Joe Biden tomó juramento como el presidente 46 de Estados Unidos en un contexto inusual. Por una parte la división política, promovida por su antecesor, Donald Trump, y por otro lado, su gobierno enfrentará la pandemia de COVID-19 y las desastrosas consecuencias económicas de la misma. La toma de posesión se llevó a cabo con máximas medidas de seguridad, con más de 20,000 miembros de la Guardia Nacional estadounidense desplegados en Washington D.C. para salvaguardar el evento y evitar ataques como el del pasado 6 de enero en el Capitolio.