La Liga Comunista 23 de Septiembre —grupo clandestino revolucionario— incurrió en “el primero de sus descalabros… al intentar retener en Monterrey a Eugenio Garza, ícono y leyenda del empresariado mexicano, en cuya acción perdieron la vida el empresario, su chofer y dos elementos del comando guerrillero”.
Este uso del lenguaje en uno de los nuevos libros de texto de la SEP para maestros ha sido criticado por grupos empresariales y organizaciones como el Centro Eugenio Garza Sada, al señalar que hablar de una “pérdida de vida” o intento de “retención” solo “busca suavizar el hecho de que Eugenio Garza Sada fue asesinado por quienes intentaban secuestrarlo”.
El párrafo sobre el secuestro del precursor de grupo FEMSA y del TEC de Monterrey forma parte de un capítulo del texto “Un libro sin recetas para la maestra y el maestro” de nivel secundaria, donde se menciona el surgimiento y operación de distintos grupos disidentes y guerrilleros que encararon la represión gubernamental durante el siglo XX en México.
En un fragmento previo se indica que “el secuestro como arma político-militar no fue una estrategia en donde la LC23S lograra alguna victoria”, aunque en otro se refiere que “más allá de las bajas y las acciones desafortunadas”, los grupos que habían optado por la vía radical seguirían “manteniendo su vigencia”.
Consultado por El Sabueso de Animal Político, el investigador de El Colegio de México, Dr. Ariel Rodríguez Kuri, especialista en temas de violencia política y guerrillas de 1960 a 1980, consideró que el vocabulario que se empleó para narrar en específico lo ocurrido con Garza Sada es “eufemístico” y “desafortunado”.
Aunque, por otro lado, a su parecer estos materiales de la SEP incluso se quedan cortos en narrar cómo luego del asesinato de Garza Sada el Estado respondió de una forma “ilegal, contraria a los derechos humanos” y “fundada en la venganza”, contra grupos disidentes.
En ese sentido Elías Orozco, un sobreviviente de la Liga Comunista 23 de Septiembre, opinó en entrevista que más allá de las palabras utilizadas para narrar este hecho histórico, lo importante es entender por qué y en qué momento ocurrió, en un contexto en el que agrupaciones disidentes como la Liga eran reprimidas por el gobierno, con desapariciones forzadas, también secuestros y asesinatos.
“Ellos utilizan su punto de vista de clase. Su lenguaje no es igual al de nosotros. El lenguaje de los trabajadores, de los estudiantes, de los guerrilleros de aquellos años, nosotros no hablábamos así. El idioma va evolucionando con las costumbres y los procesos de la civilización. Es un prejuicio y una manera de estar poniendo obstáculos. Lo que nos debería interesar es el conocimiento”, refirió sobre las críticas de grupos empresariales al libro de texto de la SEP.
En aquel momento, relató Orozco, la Liga Comunista recurrió a distintas tácticas para encarar la represión estatal, y sí, reconoce que hubo errores que resultaron en violencia y muertes, como la de Garza Sada, pero también de jóvenes guerrilleros.
“Sostuvimos el enfrentamiento y a fuerza queríamos llevar a esa persona (Garza Sada) a donde la necesitábamos tener, no se pudo y por eso empezaron las muertes, como consecuencia del enfrentamiento… por todos los errores y toda la inexperiencia”, recordó.
Sobre este debate el historiador Camilo Vicente Ovalle, colaborador de la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de las Violaciones Graves a los Derechos Humanos cometidas durante la Guerra Sucia, consideró que el tratamiento del tema de la operación de grupos guerrilleros en general es adecuado en los libros.
Aunque también refiere la importancia de dar más contexto sobre la represión estatal, y el papel del poder empresarial y político ante la operación de movimientos insurgentes y de resistencia no sólo en México, sino también en otras naciones.
“Lo que hace falta es situar a estos grupos guerrilleros en el contexto en el que estaban, es decir, en un contexto de insurgencia social mucho más amplio”, relató.
