El Consejo Universitario de la UNAM aprobó modificaciones a su Estatuto General para incluir la posibilidad de anular grados, títulos, diplomas o certificados cuando alumnas y alumnos no cumplan con los requisitos de honestidad e integridad académica.
La modificación se da luego de que se conociera el plagio de la tesis de licenciatura de la ministra Yasmín Esquivel, quien, a pesar de confirmarse que incurrió en una falta, no pudo ser sancionada porque esto no estaba contemplado en la legislación universitaria.
“Era una laguna que se tenía en la legislación y que estamos llenando en el estatuto, que es la disposición legislativa más importante de la universidad”, señaló Raúl Juan Contreras, presidente de la Comisión de Legislación Universitaria de la UNAM, durante la exposición de las reformas en la sesión extraordinaria de este jueves.
Dentro de las reformas —que no son retroactivas—, el Consejo Universitario también aprobó la expulsión definitiva de la institución para quienes hayan obtenido sus títulos o exámenes de grado de forma fraudulenta; sin embargo, se prevé que en situaciones en que sea declarada la anulación de un título, el o la estudiante pueda optar por alguna otra forma de titulación, siempre y cuando el Consejo Técnico correspondiente así lo considere.
Como parte de los cambios aprobados, también se establece que, antes de iniciar sus trámites de titulación, los alumnos deban firmar la protesta universitaria de integridad y honestidad, en la que acepten actuar de manera ética y conforme a los valores universitarios. En caso contrario, su título podrá ser anulado.
“La inmensa mayoría de nuestros estudiantes y profesores actúan perfectamente apegados a los principios académicos. Pero pasó lo que pasó y creo que no nos debe volver a suceder el no tener los mecanismos para conducir adecuadamente estas eventuales y lamentables circunstancias”, subrayó el rector Enrique Graue.
A partir de ahora, también se dispone que los profesores serán responsables por el incumplimiento de integridad y honestidad académica en la supervisión y seguimiento de exámenes, tesis, trabajos y artículos académicos para titulación o grado.
El 21 de diciembre pasado, el portal Latinus publicó un artículo de Guillermo Sheridan en el que se mostraron fragmentos de la tesis de licenciatura de Esquivel, misma que elaboró en 1987 para titularse como licenciada en Derecho por la entonces Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) Aragón.
Los extractos mostrados son idénticos a los de otra tesis de 1986 perteneciente a Edgar Ulises Báez Gutiérrez, alumno de la Facultad de Derecho de la UNAM.
“Nadie comentó de lo impronunciable”, dijo con sorpresa el rector Graue luego de concluir con los asuntos generales y advertir que ningún consejero se refirió o preguntó directamente por el caso de plagio de la ministra, por lo que instruyó al abogado general, Hugo Concha, a dar el estatus de los hechos.
Explicó que el procedimiento que el rector y la Comisión de Honor de la UNAM echaron a andar al convocar al Comité de Ética para que valorara académicamente lo sucedido se judicializó y, frente a dicho procedimiento, la ministra interpuso un juicio de amparo.
Ante esto, la UNAM presentó una queja en contra de la suspensión provisional dictada, que le impidió pronunciarse sobre el plagio y que el Comité de Ética universitario emita resolución.
“Volvemos al juicio de amparo (…) y la juez esa suspensión provisional la pone como definitiva, que quiere decir que esta disposición de que el Comité Universitario de Ética no puede emitir una resolución se va a mantener hasta que el juicio de amparo termine”, explicó Concha.
Frente a eso, la UNAM interpuso un recurso de revisión en contra de la suspensión definitiva, así como una queja en contra de la admisión del amparo promovido por la ministra.
“A nuestro juicio, no se debió haber admitido ese juicio de amparo”, subrayó el abogado. “Mientras ellos no resuelvan esto, el juicio está en una especie de congelamiento, no es que esté parado ni nada, solo que espera a que decida lo correspondiente el Tribunal Colegiado y el juicio de amparo, en su caso, continuará”.
Además de cambios al Estatuto General de la UNAM, se aprobaron reformas a los reglamentos generales de Estudios Universitarios, de Exámenes y del Sistema Bibliotecario y de Información de la UNAM, así como al Reglamento del Tribunal Universitario y al de la Comisión de Honor.
