La fiscalía de Michoacán confirmó la desaparición de Ricardo Arturo Lagunes Gasca, defensor de derechos humanos, y del líder comunitario indígena de Aquila, Michoacán, Antonio Díaz Valencia.
Los informes de autoridades locales de la región de la Sierra-Costa de Michoacán, refieren que ambos hombres habían estado horas antes en una asamblea en la comunidad de Aquila, Michoacán.
Las fuentes consultadas indicaron que ambos iban camino a Tecomán, Colima, cuando tuvieron la última comunicación con ellos.
Luego de la asamblea, Antonio Díaz iba a trasladar Ricardo Lagunes al municipio de Tecomán y una persona identificada como Guadalupe “Lupillo” Magaña, les pidió que le dieran “un aventón”, al municipio aledaño de Coahuayana.
De acuerdo a los reportes, Magaña fue la última persona con la que estuvieron antes de su desaparición.
Un video de las cámaras de seguridad revela el paso de la camioneta en la que viajaban, cuando se dirigen ya rumbo al estado de Colima.
Los reportes indican que el abogado y el líder comunitario, abandonaron poco después de las 7 de la noche del domingo, el estado de Michoacán.
Minutos más tarde, la camioneta donde viajaban fue encontrada en la localidad de Cerro de Ortega, del municipio de Tecomán.
La camioneta, con impactos de bala, fue abandonada en la zona conocida como “Topes de Cerro de Ortega”, ubicada sobre la carretera 200, que conduce a Manzanillo.
La fiscalía de Michoacán informó que ya existe la denuncia de desaparición, presentada por los familiares de las víctimas, por lo que emitieron la ficha correspondiente.
Urge que el @GobiernoMX y los gobiernos de #Michoacán y #Colima utilicen todos los recursos a su alcance para localizar al abogado Ricardo Arturo Lagunes Gasca y al profesor Antonio Díaz Valencia. @ONUDHmexico @amnistiamexico @CIDH @SEGOB_mx @ARBedolla @gobiernocolima pic.twitter.com/6Fa48CAaLQ
— Emilio Álvarez Icaza Longoria (@EmilioAlvarezI) January 17, 2023
Antonio Díaz Valencia es un reconocido docente en Aquila, que buscaba dirigir a su comunidad en la próxima asamblea indígena.
Ricardo Lagunes Gasca es originario de Ciudad de México y estudió en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.
También, tiene un posgrado en Protección de Derechos Humanos en la Universidad de Alcalá, de Madrid y es reconocido por su labor a favor de los migrantes y de las comunidades indígenas.
Habitantes de la región Sierra-Costa de Michoacán bloquearon la carretera costera para exigir la aparición de su líder comunitario y del abogado defensor de derechos humanos.
Denunciaron que Lupillo Magaña, habitante de Aquila, está identificado por sus nexos con la célula criminal del Cártel Jalisco Nueva Generación en la localidad de Aquila.
Ante ello, exigieron a las autoridades que lo investiguen, ya que presumen, fue quien entregó a los criminales a Ricardo Lagunes y a Antonio Díaz.
Este mismo fin de semana, la célula criminal del CJNG que opera en esa zona, atacó diferentes puntos de Aquila y asesinó a tres habitantes, originarios de la comunidad de Ostula.
Más tarde arribó personal del 65 Batallón de infantería, con quienes se enfrentaron a tiros los delincuentes, sin que se conozca todavía el saldo de este último hecho.
Fue concebida como parte de un programa del gobierno para construir nuevas prisiones entre 1968 y 1978.
Ovidio Guzmán, uno de los hijos del narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán, fue extraditado el 18 de septiembre a Estados Unidos y desde entonces está arrestado en una cárcel de Chicago.
Apodado el “Triángulo de Hierro”, el Centro Correccional Metropolitano es un rascacielos de 28 pisos ubicado en el centro de la ciudad estadounidense, un imponente edificio triangular de hormigón diseñado por el arquitecto Harry Weese e inaugurado en 1975.
El edificio tiene pequeñas rendijas verticales de 13 de ancho por 2,30 metros de alto que funcionan como ventanas irregulares hacia el exterior y que conforman una especie de monolito perforado.
Las ventanas, así diseñadas para evitar fugas, no tienen rejas, como es habitual en las cárceles.
En su momento costó US$10,2 millones, según el periódico local Chicago Tribune, cifra que hoy equivaldría a casi US$60 millones.
Esta cárcel fue concebida como parte de un programa del gobierno para construir nuevas prisiones entre 1968 y 1978, y suponía un modelo de centro de detención diferente para aquellos que están aguardando su juicio o que han recibido una condena breve.
Cuando se inauguró, William Nelson, su primer director, dijo: “Este edificio es completamente seguro, pero fue construido de manera eficiente y teniendo en cuenta la dignidad humana“.
El entonces juez James B. Parsons del Tribunal de Distrito de Estados Unidos lo describió como “lujoso”.
“No hay rejas”, dijo. “Las puertas se abren y cierran libremente. Los pisos están alfombrados. La comida es muy buena y las instalaciones recreativas son excelentes”, afirmó, según recogió el Chicago Tribune en un artículo publicado en 1995.
Al menos en aquel momento, los presos podían ir al patio -ubicado en la azotea- solo dos veces a la semana porque permitían estar 20 personas al mismo tiempo como máximo.
El patio está totalmente cubierto por un alambrado, para evitar que lleguen helicópteros a llevarse a alguno de los presos.
Allí se puede jugar al baloncesto, vóleibol o hacer ejercicio.
También podían visitar la biblioteca, la videoteca y la capilla tres veces por semana.
Algunas medidas de seguridad se han añadido después de su inauguración, ya que hubo episodios de fuga.
Por ejemplo, en diciembre de 2012 dos presos se escaparon desde el piso 17 haciendo un boquete en la pared y arrojando una cuerda tejida a partir de sábanas e hilo dental y sujetada de las literas de la celda.
De acuerdo al registro público de la Oficina Federal de Prisiones, que administra este centro, Ovidio Guzmán López, de 33 años, es uno de los 486 hombres y mujeres allí recluidos.
Originalmente había sido construido para albergar a 400 presos.
Desde el arresto de “El Chapo” Guzmán en 2016 y su posterior extradición a Estados Unidos, cuatro de sus hijos, conocidos como Los Chapitos, supuestamente asumieron roles protagónicos en el cartel.
Los agentes de la Agencia Antidrogas de EE.UU. (DEA) dicen que el cártel de Sinaloa es la fuente de gran parte del fentanilo ilícito que se introduce de contrabando en Estados Unidos.
Según la jefa de la DEA, Anne Milgram, “Los Chapitos fueron pioneros en la fabricación y el tráfico de la droga más mortífera que nuestro país haya enfrentado jamás”.
Después de que su padre fuera condenado en EE.UU. a cadena perpetua en 2019, Ovidio Guzmán, alias el Ratón, era considerado uno de los líderes del cartel de Sinaloa y fue acusado por Washington de conspiración para distribuir drogas para ser importadas a EE.UU.
En su primera comparecencia ante un juez en Chicago el 5 de septiembre, Guzmán se declaró no culpable de los cargos que enfrenta por narcotráfico.
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