En el libro para el docente fase 6, destinado a los maestros de secundaria, se incluye el capítulo “Soñaron con asaltar el cielo”, en el que se hace una revisión histórica de personajes y grupos insurgentes ante el Estado.
Se lee, por ejemplo, sobre Rubén Jaramillo en el México posrevolucionario al inicio del mismo y hacia el final del capítulo se escribe sobre la conformación de la Liga Comunista 23 de Septiembre (LC23S).
Al comienzo del mismo párrafo en el que se menciona el asesinato de Garza Sada sí se habla de un “secuestro”. Esto, al afirmar que “el secuestro como arma político-militar no fue una estrategia en donde la LC23S lograra alguna victoria”.
Luego el párrafo continúa diciendo que “el primero de sus descalabros” ocurrió, justamente, “al intentar retener en Monterrey a Eugenio Garza Sada”. “En cuya acción” —señala el libro— “perdieron la vida el empresario, su chofer y dos elementos del comando guerrillero”.
Inmediatamente después el capítulo se refiere también al secuestro del empresario Fernando Aranguren y del cónsul británico, Anthony Duncan, “operativos que se realizan sin contratiempos”, indica el texto.
Sin embargo, también se señala que ante la negativa del gobierno de Echeverría por negociar con la LC23S, ésta liberó a Duncan pero “ajustició” al empresario “como medida radical”.
En el libro se menciona a los maestros la importancia de tener “conciencia de clase” y memoria histórica, “sin censuras, sin quiebres, sin mezquindades”.
Tanto el Dr. Ariel Rodríguez Kuri como el historiador Vicente Ovalle consideran acertado que se intente narrar estos episodios en los libros, ya que finalmente son parte de la historia mexicana, aunque cada uno señaló carencias o puntos de mejora.
“Creo que el intento que se hace por recuperar estas experiencias de la insurgencia en México, que quedan plasmados en este libro de apoyo para los profesores, me parece que está bien. ¿Se pueden mejorar? Sí, se puede mejorar. ¿Se puede hacer más pedagógico? También se puede hacer más pedagógico, pero me parece que está bien”, dice Ovalle.
La mañana del 17 de septiembre de 1973 —describe la doctora Gabriela Recio Cavazos en el libro biográfico “Eugenio Garza Sada. Ideas, acción, legado”— Eugenio Garza Sada, junto con su chofer y su guardia, se dirigía “en su ruta acostumbrada” a las oficinas de la Cervecería Cuauhtémoc cuando el auto en el que viajaban fue interceptado “por seis individuos que portaban pistolas automáticas y una metralleta, y cuyo plan consistía en secuestrarlo y exigir un rescate multimillonario”.
“Don Eugenio ya había recibido amenazas y había dado instrucciones a su familia de que si llegaba a ser secuestrado, no deberían pagar ni un solo centavo por él. Además, cargaba una pequeña pistola en la guantera del automóvil para protegerse en caso de que se viera sorprendido por una situación de ese tipo. En la refriega que se suscitó, el empresario más importante de Monterrey —y uno de los hombres de negocios de mayor peso e influencia en el país—, su chofer y guardia fueron abatidos a tiros en un intento de secuestro por miembros de la Liga Comunista 23 de septiembre”.
El libro —escrito a petición del Centro Eugenio Garza Sada y bajo el sello editorial de la misma asociación civil y del Tecnológico de Monterrey— señala que cuando Eugenio Garza Sada fue asesinado “el empresariado y la sociedad regiomontana responsabilizaron inmediatamente al presidente Luis Echeverría de lo sucedido, culpándolo por haber permitido que florecieran grupos guerrilleros y de fomentar un sentimiento hostil contra el sector privado”.
De acuerdo con el libro México en los setenta, ¿Guerra Sucia o terrorismo de Estado? Hacia una política de la memoria la denominación de “guerra sucia” se refiere a la “aplicación soterrada de una política antisubversiva en la que se violó el Estado de derecho, la cual además se caracterizó por la impunidad extendida a las instituciones estatales”.
