Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Celaya, Guanajuato, detuvieron ilegalmente y torturaron al periodista de El Sol del Bajío, Ángel Baltasar Galindo.
La noche del 28 de abril, Ángel Galindo fue a cubrir una nota policíaca junto con un acompañante que lo llevó en su automóvil, pero de regreso, alrededor de las 18:00 horas el auto se estacionó a la altura del parque lineal en Trojes, cuando tres elementos de la policía municipal llegaron a interrogarlo.
Galindo se identificó como periodista, sin embargo, lo empezaron a agredir físicamente y amenazaron con llevárselo, comenzaron los forcejeos y terminaron por someterlo para subirlo a la batea de una patrulla tipo pick up.
De acuerdo con la organización Artículo 19, Ángel Galindo fue golpeado durante dos horas por los policías, luego se lo llevaron a la comandancia norte, donde lo siguieron golpeando.
“No obstante que ya estaba sometido le pusieron una toalla en la cara y lo comenzaron a ahogar con agua al grado de que Galindo perdió la noción de tiempo y ubicación; al reaccionar le volvieron a golpear las costillas hasta que arrojó sangre por la boca”, detalló la organización en un comunicado.
Después los policías lo llevaron ante el médico legista de la comandancia Norte y sin mayor explicación lo liberaron a las 23:00 horas de esa noche.
Un dictamen médico preliminar indica fractura de una costilla del lado derecho y un esguince cervical de segundo grado, aunque aún siguen pendientes varios resultados, ya que Galindo sigue recibiendo atención médica en un hospital particular cuyos gastos cubre el municipio.
“Es de llamar la atención que a Galindo y a su amistad los detuvieron sin motivo, y en la comandancia los liberan sin ser presentados con el juez calificador, sin imposición de multa o algún acto que pudieran justificar la detención. Además, que el vehículo fue trasladado por uno de los policías a las instalaciones de la comandancia norte, estando dentro del vehículo la mochila de Galindo con sus pertenencias y herramientas de trabajo como su cámara, entre otras”, indicó Artículo 19.
El periodista interpuso una denuncia ante la Fiscalía General del Estado y ante la Procuraduría de los Derechos Humanos de Guanajuato y se comunicó con el Consejo Estatal de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de Guanajuato y, con el Mecanismo de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.
Pese a ello, Galindo dijo a Artículo 19 temer por su vida ya que los policías lo amenazaron de muerte si él decía algo.
⚠️ #Alerta
Elementos de la @SecretariaSeg detienen ilegalmente y torturan al periodista Ángel Baltasar Galindo, del periódico @SOLDELBAJIO en Celaya, #Guanajuato.
🗣️ Exigimos a la @FGEGUANAJUATO investigar estos hechos
⬇️ Aquí más detalles: https://t.co/pnNUB8VibT pic.twitter.com/eKB9c1bc1V
— ARTICLE 19 MX-CA (@article19mex) May 3, 2023
Ante los hechos, la organización de derechos humanos por la defensa de la libertad de expresión exigió al secretario de Seguridad Ciudadana de Celaya, Jesús Rivera Peralta, que inhabilite de manera inmediata a los elementos que participaron en la detención ilegal, uso indebido de la fuerza en una detención, tortura y amenazas en agravio de Ángel Baltasar Galindo Sosa y su acompañante,
Además, que sanciones a dichos elementos para inhibir conductas similares por elementos de las corporaciones policiacas.
A la Fiscalía General del Estado de Guanajuato investigar de forma exhaustiva lo ocurrido y establecer las líneas de investigación, la autoría material.
La violencia contra la prensa ha aumentado en Guanajuato; en 2014, Artículo 19 documentó un solo caso de agresión contra la prensa, en el 2016 fueron 12, escaló a 25 en el 2018, y en 2021 con 31 agresiones se ubicó como una de las diez entidades con más casos documentados de violencia contra periodistas y medios, mientras que el año pasado se registraron 26.
Debido a estos hechos, el 16 de agosto de 2022, 150 periodistas del estado de Guanajuato, entregaron al presidente municipal, Javier Mendoza, un pronunciamiento en el que se exigen las garantías para trabajar seguros y sin riesgos de más abusos policiacos.
Las muestras del asteroide Bennu que recolectó la sonda Osiris-Rex podrían dar indicios sobre cómo se inició la vida en la Tierra.
Este domingo, la cápsula Osiris-Rex de la Nasa atravesó la atmósfera de la Tierra a unas 15 veces la velocidad de la bala de un rifle.
A esas velocidades, se convirtió en una bola de fuego en el cielo, pero un escudo contra el calor y un paracaídas frenaron el descenso, convirtiéndolo en un suave aterrizaje en el desierto de Utah, en EE.UU.
La cápsula trae un cargamento precioso: un puñado de polvo recolectado del asteroide Bennu, una roca espacial del tamaño de una montaña que puede darnos información clave para responder a una de las preguntas más profundas para los humanos: ¿de dónde venimos?
“Cuando tengamos los 250 g del asteroide Bennu, estaremos viendo material que existía antes que existiera nuestro planeta, incluso algunos granos podrían ser más viejos que nuestro sistema solar”, dice el profesor Dante Lauretta, investigador principal de la misión.
