En nueve ataques perpetrados por hombres armados en Tixtla y Chilpancingo, en Guerrero, y que incluyó el incendio de unidades, cinco taxistas fueron asesinados y cinco personas resultaron heridas, entre ellos tres pasajeros, durante este sábado 8 de julio.
El primer taxi incendiado por un grupo de delincuentes ocurrió cerca de la colonia 6 de Noviembre, próxima a la carretera federal Tixtla-Chilapa, alrededor de las 13 horas.
Las versiones oficiales informaron que a unos metros del taxi incendiado fue hallado su chofer quien fue asesinado a balazos.
Las autoridades informaron que casi de manera simultánea del primer hecho, en el barrio de San Isidro, casi en el centro de Tixtla, individuos armados interceptaron un taxi, bajaron a su conductor por la fuerza y luego rociaron de gasolina la unidad y le prendieron fuego.
Los delincuentes no le hicieron ningún daño al chofer de esta unidad de transporte.
Una camioneta que estaba estacionada a unos metros del taxi también se incendió.
Autoridades estatales dijeron que los dos taxis incendiados, uno marcado con el 33 y el otro con el número 641, prestaban el servicio en Chilpancingo pero los conductores habían trasladado a varios pasajeros a Tixtla.
Después de estos hechos de violencia en Tixtla, en la capital del estado, hombres armados llegaron a la base de transporte público de la ruta Chilpancingo- Petaquillas en donde asesinaron de dos balazos en la cabeza al chofer de una unidad.
La base de transporte en donde fue asesinado el trabajador del volante está ubicada en la calle 21 de Marzo, a tres cuadras del centro de Chilpancingo.
Posteriormente otros hombres armados realizaron una persecución a tiros contra el chofer de una combi de la ruta Chilpancingo-Petaquillas, a quien hirieron de bala, en la lateral norte sur del Encauzamiento del Río Huacapa. El trabajador herido llegó caminando a una clínica particular.
Alrededor de las 16 horas, otro grupo armado atacó a balazos a dos taxistas que iban a bordo de sus unidades en el libramiento Chilpancingo-Petaquillas a la altura de la colonia Los Reyes.
Los dos trabajadores del volante quedaron calcinados en el interior de sus vehículos.
A unos mil metros donde ocurrió esta agresión están las instalaciones de la Guardia Nacional que en julio del 2021 inauguró el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Alrededor de las 17:00 horas de este sábado, individuos armados hirieron a balazos al chofer de una camioneta Urvan de transporte colectivo de la ruta Chilpancingo-Chilapa en el libramiento que conduce a Tixtla.
Este hecho de violencia ocurrió cerca de la colonia La Villita, al oriente de Chilpancingo y en donde tres pasajeros resultaron heridos que fueron trasladados al Hospital General.
Alrededor de las seis de la tarde, otro grupo armado asesinó a balazos a un taxista en la colonia Adolfo Viguri, en Chilpancingo.
Los ataques contra unidades de transporte iniciaron la madrugada de este sábado en Chilpancingo, ya que un primer hecho ocurrió en la colonia PPS en donde hombres armados lanzaron bombas molotov contra un taxi que se incendió pero la gente logró sofocar el fuego.
Otro grupo de delincuentes armados lanzaron bombas molotov a una combi de la ruta Chilpancingo-Colotlipa que estaba estacionada en el barrio de San Francisco.
Esta unidad tampoco se incendió porque al parecer el conductor de la unidad logró sofocar el fuego.
En tanto, transportistas de los municipios de Mochitlán, Quechultenango, Juan R. Escudero y Chilpancingo, retiraron el bloqueo que desde este jueves mantenían en la avenida Encauzamiento del Río Huacapa para exigir la liberación de sus dirigentes Jesús ‘N’ y Bernardo ‘N’, quienes fueron detenidos por la policía estatal portando cargadores metálicos para fusil Ak-47 y presunta droga.
Los dos están detenidos en las oficinas de la delegación estatal de la Fiscalía General de la República (FGR) ubicada a unos metros de la avenida Encauzamiento del Río Huacapa precisamente donde estaba el bloqueo de los transportistas al sur de esta capital del estado.
Este sábado se reanudó el servicio de transporte público en las demarcaciones de estos municipios.
