Se acerca el momento de definición de las candidaturas y entre quienes levantó la mano para ser aspirante al gobierno de la Ciudad de México está Cuauhtémoc Blanco.
Pero, ¿el ahora gobernador de Morelos puede aspirar a esa nominación si actualmente no reside en la capital del país? Te explicamos:
En el artículo 32 de la Constitución Política de la Ciudad de México se establece que el primer requisito para ser Jefa o Jefe de Gobierno es ser ciudadano originario de la Ciudad de México y estar en pleno goce de sus derechos.
No se exige tener cierto tiempo de residencia en la Ciudad de México, a menos de que sea alguien que no haya nacido en la Ciudad. En ese caso sí se requiere de “vecindad de al menos 5 años”.
Aunque también se acota que “la ausencia de la Ciudad hasta por seis meses no interrumpe la vecindad, así como la ausencia por cumplimiento de un encargo del servicio público”.
De acuerdo con los datos en la página de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) y este sitio de gobierno, el ex futbolista nació en 1973 en la colonia Tlatilco de la delegación Azcapotzalco, Ciudad de México, por lo que cumpliría el primer requisito.
Otro es tener 30 años cumplidos el día de la elección, y según lo señalado Blanco Bravo tiene 50 años cumplidos.
Un requisito más que se establece en la Constitución capitalina es no tener sentencia por algún delito doloso. Y aunque se ha conocido de distintas acusaciones legales contra Blanco, hasta ahora sigue desempeñando sus funciones como gobernador de Morelos.
La ley también señala que para participar en la contienda electoral por la Ciudad de México el o la aspirante no debe ser titular de una Secretaría o Subsecretaría en el Ejecutivo local o federal.
Y de tener un puesto de ese tipo, separarse definitivamente de él al menos 180 días antes de las elecciones, es decir, antes del 3 de diciembre del 2023.
Aunque no se menciona expresamente algo sobre gobernadores, se especifica que cualquier aspirante no debe tener mando en instituciones militares o policiales, no ejercer una magistratura de Circuito o ser Juez de Distrito en la Ciudad de México, así como no ejercer una magistratura en el Poder Judicial, el Tribunal de Justicia Administrativa ni ser integrante del Consejo de la Judicatura de la Ciudad de México.
“No ser legislador local o federal, ni ser titular o concejal de una alcaldía, dependencia, unidad administrativa, órgano desconcentrado, organismo autónomo o entidad paraestatal de la Administración Pública de la Ciudad de México o de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México”.
También el artículo hace mención sobre no ser ministro de culto religioso, a menos que hubiere dejado de serlo con cinco años de anticipación y en la forma que establezca la ley.
Otro requisito es “no haber sido consejera o consejero, magistrada o magistrado electoral, a menos que haya concluido su encargo o se haya separado del mismo, al menos tres años antes de la fecha de inicio del proceso electoral local correspondiente”.
El 13 de septiembre pasado Blanco habló de su interés de ser el candidato de Morena para la elección de la Ciudad de México, refiriendo que consultaría al dirigente morenista Mario Delgado para definir si pedía licencia como gobernador de Morelos o era necesario renunciar.
En la convocatoria de Morena para definir a su abanderado o abanderada, emitida el 18 de septiembre, se refiere que el registro de aspirantes se abrirá en el periodo correspondiente de las 00:00 horas del día 25 de septiembre de 2023 hasta las 23:59 horas del día 26 de septiembre de 2023.
“La Comisión Nacional de Elecciones publicará la relación de solicitudes de registro aprobadas, a más tardar el 30 de octubre de 2023”, se refiere en el documento.
Además de Blanco, también han manifestado interés para obtener la candidatura Clara Brugada y Omar García Harfuch.
Así mismo, por parte de la oposición los alcaldes Adrían Rubalcava de Cuajimalpa; Lía Limón de Álvaro Obregón; Sandra Cuevas de Cuauhtémoc y Santiago Taboada.
Del lado de Movimiento Ciudadano, el diputado Salomón Chertorivski.
Gran parte del hemisferio norte ha sido golpeado ese verano por condiciones climáticas extremas. ¿Cómo se conecta lo que ocurrió con el calentamiento global generado por los seres humanos?