El historiador Ovalle indicó que entre los años cuarenta y setenta “el ejercicio del gobierno se llevó a cabo con prácticas de violencia sistemática contra todos los sectores sociales, con el objetivo de mantenerlos bajo control y bajo la sombra de las estructuras del régimen”. Un régimen que calificó como “autoritario”, y que “hizo ejercicio de la violencia sistemática durante prácticamente sesenta años para mantener bajo control a amplios sectores sociales”.
Dentro de este contexto político se crearon grupos como la Liga Comunista 23 de Septiembre (LC23S). Francisco Ávila Coronel describe en La Asociación Cívica Nacional Revolucionaria y el Partido de los Pobres a la Liga Comunista 23 de septiembre como un “grupo armado que proponía de manera ortodoxa la organización de la revolución, a partir de la idea de que los obreros son la vanguardia, mientras que los campesinos deberían de subordinarse a la dirección proletaria”.
“La Liga probablemente sea el último grupo que surgió entre 1969 y 1973 y sin duda es el más importante”, afirma el Dr. Rodríguez Kuri, tanto en términos de militantes, como por su implantación territorial. “Es el grupo más importante porque es el grupo más radical en términos políticos, en términos ideológicos y por el uso de la violencia”.
Su objetivo era “desanimar, desmoralizar a las policías y al ejército mexicano a partir de enfrentamientos directos”, y se “financiaba a partir de dos fuentes fundamentales: el secuestro de personajes con recursos y los asaltos a los bancos, y a otro tipo de establecimientos, pero sobre todo a los bancos”.
Camilo Vicente Ovalle indica que “la Liga es el resultado de un proceso de desarticulación de distintos grupos en un proceso de radicalización en distintas partes del país”, que “ante el conflicto y la respuesta autoritaria del gobierno y de los empresarios… van a tomar la decisión de encaminar la insurgencia social por la opción armada”.
Kuri, investigador de El Colegio de México, señala que la LC23S “no es un hecho aislado” en la historia de la violencia política en México, como no es aislada la violencia política de extrema izquierda en el contexto latinoamericano, o “incluso en el contexto europeo del momento”.
“La Liga es más o menos contemporánea de otros experimentos de militancia armada clandestina, como Brigadas Rojas en Italia, Baader-Meinhof en Alemania, ETA en España o el ERI en Irlanda”, refiere el investigador.
El principal objetivo de la LC23S “era construir las estructuras de la insurgencia armada”, afirma Vicente Ovalle, así como “lograr la integración de los sectores obreros a esta insurgencia social armada”. Sin embargo también refiere que el “objetivo real” del grupo era “construir una sociedad de tipo socialista en México”.
“El argumento fundamental de la Liga y de otros grupos, pero sobre todo en este caso de la Liga Comunista, es que no había otro camino más que la insurrección armada”. Un argumento que Rodríguez Kuri considera “empíricamente falso” porque, según su punto de vista, siempre existió la vía pacífica para el cambio social.
Las “acciones violentas de la guerrilla en realidad llevaron a un muy rápido desprestigio”, refirió el investigador de El Colegio de México. “La gente no quería eso, la gente quería un cambio, pero no en esos términos y no por esos términos”.
Contar la historia de La Liga Comunista y el caso de Garza Sada puede ser muy importante para niños y jóvenes, continuó, “siempre y cuando se use un enfoque donde no se quiera rescartar arrajatabla una estrategia que fue a todas luces equivocada, y que en realidad se tradujo en muerte, en desaparición, en torturas de parte de los mismos militantes”.
Rodríguez Kuri se mostró positivo frente a la discusión de los libros de texto gratuitos, “es lo mínimo que se espera de la esfera pública democrática”, dijo. “Si estamos discutiéndolo bien o mal ese es otro asunto. Pero qué bueno que estemos en eso, porque muchas cosas se van a aclarar en el camino”.
A pesar de la negociación, dos de las jugadoras han abandonado la concentración, pero no serán sancionadas.
