisos oscilaban entre los 17 y 20 mil pesos y hoy llegan a pedir hasta 3 millones de pesos por tener estas factibilidades”. Por lo demás, el gremio ha identificado malas prácticas administrativas por parte de autoridades locales a la hora de instalar nuevas estaciones de servicio, que muchas veces son inconsistentes con regulaciones federales o con normas internacionales.
Estos problemas hoy parecen ser muy críticos, pero ya desde el sexenio pasado se reconocía su existencia. En 2019, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) presentó el estudio Transición hacia mercados competidos de Gasolinas y Diésel, en el que identificó los obstáculos que impiden la competencia en el mercado de gasolinas, como el control de infraestructura logística clave por parte de actores dominantes, el otorgamiento discrecional de permisos y la falta de transparencia en la fijación de precios. Actualmente operan en México 12,600 gasolineras con un promedio de 12 empleados por cada una, según Ampes. En su diagnóstico, la Cofece señaló que existe en México espacio para duplicar el número de estaciones de servicio, con un potencial de inversión de 5,000 estaciones de bajo consumo, orientadas a abastecer legalmente a zonas marginadas, vulnerables al crimen organizado y su oferta clandestina. Sin embargo, para alcanzar esa meta, y para permitir que proyectos con nuevas tecnologías resulten viables, se requieren modificaciones a nivel regulatorio local. Entre las recomendaciones propuestas por Cofece se encontraban: fortalecer la regulación para prevenir conductas anticompetitivas, promover la entrada de nuevos competidores y diversificar la oferta de combustibles, impulsar la transparencia en la fijación de precios, y facilitar la infraestructura logística y promover la participación ciudadana en el proceso de toma de decisiones.
A principios de este Gobierno, la Cofece y la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) dieron continuidad al diagnóstico, y pusieron manos a la obra para avanzar en la realización de las propuestas: se organizaron mesas de trabajo en 2020 a las que fuimos invitadas en representación de México Evalúa. Se trataba de generar acuerdos tripartita para lograr la reducción de trámites y la mejora regulatoria para ese mercado, que cristalizarían en la elaboración de una directriz que la Ley General de Mejora Regulatoria permite usar como instrumento para invitar a los gobiernos locales –estatales y municipales– a revisar las cargas regulatorias que los permisionarios deben cumplir sin caer en la sobrerregulación. Lamentablemente, con el cambio de liderazgo en la Conamer en mayo de 2020, las mesas de trabajo se suspendieron y la directriz para el mercado de gasolinas, que ya estaba terminada, no fue presentada por la Comisión ante las autoridades locales. Las recomendaciones no fueron socializadas y, mucho menos, utilizadas.
Una de las mayores preocupaciones de los consumidores de gasolinas en México es la falta de confianza en su suministro en las estaciones de servicio. Los riesgos van desde la adquisición de combustibles de baja calidad (a veces, fruto de actividades ilícitas), hasta recibir ‘litros que no son de a litro’. Ante ello, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), junto con la CRE, la Agencia para la Seguridad Energía y Ambiente y la Guardia Nacional, emprenden frecuentemente intensas labores de verificación y supervisión, que, en esta administración, se observan con mayor frecuencia que en sexenios pasados. Además, el procurador del consumidor presenta cada semana, en la conferencia matutina del presidente de la República, un reporte sobre las gasolineras con los precios más altos y los más bajos.
Hay que reconocer que en esta administración la CRE ha puesto un mayor empeño en los procesos de verificación y supervisión, que en el sexenio pasado estuvieron prácticamente detenidos. Según su Informe de Labores 2022, la Comisión realizó 235 visitas de verificación a estaciones de servicio de petrolíferos, de las cuales 67 fueron visitas no programadas que derivaron en la inmovilización de aproximadamente 11.9 millones de litros de gasolinas, y 168 visitas programadas que implicaron la inmovilización de 662 mil litros. En su Informe de Labores 2021 se lee que la CRE realizó 113 visitas de inspección. Eso quiere decir que entre 2021 y 2022 dicha labor aumentó en un 107 %.
