Uriel Carmona, fiscal de Morelos, fue trasladado del Reclusorio Sur al penal de máxima seguridad del Altiplano en el Estado de México, la noche del 5 de septiembre; su defensa acusó que desconoce los motivos.
Elementos de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) y del Sistema Penitenciario Federal trasladaron a Uriel Carmona Gándara hasta el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) no. 1 de Almoloya de Juárez.
Bajo un fuerte dispositivo de seguridad, el fiscal de Morelos fue sacado del Reclusorio Sur y a bordo de un vehículo blindado lo llevaron al penal Altiplano, donde llegó alrededor de las 23:00 horas escoltado por elementos del Ejército y de la Policía de Investigación de la CDMX.
El traslado de Carmona ocurrió previo a la audiencia programada para este miércoles 6 de septiembre en el Tribunal Superior de Justicia capitalino donde sería imputado por el delito de encubrimiento por favorecimiento ilícito.
Rodrigo Ugalde, parte de la defensa del fiscal de Morelos, confirmó el traslado del Reclusorio Preventivo Varonil Sur al penal federal de Almoloya de Juárez pero dijo que no les han notificado las razones de la reubicación.
“No te puedo confirmar nada más que el traslado. Sabemos que va al Altiplano pero no sabemos con qué motivo”, su abogado Pedro Nava.
La defensa supo del traslado hasta que Carmona abandonó la cárcel y dijeron que no le fue permitido llevar sus pertenencias ni medicamentos, sólo la ropa que llevaba puesta en ese momento.
También dijeron que la reubicación podría ser porque se le considera “una persona de alta peligrosidad”, pero no lo han confirmado.
Hasta el momento no hay una comunicación oficial ni de la Fiscalía ni del Poder Judicial de la capital del país respecto a la motivación de la decisión de mover de penal a Uriel Carmona.
El viernes 1 de septiembre pasado, el Décimo Tribunal Colegiado en Materia Penal de la Ciudad de México suspendió la prisión preventiva justificada impuesta al fiscal de Morelos, Uriel Carmona, por el caso del feminicidio de Ariadna Fernanda, por lo que ordenó su inmediata libertad.
Sin embargo, minutos después de salir del Reclusorio Sur fue reaprehendido por la Fiscalía de la CDMX por su probable participación en el delito de encubrimiento por favorecimiento.
Luego de eso, el sábado, un juez determinó como legal la orden de aprehensión y dictó prisión preventiva justificada contra el fiscal, por lo que se quedó nuevamente preso en el Reclusorio Sur, hasta su traslado al penal del Altiplano.
“Durante la audiencia de cumplimiento de orden de aprehensión, el juez calificó de legal la misma, mientras que el agente del Ministerio Público de la Fiscalía de Investigación Estratégica de Asuntos Especiales, de la Coordinación General de Investigación Estratégica, formuló la imputación correspondiente, al tiempo que solicitó la vinculación a proceso”, informó la Fiscalía de Ciudad de México en un comunicado.
Uriel Carmona, fiscal de Morelos, enfrenta una acusación por el delito de encubrimiento por favorecimiento que significa que significa negar información, mientras que la pena que podría enfrentar el funcionario va desde los seis meses hasta los cinco años.
Según la Fiscalía de la CDMX, en su calidad de titular de la Fiscalía General de Justicia del estado de Morelos, “dispuso para fungir como enlace y responder a todas las solicitudes que le realizaría otra autoridad que efectuaba investigaciones vinculadas a la mala actuación de servidores públicos en la integración de una carpeta por el delito de feminicidio, a una persona que posiblemente no contaba con las facultades para hacerlo”.
“Lo anterior, probablemente con la única intención de retrasar y no hacer entrega de la información requerida, lo que se acredita con diversos oficios que suscribió previo acuerdo con el imputado, en donde de manera sistemática, negaba la entrega de lo solicitado”, explicó.
El exfiscal de Morelos, Uriel Carmona, es señalado por su probable participación en el delito de encubrimiento por favorecimiento, en el caso del feminicidio de la joven Ariadna Fernanda en 2022.
Ariadna fue hallada muerta la tarde del miércoles 2 de noviembre de 2022 a un costado de la autopista La Pera-Cuautla, en Tepoztlán, Morelos. La última vez que se supo de ella fue el 30 de octubre.
De acuerdo con la Fiscalía de CDMX, en su momento Carmona brindó “información falsa y maliciosa” sobre el feminicidio y el exfiscal tenía conocimiento de las evidencias en la investigación y aún así decidió culpar a Ariadna de su propia muerte.
