Vidulfo Rosales, abogado de los familiares de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, desaparecidos en septiembre de 2014, aseguró que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no está dando respuesta a su solicitud de obtener la información que el Ejército le negó al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).
El abogado dijo que durante la reunión con autoridades entregaron un informe que se acerca más a la llamada “verdad histórica” que a los nuevos hechos; además, criminaliza a los jóvenes y reduce toda responsabilidad al crimen organizado.
“En el informe del secretario de la Defensa Nacional no hay nada, no da respuesta, ni el presidente ni él dan respuesta a la información que solicitaron padres de familia de manera muy puntual, vuelve a referir que ya fueron integrados y hace un recuento de los archivos analizados, pero eso ya lo sabemos”.
Mario César González, padre de uno de los 43 desparecidos, dijo que fue una falta de respeto que mandaran a la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, como vocera de la Sedena y no asistiera el titular Luis Cresencio Sandoval González.
Los familiares de los normalistas evaluarán si continuarán con el diálogo con las autoridades y las acciones a emprender.
A un día antes de que se cumplan nueve años de los hechos ocurridos en Iguala, Guerrero, el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, se reunió esta tarde con las madres y los padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.
Esta es la segunda reunión entre autoridades del gobierno y los familiares de los normalistas en el mes; sin embargo, ahora no acudió el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
En el primer encuentro, las madres y padres de los estudiantes desaparecidos exigieron al mandatario que el Ejército y la Marina entreguen la documentación que le negó al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).
En su último informe del caso Ayotzinapa, el GIEI señaló que el Ejército y la Marina negaron información u ocultaron hechos, a pesar del compromiso del gobierno de López Obrador de garantizar apertura en las investigaciones sobre la desaparición de los 43 normalistas.
“La apertura de archivos ordenados por el presidente de México proporcionó mucha información relevante para el esclarecimiento, pero llegado un momento crucial, la negación de nuevo de otra parte de la documentación existente por parte de la Sedena ha supuesto un nuevo obstáculo”, señaló el equipo del GIEI en México.
Al siguiente día de la reunión, el mandatario prometió entregar a los padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa expedientes sin testar sobre la investigación del caso.
“Me comprometí con los padres a qué íbamos a llegar al fondo y lo vamos a hacer por eso quiero entregar el lunes a cada uno de ellos un expediente y nada de documentos testados o con renglones tachados sino completo, de todo lo que se tenga”, dijo durante su conferencia de prensa el 21 de septiembre.
Ese día, López Obrador siguió defendiendo al Ejercito y a la Marina e insistió en que se ha entregado toda la información.
Señaló que “las autoridades militares se han portado a la altura de las circunstancias y han actuado con rectitud“.
“La Sedena ha entregado todo pero los padres insisten en que falta información entonces estamos haciendo de nuevo un acopio no de información sino de a ver qué nos piden, que se ha entregado, que falta para no seguir abonando diferencias”, declaró.
Al insistir en que su gobierno y las instituciones federales cooperan en la investigación sobre el caso de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, el presidente mostró las cartas enviadas al titular de la Sedena, el general Luis Cresencio Sandoval, en la que pide la detención de los militares presuntamente involucrados.
Desde el 21 de septiembre, normalistas y padres de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa comenzaron la jornada de protestas afuera del Campo Militar Uno ubicado en Naucalpan, Estado de México.
Este 26 de septiembre se cumplen 9 años de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Los daños hasta el momento son incalculables.
Las imágenes satelitales muestran la escala de la destrucción en la ciudad portuaria de Derna, en Libia, después de que aguas torrenciales arrasaran puentes, calles y comunidades enteras, dejando miles de fallecidos y desaparecidos en el camino.
Las fuertes lluvias que trajo consigo la tormenta Daniel durante el fin de semana ocasionaron el colapso de dos represas sobre el río Wadi Derna, que recorre la ciudad y que, por lo general, tiene un caudal muy reducido. Los torrentes de agua y escombros dejaron una estela de devastación.
Una serie de puentes cruzaban el Wadi, conectando un área del puerto con la parte occidental de la ciudad.
Las aguas – descritas por un oficial como “un tsunami”- arrasaron los puentes al igual que bloques de edificios residenciales enteros (incluyendo complejos de varios pisos), edificios gubernamentales y una mezquita de gran tamaño.
En el barrio de Al-Eilwa, se reportaron inundaciones en el 96% de las casas.
Muchas de las propiedades construidas en las cercanías al río desaparecieron, solamente dejando visibles los cimientos de las construcciones.
Una carretera costera cercana al puerto cayó al mar.
La población de Derna contaba con una población de 200.000 personas antes de la tormenta.
El alcalde de la ciudad dijo que dado el número de barrios que resultaron completamente destruidos, pudieron haber muerto entre 18.000 y 20.000 personas.
Miles más están heridas o desaparecidas, mientras muchas quedaron sin dónde vivir.
Un análisis de Naciones Unidas muestra que más de 2.200 estructuras fueron expuestas a las aguas y que al menos seis puentes y el área del puerto habían sufrido graves daños.
Barrios afectados severamente como Al-Bilad y Al-Maghar a ambos lados del río, también albergaban los centros de salud que la gente de la ciudad usaba, según los analistas de desastres de Reach.
Los hogares que fueron construidos sobre el lecho seco del río en el lado de la represa que daba hacia el mar fueron los que recibieron la mayor fuerza del impacto del agua.
Hamad Shalawi, miembro del comité de desastres local, dijo que la ciudad había sido destruida en segundos y que familias enteras habían muerto.
“La geografía de la ciudad cambió completamente con la mitad de la ciudad barrida hacia el mar”, le dijo al servicio árabe de la BBC.
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