Dos de los presuntos agresores del joven Ernesto Calderón, conocido como Neto, se entregaron de forma voluntaria ante la Fiscalía de Puebla.
De acuerdo con información de la dependencia, los hombres que acudieron ante las autoridades son hermanos.
Hasta ahora, las autoridades del estado no han detenido a ninguno de los agresores.
Neto fue golpeado por un grupo de otros ocho jóvenes cerca de la zona de antros y bares de Angelópolis en la Reserva Territorial Atlixcáyotl, durante la noche del viernes 8 de septiembre.
En un video se puede apreciar a los agresores dar golpes y patadas al joven que se encuentra tirado en el piso.
Elisa Galindo Cortés, quien se identificó como tía de la víctima, informó que el joven tuvo que ser hospitalizado ya que presentaba fractura en el rostro, por lo cual estaba en riesgo la movilidad de su ojo.
De acuerdo con Galindo Cortés, la agresión ocurrió porque su sobrino les reclamó a los agresores por haberles aventado una cerveza a él y a su amiga al salir del antro. Ernesto ya fue dado de alta y se encuentra en recuperación.
Hace unos días, el encargado del despacho de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH), Santiago Nieto Castillo, confirmó que cuatro de los ocho agresores del joven Ernesto Calderón son hidalguenses.
El gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca, señaló que las autoridades estatales trabajan con las poblanas para su detención.
El mandatario hidalguense aseguró que ninguna influencia, cargo público o posición social puede propiciar impunidad, ya que presuntamente algunos de los agresores serían hijos de Adriana Flores Valencia, presidenta de la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias de Hidalgo.
Mamadou Safayou Barry, un guineano de 25 años, emprendió un viaje en bicicleta de más de 4.000 kilómetros para estudiar en la universidad de sus sueños.
La Universidad de sus sueños estaba a más de 4 mil kilómetros de su hogar y aún así Mamadou Safayou Barry decidió montarse en su bicicleta y atravesar 6 países para llegar hasta ella.
En mayo, partió de Guinea hacia el prestigioso centro Al-Azhar, situado en Egipto con la esperanza de ser aceptado.
En el camino de esta aventura, el joven de 25 años y padre de un niño, soportó un calor abrasador durante 4 meses y hasta fue detenido en uno de los países repletos de militantes islamistas o golpes de estado.
Pero valió la pena.
Cuando finalmente llegó a El Cairo recibió una beca por parte de la institución.
Estoy “muy, muy” feliz, le dijo a la BBC.
Agregó que pese a no poder pagar el curso de Estudios Islámicos en Al-Azhar, ni los vuelos a Egipto, la reputación de la universidad lo impulsó a arriesgarse en un viaje a través de Mali, Burkina Faso, Togo, Benin, Níger y Chad.
Al-Azhar es uno de los centros de aprendizaje islámico sunita más influyentes del mundo.
También es uno de los más antiguos. Fue fundado en el año 670 d.C.
Barry salió de su casa “en busca de conocimientos islámicos”, pero en Malí, Burkina Faso o Níger, los ataques de militantes islamistas contra civiles son frecuentes y los recientes golpes de estado han provocado inestabilidad política.
“Viajar por estos países es muy difícil porque no tienen seguridad en este momento”, dijo.
“Tienen muchos problemas y la gente está muy asustada. En Mali y Burkina Faso la gente me miraba como si fuera una amenaza. Veía a los militares por todas partes portando armas grandes y coches“, dijo Barry.
Dijo que fue arrestado y detenido tres veces sin una buena razón: dos en Burkina Faso y una en Togo.
Sin embargo, la suerte de Barry cambió cuando llegó a Chad.
Un periodista lo entrevistó y publicó su historia en internet, lo que llevó a algunos buenos samaritanos a financiarle un vuelo a Egipto.
Esto le evitó andar en bicicleta por Sudán, dónde algunas áreas son actualmente zonas de guerra.
El 5 de septiembre llegó finalmente a El Cairo.
Su determinación le valió una reunión con la decana de estudios islámicos, Nahla Elseidy.
Después de hablar con él, Elseidy le ofreció una plaza en el curso de Estudios Islámicos de Al-Azhar, con una beca completa.
La decana dijo en las redes sociales que la universidad estaba dispuesta a ofrecer sus conocimientos a estudiantes de todo el mundo
Y que esta filosofía “no sólo cubre a los estudiantes internacionales en Egipto sino que también se extiende más allá. Al-Azhar recibe estudiantes de todos los países, los cuida y les ofrece ayudas”.
Barry dijo que estaba “muy, muy feliz” de haber recibido la beca.
“No puedo expresar lo feliz que estoy. Le di gracias a Dios“, dijo.
Barry añadió que los problemas que se encontró durante su expedición quedaron olvidadas hace mucho tiempo y borrados por la alegría de poder convertirse en un becario de Al-Azhar.
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