Al fin del sexenio, la magnitud de las crisis de desaparición y forense no cesan. A pesar de los esfuerzos por cerrar artificialmente la cifra de personas desaparecidas, es un hecho que al menos hay más de 111 mil personas desaparecidas en nuestro país. Por otro lado, el tamaño de la crisis forense está subdimensionada, pues desde agosto de 2021 –cuando se contabilizaban al menos 52 mil cuerpos sin identificar en alguna instalación del Estado– y el 30 de agosto de 2023, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía dio a conocer su última integración de información sobre servicios periciales y servicio médico forense donde se informó que, al cierre de 2022, se habían almacenado más de 53 mil cuerpos en anfiteatros, laboratorios y centros de resguardo forense, de los cuales 87% no habían sido identificados.
Ante esta situación y la inestabilidad política que vive la institucionalidad creada en respuesta a las demandas del movimiento de familiares de víctimas de personas desaparecidas, la propuesta de recursos en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2024 (PPEF 2024) para atender una de las mayores crisis humanitarias que ha vivido nuestro país podía significar la pérdida de cauce político ante el cierre de la administración federal. ¿Cuál es la apuesta presupuestaria del Estado mexicano en la materia? En términos generales, una estabilidad a la baja, con mayor trazabilidad y seguimiento de los recursos, sobre todo en materia forense.
Por un lado, la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas (CNB) plantea un presupuesto prácticamente idéntico al de 2023, con un incremento real del 0.0002 % (1,149 millones de pesos) para el 2024. Este imperceptible aumento se ve reflejado principalmente en el rubro de los subsidios para las comisiones locales de búsqueda (0.5 % más para 2024). En esta bolsa de recursos se incluye el Componente II en materia forense de los Subsidios para las Comisiones Locales de Búsqueda que transfiere la CNB, que es la apuesta federal fuera del sistema de justicia penal para la atención de la crisis forense. Un pendiente desde 2021, en que fue creado, es el seguimiento a los recursos del Centro Nacional de Identificación Humana, instancia que sigue sin aparecer como unidad responsable de la misma Comisión.
Por otro lado, observamos dos fenómenos distintos a nivel federal y local en materia forense. A nivel federal, encontramos mayor trazabilidad del gasto, con la Fiscalía General de la República (FGR) integrando a la antigua Coordinación General de Servicios Periciales en el Centro Federal Pericial Forense. Sin embargo, dicha unidad responsable tiene un recorte presupuestario de 0.46 %, respecto de 2023. También son renombradas en el PPEF 2023 las otras dos unidades periciales forenses de la FGR (Unidad de Especialidades Médico Forenses y Unidad de Ingeniería Forense), lo que permite un mejor seguimiento de sus recursos. Estas unidades tienen un descenso imperceptible (-0.005 % para la Médico Forense) y un ligero aumento (+1.89 % para la Ingeniería forense), respectivamente, si bien la proporción de sus recursos es bastante menor que el recién creado Centro Federal Pericial.
Por último, en términos de gasto federalizado, el aumento en el PPEF 2024 en materia forense es demasiado menor, máxime si tomamos en cuenta que la mayor parte de los recursos de los servicios periciales corresponden al fuero común (70 %) respecto del fuero federal (30 %), lo que corresponde con la incidencia de la desaparición a nivel local. Estos recursos son distribuidos por la Federación por el Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública de los Estados (FASP), que a su vez financia el Subprograma Forense para la Investigación de Hechos Delictivos. El FASP tuvo un ligero aumento de 0.025 % respecto de 2023, lo que significa únicamente 2 millones de pesos adicionales para la distribución estatal de todos los servicios periciales y médico forenses de las 32 entidades federativas.
Esta desarticulación y claroscuros de la política presupuestaria forense son reflejo de la ausencia de una política de Estado en la materia, tal como fue patente en la comparecencia que tuvo México ante el Comité de Desapariciones Forzadas de Naciones Unidas la semana pasada. La poca claridad y gran desarticulación de la política pública para la atención del fenómeno de desaparición y la crisis forense que la delegación mexicana mostró hace una semana es lo que observamos también en el PPEF 2024.
Si bien las mejoras en el diseño institucional para el seguimiento y dotación de recursos para la atención de la crisis forense son una buena noticia en una materia que ha sido opaca durante demasiado tiempo, si estas mejoras no son acompañadas de recursos suficientes, la política pública siempre terminará llegando tarde a las demandas de verdad y justicia de cientos de miles de familiares de personas desaparecidas. Si el ejercicio de recursos públicos no se refleja en resultados tangibles para las familias, el derecho de todas las personas seguirá siendo uno de los más dolorosos pendientes del Estado mexicano.
* Ángel Ruiz es investigador en el programa de Derechos Humanos y Lucha contra la Impunidad de @FundarMexico.
Desgarradores testimonios de sobrevivientes y testigos directos de una tragedia que ha dejado miles de muertos y desaparecidos. “Es como si hubiera caído una bomba nuclear”.