“Estamos tratando de rastrear nuestros inicios. ¿Cómo se formó la Tierra y por qué es un lugar habitable? ¿De dónde viene toda el agua de nuestros océanos? ¿de dónde viene todo el aire que existe en nuestra atmósfera? Y de manera más importante, ¿cuál es la fuente de todas las moléculas orgánicas que componen la vida en la Tierra?”.
La creencia que prevalece es que muchos de los componentes clave para la vida llegaron a nuestro planeta durante una época muy temprana de la historia de la Tierra en una lluvia de meteoritos, muchos de ellos a lo mejor parecidos a Bennu.
La travesía para conseguir los fragmentos de Bennu comenzó en 2016, cuando la NASA lanzó la nave Osiris Rex hacia el objeto de 500 metros de diámetro.
Le tomaría dos años en llegar al cuerpo rocoso y otros dos años más se dedicaron a cartografiarlo, antes de que el equipo de la misión pudiera identificar con confianza un lugar en la superficie de la piedra espacial en el que recoger una muestra de “tierra”.
Alguien clave a la hora de tomar esa decisión fue la leyenda británica del rock y astrofísico Brian May. El guitarrista de Queen es un experto en mapeo de imágenes estéreo.
Tiene la habilidad de alinear dos imágenes con diferentes ángulos de un mismo objeto para dar un sentido de perspectiva, formando una escena 3D. Él y su colaboradora Claudia Manzoni hicieron esto para elaborar la lista final de lugares en Bennu en los que recoger muestras. Ellos definieron los lugares más seguros para el acercamiento.
El momento de la captura de la muestra, el 20 de octubre de 2020, fue increíble.
Osiris Rex descendió hasta el asteroide, sosteniendo su mecanismo de agarre al final de un palo de 3 metros de longitud.
La idea era darle un golpe a la superficie de la roca y, al mismo tiempo, soltar un soplido de gas de nitrógeno para levantar polvo. Pero lo que ocurrió después fue un shock.
Cuando el mecanismo hizo contacto, la superficie se partió como un fluido. Para cuando el gas se disparó, el disco ya estaba 10 cm por debajo. La presión del nitrógeno abrió un agujero de 8 mts de diámetro. El material voló por todos lados, pero lo importante es que parte cayó en la cámara de recolección.
Así que aquí estamos. Osiris-Rex entregó la muestra del asteroide Bennu al final de lo que ha sido un viaje de ida y vuelta de siete años y de 7 mil millones de kilómetros.
La cámara será llevada al Centro Espacial Johnson, en Texas, donde se ha construido un cuarto especial dedicado al análisis de las muestras.
El doctor Ashley King del Museo de Historia Natural (NHM) de Londres, será uno de los primeros en poner sus guantes sobre el material. Forma parte del equipo “mirada rápida”, que será el que haga el análisis inicial.
“Traer muestras de un asteroide no es algo que hagamos muy a menudo. Así que quieres hacer esas mediciones iniciales y quieres hacerlas muy bien”, dice. “Es muy emocionante”.
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La Nasa ve al asteroide Bennu como la roca más peligrosa del sistema solar. Su trayectoria en el espacio hace que sea el asteroide con mayores probabilidades de impactar a la Tierra del que se tenga conocimiento.
Pero no hay que asustarse, las probabilidades son muy bajas, parecidas a que lances una moneda al aire y te salga cara once veces seguidas. Y un impacto no ocurriría el próximo siglo.
Bennu seguramente tenga agua, y bastante: al menos el 10% de su peso, y toda en sus minerales. Los científicos intentarán ver si las proporciones de los distintos tipos de átomos de hidrógeno en esta agua es parecida a la de los océanos de la Tierra.
Si, como creen algunos expertos, la Tierra temprana estaba tan caliente que perdió gran parte de su agua, el encontrar una coincidencia de H2O en Bennu podría impulsar la idea de que un bombardeo posterior de asteroides tuvo gran relevancia en darles volumen a nuestros océanos.
También es posible que Bennu contenga entre 5% y 10% de su peso en carbono. Aquí radica gran parte del interés. Como sabemos, nuestro planeta se basa en la química orgánica. Al igual que el agua, ¿habrán llegado las moléculas desde el espacio para que empezara la biología en la joven Tierra?
“Uno de los primeros análisis que se les harán a las muestras incluirá hacer un inventario de todas las moléculas basadas en carbono que contenga”, dice la profesora Sara Russell.
“Sabemos, a través de estudiar meteoritos, que los asteroides probablemente contienen distintas moléculas orgánicas. Pero en los meteoritos, muchas veces están bastante contaminadas, así que estas muestras nos dan una oportunidad de descubrir realmente cuáles son los componentes orgánicos prístinos de Bennu”.
El profesor Lauretta agrega: “De hecho, nunca hemos buscado en los meteoritos los aminoácidos de las proteínas por este problema de la contaminación. Así que creemos que realmente vamos a avanzar en nuestro entendimiento de lo que llamamos la ‘hipótesis de entrega exógena’, la idea que estos asteroides fueron la fuente de los bloques fundacionales de la vida”.
Reportería adicional de Rebecca Morelle, Alison Francis y Kevin Church
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