Disminuir la huella que ha tenido la actividad humana en nuestro mundo y el deterioro de su flora y fauna son de las principales y más urgentes necesidades que ocupan la agenda de todos los actores.
El interés por cambiar la forma la forma de nuestro consumo (comprar, consumir, desechar) por una circular no sólo es un ejemplo claro a seguir de la naturaleza misma, sino una cuestión de lógica y sustentabilidad que hace mucho tiempo debimos haber adoptado.
Ante el escenario actual, las empresas de bebidas y alimentos que conforman a la asociación sin fines de lucro ECOCE, A.C. realizan diversas acciones para disminuir su huella ambiental.
La acción que permite la Economía Circular consiste en mantener el valor de un material el mayor tiempo posible, de esta forma la cantidad de beneficios se puede enlistar desde una eficiencia en el uso de los recursos, pues se evita extraer recursos vírgenes y se ahorra energía y agua, hasta la generación de empleos directos e indirectos y la disposición adecuada de los residuos.
Así, se evita que estos caigan en el relleno sanitario o en el lugar equivocado, además de que se genera una nueva cultura y conciencia tanto en el gobierno y las empresas, como en la sociedad y la academia.
“En el caso de los envases de PET, cuando se fabrican a partir de material reciclado, se ahorra hasta 79% de energía, de acuerdo con un estudio realizado por NAPCOR y Franklin Associates en los Estados Unidos de América, lo que disminuye significativamente la emisión gases de efecto invernadero”, comenta Jaime Torres, director de comunicación de ECOCE.
Las empresas y asociados de ECOCE han asumido el deber de utilizar los materiales más eficientes, los cuales no sólo deben ser aptos para contener el producto, sino permitir su reutilización y ser prácticos.
Este Día Mundial del Medio Ambiente 2023, también el consumidor ya está buscando los productos que están hechos a partir de materiales reciclables y se preocupa por saber cuál será el proceso de degradación de los empaques y envases que consume diariamente.
De acuerdo con The Aluminum Association de Norteamérica, el uso de aluminio reciclado reduce la generación de dióxido de carbono (uno de los gases de efecto invernadero) hasta en 94% menos emisiones en comparación con el proceso de fabricación con este metal 100% virgen.
“Los materiales no deben ser juzgados sin antes analizar bien su huella ambiental, partiendo desde el ecodiseño de los productos que se fabriquen con ellos. Es decir, que no solo estén diseñados para contener un producto, sino también para que puedan aprovecharse una vez que ya no sean útiles para el consumidor. Además, es necesario considerar el impacto durante su proceso de fabricación, transporte y, por supuesto, si los materiales son reciclables y que en verdad se recuperen para su reciclaje”, informó el director de comunicación de ECOCE.
El cuidado del medio ambiente nos atañe a todos. Atrás debe quedar el viejo modelo de “extraer-producir-usar-desechar”, para enfocarnos en una Economía Circular, sustentada en los conceptos de Reusar, Reducir, Reciclar, Rediseñar y Repensar.
Todos podemos ayudar al medio ambiente si adquirimos sólo lo que necesitamos, elegimos productos que se puedan reciclar y que cuenten con un plan de recuperación. Si separamos adecuadamente nuestros residuos, sus materiales pueden ser aprovechados.
ECOCE ofrece en su página información para conocer más sobre el cuidado del medio ambiente y diversas herramientas para ayudarnos a canalizar nuestros residuos reciclables.