El acuerdo se ha alcanzado prácticamente en el tiempo de descuento. Cuando apenas quedan dos días para que España tenga que enfrentarse a Suecia en la Liga de las Naciones, la mayor parte de la selección femenina de futbol ha aceptado poner fin al boicot, según ha anunciado el secretario de Estado de Deportes, Víctor Francos.
Tras siete horas de reuniones, el acuerdo por fin se alcanzó a las 05:00 hora local del miércoles.
Francos aseguró que la Federación Española de Fútbol (RFEF) se había comprometido a realizar “cambios inmediatos y profundos”.
Las jugadoras iniciaron el boicot después de que el entonces presidente de la RFEF, Luis Rubiales, besó a la delantera Jenni Hermoso tras el triunfo de España sobre Inglaterra en la final del Mundial femenil el mes pasado.
El beso, que Hermoso asegura no fue consensuado, provocó la dimisión de Rubiales, mientras que el técnico español Jorge Vilda fue despedido.
Dos de las 23 jugadoras convocadas para los partidos de la Liga de Naciones de este mes, Mapi León y Patri Guijarro, han optado por retirarse de la plantilla.
Francos agregó que las jugadoras que han decidido no jugar no se enfrentarán a sanciones, y que su decisión era “absolutamente respetable”.
Las jugadoras podrían haber recibido multas o una sanción por parte de la selección nacional por no presentarse a la convocatoria internacional.
España jugará contra Suecia el viernes y contra Suiza el martes en la Liga de las Naciones.
“Es una buena noticia poder decir que el equipo jugará los dos próximos partidos con garantías”, afirmó Francos, presidente del Consejo Nacional de Deportes (CSD).
El acuerdo se alcanzó, aseguró, tras mantener conversaciones “amistosas” en Valencia en las que participaron las jugadoras, dirigentes de la RFEF, el CSD y el sindicato de jugadoras Futpro.
“Se creará una comisión mixta entre la RFEF, el CSD y las jugadoras para hacer el seguimiento de los acuerdos, que se firmarán mañana”, afirmó Francos. “Las jugadoras han manifestado su preocupación por la necesidad de llevar a cabo cambios profundos en la RFEF, que se ha comprometido a realizar estos cambios de forma inmediata”.
El lunes, la nueva entrenadora, Montse Tomé, seleccionó a 15 jugadoras que ya formaron parte del equipo de la Copa del Mundo para el combinado que jugará la Liga de Naciones.
Tras el anuncio de la convocatoria el lunes, las jugadoras publicaron un comunicado diciendo que el boicot seguía vigente, y que habían sido puestas “en una posición en la que nunca quisimos estar”.
Aseguraron, asimismo, que tenían la intención de explorar las posibles implicaciones legales de ser convocadas en contra de sus deseos.
Tome dejó fuera de la plantilla a Hermoso para, según ella, “protegerla”.
Pero Jenni Hermoso aseguró que el hecho de seleccionar a jugadoras que estaban haciendo el boicot al equipo demostraba que “nada ha cambiado” en la RFEF.
Según ha explicado ahora el CSD, se va a establecer una comisión para monitorear los cambios acordados, que se centrará en políticas de igualdad, avances en la equiparación salarial y la mejora de la infraestructura del deporte femenino.
“Las jugadoras lo ven como un acercamiento de posiciones. La gran mayoría ha decidido quedarse por el bien de este acuerdo”, afirmó la presidenta de Futpro, Amanda Gutiérrez. “Es el comienzo de un largo camino por delante”.
Las jugadoras españolas viajaron el martes a la concentración en Valencia.
Cuando los periodistas en el aeropuerto de Barcelona le preguntaron cómo se sentía acerca de la situación, la centrocampista y dos veces ganadora del Balón de Oro, Alexia Putellas, fue tajante: “Bueno, mal”.
A Rubiales se le ha prohibido acercarse a menos de 200 metros de Hermoso después de que ella presentara una demanda judicial.
Al comparecer ante el tribunal por primera vez el viernes, Rubiales negó haber agredido sexualmente a Hermoso.
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