Para entender mejor
Trabajadores de los centros de salud de la CDMX recién transferidos al nuevo esquema IMSS Bienestar aseguran que no han recibido su primer pago en el tiempo prometido.
Si bien la contratación de la primera ronda de personal basificado ya en el órgano público descentralizado empezó a correr desde el 1 de septiembre, y la Secretaría de Salud local se había comprometido a que el primer pago se realizaría el 15, personas empleadas en estos centros no han recibido su salario.
La transferencia de los servicios de salud de la Ciudad de México al IMSS Bienestar comenzó tras la firma del convenio entre el organismo público descentralizado y el Gobierno de la Ciudad de México el 16 de junio pasado, ante la puesta en marcha de este esquema en diversos estados.
La desaparición del Seguro Popular a principios de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador dio pie a la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que después se extinguió para dar paso al IMSS Bienestar, al que se han transferido los servicios de salud de 22 estados, con lo que para 2024 concentrará un presupuesto de más de 100 mil millones de pesos.
Consultada respecto al más reciente reclamo de los trabajadores, la Secretaría de Salud capitalina aseguró que ya se dispersó, por primera vez, la nómina de 5 mil 121 personas transferidas al órgano público descentralizado IMSS Bienestar.
Sin embargo, justificó, el organismo reportó algunos rechazos de las cuentas bancarias. “Es problema de la recepción”, indicó la dependencia. “El IMSS Bienestar –añadió– se pondrá en contacto con las personas para que corrijan el error en el número de cuenta o quiten los candados para recibir”.
No obstante, los trabajadores aseguran que la mayor parte de los recién basificados en IMSS Bienestar no han recibido su primer salario. Por ejemplo, en los centros de salud de la jurisdicción Iztapalapa, de 70 personas que entraron a este esquema, ninguna tiene aún su pago, acusan.
Desde que se inició la transferencia de los servicios de salud de la capital a IMSS Bienestar, médicos y personal administrativo han denunciado diversas irregularidades en las nuevas contrataciones.
Por ejemplo, más de 600 médicos reclutados por el OPD en un evento anual del IMSS tuvieron que esperar más de tres meses –sin información sobre las causas del retraso– a que iniciaran sus labores, luego de haber concretado cambios de residencia o rechazado otras posibilidades de empleo.
Después, personal de los servicios de salud de la Ciudad de México acusó que en la transferencia de los servicios no se estaban respetando sus prestaciones y antigüedad. Se trataba, sobre todo, de quienes laboran en los hospitales capitalinos que se transfirieron al IMSS Bienestar.
Ahora, trabajadores de centros de salud —el primer nivel de atención de los servicios locales— acusan que quienes entraron a la basificación no han recibido su primer pago, mientras que quienes no tuvieron acceso a esta nunca recibieron información, como sí sucedió, en parte, en los hospitales.
“En los centros de salud, como tal, no se ha llevado a cabo la transición, en el entendido de que a los hospitales sí acudieron a darles pláticas informativas de cuál o cómo iba a ser la forma en que iban a ir pasando a IMSS Bienestar, y en los centros de salud, en ninguna de las 16 jurisdicciones acudieron a dar ninguna plática informativa”, relató un trabajador de los centros de salud de Iztapalapa.
Incluso, aseguraron en entrevista él y dos personas más –que prefirieron mantener su anonimato pues dicen haber sido coaccionados a no quejarse públicamente–, se han presentado confusiones entre las autoridades, pues ahora la administración central asegura que ya no es responsable, sino que deben acudir a IMSS Bienestar.
Otra problemática, señalan, es que quienes estaban contratados antes por honorarios, y cuyas condiciones supuestamente iban a mejorar, solo han recibido contratos eventuales.
Esta situación, dijeron, se repite en las 16 jurisdicciones de los centros de salud de la capital, y aunque no todos los trabajadores se animan a hablar de ello, quienes concedieron la entrevista aseguraron que lo hacían en nombre de los 1,500 que están adscritos a la jurisdicción de Iztapalapa.
“No se cumplieron tiempos, contratos y antigüedades; tramposamente algunas personas que teníamos un contrato precario nos lo cambiaron; esto para no cumplir con las características que ellos estaban pidiendo, que era tener un contrato precario y pertenecer a los servicios de salud”, señaló uno de los afectados.
“Nos absorbió Insabi, pero ya por decreto desaparece. Literal nada más nos metieron como en una miscelánea fiscal para acabarnos el presupuesto de Insabi, y en eso estamos: perteneciendo a Insabi, ya no perteneciendo a servicios de salud y a su vez, perdiendo el derecho a la base”, agregó.
Ante ello, señalaron que aunque ellos sí reciben su sueldo, no han firmado contrato ni conocido el marco general de su contratación. Toda la información que ha llegado a ellos, aseguraron, se ha dado mediante rumores. Además, acusan que no se sabe cuál fue el criterio que se siguió para elegir a quienes ya fueron basificados por IMSS Bienestar.