Las imágenes son desoladoras. Cadáveres abandonados en las calles, personas sacando cuerpos debajo de los escombros con sus propias manos.
Testigos directos del horror le dijeron a la BBC que barrios y edificios enteros fueron arrastrados al mar mientras la gente dormía.
Y ahora “el mar está devolviendo decenas de cadáveres”, relató Hichem Abu Chkiouat, ministro de Aviación Civil y miembro del Comité de Emergencia en el este de Libia.
Esa es la situación que se vive en la ciudad portuaria de Derna tras las inundaciones causadas por la tormenta Daniel que arrasaron el este del país dejando una estela de destrucción con miles de muertos y desaparecidos.
Familiares buscan desesperados a sus seres queridos con la esperanza de encontrarlos vivos o al menos identificar sus cuerpos para darles sepultura.
Mientras los equipos de emergencia continúan trabajando, en algunas zonas de la ciudad cuerpos envueltos en sábanas están siendo arrojados en fosas comunes.
El número de muertos que dejaron las inundaciones en el este de Libia sigue aumentando. Las autoridades dicen que se han encontrado más de 5.000 cadáveres solo en la ciudad de Derna, mientras que en los alrededores y en el resto del país ya se contabilizan decenas de miles desplazados.
Voluntarios han llegado a la zona para socorrer a los sobrevivientes
“Es un completo desastre. Estoy realmente en shock”, dijo un médico que viajó a Derna para tratar a los heridos.
El medio de comunicación local Derna Zoom publicó en la red social X (anteriormente Twitter) que una cuarta parte de la ciudad quedó “completamente aniquilada”.
“Es como si hubiera caído una bomba nuclear”, decía el mensaje.
Quienes han logrado comunicarse con familiares y amigos en la zona afectada están desconsolados.
La gente está viviendo el “día del juicio final”, le dijo a la BBC el periodista libio Johr Ali.
Un amigo encontró a su sobrino “muerto en la calle, arrojado por el agua desde su tejado”, relató el reportero.
Ali, que vive exiliado en Estambul debido a los ataques a periodistas en Libia, comentó que otro de sus amigos perdió a toda su familia en el desastre.
“Su madre, su padre, sus dos hermanos, su hermana Maryam, su esposa (…) y su pequeño hijo de 8 meses… Todos ellos murieron, toda su familia está muerta y él me pregunta qué debe hacer”.
En otro caso, Ali dijo que un sobreviviente le contó que había visto a “una mujer colgada de las farolas, porque las inundaciones se la llevaron”.
“Murió allí”, añadió Ali.
Las calles de Derna están cubiertas de barro y escombros y llenas de vehículos volcados.
“La gente escucha los llantos de los bebés bajo tierra y no saben cómo llegar hasta ellos”, relató el periodista.
El rescatista Kasim al Qatani le dijo a la BBC que no hay agua potable en Derna y que escasean los suministros médicos.
Agregó que el único hospital de Derna ya no podía recibir pacientes porque “hay más de 700 cadáveres esperando en el hospital y no es tan grande”.
Aunque la tragedia comenzó con las intensas lluvias causadas por la tormenta Daniel, testigos dijeron que la situación se salió de control cuando oyeron la explosión de una gran presa que terminó expulsando un gigantesco torrente de agua que “parecía un tsunami”.
La información disponible hasta ahora señala que las lluvias provocaron el colapso de dos represas en el río Derna, “que arrastraron barriadas enteras con sus residentes hasta el mar”, según explicó Ahmed Mismari, portavoz del Ejército Nacional Libio, que controla el este del país.
Además de Derna, también se han visto afectadas las ciudades de Bengasi, Susa y Al Marj, todas ellas en el este, así como Misrata, en el oeste, en medio de las peores inundaciones en las últimas cuatro décadas en el país.
El médico libio Najib Tarhoni, que trabaja en un hospital cerca de Derna, pidió ayuda con urgencia.
“Tengo amigos aquí en el hospital que han perdido a la mayoría de sus familias… han perdido a todos”, le dijo a la BBC.
“Sólo necesitamos gente que entienda la situación: ayuda logística, perros que realmente puedan oler a la gente y sacarla de debajo de la tierra. Sólo necesitamos ayuda humanitaria, gente que realmente sepa lo que está haciendo”.
También existe una necesidad urgente de equipos forenses y de rescate especializados y otros dedicados a la recuperación de cadáveres, les dijo a los medios turcos el jefe del Sindicato de Médicos Libios, Mohammed al Ghoush.
Los esfuerzos de rescate se han visto complicados por el hecho de que Libia está dividida entre gobiernos rivales y el país lleva más de una década de conflicto.
La lucha entre facciones ha llevado al abandono de la infraestructura y ha dado lugar a una pobreza generalizada en un país con pocos recursos y experiencia para enfrentar este tipo de catástrofes.
Recuerda que puedes recibir notificaciones de BBC Mundo. Descarga la nueva versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.