Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, presumió este martes ante miles de simpatizantes la manera en que logró que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador enviara miles de soldados a la frontera.
“México nos dio 28 mil soldados gratis. Eso es mucho más que un poco (de dinero) para el muro”, expresó.
El expresidente estadounidense se refería a los elementos de la Guardia Nacional que desplegó México en 2019 para enfrentar la situación migratoria en aquel entonces.
“Yo le dije al presidente: ‘Hay mucha gente cruzando desde México. Los cárteles están trayendo gente realmente mala. Tienes que darnos soldados’”, dijo el republicano.
En 2019, Trump, como presidente de Estados Unidos, amenazó a México con imponer aranceles a productos nacionales si el Gobierno federal no solucionaba la migración irregular hacia ese país.
En ese entonces, ambos gobiernos llegaron a un acuerdo que frenó los aranceles. También, en esas fechas, México envío unos 6,000 elementos a su frontera con Guatemala para contener la migración.
Además, Trump revivió este martes la figura de Pancho Villa al asegurar que los elementos de la Guardia Nacional de México son como el revolucionario mexicano: “Políticamente incorrectos”.
Trump dijo que mientras los elementos estadounidenses deben guardar la compostura, los agentes de la Guardia Nacional en ocasiones despliegan rudeza como lo hacía Pancho Villa.
“Como Pancho Villa con su balas (sobre el pecho). Como Pancho Villa, estos ‘soldados’ (mexicanos) tampoco son políticamente correctos. Los nuestros tienen que ser políticamente correctos. Si un soldado nuestro le habla a una persona un poco rudo lo encarcelan por el resto de su vida”, dijo Trump en un evento en el Estado de New Hampshire.
La figura de Pancho Villa tiene presencia en la memoria histórica de los estadounidenses debido a un ataque que realizó el mexicano en 1916.
El 9 de marzo de 1916, Pancho Villa atacó el pueblo de Columbus, Nuevo México. En respuesta, el presidente estadounidense Woodrow Wilson ordenó una “Expedición punitiva” de tropas estadounidenses a México en busca de Villa.
Más adelante, en el mismo evento, Trump acusó sin pruebas, a su rival demócrata Joe Biden, de ponerle obstáculos en la campaña por las presidenciales de 2024.
“¿Cómo pueden mis opositores políticos corruptos, el tramposo Joe Biden, llevarme a juicio durante una campaña electoral que estoy ganando por mucho y obligarme a dedicar tiempo y dinero fuera de la campaña electoral para luchar contra acusaciones falsas inventadas?, dijo.
Trump, de 77 años es investigado por tres delitos: intentar alterar el resultados de las elecciones presidenciales de 2020, que ganó Biden; por pagos ocultos a una actriz porno para comprar su silencio; y por el manejo negligente de documentos confidenciales cuando se fue de la Casa Blanca.
El expresidente, claro favorito en las primarias republicanas para las presidenciales de 2024, se queja de que estas acusaciones le impedirán estar en la arena política.
“Lo lamento, no podré ir a Iowa hoy, no podré ir a New Hampshire hoy porque estoy sentado en un tribunal con tonterías”, afirmó.
“¡Tonterías, tonterías!”, corearon sus seguidores.
No por ello tira la toalla. Es más, presumió de que las inculpaciones mejoran sus posibilidades de éxito.
“Cada vez que me acusan me gusta mirar las encuestas porque una inculpación más y creo que estas elecciones han terminado. Una más”, prometió.
Trump cree que la cuarta llegará “la semana que viene”. Tal vez se trate de la investigación de la fiscalía de Georgia sobre si intentó ilegalmente cambiar el resultado de las elecciones de 2020 en este estado del sur del país.
Por el momento, Trump gana a Biden en dos de los 14 sondeos recopilados por RealClearPolitics desde junio. Biden se impuso en ocho y ambos empataron en cuatro.
Además de culpar a Biden, el expresidente criticó a Ron DeSantis, el segundo mejor posicionado en las encuestas para las primarias republicanas y a quien apoyó la primera vez que se presentó a gobernador de Florida.
Dice ser “especialmente duro” con él porque estima que lo traicionó. “Debería haber esperado a 2028” para presentarse, afirmó, y se sumó a las críticas de que le falta carisma. “Si vas a ser político necesitas algo de personalidad”, dijo.
Empapado de sudor, por los más de 43 grados centígrados que hacía en la sala, el expresidente criticó la política de Biden en todos los frentes.
Se jactó de que si vuelve a la Casa Blanca pondrá fin a la guerra en Ucrania, “quizá en 24 horas”, impondrá aranceles a los productos extranjeros que entren en el país, deportará a los migrantes que se hallen en Estados Unidos de forma irregular y arremeterá contra los tratamientos para los transexuales, entre otras medidas.