Según la Secretaría de Salud capitalina, a partir de la transición de los servicios locales de salud de la Ciudad de México al órgano público descentralizado, se prevé que, paulatinamente, poco más de 32 mil trabajadores sean transferidos como prestadores de servicios al nuevo modelo.
Los lugareños de islas griegas defienden su derecho a acceder gratuitamente a playas tomadas por negocios que cobran precios exorbitantes por una reposera.
En toda Grecia, los lugareños están actuando por cuenta propia y tirando sus toallas en la arena para reclamar libre acceso a sus playas y a la naturaleza sin pagar un alto precio por ello.
Era cerca del atardecer del domingo 3 de septiembre en Paros, una popular isla turística en la región griega de las Cícladas.
Unas 50 personas se reunieron en la playa de Parikia, cerca del puerto principal de la isla. Detrás de ellos, el cielo brillaba con un color naranja intenso sobre el mar azul. A un lado, un icónico molino de viento de las Cícladas se recortaba contra el horizonte. Al otro, una franja de reposeras pertenecientes a un bar se extendía sobre la arena.
Incluso si nunca has visitado Grecia, algunas partes de esta escena probablemente te suenen familiares. Sin embargo, ese día también hubo algunos detalles inusuales. Tres de las personas que se habían congregado sostenían un enorme cartel que decía: “Reclamen la playa”. Junto a ellos había un hombre con un altavoz.
Mientras el público observaba, el hombre leyó en voz alta partes de la Constitución griega, que establece que las playas y otras áreas naturales pertenecen a los ciudadanos del país.
La protesta fue parte de una campaña que los medios han denominado la “revuelta de las toallas de playa”, en la que los lugareños reclaman el acceso gratuito a las playas que han sido tomadas por bares y otros negocios que ofrecen reposeras y sombrillas a precios exorbitantes.
Si bien el movimiento comenzó en Paros, ahora se ha extendido por toda Grecia e incluso a la vecina Turquía. Los activistas exigen espacio para dejar sus toallas de forma gratuita.
BBC Travel habló con activistas y lugareños para comprender de qué se tratan las protestas, por qué son importantes y qué significa este movimiento tanto para los turistas como para los residentes locales.
Las protestas comenzaron en Paros en mayo de 2023, cuando un grupo de residentes, que ya se reunían periódicamente para hablar sobre cuestiones medioambientales en la isla, comenzaron a discutir cómo los lugares donde era posible nadar y tomar el sol libremente (sin tener que pagar por una reposera) eran cada vez más escasos. El cambio es un síntoma de cómo la isla atiende cada vez más a los turistas a expensas de los locales.
Los negocios junto a la playa que instalan reposeras y sombrillas deben solicitar licencias al Ministerio de Finanzas para utilizar partes designadas de la playa. Deben realizarse controles periódicos para garantizar que esos negocios no ocupen más espacio del que permiten sus licencias. Sin embargo, los manifestantes alegan que estos controles rara vez (o nunca) se llevan a cabo.
Como resultado, los espacios libres son cada vez más escasos.
Los residentes crearon una página de Facebook llamada Save Paros Beaches y comenzaron a organizar manifestaciones, pidiendo medidas enérgicas contra estos operadores privados.
También utilizaron imágenes de drones para documentar las reposeras ilegales, comparando sus ubicaciones con las áreas designadas por el gobierno.
“Esto cambió las reglas del juego, porque el nivel de ilegalidad se podía ver muy claramente”, señaló Nicolas Stephanou, un residente local. Stephanou dice que su grupo encontró lugares donde las reposeras y sombrillas ocupaban hasta 10 veces el espacio permitido.
El movimiento ganó impulso rápidamente. La manifestación del 3 de septiembre marcó el inicio de una nueva campaña a nivel nacional y fue la primera vez que se produjeron múltiples protestas con toallas de playa en diferentes regiones de Grecia el mismo día.
Ha habido manifestaciones en la isla vecina de Naxos y en la isla meridional de Creta. Más recientemente, se han sumado las islas de Rodas y Egina, así como Ática, la región continental donde se encuentra Atenas.
El lugar de la protesta de Paros es particularmente simbólico. La playa principal del pueblo central de la isla es el lugar más popular entre los lugareños para darse un chapuzón después del trabajo.
Eleni Andrianopoulou, portavoz de la campaña de Naxos, dijo que ella y otros lugareños se habían sentido frustrados por el desarrollo excesivo en las playas durante varios años, pero no estaban seguros de cómo actuar. Luego de enterarse de lo que estaba sucediendo en Paros, inmediatamente se inspiraron para comenzar su propia campaña en Facebook.
“Creo que este es un verdadero cambio de paradigma para Grecia“, afirmó.
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Muchos griegos todavía sufren financieramente desde la crisis de deuda del país hace más de una década y no pueden permitirse pagar por una reposera cada vez que visitan la playa. El sol y el mar son una gran parte de la cultura griega. El azul de la bandera griega representa el mar Egeo y la mayoría de los griegos tienen fuertes recuerdos de la infancia de pasar veranos en la playa.
