Hilary, que pasó de huracán a tormenta tropical en su trayectoria por México, dejó al menos cuatro muertos, miles de damnificados, daños materiales, arroyos desbordados, cierre de carreteras y cortes de luz.
Las mayores afectaciones ocurrieron en el noroeste del país, en la Península de Baja California y en Sinaloa.
En Oaxaca, un bañista se ahogó en Puerto Escondido, informaron autoridades estatales, mientras que en Baja California Sur una mujer murió al intentar cruzar un tramo carretero inundado.
En Sinaloa, un hombre que viajaba en un vehículo cayó a un canal de aguas pluviales, y una camioneta fue arrastrada por las fuertes corrientes y el conductor fue hallado sin vida kilómetros adelante.
Por el paso de Hilary por la Península de Baja California fueron evacuadas mil 973 personas en un total de 42 albergues, informó la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Algunos de los puntos más afectados fueron las comunidades de Santa Rosalía, Vizcaíno, Bahía Asunción y Bahía Tortugas, en Baja California Sur, donde se reportaron cortes de agua y luz y desbordamiento de arroyos.
En el municipio de Mulegé, Baja California Sur, la Sedena activó el Plan de Emergencia DN-III para atender las afectaciones por el paso de Hilary.
En los Mochis, Sinaloa, el huracán generó un derrumbe en el cerro de la Memoria, que bloqueó un canal pluvial y causó inundaciones en varias colonias.
Aunque Hilary ya se aleja del país y ha bajado su intensidad, prevalecerán las lluvias, informó la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Por ello, las clases en Baja California están suspendidas hasta este martes 22 de agosto, mientras que en Baja California Sur se prevé que sí haya en niveles medio superior y superior.
Con corte a las 9:00 de este lunes 21 de agosto, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) informó que resultaron afectados 379 mil 850 usuarios en Baja California, Baja California Sur y Sonora, y se ha logrado restablecer el suministro eléctrico a 302,134, que equivale a un avance del 80%.
Los usuarios afectados representan el 12% de los 3 millones de usuarios de la Comisión en las tres entidades.
En Baja California Sur fueron afectados 89 mil 918 y ya hay 99% del restablecimiento eléctrico; en Baja California 233 mil 372 usuarios se vieron afectados y el restablecimiento va en 71%, mientras que en Sonora fueron 56 mil 560 y los trabajos van en 82%.
“La CFE refuerza las actividades de restablecimiento y no descansará hasta normalizar el servicio de los usuarios que fueron afectados”, aseguró la dependencia.
Tras las intensas lluvias por el huracán Hilary, autoridades pidieron a la ciudadanía contribuir con el saneamiento básico de sus patios, a fin de reducir riesgos por enfermedades como dengue, Zika y chikungunya.
Por otro lado, el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) llamó a las personas que tengan un crédito hipotecario vigente, cuyas casas fueron afectadas, a hacer válida la cobertura del Seguro de Daños con la que cuenta su financiamiento.
Para hacer válido el seguro es necesario estar al corriente en los pagos a la fecha del siniestro. En caso contrario, se puede firmar un convenio para regularizarse, y acudir a las oficinas del Infonavit más cercanas a su domicilio.
Cuando el terremoto destruyó su casa, Tayeb ait Ighenbaz tuvo que elegir a quién salvar. La decisión de rescatar a su hijo de los escombros y dejar morir a sus padres aún lo atormenta.
Tayeb ait Ighenbaz se vio obligado a elegir entre salvar a su hijo de 11 años o a sus padres cuando estos quedaron atrapados bajo los escombros tras el devastador terremoto en Marruecos del pasado viernes.
El pastor de cabras de una pequeña comunidad en las montañas del Atlas dice que está atormentado por la decisión que tuvo que tomar.
Tayeb estaba con su esposa, sus dos hijos y sus padres el viernes por la noche en su pequeña casa de piedra cuando esta fue sacudida por el mayor terremoto que ha sufrido el país en 60 años.
