Familiares y amigos de Ariadna Fernanda, víctima de feminicidio en noviembre de 2022, llevaron a cabo una protesta en la CDMX, y exigir la pena máxima para el fiscal de Morelos, Uriel Carmona, quien fue vinculado a proceso por su probable participación en el delito de retardo de justicia.
A las seis de la mañana, las y los convocantes se dieron cita en Palacio Nacional y partieron a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
“Ahora que el fiscal Uriel Carmona está detenido y en prisión preventiva, no permitiremos que Norma Piña ni ningún servidor público lo pueda beneficiar de ninguna manera”, se lee en la convocatoria de la protesta.
Además, las manifestantes exigieron investigar a Israel Hernández presidente de la CNDH de Morelos y al presidente municipal de Cuernavaca, José Luis Urióstegui, a quienes señalan por presuntamente haber participado en el encubrimiento del feminicidio de Ariadna Fernanda.
La protesta fue acompañada con carteles en los que se califica al fiscal de Morelos como “asesino” y bajo la consigna de “Norma Piña, podría ser tu hija”.
“Confiamos en que las autoridades de la Ciudad de México seguirán haciendo bien su trabajo y Uriel Carmona sea juzgado bajo un proceso penal de cero impunidad y pena máxima por todos sus delitos”, compartieron.
El Congreso de Morelos interpuso ante la SCJN una controversia constitucional al señalar que “se violó su soberanía y autonomía, tras la detención del fiscal Uriel Carmona”.
La controversia constitucional 403/2023 es contra la Fiscalía General de la Ciudad de México, el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Morelos y el Poder Ejecutivo Local.
Mamadou Safayou Barry, un guineano de 25 años, emprendió un viaje en bicicleta de más de 4.000 kilómetros para estudiar en la universidad de sus sueños.
La Universidad de sus sueños estaba a más de 4 mil kilómetros de su hogar y aún así Mamadou Safayou Barry decidió montarse en su bicicleta y atravesar 6 países para llegar hasta ella.
En mayo, partió de Guinea hacia el prestigioso centro Al-Azhar, situado en Egipto con la esperanza de ser aceptado.
En el camino de esta aventura, el joven de 25 años y padre de un niño, soportó un calor abrasador durante 4 meses y hasta fue detenido en uno de los países repletos de militantes islamistas o golpes de estado.
Pero valió la pena.
Cuando finalmente llegó a El Cairo recibió una beca por parte de la institución.
Estoy “muy, muy” feliz, le dijo a la BBC.
Agregó que pese a no poder pagar el curso de Estudios Islámicos en Al-Azhar, ni los vuelos a Egipto, la reputación de la universidad lo impulsó a arriesgarse en un viaje a través de Mali, Burkina Faso, Togo, Benin, Níger y Chad.
Al-Azhar es uno de los centros de aprendizaje islámico sunita más influyentes del mundo.
También es uno de los más antiguos. Fue fundado en el año 670 d.C.
Barry salió de su casa “en busca de conocimientos islámicos”, pero en Malí, Burkina Faso o Níger, los ataques de militantes islamistas contra civiles son frecuentes y los recientes golpes de estado han provocado inestabilidad política.
“Viajar por estos países es muy difícil porque no tienen seguridad en este momento”, dijo.
“Tienen muchos problemas y la gente está muy asustada. En Mali y Burkina Faso la gente me miraba como si fuera una amenaza. Veía a los militares por todas partes portando armas grandes y coches“, dijo Barry.
Dijo que fue arrestado y detenido tres veces sin una buena razón: dos en Burkina Faso y una en Togo.
Sin embargo, la suerte de Barry cambió cuando llegó a Chad.
Un periodista lo entrevistó y publicó su historia en internet, lo que llevó a algunos buenos samaritanos a financiarle un vuelo a Egipto.
Esto le evitó andar en bicicleta por Sudán, dónde algunas áreas son actualmente zonas de guerra.
El 5 de septiembre llegó finalmente a El Cairo.
Su determinación le valió una reunión con la decana de estudios islámicos, Nahla Elseidy.
Después de hablar con él, Elseidy le ofreció una plaza en el curso de Estudios Islámicos de Al-Azhar, con una beca completa.
La decana dijo en las redes sociales que la universidad estaba dispuesta a ofrecer sus conocimientos a estudiantes de todo el mundo
Y que esta filosofía “no sólo cubre a los estudiantes internacionales en Egipto sino que también se extiende más allá. Al-Azhar recibe estudiantes de todos los países, los cuida y les ofrece ayudas”.
Barry dijo que estaba “muy, muy feliz” de haber recibido la beca.
“No puedo expresar lo feliz que estoy. Le di gracias a Dios“, dijo.
Barry añadió que los problemas que se encontró durante su expedición quedaron olvidadas hace mucho tiempo y borrados por la alegría de poder convertirse en un becario de Al-Azhar.
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