En México, las Fuerzas Armadas ocultan información sobre las detenciones a su cargo, de acuerdo con un informe de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA por su siglas en inglés).
A través del documento Transformación Militarizada, la organización detalla que hay diferencias entre el número de detenciones militares reportadas directamente por las Fuerzas Armadas y las cifras de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) a partir del Registro Nacional de Detenciones (RND).
De acuerdo con el informe, la Secretaría de Marina (Semar) indicó que no cuenta con información sobre su participación en el RND, mientras que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) detalló que no ingresa sus detenciones en dicho sistema.
Para la organización, ambas respuestas son preocupantes ya que las Fuerzas Armadas están obligadas a registrar sus detenciones en el RND por la Ley Nacional del Registro de Detenciones.
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Del 1 de febrero al 22 de mayo de 2023, la Sedena reportó a la organización haber detenido a dos mil 993 personas, sin embargo, la SSPC informó que con base en el RND, para el mismo periodo solamente tiene datos de 427 personas que fueron detenidas por personal militar.
Además, la Sedena detalló que 7 mil 370 personas fueron detenidas en flagrancia delictiva por su personal en 2022, y la Semar un total de mil 996. Pero la SSPC señaló que personal militar (sumando Sedena y Semar) detuvo a solamente a dos mil 66 personas en 2022.
Wola menciona que las diferencias en las cifras de detenciones de las Fuerzas Armadas sugieren que
la mayoría de los arrestos militares o no se registran en el RND, o son ingresadas de manera que no permita saber que fueron realizadas por personal militar.
En el caso de la Guardia Nacional (GN), la Secretaría informó que con base en el RND, la institución detuvo a seis mil 40 personas en 2022, sin embargo, en su informe anual la GN menciona a tres mil 7 personas puestas a disposición en materia penal.
En casos de ejecuciones arbitrarias por integrantes de las Fuerzas Federales en el presente sexenio, Wola detalla que se han documentado prácticas tendientes a obstaculizar el acceso a la verdad y la justicia que replican patrones de sexenios anteriores.
Entre dichas prácticas destacan la alteración de las escenas con el fin de presentar una versión falsa de los hechos; acercamiento a las familias de las víctimas para ofrecer una indemnización económica a cambio de no impulsar la investigación de los hechos o intimidación a familiares.
El documento fechado en diciembre de 1942 se refiere específicamente a tres campos de concentración y contradice la versión que ha mantenido la Santa Sede.
Una carta recientemente descubierta sugiere que el papa Pío XII, durante la Segunda Guerra Mundial, recibió información detallada por parte de un jesuita alemán de confianza, según la cual hasta 6.000 judíos y polacos eran asesinados en cámaras de gas cada día en la Polonia ocupada por los alemanes.
Eso es significativo porque entra en conflicto con la posición oficial que ha mantenido la Santa Sede de que en ese momento la información con la que contaba la Iglesia sobre las atrocidades que estaban cometiendo los nazis era vaga y no estaba verificada.
La carta fue descubierta por el archivista del Vaticano Giovanni Coco y fue publicada el domingo en en el periódico italiano Corriere della Sera con la aprobación de funcionarios de la Santa Sede y con el título “Pío XII lo sabía”.
Fechada el 14 de diciembre de 1942, la epístola fue escrita por el padre Lother Koenig, un jesuita que formaba parte de la resistencia antinazi en Alemania, y estaba dirigida al secretario personal del Papa en el Vaticano, el padre Robert Leiber.
La carta hace referencia a tres campos nazis —Belzec, Auschwitz y Dachau— y sugiere que hay otras cartas entre Koenig y Leiber que o bien han desaparecido o aún no se han encontrado.
Para Coco, “la novedad e importancia de este documento deriva de que ahora tenemos la certeza de que la Iglesia católica en Alemania envió a Pío XII noticias exactas y detalladas sobre los crímenes que se estaban perpetrando contra los judíos”. Y por tanto el Vaticano “tenía información de que los campos de trabajo eran realmente fábricas de muerte”.
El historiador David Kertzer, autor de varios libros sobre el papa Pío XII y su papel en la guerra, le dijo a la BBC que lo novedoso de la carta es que “habla específicamente de los crematorios, de miles de judíos que eran arrojados a los hornos cada día”.
Y por otro lado, que fue presentada por un archivista del Vaticano.
“Me parece que muestra un esfuerzo en el Vaticano o al menos en partes del Vaticano por comenzar a aceptar esta historia”, agregó.
La carta se encontraba entre los documentos que hasta hace poco se guardaban de forma desordenada en la Secretaría de Estado del Vaticano, según Coco.
Para Suzanne Brown-Fleming, directora de Programas Académicos Internacionales en el Museo Conmemorativo del Holocausto de Estados Unidos en Washington, que estos archivos se den a conocer muestra que el Vaticano se estaba tomando en serio la declaración del papa Francisco de que “la Iglesia no tiene miedo de la historia”.
Francisco ordenó que los archivos de guerra se abrieran en 2019.
“Hay tanto un deseo como un apoyo a que se evalúen cuidadosamente los documentos desde una perspectiva científica, ya sea favorable o desfavorable (para el Vaticano) lo que los documentos revelan”, añadió Brown-Fleming.
“Con la apertura de los archivos vaticanos de este periodo hace tres años, hemos desenterrado una variedad de documentos que muestran lo bien informado que estaba el Papa sobre los intentos nazis de exterminar a los judíos de Europa desde el momento en que se pusieron en marcha”, le dijo Kertzer a la BBC.
“Esta es sólo una pieza más”, concluye.
Kertzer añade que, más que lo que han revelado esos documentos, “lo que ha dañado la reputación del Vaticano es su negativa a enfrentar esta historia con ojos claros”.
El documento que se acaba de conocer probablemente alimentará el debate sobre el legado de Pío XII y su controversial campaña de beatificación, que actualmente se encuentra estancada.
Sus partidarios siempre han insistido en que el pontífice trabajó de maneras concretas detrás de escena para ayudar a los judíos y que no habló para evitar que empeorara la situación de los católicos en la Europa ocupada por los nazis.
Sus detractores afirman que por lo menos le faltó valor para dar a conocer la información que tenía a pesar de las peticiones directas de las potencias aliadas que luchaban contra Alemania.
Uno de los libros de Kertzer, además, reveló una larga y secreta negociación entre Hitler y Pío XII para alcanzar un acuerdo de no agresión.
Al final, la evidencia indica que el papel de Pío XII en la Segunda Guerra Mundial es ambiguo. Aunque consideraba que el nazismo era un movimiento político pagano que maltrataba a los católicos, no fue un Papa particularmente incómodo para el Tercer Reich.
Y tampoco denunció con claridad el exterminio judío, aunque quizás tenía conocimiento de la barbarie que estaba ocurriendo.
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