Acompaño a Tayeb a su antigua casa que ahora está en ruinas.
Todavía se puede ver parcialmente el interior de la construcción. Él señala los escombros mientras me dice: “Allí es donde estaban”.
“Todo pasó muy rápido. Cuando sucedió el terremoto, todos corrimos hacia la puerta. Mi padre estaba durmiendo y yo le grité a mi madre que saliera, pero ella se quedó a esperarlo”, dice.
Del otro lado, él solo podía ver a su esposa y a su hija.
Cuando regresó a la casa derrumbada, Tayeb encontró a su hijo y a sus padres atrapados entre los escombros. La mano de su hijo se asomaba entre los cascotes.
Sabía que tenía que actuar rápidamente, y se dirigió hacia donde estaba su hijo Adam, y comenzó a cavar deseperadamente para sacarlo.
Cuando fue a buscar a sus padres, atrapados bajo una gran losa de piedra, dice que ya era demasiado tarde.
“Tuve que escoger entre mis padres y mi hijo”, dice con lágrimas en los ojos.
“No pude ayudar a mis padres porque una pared cayó sobre sus cuerpos. Es muy triste. Vi como morían mis padres”.
Tayeb señala las manchas sobre su pantalón, y me dice que es la sangre de sus padres. Toda su ropa está dentro de su casa. No ha podido cambiarse desde que se produjo el sismo.
La familia vive ahora junto a sus parientes en carpas improvisadas cerca de su antigua casa. Tayeb cuenta que todo su dinero está en la casa, y que la mayoría de sus cabras han muerto.
“Es como haber nacido otra vez en una nueva vida. Sin padres, sin casa, sin comida, sin ropa. Tengo 50 años y tengo que empezar de nuevo”, dice.
Él no puede ahora pensar en cómo continuar, pero se acuerda de las lecciones que le enseñaron sus padres.
“Siempre me decían ‘sé paciente, trabaja duro, nunca te rindas’”.
Mientras conversamos, su hijo Adam se acerca vestido con una camiseta del club de fútbol Juventus con el nombre de Ronaldo en la espalda, y abraza a su padre.
“Mi papá me salvó de la muerte”, dice sonriendo.
Unos metros más lejos, camino a la ciudad de Amizmiz, otro hijo abraza a su padre.
Abdulmajid ait Jaefer dice que estaba en su casa con su esposa y sus tres hijos cuando comenzó el terremoto y “el piso se cayó”.
Su hijo Mohamed, de 12 años, salió del edificio, pero el resto de la familia quedó atrapada.
Abdulmajid cuenta que sus piernas quedaron atrapadas bajo los escombros, pero que un vecino lo ayudó a salir.
Luego pasó dos horas tratando de rescatar a su esposa y a una de sus hijas.
Las dos estaban muertas cuando logró sacarlas de entre los escombros.
Al día siguiente, el cuerpo sin vida de otra de sus hijas fue rescatado.
Abdulmajid, de 47 años, duerme ahora bajo un toldo frente a lo que quedó de su casa.
Puede ver la cocina, con la nevera aún de pie y ropa colgada puesta a secar.
Dice que no puede abandonar la zona porque necesita “hacer guardia” para proteger sus posesiones, y el recuerdo de su vida allí.
“Esa es mi cocina y mi nevera. Todos estábamos allí. Ahora solo puedo mirar hacia allí”, dice.
Antes del viernes, Abdulmajid dice que nunca jamás pensó en un terremoto. “Incluso ahora, no lo puedo creer”.
Mientras conversamos, un auto para cerca de nosotros y un grupo de gente baja para ofrecer sus condolencias. Otros que caminan por la calle se detienen para darle un abrazo al padre y esposo.
“Éramos cinco en mi familia. Ahora somos dos”, me dice con tristeza.
“Por el momento, solo puedo pensar en una cosa: mi hijo”.
Reporteo adicional: Wahid El Moutanna.
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