Nota del editor: Este texto fue actualizado el 23 de agosto .
Ocho gobiernos estatales se niegan a repartir los nuevos libros de texto. De ellos, seis argumentan que esperarán a que se resuelva un amparo que frena su distribución. Mientras los gobiernos de Coahuila y Chihuahua, presentaron una controversia constitucional. En el caso de la controversia solicitada por Chihuahua, el ministro de la Corte Luis María Aguilar ordenó suspender por ahora la distribución de materiales.
Entonces, queda la duda: ¿Los estados podrían sustituir estos libros con otros? ¿Qué pasará en el inicio del próximo ciclo escolar, el lunes 28 de agosto?
Te explicamos:
Primero, es importante recordar que existe una suspensión emitida por la jueza Yadira Medina Alcántara con la que se ordenó a la Secretaría de Educación Pública (SEP) frenar la impresión de los nuevos libros de texto y su distribución.
Esto, hasta que se resuelva la demanda de amparo que reclama que la secretaría violó la Ley General de Educación al mandar a imprimir los libros sin antes haber publicado los planes y programas de estudio ni haber hecho una consulta con los sectores involucrados.
La secretaria de Educación, Leticia Ramírez, informó la noche de este 15 de agosto sobre la publicación de los programas sintéticos de los nuevos planes de estudio para nivel básico, pero según el procedimiento de ley debió hacer esto antes de imprimir los libros.
“Con la suspensión provisional que se emitió, la SEP ya no puede seguir imprimiendo los libros, ni los puede distribuir, ni nada, porque ya hay una suspensión por un juez federal”, refirió Héctor López Bello, abogado y profesor en la Universidad Panamericana y la Escuela Judicial.
Al respecto, la SEP asegura que ya llegó a un acuerdo con la mayoría de los estados para proporcionar los libros, porque desde su perspectiva no existe recurso legal que los frene.
Aunque, por otro lado, siete gobiernos estatales de oposición (Quéretaro, Jalisco, Aguascalientes, Coahuila, Yucatán, Guanajuato y Nuevo León) dicen que esperarán a la resolución judicial del amparo, y Chihuahua ya optó por la controversia constitucional.
En esta encrucijada legal, explicaron especialistas, la SEP tiene la opción de interponer un recurso de queja para solicitar que se elimine la suspensión de la jueza Medina.
Aunque así, este asunto también se enfilaría a la SCJN y a un proceso judicial que puede ir más allá del 28 de agosto, cuando inicia el ciclo escolar.
Entonces, ¿qué libros estarían usando las niñas y los niños?
Hay varios escenarios:
La SEP tiene esta posibilidad, aunque al optar por esta vía puede hacerse acreedora a una sanción económica o incluso podría ocurrir que el caso se presentara ante un juzgado penal, refirieron los especialistas Melissa Ayala, experta en derecho constitucional, y Héctor López Bello.
Al respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador refirió que se respetaría la suspensión de la entrega de los libros en Chihuahua, como lo ordenó la Corte, aunque calificó al ministro Luis María Aguilar de “deshonesto”.
Otro escenario es que la SEP decida frenar la distribución de los libros en todo el país, como en el caso de Chihuahua, mientras se resuelve el caso en lo judicial.
En ese sentido, la medida dictada por la jueza Yadira Medina Alcántara establece que en tanto las escuelas y los profesores en las entidades pueden utilizar en el próximo ciclo escolar materiales impresos del año pasado que están en resguardo.
O bien, pueden descargar los materiales desde la página oficial de la Comisión Nacional de Libros de texto Gratuitos (Conaliteg), y reimprimirlos.
Las autoridades educativas de los estados, escuelas y docentes en general además pueden utilizar materiales complementarios, como incorporar lecturas de otros libros, videos y ejercicios, que deseen integrar a su plan analítico.
Un tercer escenario es que a fin de cuentas la SEP obtenga una resolución judicial a su favor, acreditando que cumplió con la publicación de los programas y planes de estudio y las consultas correspondientes, como lo marca la ley.
Entonces, las autoridades escolares estatales estarían obligadas a proporcionar los libros de educación gratuitos de la SEP a alumnos, alumnas, maestras y maestros.
Es decir, las entidades no pueden rechazar ni sustituir por decisión propia los libros de texto gratuitos, aunque reclamen por su contenido.
Esto se debe a que se trata de un sistema federal y todas las secretarías de Educación estatales deben acatar las indicaciones de la Secretaría de Educación Pública.
La SEP es la única autoridad responsable de editar y distribuir los libros de texto gratuitos para la educación básica, explica la Ley General de Educación en su artículo 113.
Mientras que las secretarías de Educación estatales tienen la competencia de, una vez recibidos los libros de texto, proporcionarlos a los estudiantes. También pueden editar y producir otros materiales complementarios para el aprendizaje, según detalla el artículo 115.