Calor. Incendios forestales. Lluvias torrenciales. Tifones y huracanes. Gran parte del hemisferio norte fue golpeado por condiciones climáticas extremas este verano.
Los científicos pueden tardar un tiempo en descifrar qué es lo que está ocurriendo exactamente.
No todos estos fenómenos pueden relacionarse de manera directa con el cambio climático; los sistemas meteorológicos y climáticos naturales del planeta son potentes y también afectan al clima.
Pero en las últimas semanas se alcanzaron importantes récords meteorológicos en poco tiempo, lo que preocupa a los expertos.
Estos son algunos de los datos que reflejan la magnitud de lo que sucedió en la Tierra este verano boreal. Veamos cómo se conecta con el cambio climático.
En Reino Unido, los días agradables de principios de verano pueden parecer un recuerdo lejano después de semanas de clima inestable, pero este año los británicos registraron el junio más caluroso de la historia.
La temperatura media -contando tanto los días como las noches más frescas- fue 15,8 °C. Esta marca superó el récord anterior en 0,9 °C, lo que supone un salto significativo en términos climáticos.
En 72 de las 97 áreas de Reino Unido donde se recopilan datos de temperatura se alcanzaron cifras récord.
Los científicos de la Met Office afirmaron que el cambio climático hace que la posibilidad de superar el récord anterior sea al menos el doble de probable.
En la primera semana de julio el planeta vivió el día más caluroso registrado, el día que la temperatura media global alcanzó los 17,23 °C, lo que rompió el récord anterior de 2016 de 16,92 °C.
En el Mediterráneo, millones de personas vieron de cerca cómo se siente el calor extremo cuando dos abrasadoras olas de calor, llamadas Cerberus y Caronte, en honor a las amenazantes figuras de la antigua mitología griega, azotaron los países de toda la región.
En Italia, en todas las ciudades se declaró alerta roja. En Roma, los turistas se desmayaron con temperaturas superiores a los 40 °C.
La Acrópolis de Atenas, la atracción turística más popular de Grecia, debió cerrar para proteger a los visitantes del calor que podía llegar a ser mortal.
En Argelia y Túnez las temperaturas llegaron a los 48 °C.
A su vez, el calor creó las condiciones de sequía necesarias para los incendios forestales que arrasaron el Mediterráneo.
En el caso de Grecia, los grandes incendios que se dieron del 1 al 25 de julio emitieron un millón de toneladas de dióxido de carbono, la mayor cantidad registrada para cualquier incendio forestal de julio en el país.
* CO2e es un cálculo de emisiones de carbono que incluye gases de efecto invernadero como el metano.
Los científicos del grupo World Weather Attribution, que analizan el papel del calentamiento global en los eventos climáticos extremos, después de estudiar los datos concluyeron que las olas de calor habrían sido “prácticamente imposibles” sin el cambio climático inducido por el hombre.
El calentamiento de la atmósfera, a causa de la quema de combustibles fósiles, hizo que la ola de calor en el sur de Europa fuera 2,5 °C más caliente que en el pasado.
Los científicos creen que El Niño que empezó en junio podría hacer que este año sea el más caluroso de la historia.
Este poderoso fenómeno natural, que está relacionado con temperaturas más altas, ocurre entre cada dos a siete años cuando agua cálida sube a la superficie en el Pacífico frente a las costas de América del Sur.
Mientras millones de personas estaban desesperadas por aliviarse del calor, el 26 de julio China y Filipinas fueron golpeadas por lluvias torrenciales y vientos feroces que alcanzaron récords.
El tifón Doksuri azotó ciudades y litorales de Asia oriental durante una semana.
Más de un millón de personas fueron evacuadas cuando los vientos alcanzaron los 240 km/hr. En Pekín, la capital de China, la cantidad de lluvia que cayó batió el récord de los últimos 140 años.
Las inundaciones dañaron carreteras y puentes, sumergieron automóviles y destruyeron obras en construcción.
En Filipinas, al menos 26 pasajeros de un ferry murieron cerca de Manila cuando se amontonaron hacia un lado del barco que se inclinaba debido al viento, lo que hizo que volcara.
Las temperaturas más cálidas proporcionan condiciones más favorables para este tipo de tormentas.