Sin embargo, los activistas dicen que las playas son sólo una parte de una lucha mayor. Grecia es uno de los destinos vacacionales más populares de Europa y los manifestantes dijeron a la multitud reunida que debe abordarse el turismo excesivo junto a los problemas sociales y ambientales que conlleva.
El turismo es la mayor industria de Grecia. En 2021 el país recibió 15 millones de visitantes, una vez y media su población total. Sin embargo, muchos griegos sostienen que el auge del turismo no se ha gestionado adecuadamente. Los municipios locales no tienen capacidad para controlar el flujo de visitantes, y las instituciones débiles hacen que sea fácil para empresas de todo tipo eludir las reglas.
Por otra parte, en los últimos años, los sucesivos gobiernos han utilizado la industria del turismo para ayudar a la economía del país a recuperarse, primero de la crisis financiera de 2008 y luego de la pandemia de covid-19. Los políticos han promocionado fuertemente al país como un destino de sol y mar y han facilitado a los inversores extranjeros la apertura de negocios relacionados con el turismo.
“Existe desde hace mucho tiempo una falta de supervisión, lo que ha llevado a una mayor impunidad“, afirmó Efthymia Sarantakou, analista de la Universidad de Ática Occidental.
Sarantakou señala que múltiples instituciones no han implementado controles y contrapesos, lo que ha dejado a algunas empresas en libertad para realizar comportamientos que califica de “mafiosos”.
“Hay denuncias de residentes que fueron intimidados por empleados de bares cuando intentaron sentarse en una parte libre de la playa.”
El alcalde de Naxos, Dimitris Lainos, afirma que muchas empresas en su isla respetan la ley. Sin embargo, “hemos visto que el Ministerio de Finanzas no dispone del personal necesario para realizar controles adecuados”, agregó.
Parece que las protestas están surtiendo efecto. Gracias a la atención de los medios, las autoridades llevaron a cabo inspecciones en una de las playas más afectadas de Paros: una franja de arena en un área protegida que estaba cubierta de tumbonas a pesar de que no se habían emitido licencias para ello.
Como resultado, la playa ahora está libre de reposeras.
Sin embargo, la situación se mantiene sin cambios en otras playas. En Naxos se llevaron a cabo nuevos controles en respuesta a las protestas, pero muchos propietarios de negocios fueron alertados previamente y simplemente retiraron sus reposeras antes de que llegaran los inspectores.
“Quiero creer que estas protestas conducirán a una mayor participación ciudadana en la gestión de los destinos turísticos y, por supuesto, en la gestión de los espacios públicos”, afirmó Sarantakou. “Esto sólo puede lograrse mediante mejoras en el marco institucional y supervisión”.
Puede que la temporada alta de verano haya terminado, pero los activistas señalan que las protestas de septiembre marcaron el verdadero comienzo de su trabajo. En Naxos, Andrianopoulou recuerda que no sólo reclaman controles más frecuentes, sino también más transparencia sobre cómo y a quién se otorgan las licencias.
Y Stephanou, de la campaña de Paros, relata que su grupo quiere presentar una estrategia completa para un modelo de turismo más sostenible en Grecia.
“Ahora mismo los precios están fuera de control“, afirmó. “La mayoría de la gente no puede permitirse el lujo de ir a un bar o a un restaurante. El tráfico es insoportable”. Si no eres propietario de una casa es difícil encontrar una para alquilar que no sea Airbnb, lo que ha provocado escasez de trabajadores clave como médicos, enfermeras y profesores.
Si se cumplen las exigencias de los manifestantes habrá más espacio en las playas griegas para tomar sol de forma gratuita, algo que muchos viajeros agradecerán.
En décadas anteriores, la mayoría de las islas griegas eran conocidas como destinos económicos para mochileros bohemios, y muchos lugareños sienten que el libre acceso a las playas está en consonancia con esta reputación tradicional.
A Stephanou le gustaría que se dejara de promocionar a las islas Cícladas como un destino de lujo. “Aquí hay una historia asombrosa, sitios arqueológicos, senderos para caminar, buen vino y productos agrícolas”, dijo. “Esto puede atraer a un visitante más responsable que aquellos que simplemente quieren sentarse en una reposera con un cóctel“.
Los viajeros que no quieran contribuir a los problemas del turismo excesivo pueden sentirse inspirados a explorar el lado menos conocido de Grecia, como las oportunidades de senderismo en el espectacular paisaje montañoso que cubre todo el país, una gran actividad fuera de los meses pico de verano, cuando el clima es un poco más fresco.
Sin embargo, si realmente deseas pasar un tiempo relajándote en una reposera, ten la seguridad de que no desaparecerán por completo: los activistas sólo quieren verlas restringidas a las áreas habilitadas por licencias. Los visitantes de Paros pueden comprobar si las reposeras son legales en el sitio web de la campaña.
Esta nota fue publicada originalmente en BBC Travel. Puedes ver la nota original en inglés haciendo clic aquí.
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