Los nuevos libros de texto gratuitos de la SEP para el próximo ciclo escolar promueven la violencia contra las compañías y empresarios de México, consideró este miércoles el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
“Promueve sin razón la violencia, el encono y animadversión en contra de empresas y empresarios que operan en el marco de la ley”, escribió el CCE en un comunicado.
Además, indicó que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha reconocido que las inversiones de estos empresarios abonan al desarrollo de México.
“Y que con sus inversiones generan empleos y contribuyen al desarrollo del país con inclusión y equidad como lo ha reconocido el Presidente de la República en varias ocasiones”, añadió.
El CCE se define como un órgano de representación del sector privado que agrupa a las organizaciones cúpula empresariales que en conjunto son unas 2 mil asociaciones y lo preside actualmente Francisco Alberto Cervantes Díaz.
Este organismo de la iniciativa privada llamó a las autoridades educativas de México a enseñar historia sin intentar reescribirla.
“El CCE exhorta a las autoridades educativas del país a enseñar Historia sin intentar reescribirla”, expuso.
“Es relevante dejar constancia de los sucesos históricos y llamarlos por su nombre, en particular el asesinato de los empresarios Eugenio Garza Sada y Fernando Aranguren por parte de la “Liga Comunista 23 de Septiembre” en 1973”, agregó.
Esto en referencia al libro Guía para Maestros de Secundaria donde se nombra como “intento de retención” al secuestro de Eugenio Garza y su asesinato como “la pérdida de una vida”.
Otros organismos empresariales también se sumaron al rechazo sobre cómo manejan los nuevos libros de texto gratuitos estos hechos sobre Garza Sada.
Entre ellos, la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Monterrey (Canaco Servytur Monterrey).
“Expresa su profunda preocupación y rechazo de las versiones erróneas sobre la trágica muerte de Don Eugenio Garza Sada en los nuevos libros de texto.
“Dicha información distorsionada falta a la verdad histórica también deshonra la memoria de un destacado empresario cuyo legado sigue siendo relevante en el desarrollo económico y social de México”, expuso en un comunicado.
Además, la Canaco Monterrey exigió a través de su presidente, Fernando Canales Stelzer, que los nuevos libros de texto no sean distribuidos y se haga una revisión exhaustiva de su contenido, de acuerdo con un post publicado en su cuenta de Facebook.
“Más de 30 organizaciones, entre ellas, CANACO, Coparmex y la Unión Neoleonesa de Padres de Familia, señalaron algunas de las inconsistencias que presenta el nuevo material educativo”, añadió.
Además, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) destacó que las autoridades educativas no cumplieron con la Constitución y la ley de educación con estos libros.
“Al no estar basados en planes y programas de estudio y no considerar la opinión de los gobiernos de las entidades federativas ni de los diversos actores sociales involucrados en la educación”, dijo.
También mencionó que estos libros de la SEP, liderada por Leticia Ramírez, están “plagados” de omisiones y errores.
Por tanto, el CCE demandó construir un “sistema educativo de excelencia”, sin ideologías ni “ distingos de raza, género y posición social; y que la revisión de los libros de texto gratuitos se apegue al marco legal vigente en la materia.”, expuso en su comunicado.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) dijo que distribuirá los nuevos libros de texto gratuitos para educación básica para el próximo ciclo escolar que inicia el 28 de agosto.
Hay una ira creciente por la poca ayuda que llega a las ciudades y pueblos de las montañas del Atlas.
El bebé de Khadija aún no tiene nombre y su primer hogar es una tienda de campaña junto a la carretera.
Nació minutos antes de que se produjera el mortífero terremoto del viernes por la noche en Marruecos.
Aunque Khadija y su hija salieron ilesas, el hospital de Marrakech donde se encontraban fue evacuado. Tras una rápida revisión, les pidieron que se marcharan apenas tres horas después del nacimiento.
“Nos dijeron que teníamos que irnos por miedo a las réplicas”, explicó.
El sismo de magnitud 6,8 sacudió el centro del país, con epicentro a 71 kilómetros de la turística Marrakech. Por ahora se cuentan más de 2.100 personas fallecidas en una decena de provincias y el número de heridos ha ascendido a más de 2.420. Unos 20 minutos después hubo una réplica de magnitud 4,9.
Con su recién nacida en brazos, Khadija y su marido intentaron tomar un taxi a primera hora del sábado para ir a su casa de Taddart, en la cordillera del Atlas, a unos 65 kilómetros de Marrakech.
Pero de camino se encontraron con que las carreteras estaban bloqueadas por corrimientos de tierra y sólo llegaron hasta el pueblo de Asni, a unos 15 kilómetros de su destino final.
Desde entonces, la familia vive en una tienda de campaña básica que han logrado construir junto a la carretera principal.
“No he recibido ninguna ayuda ni asistencia de las autoridades”, nos dijo, sosteniendo a su bebé mientras se protegía del sol bajo un endeble trozo de lona.
“Pedimos mantas a algunas personas de este pueblo para tener algo con lo que taparnos. Sólo tenemos a Dios”.
Khadija nos contó que sólo tiene un conjunto de ropa para el bebé.
Amigos de su ciudad natal les han contado que su casa está muy dañada y no saben cuándo podrán tener un lugar adecuado donde alojarse.
Cerca del lugar donde Khadija acampa, la frustración crece a medida que pasan los días y apenas llega ayuda a los pueblos y aldeas de las zonas montañosas al sur de Marrakech.
En Asni, a solo 50 kilómetros de Marrakech, la gente dice que necesita ayuda urgente.
Un grupo de gente enfadada rodeó a un reportero local y le arrojaron sus frustraciones: “No tenemos comida, no tenemos pan ni verduras. No tenemos nada”.
El reportero, en el centro de la multitud, tuvo que ser escoltado y llevado lejos por la policía, mientras la gente aún lo seguía, desesperada e intentando desahogar su ira.
“Nadie ha venido a nosotros, no tenemos nada. Sólo tenemos a Dios y al rey”, dijo un hombre de la multitud que no quiso dar su nombre.
Desde el terremoto vive al margen de la carretera principal del pueblo con sus cuatro hijos. Su casa sigue en pie, pero todas las paredes están muy agrietadas y tienen demasiado miedo para quedarse allí.
Han conseguido volver y coger algunas mantas, lo único que ahora tienen para dormir.
En un momento, un camión pasó entre la multitud. Algunas personas intentaron hacerle señas, esperando desesperadamente que les dejara suministros. Pero el camión siguió su camino, seguido de abucheos.
Algunos dicen que han recibido tiendas de campaña de las autoridades, pero no hay suficientes para todos.
Cerca de allí está Mbarka, otra persona que vive en una tienda de campaña. Nos guió por las calles laterales hasta su casa, en la que ya no puede vivir.
“No tengo medios para reconstruir la casa. De momento, sólo nos ayuda la gente de la zona”, nos contó.
Vivía allí con sus dos hijas, su yerno y tres nietos.
Cuando su casa empezó a temblar, salieron corriendo y casi fueron alcanzados por el derrumbe de una casa mucho más grande que empezó a deslizarse colina abajo.
“Creemos que el gobierno ayudará, pero hay 120 pueblos en la zona”, dijo su yerno Abdelhadi.
Con tanta gente necesitada de ayuda, un gran número de personas tendrá que esperar más tiempo para recibir asistencia.