Sin embargo, de acuerdo con representantes de la industria y expertos del sector, la labor del Gobierno federal en las visitas de verificación frecuentemente da pie a abusos de autoridad que complican, encarecen y a veces dañan severamente las actividades y la reputación de las empresas. En este sentido es elocuente el caso de Total Energies, que anunció su salida de México debido a las regulaciones existentes en el sector. Otra situación frecuente a la que están expuestas las empresas la aireó el propio secretario de Gobernación, Adán Augusto López, cuando denunció que en Profeco continúa existiendo una red de funcionarios que cobran hasta 25,000 pesos mensuales a cada estación de servicio para evitar su inmovilización.
En medio de la adversidad, los regulados del sector sienten un gran distanciamiento por parte de las autoridades, lo que dificulta el diálogo y las sinergias. Desde México Evalúa consideramos que la CRE debería acercarse más a las empresas para conocer mejor su situación, y promover el restablecimiento de grupos de trabajo en los que se revisen conjuntamente los diagnósticos y buscar soluciones a los problemas del sector (allí está como ejemplo la buena práctica de las mesas de trabajo auspiciadas en 2020 por Conamer y Cofece). Asimismo, coincidimos con otra inquietud particular del sector: hay que poner atención a la política pública para el futuro, al desarrollo de sistemas logísticos integrales para que las pequeñas y medianas empresas –que, según la Ampes, aportan 150 mil empleos–, puedan invertir con mayor seguridad.
Asimismo, es fundamental que las autoridades competentes realicen una revisión profunda del desempeño del sector energético. Para los mercados de estaciones de servicio de gasolinas es necesario que las autoridades trabajen en ser más efectivas en la provisión de servicios públicos y en investigar si las labores de verificación y supervisión están viciadas. A fin de cuentas, deben tomar medidas efectivas para supervisar y sancionar dentro del marco de las leyes, para restaurar la confianza y garantizar que las instituciones públicas cumplan con su misión de procurar que la competencia económica y los intereses de los consumidores estén protegidos. La meta: un sistema energético que funcione para el beneficio de todos.
* Ana Lilia Moreno es coordinadora del programa de Competencia y Regulación en México Evalúa. Un agradecimiento especial a Viviana Patiño y a Dafne Olea por su apoyo para la compilación de los datos sobre permisos.
Los lugareños de islas griegas defienden su derecho a acceder gratuitamente a playas tomadas por negocios que cobran precios exorbitantes por una reposera.
En toda Grecia, los lugareños están actuando por cuenta propia y tirando sus toallas en la arena para reclamar libre acceso a sus playas y a la naturaleza sin pagar un alto precio por ello.
Era cerca del atardecer del domingo 3 de septiembre en Paros, una popular isla turística en la región griega de las Cícladas.
Unas 50 personas se reunieron en la playa de Parikia, cerca del puerto principal de la isla. Detrás de ellos, el cielo brillaba con un color naranja intenso sobre el mar azul. A un lado, un icónico molino de viento de las Cícladas se recortaba contra el horizonte. Al otro, una franja de reposeras pertenecientes a un bar se extendía sobre la arena.
Incluso si nunca has visitado Grecia, algunas partes de esta escena probablemente te suenen familiares. Sin embargo, ese día también hubo algunos detalles inusuales. Tres de las personas que se habían congregado sostenían un enorme cartel que decía: “Reclamen la playa”. Junto a ellos había un hombre con un altavoz.
Mientras el público observaba, el hombre leyó en voz alta partes de la Constitución griega, que establece que las playas y otras áreas naturales pertenecen a los ciudadanos del país.
La protesta fue parte de una campaña que los medios han denominado la “revuelta de las toallas de playa”, en la que los lugareños reclaman el acceso gratuito a las playas que han sido tomadas por bares y otros negocios que ofrecen reposeras y sombrillas a precios exorbitantes.
Si bien el movimiento comenzó en Paros, ahora se ha extendido por toda Grecia e incluso a la vecina Turquía. Los activistas exigen espacio para dejar sus toallas de forma gratuita.
