En su primer partido desde el ‘caso Rubiales’ y con la estrella de campeona mundial en la camiseta, la selección femenil de España venció 3-2 a Suecia, en un duelo de la Liga de Naciones de la UEFA, el cual estuvo repleto de mensajes contra el sexismo y las agresiones.
“Han sido días difíciles para todos, pero demostramos que somos un verdadero equipo, que quiere representar a su país y va de eso, de luchar hasta el final”, declaró a TVE la atacante Athenea Del Castillo.
La selección española femenina jugó por primera vez después de conquistar el título mundial el pasado 20 de agosto en Sídney, en un logro que se vio empañado en la celebración por el beso no consentido del entonces presidente de la Federación Española de Futbol (RFEF), Luis Rubiales, a la jugadora Jenni Hermoso.
Antes del duelo, las jugadoras de España y Suecia se unieron para lanzar un mensaje. Las 22 titulares posaron detrás de una pancarta en la que se leía el lema “Se acabó”, popularizado con motivo del ‘caso Rubiales’.
“Nuestra lucha es un combate global”, se leía también en la pancarta, en un gesto común en favor de la igualdad entre hombres y mujeres, en el deporte y en la sociedad.
Justo antes de esa acción simbólica, las futbolistas españolas levantaron el puño en su foto oficial para dejar ver unas vendas a modo de muñequeras también con mensajes: “Se acabó”, “Jenni” o “10”, que es el número de Jenni Hermoso, no convocada para este partido.
El beso no consentido provocó desde el primer día una oleada de indignación mundial que llevó primero a una suspensión de Rubiales y luego a su renuncia.
También destituyeron al entrenador Jorge Vilda, reemplazado por Montse Tomé, que se estrenaba en Suecia en el cargo.
Las jugadoras campeonas del mundo se habían declarado “no seleccionables” después del ‘caso Rubiales’.
Pese a las salidas de Luis Rubiales y Vilda, seguían considerando que eran necesarios más cambios y se mantuvieron como no seleccionables. Pese a ello, fueron convocadas.
Ante el temor a sanciones y suspensiones, las futbolistas españolas acudieron con la cabeza baja y gesto serio a la concentración en Oliva (Valencia), previa al viaje a Suecia.
Ahí se llegó a un acuerdo por el cual la Federación Española de Fútbol se comprometía a realizar cambios, algunos de ellos inmediatos como la salida del secretario general, Andreu Camps.
Mapi León y Patri Guijarro, incluidas en la convocatoria forzosa, decidieron abandonar. El acuerdo contemplaba que no hubiera sanciones para las jugadoras que decidieran no viajar a Suecia.
9 de las 11 titulares que presentó España en Suecia fueron campeonas en Sídney hace poco más de un mes.
Respecto al once de aquella final ganada a Inglaterra había cuatro cambios, uno de ellos la presencia de la dos veces ganadora del Balón de Oro,Alexia Putellas, en lugar de Jenni Hermoso, no convocada por Tomé oficialmente para “protegerla”.
Suecia empezó mejor el partido, con el gol de Eriksson de cabeza en un saque de esquina en el 23.
El empate fue obra de Athenea Del Castillo, con un disparo lejano en el 38. España siguió dominando, aunque le costó firmar el segundo, con un tiro de la pierna zurda de la atacante Eva Navarro (78).
El empate 2-2 de Lina Hurtig en el 82 parecía dejar el choque empatado, pero el penal marcado en el 90+5 por Caldentey permitió a España festejar un triunfo después de su semana convulsa.
“Es una victoria muy positiva, que consigue levantar un poco los días estos que hemos pasado”, afirmó la seleccionadora Montse Tomé a TVE, destacando que la victoria “significa mucho”.
El martes, contra Suiza en la segunda jornada de la Liga de Naciones, puede dar otro paso hacia el cierre de su crisis interna.
Una investigación en Reino Unido reveló niveles alarmantes de acoso y agresión sexual en el ámbito quirúrgico, en medio de una cultura de silencio que ha permitido que se perpetúe este patrón de conducta.
