Hostigamiento y sobornos a periodistas. Manipulación de testigos e incluso la amenaza de eliminarlos.
La Fiscalía del Distrito Este de Nueva York aseguró que Estados Unidos cuenta con evidencia de que el exsecretario de Seguridad federal de México, Genaro García Luna, también incurrió en esos actos criminales.
Así que esta semana presentó la solicitud para que el juez Brian Cogan acepte que dichas pruebas se sumen al proceso judicial, en el que se acusa a García Luna de ayudar al cártel de Sinaloa desde su alta posición de funcionario público, durante el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012).
En el memorándum -del que Animal Político tiene copia-, se recordó que el cártel de Sinaloa es una organización que ha cometido asesinatos y secuestros para consolidar su negocio multinacional de drogas, y presuntamente se asoció con García Luna para tener un traslado seguro de sus narcóticos, contar con información confidencial de investigaciones sobre su actividad, y de los movimientos de cárteles rivales.
El documento, con fecha del 15 de junio, refiere que existen pruebas de que García Luna -detenido en Estados Unidos desde 2019- quiso manipular desde prisión e incluso violentar a personajes que son testigos en su contra.
Al respecto se narra que autoridades estadounidenses grabaron secretamente conversaciones que tuvo el exfuncionario con una persona a la que solo se identifica como “Individuo 1”, aunque no se divulgaron los audios.
Incluso se relata que “agentes del orden” le proporcionaron al “Individuo 1” el número de teléfono de un agente encubierto -que se hacía llamar “Greg” y que se identificó como miembro de la mafia rusa-, para que presuntamente ayudara a García Luna en su propósito.
– Matar testigos-, dijo el “individuo 1” en un punto de la plática con García Luna, en el otoño de 2020.
– Familia- le respondió el exsecretario, en una transcripción con frases entrecortadas.
– La Familia.
En esa plática García Luna nombró a “Reynaldo”, y según el documento hacía referencia a Jesús “El Rey” Zambada, que en el juicio del Chapo Guzmán declaró haber hecho pagos a García Luna, en nombre del cártel de Sinaloa, a cambio de protección.
También mencionó el nombre de “Luis”, y según el documento se haría referencia a Luis Cárdenas Palomino, exjefe policial cercano a García Luna, también detenido y acusado de nexos con el cártel de Sinaloa.
El documento no precisa si las amenazas de daño eran hacia uno de los dos personajes, o ambos. Solo se insiste en que “el acusado habló sobre amenazas de violencia y manipulación de testigos en su contra”.
Finalmente, se agrega, cerca del 31 de diciembre de 2020 el “Individuo 1” y García Luna llamaron juntos a “Greg”, el agente encubierto, sin dar más detalles de esa llamada.
En otro punto del documento se señala que existe evidencia de que durante cinco años (de 2008 a 2013) García Luna hostigó a un periodista que lo había investigado, y que presuntamente entre 2009 y 2010 pagó sobornos a una organización de noticias, para que no escribieran artículos que lo criticaran.
No se detalla el nombre del o la periodista amenazada, ni de la organización periodística. Tampoco se menciona cuál es el tipo de evidencia.
Los periodos de tiempo mencionados coinciden con el periodo en que García Luna fue secretario de Seguridad federal, en el sexenio de Felipe Calderón, de 2006 a 2012.
“El gobierno (Estados Unidos) busca presentar evidencia de que, entre aproximadamente 2008 y 2013, el acusado sometió a un periodista a una campaña de varios años de hostigamiento y amenazas como resultado de la investigación del periodista sobre el imputado”, señala el documento judicial
“El gobierno también busca presentar evidencia de que, aproximadamente en 2009 o 2010, el imputado usó dinero acumulado de un esquema corrupto para pagar sobornos a una organización de noticias y así evitar que periodistas de la organización publicaran historias negativas sobre él”, se agrega.
La evidencia de los esfuerzos de García Luna para silenciar a los periodistas, se agrega, ayuda a explicar cómo fue capaz de ayudar de forma corrupta al Cártel de Sinaloa durante años, sin que lo detectaran o detuvieran, y es un elemento importante dentro de la narrativa judicial en su contra.
La siguiente audiencia está prevista para mediados del siguiente mes, y el juicio para el 22 de octubre, aunque existe una posibilidad de aplazamiento a enero del siguiente año.
Cuestionado sobre este tema, en su conferencia matutina del jueves 16 de junio, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que aún no se tenía certeza sobre si esta nueva evidencia sería aceptada, aunque expresó su deseo de que se dieran a conocer las grabaciones.
“Lo que sí yo pediría desde ahora es que, independientemente si tienen valor jurídico o no las grabaciones, ojalá y se busque la forma de que se den a conocer.