BBC Travel habló con activistas y lugareños para comprender de qué se tratan las protestas, por qué son importantes y qué significa este movimiento tanto para los turistas como para los residentes locales.
Las protestas comenzaron en Paros en mayo de 2023, cuando un grupo de residentes, que ya se reunían periódicamente para hablar sobre cuestiones medioambientales en la isla, comenzaron a discutir cómo los lugares donde era posible nadar y tomar el sol libremente (sin tener que pagar por una reposera) eran cada vez más escasos. El cambio es un síntoma de cómo la isla atiende cada vez más a los turistas a expensas de los locales.
Los negocios junto a la playa que instalan reposeras y sombrillas deben solicitar licencias al Ministerio de Finanzas para utilizar partes designadas de la playa. Deben realizarse controles periódicos para garantizar que esos negocios no ocupen más espacio del que permiten sus licencias. Sin embargo, los manifestantes alegan que estos controles rara vez (o nunca) se llevan a cabo.
Como resultado, los espacios libres son cada vez más escasos.
Los residentes crearon una página de Facebook llamada Save Paros Beaches y comenzaron a organizar manifestaciones, pidiendo medidas enérgicas contra estos operadores privados.
También utilizaron imágenes de drones para documentar las reposeras ilegales, comparando sus ubicaciones con las áreas designadas por el gobierno.
“Esto cambió las reglas del juego, porque el nivel de ilegalidad se podía ver muy claramente”, señaló Nicolas Stephanou, un residente local. Stephanou dice que su grupo encontró lugares donde las reposeras y sombrillas ocupaban hasta 10 veces el espacio permitido.
El movimiento ganó impulso rápidamente. La manifestación del 3 de septiembre marcó el inicio de una nueva campaña a nivel nacional y fue la primera vez que se produjeron múltiples protestas con toallas de playa en diferentes regiones de Grecia el mismo día.
Ha habido manifestaciones en la isla vecina de Naxos y en la isla meridional de Creta. Más recientemente, se han sumado las islas de Rodas y Egina, así como Ática, la región continental donde se encuentra Atenas.
El lugar de la protesta de Paros es particularmente simbólico. La playa principal del pueblo central de la isla es el lugar más popular entre los lugareños para darse un chapuzón después del trabajo.
Eleni Andrianopoulou, portavoz de la campaña de Naxos, dijo que ella y otros lugareños se habían sentido frustrados por el desarrollo excesivo en las playas durante varios años, pero no estaban seguros de cómo actuar. Luego de enterarse de lo que estaba sucediendo en Paros, inmediatamente se inspiraron para comenzar su propia campaña en Facebook.
“Creo que este es un verdadero cambio de paradigma para Grecia“, afirmó.
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Muchos griegos todavía sufren financieramente desde la crisis de deuda del país hace más de una década y no pueden permitirse pagar por una reposera cada vez que visitan la playa. El sol y el mar son una gran parte de la cultura griega. El azul de la bandera griega representa el mar Egeo y la mayoría de los griegos tienen fuertes recuerdos de la infancia de pasar veranos en la playa.
Sin embargo, los activistas dicen que las playas son sólo una parte de una lucha mayor. Grecia es uno de los destinos vacacionales más populares de Europa y los manifestantes dijeron a la multitud reunida que debe abordarse el turismo excesivo junto a los problemas sociales y ambientales que conlleva.
El turismo es la mayor industria de Grecia. En 2021 el país recibió 15 millones de visitantes, una vez y media su población total. Sin embargo, muchos griegos sostienen que el auge del turismo no se ha gestionado adecuadamente. Los municipios locales no tienen capacidad para controlar el flujo de visitantes, y las instituciones débiles hacen que sea fácil para empresas de todo tipo eludir las reglas.
Por otra parte, en los últimos años, los sucesivos gobiernos han utilizado la industria del turismo para ayudar a la economía del país a recuperarse, primero de la crisis financiera de 2008 y luego de la pandemia de covid-19. Los políticos han promocionado fuertemente al país como un destino de sol y mar y han facilitado a los inversores extranjeros la apertura de negocios relacionados con el turismo.