Cirujanas en Reino Unido dicen que están siendo acosadas y agredidas sexualmente, y en algunos casos violadas por sus colegas, según reveló un análisis sobre el personal del Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés).
La BBC conversó con mujeres que fueron agredidas sexualmente en el quirófano durante una cirugía.
Los autores del estudio señalan que hay un patrón de comportamiento en el que mujeres que están haciendo prácticas son abusadas por cirujanos de más experiencia, y esto está ocurriendo actualmente en hospitales del NHS.
El Colegio Real de Cirujanos dijo que los hallazgos de la investigación son “realmente impactantes”.
El acoso sexual, la agresión sexual y la violación son considerados un secreto a voces dentro del ámbito quirúrgico británico.
Existe una historia no contada de mujeres a las que toquetean bajo sus batas, cirujanos que secan el sudor de su frente en el pecho de mujeres y hombres con una erección que se frotan contra el personal femenino.
A algunas cirujanas les han ofrecido oportunidades laborales a cambio de sexo.
El análisis -de la Universidad de Exeter, la Universidad de Surrey y el Grupo de Trabajo sobre Conducta Sexual Inapropiada en el marco de la Cirugía- fue compartido en exclusiva con la BBC.
Cerca de dos tercios de las cirujanas que proporcionaron información a los investigadores dijeron que fueron blanco de acoso sexual, y un tercio reveló que fueron agredidas sexualmente por colegas en los últimos cinco años.
Las mujeres dicen que temen reportar estos incidentes por el impacto negativo que esto pueda tener en su carrera y no confían en que el NHS tome medidas.
Hay nerviosismo al hablar abiertamente sobre esto. Judith nos pidió que no incluyéramos su apellido. Ahora, ella es una cirujana talentosa y experimentada.
Judith fue agredida sexualmente al comienzo de su carrera cuando era la persona con menos poder en el quirófano y el cirujano más experimentado estaba transpirando.
“Él simplemente se dio vuelta y hundió su cabeza en mis senos, y yo me di cuenta de que se estaba secando la frente sobre mí”, explica.
“Te quedas helada, ¿sabes?, ‘¿qué hace su cara en mi escote?’”.
Cuando lo volvió a hacer, Judith le ofreció una toalla. “No, esto es mucho más divertido”, le respondió con una “expresión burlona”, dice Judith, que recuerda haberse sentido “sucia y humillada”.
Peor aún para ella fue el silencio total de sus compañeros.
“Incluso él no era la persona de más rango en el quirófano, pero sabía que ese comportamiento estaba bien y eso es simplemente terrible”.
Esto le sucedió a Judith en medio del quirófano, pero el acoso y abuso sexual ocurre también más allá del hospital.
Anne –no podemos revelar su nombre real por razones legales- quiso hablar con la BBC porque cree que solo se producirá un cambio cuando la gente empiece a hablar.
Ella elige no llamar violación a lo que le pasó, pero está claro que las relaciones sexuales que tuvieron lugar no fueron consentidas.
El incidente ocurrió durante un evento social vinculado a una conferencia médica (un encuentro de médicos de la misma especialidad).
En un patrón que ya es familiar, ella era una pasante y él un cirujano experimentado.
“Yo confiaba en él, lo admiraba”, dice.
Él aprovechó esa confianza y le dijo que ella no conocía a la otra gente que estaba allí y que podía confiar en él.
“Así que caminó conmigo hacia el lugar donde me estaba quedando. Yo pensé que quería conversar y luego, de repente, se giró hacia mí y tuvo sexo conmigo”.
Anne dice que en ese momento su cuerpo se congeló y “no podía frenarlo”.
“Eso no era lo que yo quería, nunca fue lo que quise, fue totalmente inesperado”.
Cuando Anne lo vio al día siguiente, dice que “apenas podía mantener la compostura”.
“Sentí que no podía armar un escándalo, sentí que había una cultura muy fuerte de simplemente aguantar lo que te hicieran”.
El incidente tuvo un impacto duradero en Anne.
Primero la dejó emocionalmente paralizada, y años más tarde “el recuerdo volvía a inundar mi mente como un horror, una pesadilla”, incluso cuando se estaba preparando para operar a un paciente.