La única forma en que una entidad en particular puede apartarse de este mandato es promoviendo un amparo y que un juez se lo conceda, o con una controversia constitucional, que admita a revisión la Corte.
Así lo intenta Chihuahua y, de momento, el ministro Luis María Aguilar ordenó suspender la distribución de los libros, al admitir la controversia promovida por el gobierno de Maru Campos.
Además se conoció de una suspensión provisional para frenar los textos de la SEP en esta entidad del norte del país.
Padres de familia y el diputado Francisco Sánchez Villegamos, de Chihuahua, promovieron un amparo y un juez federal frenó —por ahora— la distribución de libros de texto en dicha entidad, y en tanto se resuelve el caso, también consideró como posibilidad reimprimir los libros de ciclos anteriores.
*** Con información de Eréndira Aquino
Hay una ira creciente por la poca ayuda que llega a las ciudades y pueblos de las montañas del Atlas.
El bebé de Khadija aún no tiene nombre y su primer hogar es una tienda de campaña junto a la carretera.
Nació minutos antes de que se produjera el mortífero terremoto del viernes por la noche en Marruecos.
Aunque Khadija y su hija salieron ilesas, el hospital de Marrakech donde se encontraban fue evacuado. Tras una rápida revisión, les pidieron que se marcharan apenas tres horas después del nacimiento.
“Nos dijeron que teníamos que irnos por miedo a las réplicas”, explicó.
El sismo de magnitud 6,8 sacudió el centro del país, con epicentro a 71 kilómetros de la turística Marrakech. Por ahora se cuentan más de 2.100 personas fallecidas en una decena de provincias y el número de heridos ha ascendido a más de 2.420. Unos 20 minutos después hubo una réplica de magnitud 4,9.
Con su recién nacida en brazos, Khadija y su marido intentaron tomar un taxi a primera hora del sábado para ir a su casa de Taddart, en la cordillera del Atlas, a unos 65 kilómetros de Marrakech.
Pero de camino se encontraron con que las carreteras estaban bloqueadas por corrimientos de tierra y sólo llegaron hasta el pueblo de Asni, a unos 15 kilómetros de su destino final.
Desde entonces, la familia vive en una tienda de campaña básica que han logrado construir junto a la carretera principal.
“No he recibido ninguna ayuda ni asistencia de las autoridades”, nos dijo, sosteniendo a su bebé mientras se protegía del sol bajo un endeble trozo de lona.
“Pedimos mantas a algunas personas de este pueblo para tener algo con lo que taparnos. Sólo tenemos a Dios”.
Khadija nos contó que sólo tiene un conjunto de ropa para el bebé.
Amigos de su ciudad natal les han contado que su casa está muy dañada y no saben cuándo podrán tener un lugar adecuado donde alojarse.
Cerca del lugar donde Khadija acampa, la frustración crece a medida que pasan los días y apenas llega ayuda a los pueblos y aldeas de las zonas montañosas al sur de Marrakech.
En Asni, a solo 50 kilómetros de Marrakech, la gente dice que necesita ayuda urgente.
Un grupo de gente enfadada rodeó a un reportero local y le arrojaron sus frustraciones: “No tenemos comida, no tenemos pan ni verduras. No tenemos nada”.
El reportero, en el centro de la multitud, tuvo que ser escoltado y llevado lejos por la policía, mientras la gente aún lo seguía, desesperada e intentando desahogar su ira.
“Nadie ha venido a nosotros, no tenemos nada. Sólo tenemos a Dios y al rey”, dijo un hombre de la multitud que no quiso dar su nombre.
Desde el terremoto vive al margen de la carretera principal del pueblo con sus cuatro hijos. Su casa sigue en pie, pero todas las paredes están muy agrietadas y tienen demasiado miedo para quedarse allí.
Han conseguido volver y coger algunas mantas, lo único que ahora tienen para dormir.
En un momento, un camión pasó entre la multitud. Algunas personas intentaron hacerle señas, esperando desesperadamente que les dejara suministros. Pero el camión siguió su camino, seguido de abucheos.
Algunos dicen que han recibido tiendas de campaña de las autoridades, pero no hay suficientes para todos.
Cerca de allí está Mbarka, otra persona que vive en una tienda de campaña. Nos guió por las calles laterales hasta su casa, en la que ya no puede vivir.
“No tengo medios para reconstruir la casa. De momento, sólo nos ayuda la gente de la zona”, nos contó.
Vivía allí con sus dos hijas, su yerno y tres nietos.
Cuando su casa empezó a temblar, salieron corriendo y casi fueron alcanzados por el derrumbe de una casa mucho más grande que empezó a deslizarse colina abajo.
“Creemos que el gobierno ayudará, pero hay 120 pueblos en la zona”, dijo su yerno Abdelhadi.
Con tanta gente necesitada de ayuda, un gran número de personas tendrá que esperar más tiempo para recibir asistencia.