Porque yo siempre he sostenido que la justicia tiene que ver mucho con lo preventivo, el que se conozcan todos los hechos y se reprueben, se estigmaticen hechos de abuso de autoridad, de represión, de corrupción, que no se quede nada más en juzgados, en expedientes, porque esto ayuda mucho a mejorar la vida pública, a purificar la vida pública, la transparencia”, señaló el presidente.
“Entonces, sí vamos a estar pendientes para que, si se autorizan o no, si se aceptan o no estas pruebas, que puedan darse a conocer”.
El mismo día, por la tarde, la Fiscalía General de la República indicó que ha obtenido distintas órdenes de aprehensión en contra de García Luna.
La primera, “por los delitos de uso indebido de atribuciones y facultades, y asociación delictuosa (Caso ‘CEFERESOS’). La segunda, por enriquecimiento ilícito. La tercera, por introducción ilegal de armamento (Caso ‘Rápido y Furioso’)”.
“Y se encuentran diversas investigaciones en trámite de las que se espera el cumplimiento de solicitudes de asistencia jurídica internacional, frente a los Estados Unidos”.
Una investigación en Reino Unido reveló niveles alarmantes de acoso y agresión sexual en el ámbito quirúrgico, en medio de una cultura de silencio que ha permitido que se perpetúe este patrón de conducta.
Cirujanas en Reino Unido dicen que están siendo acosadas y agredidas sexualmente, y en algunos casos violadas por sus colegas, según reveló un análisis sobre el personal del Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés).
La BBC conversó con mujeres que fueron agredidas sexualmente en el quirófano durante una cirugía.
Los autores del estudio señalan que hay un patrón de comportamiento en el que mujeres que están haciendo prácticas son abusadas por cirujanos de más experiencia, y esto está ocurriendo actualmente en hospitales del NHS.
El Colegio Real de Cirujanos dijo que los hallazgos de la investigación son “realmente impactantes”.
El acoso sexual, la agresión sexual y la violación son considerados un secreto a voces dentro del ámbito quirúrgico británico.
Existe una historia no contada de mujeres a las que toquetean bajo sus batas, cirujanos que secan el sudor de su frente en el pecho de mujeres y hombres con una erección que se frotan contra el personal femenino.
A algunas cirujanas les han ofrecido oportunidades laborales a cambio de sexo.
El análisis -de la Universidad de Exeter, la Universidad de Surrey y el Grupo de Trabajo sobre Conducta Sexual Inapropiada en el marco de la Cirugía- fue compartido en exclusiva con la BBC.
Cerca de dos tercios de las cirujanas que proporcionaron información a los investigadores dijeron que fueron blanco de acoso sexual, y un tercio reveló que fueron agredidas sexualmente por colegas en los últimos cinco años.
Las mujeres dicen que temen reportar estos incidentes por el impacto negativo que esto pueda tener en su carrera y no confían en que el NHS tome medidas.
Hay nerviosismo al hablar abiertamente sobre esto. Judith nos pidió que no incluyéramos su apellido. Ahora, ella es una cirujana talentosa y experimentada.
Judith fue agredida sexualmente al comienzo de su carrera cuando era la persona con menos poder en el quirófano y el cirujano más experimentado estaba transpirando.
“Él simplemente se dio vuelta y hundió su cabeza en mis senos, y yo me di cuenta de que se estaba secando la frente sobre mí”, explica.
“Te quedas helada, ¿sabes?, ‘¿qué hace su cara en mi escote?’”.
Cuando lo volvió a hacer, Judith le ofreció una toalla. “No, esto es mucho más divertido”, le respondió con una “expresión burlona”, dice Judith, que recuerda haberse sentido “sucia y humillada”.
Peor aún para ella fue el silencio total de sus compañeros.
“Incluso él no era la persona de más rango en el quirófano, pero sabía que ese comportamiento estaba bien y eso es simplemente terrible”.
Esto le sucedió a Judith en medio del quirófano, pero el acoso y abuso sexual ocurre también más allá del hospital.
Anne –no podemos revelar su nombre real por razones legales- quiso hablar con la BBC porque cree que solo se producirá un cambio cuando la gente empiece a hablar.
Ella elige no llamar violación a lo que le pasó, pero está claro que las relaciones sexuales que tuvieron lugar no fueron consentidas.
El incidente ocurrió durante un evento social vinculado a una conferencia médica (un encuentro de médicos de la misma especialidad).
En un patrón que ya es familiar, ella era una pasante y él un cirujano experimentado.
“Yo confiaba en él, lo admiraba”, dice.
Él aprovechó esa confianza y le dijo que ella no conocía a la otra gente que estaba allí y que podía confiar en él.
“Así que caminó conmigo hacia el lugar donde me estaba quedando. Yo pensé que quería conversar y luego, de repente, se giró hacia mí y tuvo sexo conmigo”.