Hay una ira creciente por la poca ayuda que llega a las ciudades y pueblos de las montañas del Atlas.
El bebé de Khadija aún no tiene nombre y su primer hogar es una tienda de campaña junto a la carretera.
Nació minutos antes de que se produjera el mortífero terremoto del viernes por la noche en Marruecos.
Aunque Khadija y su hija salieron ilesas, el hospital de Marrakech donde se encontraban fue evacuado. Tras una rápida revisión, les pidieron que se marcharan apenas tres horas después del nacimiento.
“Nos dijeron que teníamos que irnos por miedo a las réplicas”, explicó.
El sismo de magnitud 6,8 sacudió el centro del país, con epicentro a 71 kilómetros de la turística Marrakech. Por ahora se cuentan más de 2.100 personas fallecidas en una decena de provincias y el número de heridos ha ascendido a más de 2.420. Unos 20 minutos después hubo una réplica de magnitud 4,9.
Con su recién nacida en brazos, Khadija y su marido intentaron tomar un taxi a primera hora del sábado para ir a su casa de Taddart, en la cordillera del Atlas, a unos 65 kilómetros de Marrakech.
Pero de camino se encontraron con que las carreteras estaban bloqueadas por corrimientos de tierra y sólo llegaron hasta el pueblo de Asni, a unos 15 kilómetros de su destino final.
Desde entonces, la familia vive en una tienda de campaña básica que han logrado construir junto a la carretera principal.
“No he recibido ninguna ayuda ni asistencia de las autoridades”, nos dijo, sosteniendo a su bebé mientras se protegía del sol bajo un endeble trozo de lona.
“Pedimos mantas a algunas personas de este pueblo para tener algo con lo que taparnos. Sólo tenemos a Dios”.
Khadija nos contó que sólo tiene un conjunto de ropa para el bebé.
Amigos de su ciudad natal les han contado que su casa está muy dañada y no saben cuándo podrán tener un lugar adecuado donde alojarse.
Cerca del lugar donde Khadija acampa, la frustración crece a medida que pasan los días y apenas llega ayuda a los pueblos y aldeas de las zonas montañosas al sur de Marrakech.
En Asni, a solo 50 kilómetros de Marrakech, la gente dice que necesita ayuda urgente.
Un grupo de gente enfadada rodeó a un reportero local y le arrojaron sus frustraciones: “No tenemos comida, no tenemos pan ni verduras. No tenemos nada”.
El reportero, en el centro de la multitud, tuvo que ser escoltado y llevado lejos por la policía, mientras la gente aún lo seguía, desesperada e intentando desahogar su ira.
“Nadie ha venido a nosotros, no tenemos nada. Sólo tenemos a Dios y al rey”, dijo un hombre de la multitud que no quiso dar su nombre.
Desde el terremoto vive al margen de la carretera principal del pueblo con sus cuatro hijos. Su casa sigue en pie, pero todas las paredes están muy agrietadas y tienen demasiado miedo para quedarse allí.
Han conseguido volver y coger algunas mantas, lo único que ahora tienen para dormir.
En un momento, un camión pasó entre la multitud. Algunas personas intentaron hacerle señas, esperando desesperadamente que les dejara suministros. Pero el camión siguió su camino, seguido de abucheos.
Algunos dicen que han recibido tiendas de campaña de las autoridades, pero no hay suficientes para todos.
Cerca de allí está Mbarka, otra persona que vive en una tienda de campaña. Nos guió por las calles laterales hasta su casa, en la que ya no puede vivir.
“No tengo medios para reconstruir la casa. De momento, sólo nos ayuda la gente de la zona”, nos contó.
Vivía allí con sus dos hijas, su yerno y tres nietos.
Cuando su casa empezó a temblar, salieron corriendo y casi fueron alcanzados por el derrumbe de una casa mucho más grande que empezó a deslizarse colina abajo.
“Creemos que el gobierno ayudará, pero hay 120 pueblos en la zona”, dijo su yerno Abdelhadi.
Con tanta gente necesitada de ayuda, un gran número de personas tendrá que esperar más tiempo para recibir asistencia.