Aunque muchas personas se sienten orgullosas de pertenecer a este país, ya sea por la comida, el clima o las riquezas culturales y naturales que poseé, hay otros que de plano quisieran pertenecer a otro o, mejor aún, fundar uno propio.
Y por alguna extraña razón algunos norteños han querido separarse del país más de una vez. Como cuando querían crear un Nortexit (ajá, como el Brexit, pero de México) y crear una República norteña.
Pero, ya en serio ¿por qué surgen movimientos independentistas en países que ya son independientes?
En México hubo intentos serios de independencia de los estados cuando apenas se estaba consolidando como nación independiente.
Los “intentos” más recientes han sido prácticamente bromas.
Pero las intenciones serias de independencia de estados en Latinoamérica se dieron en “países que todavía no estaban consolidados o no eran naciones aún“, dijo el historiador mexicano e investigador de la UNAM, Alfredo Ávila, en entrevista con Animal MX.
Los intentos formales de algunos estados de la República Mexicana por separarse del país se dieron entre el inicio y poco después de la consumación de la Independencia, que ocurrió el 27 de septiembre de 1821.
“México no era todavía una nación consolidada de modo que cualquier territorio podía (por distintos motivos) asumirse como una nación independiente”, señaló Ávila.
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De enero a noviembre de 1840, existió un país llamado República de Río Grande, y estaba conformado por territorios del sur de Texas, Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila, ¡bingo!, el norte de México.
La República del Río Grande nació por el rechazo de las políticas centralistas de un México, gobernado (y no) por Antonio López de Santa Anna.
Antonio Canales, un abogado nacido en Nuevo León, fue quien lideró el movimiento y tras la proclamación de independencia de esa región declaró a Laredo, Texas, la capital de la República de Río Grande.
Pero luego, Canales y sus hombres fueron derrotados en Coahuila, así que se rindieron y la República de Río Grande cayó el 6 de noviembre de 1840.
En Laredo, Texas, todavía existe la casa desde la que el presidente de esa República gobernó y actualmente es el Museo de la República de Río Grande.
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— VisitLaredo (@VisitLaredoTx) May 3, 2019
Luego, como todos sabemos, Texas sí lo logró y tiempo después se adhirió al territorio estadounidense.
En 1835, también durante el gobierno de Santa Anna, Zacatecas se rebeló contra el centralismo. El gobernador del estado en aquel entonces, Francisco García Salinas, se levantó en armas para proclamar a Zacatecas como territorio independiente.
Pero Santa Anna se enteró y se trasladó a Zacatecas para enfrentarse a este movimiento, así que García Salinas fue derrotado y, como castigo, Santa Anna le quitó a Zacatecas el territorio que ahora pertenece a Aguascalientes (y éste último fue declarado formalmente estado libre y soberano ese año).
Así como lo lees, Zacatecas y Aguascalientes eran uno mismo uo uo.
De acuerdo con el especialista Alfredo Ávila, Yucatán tuvo varios intentos de independencia, algunos fueron exitosos, otros no, el más destacado fue en 1847.
Uno de los primeros intentos, también fue contra las políticas centralistas de Santa Anna y fue en 1836. El segundo intento fue, efectivamente, entre los años 1841 y 1847, cuando había una especie de guerra civil en Yucatán, conocida como Guerra de Castas.
En este momento histórico, en la Península de Yucatán peleaban blancos y mestizos contra indígenas. Los mayas se sublevaron e inició la guerra.
Pero finalmente, después de mucho tiempo y de una guerra, donde los mayas mostraron todo su poderío, ambos grupos llegaron a un acuerdo y en 1848 se dio la reincorporación definitiva de la Península de Yucatán a la República Mexicana.
Norteños again. Ya no querían ser parte de México ¡y ocurrió en 2017!
Aunque este no fue un intento nada formal, en 2017 casi 50 mil personas se unieron a un grupo de Facebook llamado República del México del Norte, cuya iniciativa era buscar la independencia de la región norte de México, que incluía estados como Baja California Sur, Tamaulipas, Chihuahua, Coahuila, Sinaloa, Durango y Nuevo León.
Esta página cobró popularidad a raíz del referéndum de independencia de Cataluña, que se llevó a cabo en octubre de 2017.
Los argumentos por los que esos estados querían independizarse eran que el norte del país era una región industrial, por lo que, supuestamente, su aportación económica al país era mayor que la de los estados del centro y sur.
La página desapareció, y obviamente sus intenciones (serias o no) de independizarse no se concretaron, pero ya hasta tenían bandera e himno.
Pensando en Cataluña y en el Brexit, nos preguntamos, ¿qué pasaría si alguna entidad de México quisiera independizarse en serio?
“Todo puede pasar, supongo. Dependería de las condiciones y del convencimiento del discurso independentista, es decir, buscar razones históricas.
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“Lo que sí es verdad, es que hoy sería extremadamente difícil. El discurso nacionalista mexicano tuvo mucho éxito, en especial gracias a la educación pública del siglo XX. Así que ahora sería sumamente difícil”, explicó el historiador Alfredo Ávila.