Anne dice que en ese momento su cuerpo se congeló y “no podía frenarlo”.
“Eso no era lo que yo quería, nunca fue lo que quise, fue totalmente inesperado”.
Cuando Anne lo vio al día siguiente, dice que “apenas podía mantener la compostura”.
“Sentí que no podía armar un escándalo, sentí que había una cultura muy fuerte de simplemente aguantar lo que te hicieran”.
El incidente tuvo un impacto duradero en Anne.
Primero la dejó emocionalmente paralizada, y años más tarde “el recuerdo volvía a inundar mi mente como un horror, una pesadilla”, incluso cuando se estaba preparando para operar a un paciente.
Es ampliamente aceptado que hay una cultura de silencio en torno a este tipo de comportamientos.
La formación quirúrgica se basa en el aprendizaje de colegas de mayor nivel en el quirófano, y las mujeres nos han dicho que es riesgoso hablar sobre aquellos que tienen poder e influencia sobre el futuro de sus carreras.
La investigación, publicada por la Revista Británica de Cirugía, es el primer intento para tener una idea de la escala del problema.
Los cirujanos registrados –hombres y mujeres- fueron invitados a participar y responder de forma anónima, y 1.434 respondieron. La mitad fueron mujeres:
Si bien el informe muestra que los hombres también son víctimas de algunos de estos comportamientos (un 24% fue acosado sexualmente), concluye que cirujanos y cirujanas “viven realidades diferentes”.
“Es probable que nuestros hallazgos tengan un impacto en la confianza del público en la profesión”, señaló el doctor Christopher Begeny, de la Universidad de Exeter.
Entre tanto, un segundo reporte –llamado “Rompiendo el silencio: abordaje de la conducta sexual inapropiada en la atención médica”- hace recomendaciones sobre lo que tiene que cambiar.
Ambos informes indican que la proporción relativamente más baja de mujeres cirujanas (cerca del 28%), combinada con el hecho de que el ámbito de la cirugía es profundamente jerárquico, les da a algunos hombres un poder significativo, y esto se combina mal con el ambiente de gran presión que se vive en el quirófano.
“Esto hace que la gente puede comportarse con impunidad y no se controla mucho lo que pasa”, dice la profesora Carrie Newlands, cirujana de la Universidad de Surrey.
Newlands decidió abordar este comportamiento después de escuchar las experiencias de sus colegas con menos experiencia.
“El escenario más común es que una aprendiz de menos experiencia sea abusada por un perpetrador hombre de más experiencia, que por lo general es su supervisor”, le dijo a la BBC.
“Y esto da como resultado una cultura de silencio en donde las personas tienen miedo por su futuro y su carrera si deciden hablar”.
Otro tema que surgió del análisis fue la falta de confianza en organismos como el NHS Trust, el Consejo Médico General (que gestiona el registro de médicos en Reino Unido autorizados a ejercer) y los Colegios Reales (que representan a las especialidades en medicina) para tratar el problema.
“Necesitamos un cambio profundo en los procesos de investigación para que sean externos, independientes y confiables para que la atención sanitaria se convierta en un lugar seguro para trabajar”, señala Newlands.
Tim Mitchell, presidente del Colegio Real de Cirujanos de Inglaterra, le dijo a la BBC que los hallazgos de la investigación son “profundamente impactantes y serán una fuente de mucha vergüenza para la profesión de cirujano”.
En conversación con el programa Today de BBC Radio 4, reconoció que “queda claro que se trata de un problema común” que no ha sido abordado.
“Necesitamos implementar una cultura de tolerancia cero para garantizar que existen mecanismos que permitan a las personas afectadas sentirse seguras de que pueden acercarse, denunciar estos incidentes, y que serán tomadas en serio”, dijo.
La doctora Binta Sultan, de NHS Inglaterra, dijo que el informe es “increíblemente difícil de leer” y presenta “evidencia clara” de la necesidad de tomar más medidas para hacer que los hospitales sean “seguros para todos”.
“Ya estamos tomando medidas importantes para hacer esto, incluso a través de compromisos para brindar más apoyo y mecanismos claros de denuncia para aquellos que han sufrido acoso o han sido víctimas de comportamientos inapropiados”.
El Consejo Médico General actualizó el mes pasado sus estándares profesionales para los médicos.
Su direcctor ejecutivo, Charlie Massey, dice que “actuar de forma sexual con los pacientes o colegas es inaceptable” y que la “conducta inapropiada grave es incompatible” con seguir ejerciendo la medicina en el país.
¿Pero es el ámbito quirúrgico un lugar de trabajo seguro para las mujeres hoy día?
“No siempre. Y es terrible tener que admitirlo”, dice Judith.
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