En los meses previos al tifón, China, Corea del Sur y otras partes del este de Asia habían experimentado un calor récord.
Los científicos del grupo World Weather Attribution dijeron que el cambio climático hizo que la ola de calor de julio en China fuera 50 veces más probable que sucediera.
La isla de Maui, en Hawái, se enfrentó el 8 de agosto a un incendio que se convirtió en una trampa mortal.
En la ciudad costera de Lahaina, los habitantes del lugar dijeron que las sirenas de advertencia no sonaron. Algunos huyeron al océano para intentar salvarse de las llamas que avanzaban rápidamente.
Gran parte de la isla atravesaba una sequía que hacía que la vegetación seca proporcionara el combustible ideal para que las llamas se propagaran, avivadas por los fuertes vientos de un huracán que pasó prácticamente al mismo tiempo.
La compleja combinación de estructuras humanas y de gestión del territorio en Hawái hace que, aunque el cambio climático puede haber contribuido al incendio, no esté claro hasta qué punto tuvo un papel fundamental, según los científicos del clima y los expertos en incendios.
Unos días después, el 19 de agosto, la temporada de incendios que había comenzado inusualmente pronto en el este de Canadá arrasó la provincia occidental de Columbia Británica.
Por ese motivo, las autoridades ordenaron evacuar unos 15.000 hogares, mientras que cientos de kilómetros al norte, un enorme incendio amenazaba la ciudad de Yellowknife, en los Territorios del Noroeste.
Hasta ahora en Canadá ardieron unos 15,6 millones de hectáreas, una superficie mayor que la del estado de Nueva York o Inglaterra.
En este momento, al menos 1.000 incendios continúan activos mientras Canadá vive su peor temporada de incendios forestales.
La manera en que los humanos gestionamos los bosques contribuye en gran medida a los incendios, pero el cambio climático también alimenta las condiciones para que las llamas se afiancen: seca la vegetación, causa un deshielo más temprano de la nieve y calienta el suelo que antes era demasiado frío para los incendios.
Los científicos prevén que, a medida que se intensifique el calentamiento global, los incendios forestales serán más potentes.
Un estudio realizado por el grupo World Weather Attribution encontró que el cambio climático hizo que las condiciones cálidas, secas y ventosas que causaron los incendios forestales en Quebec fueran al menos dos veces más probables y entre un 20% y un 50% más intensas.
El 21 de agosto, California, un estado de EE.UU. que suele estar preparado para los incendios forestales, sufrió su primera tormenta tropical en 84 años.
La tormenta Hilary, que venía de ser huracán, tocó tierra en el norte de México y mató al menos a una persona cuando una familia de cinco miembros fue arrastrada al mar, antes de subir hacia California.
Unos 26 millones de personas en el estado estuvieron en riesgo de sufrir inundaciones y 25.000 hogares en Los Ángeles se quedaron sin electricidad con el avance de la tormenta.
Palm Springs tuvo la hora de lluvia más intensa jamás registrada en la ciudad, según el gobernador de California, Gavin Newsom. En el Valle de la Muerte, las inundaciones llenaron de agua el icónico paisaje seco, convirtiendo sus valles en ríos rápidos.
Es demasiado pronto para decir si el cambio climático aumentó las posibilidades de que sucediera esta tormenta, pero los científicos anticipan que las temperaturas más altas causarán huracanes más fuertes en el futuro, ya que más calor en los océanos crea más energía para las tormentas.
Las aguas del planeta estuvieron más calientes que nunca este verano boreal: una poderosa ola de calor marina rompió el récord de temperatura global promedio.
El calor acumulado en la superficie de los océanos puede haber contribuido a impulsar fuertes huracanes en el Atlántico a finales de agosto.
La tormenta Hilary es un recordatorio de que el año aún no ha terminado: la temporada de huracanes en el Atlántico apenas ha comenzado y se proyecta que será más fuerte de lo habitual.
El impacto del clima extremo en diferentes países es un recordatorio de que la respuesta de los humanos es vital.
La ONU y destacados científicos del clima instaron nuevamente a los gobiernos a cumplir sus promesas de abordar urgentemente la crisis climática.
Los científicos dicen que lo sucedido estos meses es una señal de lo que vendrá a medida que el cambio climático empeore.
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