“En España, por ejemplo, el discurso nacionalista español se identifica con la extrema derecha y el franquismo, de modo que es fácil que surjan nacionalismos como el catalán o el vasco”, expuso Ávila.
Lo que hay que destacar aquí es que México, a pesar de sus diferencias, es un país rico en cultura, diversidad y recursos humanos y naturales.
Nació como un pequeño grupo en un estado venezolano que hoy se dedica a varias actividades criminales y opera en casi toda Sudamérica, según los expertos.
Miles de efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela, policías y soldados participaron este miércoles en un operativo para tomar control de la cárcel de Tocorón y “desarticular y poner fin a las bandas de delincuencia organizada y demás redes criminales” que operaban en esa penitenciaría en el norteño estado Aragua.
Desde años se sospechaba que la cárcel era el centro de operaciones de la temida organización delictiva conocida como el Tren de Aragua, aunque las autoridades no la mencionaron como objetivo directo de su operativo.
En Tocorón estaba recluido Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias “Niño Guerrero”, líder de este grupo de crimen organizado, el mayor de Venezuela y uno de los más importantes de América Latina.
A pesar del allanamiento de la penitenciaría, los analistas no creen que signifique la desaparición del Tren de Aragua, cuya compleja estructura de criminalidad se extiende por toda América Latina.
La periodista e investigadora venezolana Ronna Rísquez, autora del libro “El Tren de Aragua. La banda que revolucionó el crimen organizado en América Latina”, opina que otros cabecillas de la organización y las células que están fuera de Venezuela pueden seguir operando.
Se sabe que la megabanda nació en el estado Aragua, en el norte de Venezuela, hace más de una década, pero no hay consenso entre los expertos de cómo dirigía las actividades de sus afiliados desde la cárcel ni exactamente la magnitud de los mismos.
Según Luis Izquiel, profesor de Criminología de la Universidad Central de Venezuela, la banda nació hace “unos 12 o 14 años” en un sindicato que controlaba un tramo de tren que atravesaría el estado Aragua.
“Los miembros del sindicato extorsionaban a los contratistas, vendían puestos de trabajo en las obras y se les empezó a conocer como ‘los del tren de Aragua'”. asegura el experto en crimen organizado en entrevista con BBC Mundo.
“Algunos de estos individuos terminaron presos en una prisión local conocida como la cárcel de Tocorón y desde allí comenzaron a tomar fuerza como organización criminal”, prosigue.
Izquiel explica que, desde la prisión, Héctor Rusthenford Guerrero comenzó a agrupar a exmiembros del sindicato y a otros presos comunes y armó poco a poco la organización que conocemos actualmente.
Primero se expandieron afuera de la cárcel hacia otros sectores del estado Aragua.
“Hoy controlan el barrio de San Vicente en el estado Aragua, que ha pasado a ser su epicentro de control fuera de la cárcel de Tocorón”, agrega.
Luego se expandieron al resto del país: “Se sabe que están en el estado Sucre, controlando rutas de narcotráfico, y participan en la minería ilegal en el estado Bolívar”.
De acuerdo a la experta en crimen organizado Ronna Rísquez, la primera vez que se empezó a escuchar del Tren de Aragua como una banda criminal ya establecida fue a partir de 2013, meses después de la fuga de la prisión de Tocorón del “Niño Guerrero”, quien fue recapturado casi un año después.
“Antes de eso había varias organizaciones, algunas asociadas a la prisión de Tocorón y otras que operaban afuera de la prisión en el estado Aragua y a quienes se les vincula con el ferrocarril que estaba en construcción en esa zona”, le dijo la investigadora a BBC Mundo.
“De allí viene el nombre Tren de Aragua”.
Rísquez asegura que Guerrero Flores es el líder oficialmente, pero añade que el grupo podría tener al menos dos líderes más, y que se sospecha que uno podría estar en un estado minero venezolano y el otro en el extranjero.
El profesor de criminología Luis Izquiel explica que el “Niño Guerrero” era capaz de controlar el Tren de Aragua desde prisión porque desde hace varios años algunos presos se habían “adueñado” del control de algunas cárceles de Venezuela a través del liderazgo de pandillas carcelarias.
“Todo lo que ocurre dentro de estas penitenciarias es manejado por estos criminales, que tienen más poder que los directores de las cárceles o los militares que las custodian”, asegura.
A los líderes delictivos en Venezuela se les conoce como los “pranes” y Héctor Guerrero Flores es quizá el más importante de todo el país.
Según Izquiel, esto ocurre con la complicidad de muchos funcionarios del Estado, sea por “acción u omisión”.
Ronna Rísquez afirma que ha identificado la presencia del Tren de Aragua en once estados de Venezuela, pero su actividad actualmente no se limita a las fronteras del país caribeño.
Apunta que si bien la primera evidencia pública de una expansión extranjera del grupo se registró en Perú en 2018, puede que sus operaciones internacionales hayan comenzado antes.
El 3 de agosto de 2022, la División de Investigación de Robos de la policía peruana detuvo a cinco integrantes de una banda que identificaron como “Los Malditos del Tren de Aragua”. Les incautaron tres armas de fuego, una camioneta, una granada tipo piña y pasamontañas.