Ante los hechos de violencia que se han registrado en esta ciudad, fueron suspendidas el servicio de las rutas de Chilpancingo a Chilapa, Tixtla, Quechultenango, Mochitlán y a otras comunidades de estos municipios de la región centro del estado.
Esta nota se publicó originalmente en Amapola, Periodismo transgresor.
Hay una ira creciente por la poca ayuda que llega a las ciudades y pueblos de las montañas del Atlas.
El bebé de Khadija aún no tiene nombre y su primer hogar es una tienda de campaña junto a la carretera.
Nació minutos antes de que se produjera el mortífero terremoto del viernes por la noche en Marruecos.
Aunque Khadija y su hija salieron ilesas, el hospital de Marrakech donde se encontraban fue evacuado. Tras una rápida revisión, les pidieron que se marcharan apenas tres horas después del nacimiento.
“Nos dijeron que teníamos que irnos por miedo a las réplicas”, explicó.
El sismo de magnitud 6,8 sacudió el centro del país, con epicentro a 71 kilómetros de la turística Marrakech. Por ahora se cuentan más de 2.100 personas fallecidas en una decena de provincias y el número de heridos ha ascendido a más de 2.420. Unos 20 minutos después hubo una réplica de magnitud 4,9.
Con su recién nacida en brazos, Khadija y su marido intentaron tomar un taxi a primera hora del sábado para ir a su casa de Taddart, en la cordillera del Atlas, a unos 65 kilómetros de Marrakech.
Pero de camino se encontraron con que las carreteras estaban bloqueadas por corrimientos de tierra y sólo llegaron hasta el pueblo de Asni, a unos 15 kilómetros de su destino final.
Desde entonces, la familia vive en una tienda de campaña básica que han logrado construir junto a la carretera principal.
“No he recibido ninguna ayuda ni asistencia de las autoridades”, nos dijo, sosteniendo a su bebé mientras se protegía del sol bajo un endeble trozo de lona.
“Pedimos mantas a algunas personas de este pueblo para tener algo con lo que taparnos. Sólo tenemos a Dios”.
Khadija nos contó que sólo tiene un conjunto de ropa para el bebé.
Amigos de su ciudad natal les han contado que su casa está muy dañada y no saben cuándo podrán tener un lugar adecuado donde alojarse.
Cerca del lugar donde Khadija acampa, la frustración crece a medida que pasan los días y apenas llega ayuda a los pueblos y aldeas de las zonas montañosas al sur de Marrakech.
En Asni, a solo 50 kilómetros de Marrakech, la gente dice que necesita ayuda urgente.
Un grupo de gente enfadada rodeó a un reportero local y le arrojaron sus frustraciones: “No tenemos comida, no tenemos pan ni verduras. No tenemos nada”.
El reportero, en el centro de la multitud, tuvo que ser escoltado y llevado lejos por la policía, mientras la gente aún lo seguía, desesperada e intentando desahogar su ira.
“Nadie ha venido a nosotros, no tenemos nada. Sólo tenemos a Dios y al rey”, dijo un hombre de la multitud que no quiso dar su nombre.
Desde el terremoto vive al margen de la carretera principal del pueblo con sus cuatro hijos. Su casa sigue en pie, pero todas las paredes están muy agrietadas y tienen demasiado miedo para quedarse allí.
Han conseguido volver y coger algunas mantas, lo único que ahora tienen para dormir.
En un momento, un camión pasó entre la multitud. Algunas personas intentaron hacerle señas, esperando desesperadamente que les dejara suministros. Pero el camión siguió su camino, seguido de abucheos.
Algunos dicen que han recibido tiendas de campaña de las autoridades, pero no hay suficientes para todos.
Cerca de allí está Mbarka, otra persona que vive en una tienda de campaña. Nos guió por las calles laterales hasta su casa, en la que ya no puede vivir.
“No tengo medios para reconstruir la casa. De momento, sólo nos ayuda la gente de la zona”, nos contó.
Vivía allí con sus dos hijas, su yerno y tres nietos.
Cuando su casa empezó a temblar, salieron corriendo y casi fueron alcanzados por el derrumbe de una casa mucho más grande que empezó a deslizarse colina abajo.
“Creemos que el gobierno ayudará, pero hay 120 pueblos en la zona”, dijo su yerno Abdelhadi.
Con tanta gente necesitada de ayuda, un gran número de personas tendrá que esperar más tiempo para recibir asistencia.