Emma Coronel, esposa de “El Chapo Guzmán”, reapareció en público a unos días de ser liberada en Estados Unidos, muestra este sábado una foto de ella en un antro en California.
Así, Emma Coronel fue captada en un foto en un evento del antro El Farallon Even Center, acompañada de su abogada Mariel Colón.
Mientras que en videos que circualr en redes sociales, se observa a Coronel sentada dentro del lugar, acompañada de otras mujeres, mirando su celular y también a otras asistentes bailar en la pista.
Coronel recuperó su libertad de manera condicional el miércoles pasado tras año y medio presa en Estados Unidos por los delitos de narcotráfico y lavado de dinero.
Este miércoles 13 de septiembre, Emma Coronel fue notificada por el Buró Federal de Prisiones de Estados Unidos (FBOP, por sus siglas en inglés) de su libertad condicional pues no podrá salir del país.
La aparición de Coronel en públco coincide con la extradición de su hijastro Ovidio Guzmán López a Chicago, Estados Unidos.
Incluso, este sábado se conoció una foto de Ovidio Guzmán a bordo de un avión durante su extradición desde México.
Coronel, de 34 años, salió de un centro de reinserción social de Long Beach (California), al sur de Los Ángeles, informó la Oficina Federal de Prisiones.
La exreina de belleza, que se casó con el otrora poderoso capo de las drogas cuando era adolescente, fue condenada a tres años de prisión por un juez estadounidense en noviembre de 2021.
Guzmán fue extraditado de México a Estados Unidos en 2017 y condenado en julio de 2019 a cadena perpetua.
Durante el juicio de la mujer, los fiscales y sus abogados defensores dijeron que Coronel no estaba involucrada en el negocio principal del Cártel de Sinaloa de Guzmán, que envió cientos de toneladas de cocaína, heroína, metanfetamina y otras drogas a Estados Unidos.
“El papel real de la acusada era mínimo”, dijo el fiscal Anthony Nardozzi.
“La procesada no era una líder, organizadora, jefa u otro tipo de gerente”, añadió Nardozzi. “Más bien era un engranaje en una rueda muy grande de una organización criminal”.
Coronel, que ayudó a facilitar la espectacular fuga de Guzmán en 2015 de una prisión mexicana, asistió regularmente al juicio de su esposo en Nueva York.
Con doble nacionalidad estadounidense y mexicana, Coronel pudo entrar y salir libremente de Estados Unidos hasta que fue detenida en el aeropuerto internacional de Dulles, a las afueras de Washington, en febrero de 2021.
Hay una ira creciente por la poca ayuda que llega a las ciudades y pueblos de las montañas del Atlas.
El bebé de Khadija aún no tiene nombre y su primer hogar es una tienda de campaña junto a la carretera.
Nació minutos antes de que se produjera el mortífero terremoto del viernes por la noche en Marruecos.
Aunque Khadija y su hija salieron ilesas, el hospital de Marrakech donde se encontraban fue evacuado. Tras una rápida revisión, les pidieron que se marcharan apenas tres horas después del nacimiento.
“Nos dijeron que teníamos que irnos por miedo a las réplicas”, explicó.
El sismo de magnitud 6,8 sacudió el centro del país, con epicentro a 71 kilómetros de la turística Marrakech. Por ahora se cuentan más de 2.100 personas fallecidas en una decena de provincias y el número de heridos ha ascendido a más de 2.420. Unos 20 minutos después hubo una réplica de magnitud 4,9.
Con su recién nacida en brazos, Khadija y su marido intentaron tomar un taxi a primera hora del sábado para ir a su casa de Taddart, en la cordillera del Atlas, a unos 65 kilómetros de Marrakech.
Pero de camino se encontraron con que las carreteras estaban bloqueadas por corrimientos de tierra y sólo llegaron hasta el pueblo de Asni, a unos 15 kilómetros de su destino final.
Desde entonces, la familia vive en una tienda de campaña básica que han logrado construir junto a la carretera principal.
“No he recibido ninguna ayuda ni asistencia de las autoridades”, nos dijo, sosteniendo a su bebé mientras se protegía del sol bajo un endeble trozo de lona.
“Pedimos mantas a algunas personas de este pueblo para tener algo con lo que taparnos. Sólo tenemos a Dios”.
Khadija nos contó que sólo tiene un conjunto de ropa para el bebé.
Amigos de su ciudad natal les han contado que su casa está muy dañada y no saben cuándo podrán tener un lugar adecuado donde alojarse.
Cerca del lugar donde Khadija acampa, la frustración crece a medida que pasan los días y apenas llega ayuda a los pueblos y aldeas de las zonas montañosas al sur de Marrakech.
En Asni, a solo 50 kilómetros de Marrakech, la gente dice que necesita ayuda urgente.
Un grupo de gente enfadada rodeó a un reportero local y le arrojaron sus frustraciones: “No tenemos comida, no tenemos pan ni verduras. No tenemos nada”.
El reportero, en el centro de la multitud, tuvo que ser escoltado y llevado lejos por la policía, mientras la gente aún lo seguía, desesperada e intentando desahogar su ira.
“Nadie ha venido a nosotros, no tenemos nada. Sólo tenemos a Dios y al rey”, dijo un hombre de la multitud que no quiso dar su nombre.
Desde el terremoto vive al margen de la carretera principal del pueblo con sus cuatro hijos. Su casa sigue en pie, pero todas las paredes están muy agrietadas y tienen demasiado miedo para quedarse allí.
Han conseguido volver y coger algunas mantas, lo único que ahora tienen para dormir.
En un momento, un camión pasó entre la multitud. Algunas personas intentaron hacerle señas, esperando desesperadamente que les dejara suministros. Pero el camión siguió su camino, seguido de abucheos.
Algunos dicen que han recibido tiendas de campaña de las autoridades, pero no hay suficientes para todos.
Cerca de allí está Mbarka, otra persona que vive en una tienda de campaña. Nos guió por las calles laterales hasta su casa, en la que ya no puede vivir.
“No tengo medios para reconstruir la casa. De momento, sólo nos ayuda la gente de la zona”, nos contó.
Vivía allí con sus dos hijas, su yerno y tres nietos.
Cuando su casa empezó a temblar, salieron corriendo y casi fueron alcanzados por el derrumbe de una casa mucho más grande que empezó a deslizarse colina abajo.
“Creemos que el gobierno ayudará, pero hay 120 pueblos en la zona”, dijo su yerno Abdelhadi.
Con tanta gente necesitada de ayuda, un gran número de personas tendrá que esperar más tiempo para recibir asistencia.