Para entender mejor
El periodista y exfuncionario Marco Aurelio Ramírez fue asesinado al salir de su domicilio, ubicado en el fraccionamiento Agua Blanca, en Tehuacán, Puebla, la tarde de este 23 de mayo. La Fiscalía de Puebla ya investiga el ataque.
La @FiscaliaPuebla ha tomado conocimiento del hecho en el que fue privado de la vida Marco Aurelio R. en Tehuacán y ha iniciado la investigación del mismo, la cual se realizará de manera pronta y efectiva. pic.twitter.com/8UCNLMMyW8
— FGE Puebla (@FiscaliaPuebla) May 23, 2023
De acuerdo con medios locales, el exfuncionario fue interceptado por sujetos armados que iban a bordo de un vehículo rojo y directamente dispararon contra quien fuera periodista y corresponsal de distintos medios locales.
#ALMOMENTO | En Tehuacán, #Puebla, fue asesinado el periodista Marco Aurelio Ramírez Hernández; sujetos armados le dispararon cuando viajaba en su camioneta pic.twitter.com/Ud7Jmd9OT5
— Azucena Uresti (@azucenau) May 23, 2023
Marco Auerlio Ramírez fue corresponsal de El Mundo y Periódico Central, en Puebla.
Tras varios años como reportero, Ramírez probó como funcionario público y fue director de Gobernación del entonces presidente municipal de Tehuacán, Felipe Patjane, quien fue sentenciado a 6 años de prisión por ejercicio ilegal de funciones.
Tras su paso en la administración público ejerció como abogado y regresó a colaborar como periodista en un medio digital.
Hasta el momento no hay detenidos.
Luego de que se diera a conocer el asesinato del experiodista Marco Auerlio Ramírez, la organización civil Artículo 19 se pronunció ante el caso y exigió a la Fiscalía de Puebla investigar el homicidio mediante el Protocolo Homologado contra delitos a la libertad de expresión.
La organización también pidió a las autoridades protección para la familia de quien fuera periodista por casi 30 años.
⚠ ARTICLE 19 documenta el asesinato de Marco Aurelio Ramírez en Tehuacán, #Puebla
Periodista por casi 3 décadas; trabajó en varios medios, entre ellos Periódico Central. En 2018 laboró en la alcaldía de Tehuacán y recientemente ejerció como abogado y colaborando con algunos… pic.twitter.com/R0iGvUhH2w
— ARTICLE 19 MX-CA (@article19mex) May 23, 2023
La Red de Periodistas de Puebla condenó los hechos y pidió que el caso sea investigado por la Fiscalía General de la República.
“Condenamos el asesinato de nuestro compañero Marco Aurelio Ramírez, quien colaboraba en un programa de radio en línea. Solicitamos que sea la @FGRMexico quien atraiga el caso y lo investigue hasta sus últimas consecuencias.
Condenamos el asesinato de nuestro compañero Marco Aurelio Ramírez, en #Tehuacán, quien colaboraba en un programa de radio en línea. Solicitamos que sea la @FGRMexico quien atraiga el caso y lo investigue hasta sus últimas consecuencias. pic.twitter.com/7DVpaGC3Ol
— Red Periodistas Pue (@Periodistas_Pue) May 24, 2023
Hay una ira creciente por la poca ayuda que llega a las ciudades y pueblos de las montañas del Atlas.
El bebé de Khadija aún no tiene nombre y su primer hogar es una tienda de campaña junto a la carretera.
Nació minutos antes de que se produjera el mortífero terremoto del viernes por la noche en Marruecos.
Aunque Khadija y su hija salieron ilesas, el hospital de Marrakech donde se encontraban fue evacuado. Tras una rápida revisión, les pidieron que se marcharan apenas tres horas después del nacimiento.
“Nos dijeron que teníamos que irnos por miedo a las réplicas”, explicó.
El sismo de magnitud 6,8 sacudió el centro del país, con epicentro a 71 kilómetros de la turística Marrakech. Por ahora se cuentan más de 2.100 personas fallecidas en una decena de provincias y el número de heridos ha ascendido a más de 2.420. Unos 20 minutos después hubo una réplica de magnitud 4,9.
Con su recién nacida en brazos, Khadija y su marido intentaron tomar un taxi a primera hora del sábado para ir a su casa de Taddart, en la cordillera del Atlas, a unos 65 kilómetros de Marrakech.
Pero de camino se encontraron con que las carreteras estaban bloqueadas por corrimientos de tierra y sólo llegaron hasta el pueblo de Asni, a unos 15 kilómetros de su destino final.
Desde entonces, la familia vive en una tienda de campaña básica que han logrado construir junto a la carretera principal.
“No he recibido ninguna ayuda ni asistencia de las autoridades”, nos dijo, sosteniendo a su bebé mientras se protegía del sol bajo un endeble trozo de lona.
“Pedimos mantas a algunas personas de este pueblo para tener algo con lo que taparnos. Sólo tenemos a Dios”.
Khadija nos contó que sólo tiene un conjunto de ropa para el bebé.
Amigos de su ciudad natal les han contado que su casa está muy dañada y no saben cuándo podrán tener un lugar adecuado donde alojarse.
Cerca del lugar donde Khadija acampa, la frustración crece a medida que pasan los días y apenas llega ayuda a los pueblos y aldeas de las zonas montañosas al sur de Marrakech.
En Asni, a solo 50 kilómetros de Marrakech, la gente dice que necesita ayuda urgente.
Un grupo de gente enfadada rodeó a un reportero local y le arrojaron sus frustraciones: “No tenemos comida, no tenemos pan ni verduras. No tenemos nada”.
El reportero, en el centro de la multitud, tuvo que ser escoltado y llevado lejos por la policía, mientras la gente aún lo seguía, desesperada e intentando desahogar su ira.
“Nadie ha venido a nosotros, no tenemos nada. Sólo tenemos a Dios y al rey”, dijo un hombre de la multitud que no quiso dar su nombre.
Desde el terremoto vive al margen de la carretera principal del pueblo con sus cuatro hijos. Su casa sigue en pie, pero todas las paredes están muy agrietadas y tienen demasiado miedo para quedarse allí.
Han conseguido volver y coger algunas mantas, lo único que ahora tienen para dormir.
En un momento, un camión pasó entre la multitud. Algunas personas intentaron hacerle señas, esperando desesperadamente que les dejara suministros. Pero el camión siguió su camino, seguido de abucheos.
Algunos dicen que han recibido tiendas de campaña de las autoridades, pero no hay suficientes para todos.
Cerca de allí está Mbarka, otra persona que vive en una tienda de campaña. Nos guió por las calles laterales hasta su casa, en la que ya no puede vivir.
“No tengo medios para reconstruir la casa. De momento, sólo nos ayuda la gente de la zona”, nos contó.
Vivía allí con sus dos hijas, su yerno y tres nietos.
Cuando su casa empezó a temblar, salieron corriendo y casi fueron alcanzados por el derrumbe de una casa mucho más grande que empezó a deslizarse colina abajo.
“Creemos que el gobierno ayudará, pero hay 120 pueblos en la zona”, dijo su yerno Abdelhadi.
Con tanta gente necesitada de ayuda, un gran número de personas tendrá que esperar más tiempo para recibir asistencia.