El documento fechado en diciembre de 1942 se refiere específicamente a tres campos de concentración y contradice la versión que ha mantenido la Santa Sede.
Una carta recientemente descubierta sugiere que el papa Pío XII, durante la Segunda Guerra Mundial, recibió información detallada por parte de un jesuita alemán de confianza, según la cual hasta 6.000 judíos y polacos eran asesinados en cámaras de gas cada día en la Polonia ocupada por los alemanes.
Eso es significativo porque entra en conflicto con la posición oficial que ha mantenido la Santa Sede de que en ese momento la información con la que contaba la Iglesia sobre las atrocidades que estaban cometiendo los nazis era vaga y no estaba verificada.
La carta fue descubierta por el archivista del Vaticano Giovanni Coco y fue publicada el domingo en en el periódico italiano Corriere della Sera con la aprobación de funcionarios de la Santa Sede y con el título “Pío XII lo sabía”.
Fechada el 14 de diciembre de 1942, la epístola fue escrita por el padre Lother Koenig, un jesuita que formaba parte de la resistencia antinazi en Alemania, y estaba dirigida al secretario personal del Papa en el Vaticano, el padre Robert Leiber.
La carta hace referencia a tres campos nazis —Belzec, Auschwitz y Dachau— y sugiere que hay otras cartas entre Koenig y Leiber que o bien han desaparecido o aún no se han encontrado.
Para Coco, “la novedad e importancia de este documento deriva de que ahora tenemos la certeza de que la Iglesia católica en Alemania envió a Pío XII noticias exactas y detalladas sobre los crímenes que se estaban perpetrando contra los judíos”. Y por tanto el Vaticano “tenía información de que los campos de trabajo eran realmente fábricas de muerte”.
El historiador David Kertzer, autor de varios libros sobre el papa Pío XII y su papel en la guerra, le dijo a la BBC que lo novedoso de la carta es que “habla específicamente de los crematorios, de miles de judíos que eran arrojados a los hornos cada día”.
Y por otro lado, que fue presentada por un archivista del Vaticano.
“Me parece que muestra un esfuerzo en el Vaticano o al menos en partes del Vaticano por comenzar a aceptar esta historia”, agregó.
La carta se encontraba entre los documentos que hasta hace poco se guardaban de forma desordenada en la Secretaría de Estado del Vaticano, según Coco.
Para Suzanne Brown-Fleming, directora de Programas Académicos Internacionales en el Museo Conmemorativo del Holocausto de Estados Unidos en Washington, que estos archivos se den a conocer muestra que el Vaticano se estaba tomando en serio la declaración del papa Francisco de que “la Iglesia no tiene miedo de la historia”.
Francisco ordenó que los archivos de guerra se abrieran en 2019.
“Hay tanto un deseo como un apoyo a que se evalúen cuidadosamente los documentos desde una perspectiva científica, ya sea favorable o desfavorable (para el Vaticano) lo que los documentos revelan”, añadió Brown-Fleming.
“Con la apertura de los archivos vaticanos de este periodo hace tres años, hemos desenterrado una variedad de documentos que muestran lo bien informado que estaba el Papa sobre los intentos nazis de exterminar a los judíos de Europa desde el momento en que se pusieron en marcha”, le dijo Kertzer a la BBC.
“Esta es sólo una pieza más”, concluye.
Kertzer añade que, más que lo que han revelado esos documentos, “lo que ha dañado la reputación del Vaticano es su negativa a enfrentar esta historia con ojos claros”.
El documento que se acaba de conocer probablemente alimentará el debate sobre el legado de Pío XII y su controversial campaña de beatificación, que actualmente se encuentra estancada.
Sus partidarios siempre han insistido en que el pontífice trabajó de maneras concretas detrás de escena para ayudar a los judíos y que no habló para evitar que empeorara la situación de los católicos en la Europa ocupada por los nazis.
Sus detractores afirman que por lo menos le faltó valor para dar a conocer la información que tenía a pesar de las peticiones directas de las potencias aliadas que luchaban contra Alemania.
Uno de los libros de Kertzer, además, reveló una larga y secreta negociación entre Hitler y Pío XII para alcanzar un acuerdo de no agresión.
Al final, la evidencia indica que el papel de Pío XII en la Segunda Guerra Mundial es ambiguo. Aunque consideraba que el nazismo era un movimiento político pagano que maltrataba a los católicos, no fue un Papa particularmente incómodo para el Tercer Reich.
Y tampoco denunció con claridad el exterminio judío, aunque quizás tenía conocimiento de la barbarie que estaba ocurriendo.
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