“Existe desde hace mucho tiempo una falta de supervisión, lo que ha llevado a una mayor impunidad“, afirmó Efthymia Sarantakou, analista de la Universidad de Ática Occidental.
Sarantakou señala que múltiples instituciones no han implementado controles y contrapesos, lo que ha dejado a algunas empresas en libertad para realizar comportamientos que califica de “mafiosos”.
“Hay denuncias de residentes que fueron intimidados por empleados de bares cuando intentaron sentarse en una parte libre de la playa.”
El alcalde de Naxos, Dimitris Lainos, afirma que muchas empresas en su isla respetan la ley. Sin embargo, “hemos visto que el Ministerio de Finanzas no dispone del personal necesario para realizar controles adecuados”, agregó.
Parece que las protestas están surtiendo efecto. Gracias a la atención de los medios, las autoridades llevaron a cabo inspecciones en una de las playas más afectadas de Paros: una franja de arena en un área protegida que estaba cubierta de tumbonas a pesar de que no se habían emitido licencias para ello.
Como resultado, la playa ahora está libre de reposeras.
Sin embargo, la situación se mantiene sin cambios en otras playas. En Naxos se llevaron a cabo nuevos controles en respuesta a las protestas, pero muchos propietarios de negocios fueron alertados previamente y simplemente retiraron sus reposeras antes de que llegaran los inspectores.
“Quiero creer que estas protestas conducirán a una mayor participación ciudadana en la gestión de los destinos turísticos y, por supuesto, en la gestión de los espacios públicos”, afirmó Sarantakou. “Esto sólo puede lograrse mediante mejoras en el marco institucional y supervisión”.
Puede que la temporada alta de verano haya terminado, pero los activistas señalan que las protestas de septiembre marcaron el verdadero comienzo de su trabajo. En Naxos, Andrianopoulou recuerda que no sólo reclaman controles más frecuentes, sino también más transparencia sobre cómo y a quién se otorgan las licencias.
Y Stephanou, de la campaña de Paros, relata que su grupo quiere presentar una estrategia completa para un modelo de turismo más sostenible en Grecia.
“Ahora mismo los precios están fuera de control“, afirmó. “La mayoría de la gente no puede permitirse el lujo de ir a un bar o a un restaurante. El tráfico es insoportable”. Si no eres propietario de una casa es difícil encontrar una para alquilar que no sea Airbnb, lo que ha provocado escasez de trabajadores clave como médicos, enfermeras y profesores.
Si se cumplen las exigencias de los manifestantes habrá más espacio en las playas griegas para tomar sol de forma gratuita, algo que muchos viajeros agradecerán.
En décadas anteriores, la mayoría de las islas griegas eran conocidas como destinos económicos para mochileros bohemios, y muchos lugareños sienten que el libre acceso a las playas está en consonancia con esta reputación tradicional.
A Stephanou le gustaría que se dejara de promocionar a las islas Cícladas como un destino de lujo. “Aquí hay una historia asombrosa, sitios arqueológicos, senderos para caminar, buen vino y productos agrícolas”, dijo. “Esto puede atraer a un visitante más responsable que aquellos que simplemente quieren sentarse en una reposera con un cóctel“.
Los viajeros que no quieran contribuir a los problemas del turismo excesivo pueden sentirse inspirados a explorar el lado menos conocido de Grecia, como las oportunidades de senderismo en el espectacular paisaje montañoso que cubre todo el país, una gran actividad fuera de los meses pico de verano, cuando el clima es un poco más fresco.
Sin embargo, si realmente deseas pasar un tiempo relajándote en una reposera, ten la seguridad de que no desaparecerán por completo: los activistas sólo quieren verlas restringidas a las áreas habilitadas por licencias. Los visitantes de Paros pueden comprobar si las reposeras son legales en el sitio web de la campaña.
Esta nota fue publicada originalmente en BBC Travel. Puedes ver la nota original en inglés haciendo clic aquí.
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