Después de permanecer tres años en prisión por un aborto involuntario, ayer fue liberada Aurelia García Cruceño, joven indígena de Guerrero.
Aurelia es una mujer nahua originaria de Xochicalco, municipio de Chilapa de Álvarez. Sufrió una violación en 2019 por una autoridad comunitaria de su municipio. A raíz de esa violación quedó embarazada y meses después sufrió un aborto involuntario.
Aurelia decidió huir de su pueblo. Hasta ese momento desconocía que estuviera embarazada, lo supo mucho tiempo después, hasta que tuvo un aborto involuntario.
Debido al parto fortuito, Aurelia vio afectada su salud. Fue traslada a un hospital para brindarle atención médica.
“Todavía ella no estaba recuperada, no se sabía de los hechos ni del producto y ella ya estaba siendo procesada, detenida, esposada en la cama del hospital. Ya estaba siendo oficialmente detenida por el delito de homicidio”, narró Garzón Bonetti, quien también es integrante del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia.
Desde ese momento fue encarcelada en el centro penitenciario de Iguala.
Para la determinación de su caso hubo alrededor de cinco audiencias. Quedó absuelta del delito de homicidio en razón de parentesco.
La audiencia en Iguala, que estaba agendada a las cuatro de la tarde, se pospuso y comenzó hasta las siete, después de dos horas a puerta cerrada, la jueza Mariela Alfaro Zapata finalmente falló por la liberación de Aurelia.
Aurelia salió acompañada de su madre Agustina Cruceño Naranjas, de su padre Alberto García Palazin, y sus abogadas defensoras Verónica Garzón Bonetti y Ximena Ugarte Trangay.
Aurelia es libre ¡gracias por el apoyo! #JusticiaParaAurelia pic.twitter.com/EJUWtvmta7
— Red Guerrerense por los Derechos de las Mujeres (@RedMujeresGro) December 21, 2022
Entre los planes de Aurelia ahora que está en libertad es estudiar y convertirse en maestra.
“Voy a estudiar mucho y ojalá pueda lograr mi sueño de ser maestra”, expresó Aurelia.
Comentó que aprendió a hablar español en la cárcel y que conoció a más mujeres en su misma situación, a las que apoyará a que sean liberadas.
Diversas activistas y colectivas feministas estuvieron fuera de Palacio de Justicia de Iguala en apoyo a Aurelia.
La defensa presentó los alegatos finales y ayer le dictaron la sentencia final.
Aurelia es una mujer libre y podrá continuar con su proyecto de vida.
Los daños hasta el momento son incalculables.
Las imágenes satelitales muestran la escala de la destrucción en la ciudad portuaria de Derna, en Libia, después de que aguas torrenciales arrasaran puentes, calles y comunidades enteras, dejando miles de fallecidos y desaparecidos en el camino.
Las fuertes lluvias que trajo consigo la tormenta Daniel durante el fin de semana ocasionaron el colapso de dos represas sobre el río Wadi Derna, que recorre la ciudad y que, por lo general, tiene un caudal muy reducido. Los torrentes de agua y escombros dejaron una estela de devastación.
Una serie de puentes cruzaban el Wadi, conectando un área del puerto con la parte occidental de la ciudad.
Las aguas – descritas por un oficial como “un tsunami”- arrasaron los puentes al igual que bloques de edificios residenciales enteros (incluyendo complejos de varios pisos), edificios gubernamentales y una mezquita de gran tamaño.
En el barrio de Al-Eilwa, se reportaron inundaciones en el 96% de las casas.
Muchas de las propiedades construidas en las cercanías al río desaparecieron, solamente dejando visibles los cimientos de las construcciones.
Una carretera costera cercana al puerto cayó al mar.
La población de Derna contaba con una población de 200.000 personas antes de la tormenta.
El alcalde de la ciudad dijo que dado el número de barrios que resultaron completamente destruidos, pudieron haber muerto entre 18.000 y 20.000 personas.
Miles más están heridas o desaparecidas, mientras muchas quedaron sin dónde vivir.
Un análisis de Naciones Unidas muestra que más de 2.200 estructuras fueron expuestas a las aguas y que al menos seis puentes y el área del puerto habían sufrido graves daños.
Barrios afectados severamente como Al-Bilad y Al-Maghar a ambos lados del río, también albergaban los centros de salud que la gente de la ciudad usaba, según los analistas de desastres de Reach.
Los hogares que fueron construidos sobre el lecho seco del río en el lado de la represa que daba hacia el mar fueron los que recibieron la mayor fuerza del impacto del agua.
Hamad Shalawi, miembro del comité de desastres local, dijo que la ciudad había sido destruida en segundos y que familias enteras habían muerto.
“La geografía de la ciudad cambió completamente con la mitad de la ciudad barrida hacia el mar”, le dijo al servicio árabe de la BBC.
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