Es ampliamente aceptado que hay una cultura de silencio en torno a este tipo de comportamientos.
La formación quirúrgica se basa en el aprendizaje de colegas de mayor nivel en el quirófano, y las mujeres nos han dicho que es riesgoso hablar sobre aquellos que tienen poder e influencia sobre el futuro de sus carreras.
La investigación, publicada por la Revista Británica de Cirugía, es el primer intento para tener una idea de la escala del problema.
Los cirujanos registrados –hombres y mujeres- fueron invitados a participar y responder de forma anónima, y 1.434 respondieron. La mitad fueron mujeres:
Si bien el informe muestra que los hombres también son víctimas de algunos de estos comportamientos (un 24% fue acosado sexualmente), concluye que cirujanos y cirujanas “viven realidades diferentes”.
“Es probable que nuestros hallazgos tengan un impacto en la confianza del público en la profesión”, señaló el doctor Christopher Begeny, de la Universidad de Exeter.
Entre tanto, un segundo reporte –llamado “Rompiendo el silencio: abordaje de la conducta sexual inapropiada en la atención médica”- hace recomendaciones sobre lo que tiene que cambiar.
Ambos informes indican que la proporción relativamente más baja de mujeres cirujanas (cerca del 28%), combinada con el hecho de que el ámbito de la cirugía es profundamente jerárquico, les da a algunos hombres un poder significativo, y esto se combina mal con el ambiente de gran presión que se vive en el quirófano.
“Esto hace que la gente puede comportarse con impunidad y no se controla mucho lo que pasa”, dice la profesora Carrie Newlands, cirujana de la Universidad de Surrey.
Newlands decidió abordar este comportamiento después de escuchar las experiencias de sus colegas con menos experiencia.
“El escenario más común es que una aprendiz de menos experiencia sea abusada por un perpetrador hombre de más experiencia, que por lo general es su supervisor”, le dijo a la BBC.
“Y esto da como resultado una cultura de silencio en donde las personas tienen miedo por su futuro y su carrera si deciden hablar”.
Otro tema que surgió del análisis fue la falta de confianza en organismos como el NHS Trust, el Consejo Médico General (que gestiona el registro de médicos en Reino Unido autorizados a ejercer) y los Colegios Reales (que representan a las especialidades en medicina) para tratar el problema.
“Necesitamos un cambio profundo en los procesos de investigación para que sean externos, independientes y confiables para que la atención sanitaria se convierta en un lugar seguro para trabajar”, señala Newlands.
Tim Mitchell, presidente del Colegio Real de Cirujanos de Inglaterra, le dijo a la BBC que los hallazgos de la investigación son “profundamente impactantes y serán una fuente de mucha vergüenza para la profesión de cirujano”.
En conversación con el programa Today de BBC Radio 4, reconoció que “queda claro que se trata de un problema común” que no ha sido abordado.
“Necesitamos implementar una cultura de tolerancia cero para garantizar que existen mecanismos que permitan a las personas afectadas sentirse seguras de que pueden acercarse, denunciar estos incidentes, y que serán tomadas en serio”, dijo.
La doctora Binta Sultan, de NHS Inglaterra, dijo que el informe es “increíblemente difícil de leer” y presenta “evidencia clara” de la necesidad de tomar más medidas para hacer que los hospitales sean “seguros para todos”.
“Ya estamos tomando medidas importantes para hacer esto, incluso a través de compromisos para brindar más apoyo y mecanismos claros de denuncia para aquellos que han sufrido acoso o han sido víctimas de comportamientos inapropiados”.
El Consejo Médico General actualizó el mes pasado sus estándares profesionales para los médicos.
Su direcctor ejecutivo, Charlie Massey, dice que “actuar de forma sexual con los pacientes o colegas es inaceptable” y que la “conducta inapropiada grave es incompatible” con seguir ejerciendo la medicina en el país.
¿Pero es el ámbito quirúrgico un lugar de trabajo seguro para las mujeres hoy día?
“No siempre. Y es terrible tener que admitirlo”, dice Judith.
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