El documento fechado en diciembre de 1942 se refiere específicamente a tres campos de concentración y contradice la versión que ha mantenido la Santa Sede.
Una carta recientemente descubierta sugiere que el papa Pío XII, durante la Segunda Guerra Mundial, recibió información detallada por parte de un jesuita alemán de confianza, según la cual hasta 6.000 judíos y polacos eran asesinados en cámaras de gas cada día en la Polonia ocupada por los alemanes.
Eso es significativo porque entra en conflicto con la posición oficial que ha mantenido la Santa Sede de que en ese momento la información con la que contaba la Iglesia sobre las atrocidades que estaban cometiendo los nazis era vaga y no estaba verificada.
La carta fue descubierta por el archivista del Vaticano Giovanni Coco y fue publicada el domingo en en el periódico italiano Corriere della Sera con la aprobación de funcionarios de la Santa Sede y con el título “Pío XII lo sabía”.
Fechada el 14 de diciembre de 1942, la epístola fue escrita por el padre Lother Koenig, un jesuita que formaba parte de la resistencia antinazi en Alemania, y estaba dirigida al secretario personal del Papa en el Vaticano, el padre Robert Leiber.
La carta hace referencia a tres campos nazis —Belzec, Auschwitz y Dachau— y sugiere que hay otras cartas entre Koenig y Leiber que o bien han desaparecido o aún no se han encontrado.
Para Coco, “la novedad e importancia de este documento deriva de que ahora tenemos la certeza de que la Iglesia católica en Alemania envió a Pío XII noticias exactas y detalladas sobre los crímenes que se estaban perpetrando contra los judíos”. Y por tanto el Vaticano “tenía información de que los campos de trabajo eran realmente fábricas de muerte”.
El historiador David Kertzer, autor de varios libros sobre el papa Pío XII y su papel en la guerra, le dijo a la BBC que lo novedoso de la carta es que “habla específicamente de los crematorios, de miles de judíos que eran arrojados a los hornos cada día”.
Y por otro lado, que fue presentada por un archivista del Vaticano.
“Me parece que muestra un esfuerzo en el Vaticano o al menos en partes del Vaticano por comenzar a aceptar esta historia”, agregó.
La carta se encontraba entre los documentos que hasta hace poco se guardaban de forma desordenada en la Secretaría de Estado del Vaticano, según Coco.
Para Suzanne Brown-Fleming, directora de Programas Académicos Internacionales en el Museo Conmemorativo del Holocausto de Estados Unidos en Washington, que estos archivos se den a conocer muestra que el Vaticano se estaba tomando en serio la declaración del papa Francisco de que “la Iglesia no tiene miedo de la historia”.
Francisco ordenó que los archivos de guerra se abrieran en 2019.
“Hay tanto un deseo como un apoyo a que se evalúen cuidadosamente los documentos desde una perspectiva científica, ya sea favorable o desfavorable (para el Vaticano) lo que los documentos revelan”, añadió Brown-Fleming.
“Con la apertura de los archivos vaticanos de este periodo hace tres años, hemos desenterrado una variedad de documentos que muestran lo bien informado que estaba el Papa sobre los intentos nazis de exterminar a los judíos de Europa desde el momento en que se pusieron en marcha”, le dijo Kertzer a la BBC.
“Esta es sólo una pieza más”, concluye.
Kertzer añade que, más que lo que han revelado esos documentos, “lo que ha dañado la reputación del Vaticano es su negativa a enfrentar esta historia con ojos claros”.
El documento que se acaba de conocer probablemente alimentará el debate sobre el legado de Pío XII y su controversial campaña de beatificación, que actualmente se encuentra estancada.
Sus partidarios siempre han insistido en que el pontífice trabajó de maneras concretas detrás de escena para ayudar a los judíos y que no habló para evitar que empeorara la situación de los católicos en la Europa ocupada por los nazis.
Sus detractores afirman que por lo menos le faltó valor para dar a conocer la información que tenía a pesar de las peticiones directas de las potencias aliadas que luchaban contra Alemania.
Uno de los libros de Kertzer, además, reveló una larga y secreta negociación entre Hitler y Pío XII para alcanzar un acuerdo de no agresión.
Al final, la evidencia indica que el papel de Pío XII en la Segunda Guerra Mundial es ambiguo. Aunque consideraba que el nazismo era un movimiento político pagano que maltrataba a los católicos, no fue un Papa particularmente incómodo para el Tercer Reich.
Y tampoco denunció con claridad el exterminio judío, aunque quizás tenía conocimiento de la barbarie que estaba ocurriendo.
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