Uno de los detenidos, el venezolano Edison Agustín Barrera, alias “Catire”, admitió haber cometido seis homicidios en Perú bajo la modalidad de sicariato.
Desde entonces la banda se ha expandido en ese país. El 19 de julio de ese año, la policía local detuvo a cuatro implicados de nacionalidad venezolana en el décimo piso de un edificio en Lima, la capital del país.
En el vecino Brasil, las autoridades han identificado vínculos entre el Tren de Aragua y el El Primer Comando de la Capital (PCC), la organización criminal más importante del país -y que también nació en una penitenciería- en el estado de Roraima, que comparte frontera con Venezuela.
También se han registrado actividades del grupo en Colombia.
“En Colombia, empezó operando en la zona fronteriza con Venezuela, entre Táchira y el Norte de Santander, donde ahora controlan el paso fronterizo del lado colombiano. Luego se expandió a otras regiones colombianas incluida Bogotá, más recientemente”, asegura Rísquez.
A principios de julio de 2022, un video en el que se puede ver a dos sujetos golpeando, torturando y asfixiando a un migrante hasta quitarle la vida sirvió de prueba para que la policía de Bogotá capturara en la localidad de Kennedy a alias Alfredito y el Capi, dos presuntos miembros del Tren de Aragua.
Según las autoridades colombianas, el grupo delincuencial lucha desde 2021 con otras bandas colombianas por el control del negocio de la droga en la capital colombiana.
Tres semanas antes del operativo policial en Bogotá, mucho más al sur del continente, el jefe de la Prefectura Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado Norte de la policía chilena, Rodrigo Fuentes, ofreció detalles de cómo opera la megabanda en Chile.
“Obedecen a un líder, tienen personas vinculadas al manejo del armamento, otros que se preocupan de la recolección de dinero, conocida como vacunas, como extorsión, y sicarios”, detalló el funcionario a medios chilenos.
“Matan conforme a una orden, aquí no se produce la figura del sicariato normal que nosotros conocemos, donde hay un premio o una promesa remuneratoria. Acá hay una orden de un líder que ordena matar a una persona que no paga la vacuna, cuando es extorsionada”, añadió.
Según Fuentes, gran parte del dinero obtenido de manera ilícita es enviado a Venezuela.
“La organización en sí tiene liderazgos que están en Venezuela y estos liderazgos se transforman en brazos operativos en distintos países”.
Mario Carrera, quien es fiscal regional de Arica y Parinacota, una región cerca de las fronteras de Chile con Perú y Bolivia, la calificó como “una organización bastante brutal en su forma de actuar”.
“Normalmente una organización criminal buscar actuar con sigilo para no despertar mayores sospechas. Esta gente no, su sello es causar temor y para ello ocupan las técnicas que hemos visto, los homicidios y las torturas”, dijo la semana pasada durante una intervención en la Radio Cooperativa de Chile.
El Tren de Aragua también ha sido acusado en Chile y en otros países de trata de mujeres con fines de explotación sexual y de tráfico de migrantes.
Ronna Rísquez explica que si bien su presencia se ha comprobado en países como Colombia y Perú, se presume que el Tren de Aragua opera en muchos otros países.
“Al operar en la frontera entre Chile y Bolivia, se presume que están en Bolivia. Al operar en la frontera de Chile y Argentina, también se presume que operan en Argentina. También se cree que están en Costa Rica y Panamá”, prosigue la experta en crimen organizado.
Por su parte, Luis Izquiel asegura que la banda tiene presencia en Ecuador, controlando a veces el paso fronterizo con Colombia.
Según el sitio especializado Insight Crime, el Tren de Aragua se ha convertido en una “amenaza criminal transnacional”.
“Ha seguido la trayectoria del éxodo de migrantes venezolanos y ha encontrado la manera de establecer operaciones permanentes en varios países”, apunta.
Calcular el número de integrantes del Tren de Aragua es complicado, pero Izquiel calcula que podrían ser entre 2.500 y 3.000 individuos, mientras que la estimación de Ronna Risquez va hasta los 5.000.
Rísquez considera importante destacar que se trata de un grupo que no se dedica a una sola actividad delictiva, lo cual le da una “ventaja” frente a otras bandas.
“El Tren de Aragua tiene una gran capacidad para adaptarse. No es un grupo que se dedica exclusivamente al narcotráfico ni al contrabando ni al secuestro. Busca nichos y brechas donde meterse y justamente uno de los nichos que ha aprovechado es la migración venezolana“, señala.
“Puede que los migrantes venezolanos se hayan convertido en las principales víctimas del Tren. Los extorsionan, los utilizan para el tráfico de migrantes o de personas, para la trata y explotación sexual”.
“No tienen las armas de los carteles mexicanos ni el conocimiento del manejo de negocios ilegales que tienen las disidencias de las FARC o su experiencia, pero saben moverse y adaptarse”.
*Esta es una actualización del artículo de Norberto Paredes publicado en BBC News Mundo el 1 de agosto de 2022.
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