Estados Unidos (EU) pedirá a México la detención y extradición de los demás hijos del “Chapo”, conocidos como “Los Chapitos”, tras conseguir la extradición de Ovidio Guzmán el pasado 15 de septiembre.
El procurador de Justicia de EU, Merrick Garland, aseguró que cuando las detenciones de los demás hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán sean detenidos, pedirán su extradición por considerarlos principales responsables del tráfico de fentanilo a ese país.
En una comparecencia ante el Comité Judicial de la Cámara de Representantes, el procurador general dijo:
“No quiero entrar en discusiones diplomáticas pero hemos acusado a los otros “Chapitos”, cuatro o cinco no recuerdo bien, pero todos han sido acusados públicamente y cuando sean detenidos, pediremos su extradición”.
Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del cártel de Sinaloa, tiene cuatro hijos vivos: Ovidio Guzmán, que ya fue extraditado a EU, Iván Archivaldo Guzmán, Jesús Alfredo Guzmán y Joaquín Guzmán. El quinto era Édgar Guzmán, asesinado en 2008.
Los cuatro hijos vivos del “Chapo” Guzmán son conocidos como los “Chapitos” y han sido acusados por Estados Unidos de transportar “sistemáticamente” toneladas de cocaína desde y a través del sur y centroamérica.
Merrick Garland, ante las preguntas de los congresistas, calificó la colaboración de México con Estados Unidos para conseguir la extradición de los “chapitos” como buena y se limitó a señalar que la relación podría ser mejor.
“Obviamente, han trabajado con nosotros con respecto a Ovidio. Su captura por parte de los mexicanos provocó la muerte de un número significativo de marinos mexicanos”, dijo Garland.
Pero dijo que el “grave problema” es con el fentanilo que se fabrica y llega de México.
Tras la detención de Joaquín “El Chapo” Guzmán en 2016, sus cuatro hijos tomaron el control de gran parte del llamado Cártel de Sinaloa. Este grupo, conocido como Los Menores, Los Chapitos o La Chapiza, está conformado por los cuatro medios hermanos, tres, luego de la detención de Ovidio Guzmán.
Estados Unidos los ha identificado como “prolíficos narcotraficantes” dentro del Cártel de Sinaloa, afirmando que “cada uno está vinculado a una acusación federal por su participación en el tráfico ilícito de drogas”.
Actualmente, “Los Chapitos” contarían con 5 mil hombres armados y tienen el control del tráfico de drogas al norte de Sinaloa, oeste de Sonora, Nayarit, Chihuahua y Baja California Sur, según la Fiscalía General de la República (FGR).
El documento fechado en diciembre de 1942 se refiere específicamente a tres campos de concentración y contradice la versión que ha mantenido la Santa Sede.
Una carta recientemente descubierta sugiere que el papa Pío XII, durante la Segunda Guerra Mundial, recibió información detallada por parte de un jesuita alemán de confianza, según la cual hasta 6.000 judíos y polacos eran asesinados en cámaras de gas cada día en la Polonia ocupada por los alemanes.
Eso es significativo porque entra en conflicto con la posición oficial que ha mantenido la Santa Sede de que en ese momento la información con la que contaba la Iglesia sobre las atrocidades que estaban cometiendo los nazis era vaga y no estaba verificada.
La carta fue descubierta por el archivista del Vaticano Giovanni Coco y fue publicada el domingo en en el periódico italiano Corriere della Sera con la aprobación de funcionarios de la Santa Sede y con el título “Pío XII lo sabía”.
Fechada el 14 de diciembre de 1942, la epístola fue escrita por el padre Lother Koenig, un jesuita que formaba parte de la resistencia antinazi en Alemania, y estaba dirigida al secretario personal del Papa en el Vaticano, el padre Robert Leiber.
La carta hace referencia a tres campos nazis —Belzec, Auschwitz y Dachau— y sugiere que hay otras cartas entre Koenig y Leiber que o bien han desaparecido o aún no se han encontrado.
Para Coco, “la novedad e importancia de este documento deriva de que ahora tenemos la certeza de que la Iglesia católica en Alemania envió a Pío XII noticias exactas y detalladas sobre los crímenes que se estaban perpetrando contra los judíos”. Y por tanto el Vaticano “tenía información de que los campos de trabajo eran realmente fábricas de muerte”.
El historiador David Kertzer, autor de varios libros sobre el papa Pío XII y su papel en la guerra, le dijo a la BBC que lo novedoso de la carta es que “habla específicamente de los crematorios, de miles de judíos que eran arrojados a los hornos cada día”.
Y por otro lado, que fue presentada por un archivista del Vaticano.
“Me parece que muestra un esfuerzo en el Vaticano o al menos en partes del Vaticano por comenzar a aceptar esta historia”, agregó.
La carta se encontraba entre los documentos que hasta hace poco se guardaban de forma desordenada en la Secretaría de Estado del Vaticano, según Coco.
Para Suzanne Brown-Fleming, directora de Programas Académicos Internacionales en el Museo Conmemorativo del Holocausto de Estados Unidos en Washington, que estos archivos se den a conocer muestra que el Vaticano se estaba tomando en serio la declaración del papa Francisco de que “la Iglesia no tiene miedo de la historia”.
Francisco ordenó que los archivos de guerra se abrieran en 2019.
“Hay tanto un deseo como un apoyo a que se evalúen cuidadosamente los documentos desde una perspectiva científica, ya sea favorable o desfavorable (para el Vaticano) lo que los documentos revelan”, añadió Brown-Fleming.
“Con la apertura de los archivos vaticanos de este periodo hace tres años, hemos desenterrado una variedad de documentos que muestran lo bien informado que estaba el Papa sobre los intentos nazis de exterminar a los judíos de Europa desde el momento en que se pusieron en marcha”, le dijo Kertzer a la BBC.
“Esta es sólo una pieza más”, concluye.
Kertzer añade que, más que lo que han revelado esos documentos, “lo que ha dañado la reputación del Vaticano es su negativa a enfrentar esta historia con ojos claros”.
El documento que se acaba de conocer probablemente alimentará el debate sobre el legado de Pío XII y su controversial campaña de beatificación, que actualmente se encuentra estancada.
Sus partidarios siempre han insistido en que el pontífice trabajó de maneras concretas detrás de escena para ayudar a los judíos y que no habló para evitar que empeorara la situación de los católicos en la Europa ocupada por los nazis.
Sus detractores afirman que por lo menos le faltó valor para dar a conocer la información que tenía a pesar de las peticiones directas de las potencias aliadas que luchaban contra Alemania.
Uno de los libros de Kertzer, además, reveló una larga y secreta negociación entre Hitler y Pío XII para alcanzar un acuerdo de no agresión.
Al final, la evidencia indica que el papel de Pío XII en la Segunda Guerra Mundial es ambiguo. Aunque consideraba que el nazismo era un movimiento político pagano que maltrataba a los católicos, no fue un Papa particularmente incómodo para el Tercer Reich.
Y tampoco denunció con claridad el exterminio judío, aunque quizás tenía conocimiento de la barbarie que estaba ocurriendo.
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