Usuarios de la red social Facebook replican un video diciendo que en él supuestamente se observa un platillo volador de origen extraterrestre en Ucrania, pero es desinformación.
Mediante una búsqueda inversa, El Sabueso encontró que en realidad se trata de un domo que cubre un depósito de agua en la reserva de Bourley Hill dentro del Caesar’s Camp o ‘Campamento de César’, al sur de Inglaterra.
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Sitios británicos especializados en fotografía del paisaje y turismo como The Modern Antiquarian y Gordon England refieren que el domo se puede apreciar desde las partes más altas del Caesar’s Camp, que se utiliza para realizar senderismo y ciclismo de montaña.
A manera de broma debido a la forma del domo, los fotógrafos aficionados y profesionales comentan sus propias fotos haciendo alusión al platillo, por ejemplo: “Depósito de agua cerrado con cúpula ‘OVNI’ debajo de Caesar’s Camp” o “La nave nodriza estuvo aquí… ¡Oh, espera es un embalse!”.
El terreno de Caesar’s Camp es propiedad del Ministerio de Defensa (MOD), como parte del Centro de Entrenamiento de Defensa del Reino Unido y es un área activa de entrenamiento militar. Aunque no es un espacio público oficialmente, el MOD permite el acceso público cuando es seguro hacerlo, en caso contrario, se notifica de manera pertinente.
“Máxima difusión, nave extraterrestre en Ucrania”, señala el video que circula en Facebook y desinforma, que cuenta con más de 19 mil reacciones y ha sido replicado más de mil 200 veces.
De igual forma, El Sabueso realizó una búsqueda del lugar en Google Maps y, efectivamente, en una vista satelital se puede ver el Domo, sin embargo tampoco se ofrecen mayores detalles, pues es una zona restringida y no tiene acceso al público, razón por la que sus fotografías son tomadas desde la zona pública del Caesar`s Camp.
En conclusión: es falso que un video muestre una nave extraterrestre en Ucrania, se trata de un domo que cubre un depósito de agua en la reserva de Bourley Hill dentro del Caesar’s Camp en Inglaterra.
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Hay una ira creciente por la poca ayuda que llega a las ciudades y pueblos de las montañas del Atlas.
El bebé de Khadija aún no tiene nombre y su primer hogar es una tienda de campaña junto a la carretera.
Nació minutos antes de que se produjera el mortífero terremoto del viernes por la noche en Marruecos.
Aunque Khadija y su hija salieron ilesas, el hospital de Marrakech donde se encontraban fue evacuado. Tras una rápida revisión, les pidieron que se marcharan apenas tres horas después del nacimiento.
“Nos dijeron que teníamos que irnos por miedo a las réplicas”, explicó.
El sismo de magnitud 6,8 sacudió el centro del país, con epicentro a 71 kilómetros de la turística Marrakech. Por ahora se cuentan más de 2.100 personas fallecidas en una decena de provincias y el número de heridos ha ascendido a más de 2.420. Unos 20 minutos después hubo una réplica de magnitud 4,9.
Con su recién nacida en brazos, Khadija y su marido intentaron tomar un taxi a primera hora del sábado para ir a su casa de Taddart, en la cordillera del Atlas, a unos 65 kilómetros de Marrakech.
Pero de camino se encontraron con que las carreteras estaban bloqueadas por corrimientos de tierra y sólo llegaron hasta el pueblo de Asni, a unos 15 kilómetros de su destino final.
Desde entonces, la familia vive en una tienda de campaña básica que han logrado construir junto a la carretera principal.
“No he recibido ninguna ayuda ni asistencia de las autoridades”, nos dijo, sosteniendo a su bebé mientras se protegía del sol bajo un endeble trozo de lona.
“Pedimos mantas a algunas personas de este pueblo para tener algo con lo que taparnos. Sólo tenemos a Dios”.
Khadija nos contó que sólo tiene un conjunto de ropa para el bebé.
Amigos de su ciudad natal les han contado que su casa está muy dañada y no saben cuándo podrán tener un lugar adecuado donde alojarse.
Cerca del lugar donde Khadija acampa, la frustración crece a medida que pasan los días y apenas llega ayuda a los pueblos y aldeas de las zonas montañosas al sur de Marrakech.
En Asni, a solo 50 kilómetros de Marrakech, la gente dice que necesita ayuda urgente.
Un grupo de gente enfadada rodeó a un reportero local y le arrojaron sus frustraciones: “No tenemos comida, no tenemos pan ni verduras. No tenemos nada”.
El reportero, en el centro de la multitud, tuvo que ser escoltado y llevado lejos por la policía, mientras la gente aún lo seguía, desesperada e intentando desahogar su ira.
“Nadie ha venido a nosotros, no tenemos nada. Sólo tenemos a Dios y al rey”, dijo un hombre de la multitud que no quiso dar su nombre.
Desde el terremoto vive al margen de la carretera principal del pueblo con sus cuatro hijos. Su casa sigue en pie, pero todas las paredes están muy agrietadas y tienen demasiado miedo para quedarse allí.
Han conseguido volver y coger algunas mantas, lo único que ahora tienen para dormir.
En un momento, un camión pasó entre la multitud. Algunas personas intentaron hacerle señas, esperando desesperadamente que les dejara suministros. Pero el camión siguió su camino, seguido de abucheos.
Algunos dicen que han recibido tiendas de campaña de las autoridades, pero no hay suficientes para todos.
Cerca de allí está Mbarka, otra persona que vive en una tienda de campaña. Nos guió por las calles laterales hasta su casa, en la que ya no puede vivir.
“No tengo medios para reconstruir la casa. De momento, sólo nos ayuda la gente de la zona”, nos contó.
Vivía allí con sus dos hijas, su yerno y tres nietos.
Cuando su casa empezó a temblar, salieron corriendo y casi fueron alcanzados por el derrumbe de una casa mucho más grande que empezó a deslizarse colina abajo.
“Creemos que el gobierno ayudará, pero hay 120 pueblos en la zona”, dijo su yerno Abdelhadi.
Con tanta gente necesitada de ayuda, un gran número de personas tendrá que esperar más tiempo para recibir asistencia.